prólogo: Nueva misión
prólogo
Nueva misión
—Muy bien, ahora, Jeff-san —Amelie, con una taza de té que bajó a una mesa redonda, miró a Jeff sin algún brillo de felicidad que pudiera salvarlo de su inminente castigo. Las palabras de Amelie salían con un tono dulce, pero cargado de ira—. Dime, ¿por qué apareciste en esta foto? —La foto que sacó de su bolso era una donde él salía junto a la Elite Force, un equipo Hauntiano conformado por dos Inquisidores, un chico con poderes eléctricos, una chica fantasma. un hacker y por su puesto, Jeff Slaider.
Todos estaban frente la plaza del distrito médico con muecas de sonrisas ante la victoria ante dos Capitanes Escarlata y así evitando una matanza en Lemurite y Kingslash.
Jeff vio la foto dejándo que una sonrisa junto a una risita salieran de sus labios al recordar como enfrentaron juntos a esos capitanes, no tuvo miedo al inicio, pero en mitad del combate, solo pedía por Amelie, su familia maga fue lo primero en su mente, incluso ucando lograron salvarse.
Su felicidad no duró mucho cuando llegaron los reporteros a quienes, en el calor de la celebración, les dijo que era el único mago vivo tras trescientos años de existencia y ahora, bajo un contraste de frio riesgoso con la calidez de una victoria pasada, debía confrontar a su mujer, quien con la mueca que se rompería, le dislumbraba una paliza futura.
sonriendo al pensar en que hicieron algo bueno, no pensó que tras tomarse esa foto, el equipo de reporteros llegaría y al captarlo, tendría que decir que era el único mago vivo desde hace cuatroscientos años, mentira la cual se le ocurrió en ese instante, sin embargo, poco le duró la felicidad al volver a ver a Amelie con una clara mueca que se rompería en cualquier momento para darle una paliza.
—Pu-pues.... —Miró a un lado con temor marcado en sus cejas, pero volvió a ver a Amelie tras pasar saliva y volver a sentir demasiada tensión, como si fuera a explotar en cualquier momento—. Darin, ¿sabías que te amo?
—A otro perro con ese hueso. Habla ya —ordenó con claro disgusto en su voz y con ojos entrecerrados.
—Arhg, bien —Con un quijido de resignación, Jeff suspiró, bajó los hombros y habló—. Una agente me citó a un lugar donde me unieron a un equipo, pensé: "Solo ayudaré un poco y luego me voy" pero acabé enfrascándome en una batalla donde todos corrían peligro, sino actuaba, Alex y Nick hubieran muerto, todos, hubieran muerto. Lemurite y Kingslash estaban en riesgo, yo solo fui a cumplir mi deber como protector —explicó sin dudar, su voz se llenó de confianza.
Amelie, ante esto, solo suspiró con una ronrisa pequeña, sabía que Jeff le daría esa respuesta y era lo que había pensado, se sentía agradecida de que su novio fuera un joven solidario y que le gustaba defender a otros, pero también, no evitó sentir una sensación de inquietud que tensaba su cuerpo, después de todo, temía que Jeff muriera por salvar a otros.
—Darin —murmuró ella con un tono algo triste—. Me alegra que te guste ayudar a otros, pero, no me gusta que te pongas en peligro. —Tomó las manos de Jeff con ternura, pero por medio de esto, Jeff sintió las emociones de su amada—. No me gusta que no me hayas dicho nada y mucho menos pedido ayuda, prométeme que no pelearás solo en misiones peligrosas.
—Amelie-tan —Jeff murmuró con determinación—. Prometo que no me arriesgaré más con la Elite Force, me vi expuesto ante los no magos, casi descubren la existencia de los hechicero, pero. —Jeff recordó con felicidad la emoción del trabajo en equipo de todos los integrantes de la que consideraba su tercera familia y dejarlos lo hacía sentir preocupado, cosa que se evidenciaba en su ceño y mucho más cuando Alex, el líder le dijo: "Somos amigos, nunca peleamos solos"—. Hice la promesa de ayudarlos, por lo que te prometo ayudarlos, solo en momentos especiales.
Con eso prometido, Amelie le dio un beso en los labios a Jeff que duró unos segundos, pero la sensación cálida y dulce de los labios de su novio la hicieron sentir eso por mucho más tiempo, pero como beber chocolate caliente dulce, mientras tanto, Jeff, al sentir los fríos labios de su novia, no evitó suspirar ante una sensación fría que era refrescante.
En el jardín de la mansión Shetza, adornado por caminos de pieda, zonas separadas con distintas flores, un pequeño huerto de rosas, otro de geranios, unos cuantos árboles de frutas tropicales y hasta un laberinto a unos cuatro metros del jardín.
Al suroeste, cerca a una laguna, varias explosiones de poder se escuchaban. Estos eran ocasionados por Kiro, quien corria asustada, pero también con una determinación grabada en su mirada.
Disparaba ráfagas de energía verde al cielo en forma de cuchillos, se notaba cansancio en su rostro y respiración agitada.
Parecía calmarse cuando llegó a donde estaban los demás en cuestión de segundos. Cuando estaba por hablarle a los magos, una voz en lo más alto del cielo le llamó la atención.
—¡Estás en un exámen¡ —Gritó Ruth tras cortar las nubes con su lanza dejando verla siendo iluminada en un cielo azul por un radiante sol. Ante los ojos del resto parecían un ángel con una expresión seria juzgando a la humanidad—. ¡Respóndelo por tu cuenta! —Sonrió a medida que caía rápido con una expresión tranquila.
Kiro se asustó y levantó sus manos para dejar salir pequeños arpones que usó como látigos.
Por su parte, Ruth entrecerró los ojos, para luego tomar los arpones que se incrustaron en sus manos y soportsbdo el dolor, los jaló en un intento de impulsarse.
Los ojos de Kiro se abrieron ante el inminente golpe que recibiría, así que creó una barrera al rededor de ella.
Lamentablemente, Ruth, con una sonrisa maníaca, preparó su golpe, con el cual destruyó la barrera dándole un golpe a Kiro en el abdomen, tan fuerte, que sus ojos se tornaron blancos y escupió mucha saliva a pesar de usar Resistencia.
Todos presenciaron cómo la niña, de ahora once años, cayó al suelo adolorida.
Querian ir a ayudarla a levantarse, pero Sabrina, con una mirada sería, una mano levantada y la boca llena de pastel, evitó que actúen. Kiro se levantó con el cuerpo caliente de ira y su ser sucio. El golpe seguía perenne en su cuerpo dificultando su respiración.
—¡Otra vez perdí! —Exclamó tocando su rostro. Ruth aterrizó en un pie y desapareció, para luego aparecer en la puerta que conectaba la mansión con el jardín, aplaudia.
—No estuvo nada mal, mejoraste en tu control de energía, pero debes mejorar en tu reacción para no caer bajo ataque.
Todos, menos Sabrina, se mostraban sorprendidos. Sabrina recordaba que así eran sus entrenamientos, aunque todos parecían emocionados por esta metodología, para ella era estresante.
Debía estar alerta en cualquier momento. Ruth siempre decía que en cualquier momento podría estar bajo ataque, por lo que debía mantener su atención bien afinada. La ilusionista escuchaba la conversación de Kiro y Ruth sintiendo envidia, ya que si se equivocaba, le tocaba golpe.
Se cruzó de brazos y miró hacia a bajo y sin darse cuenta, soltó un suspiró que llamó la atención de su madre.
》¿Tienes algo que decir, Sabrina? —La expresión de Ruth era de fastidio, en cambio, Sabrina levantó la mirada neutral.
—Ahm, no, bueno, ¡¿Por qué no la mandas al hospital?! —Se levantó alterada y golpeando con sus palmas la mesa. Todos la vieron extrañada. El ambiente se tensó en todo e jardín, pero Ruth lo aligeró con una risita.
—Son clases de autodefensa, no de medicina. Vamos paso a paso.
—Tú sabes de que hablo —Se alejó de la mesa para caminar con una mirada inquisitiva a su madre, a su mente volvían esos tortuoso recuerdos de golpistas y groserías ante sus fracasos.
》Madre, ¿Por qué el entrenamiento de Kiro es distinto al mio?
—Hmm, oero es el mismo.
—No, si no hubiera encontrado las respuestas a tus preguntas, me hubieras matado —Presionó sus puños ante un enojo de años.
—Pu-pues....—Ruth se quedó viendo al vacío, no solo eso, sus cejas se colocaban en distintas posiciones en segundos como su le estuvieran diciendo algo que la molestaba.
De pronto, desapareció y apareció detrás de Jeff para sujetarlo del cuello, lo levantó y estrelló contra la pared que tenía por detrás.
No se detuvo, Ruth, quien parecía fuera de sí, sacó su lanza que estuvo por clava clava Jeff sino hubiese sido por Justin, quien invocó unas raíces que sujetaron con fuerza al Talismán y su arma. Friestown y el resto, desesperado, le apuntaron a Ruth.
Amelie le apuntó con su Bajo Cero ala nuca. Friestown le sujetó la cabeza poniendo presión con sus garras. Emperatriz activó su primer rugido para sujetar a Jeff y alejarlo de ahí.
Por un momento, Sabrina sintió una presión en su pecho que la estuvo por tumbar al suelo, su respiración se agitó y la visión de ella enterrada en un cráter siendo masacrada por su madreselva hicieron presentes.
Flashback
Unas súplicas que emanaban de la boca de una jovencita que era abatida por miles de puñetazos. Ruth, quien vestía con un suave traje deportivo negro, dio una patada que dejó a Sabrina de ocho años en el suelo, la niña tenía la ropa deportiva sucia y miles de moretones.
A penas podía mantenerse viva, Murmuraba algo, pero a penas se podía escuchaba, sin embargo, lo había repetido durante toda la paliza.
Sabrina repitió: "Mami, te amo, mami, te amo....ma-mami, y-yo te...amo"
Ahora, la pequeña Sabrina quedó desmayada mientras Ruth, la vio sin reacción y se marchó dejando una atmósfera de caos y destrucción.
En el presente, Sabrina estuvo por llorar pensando en que se repetiría, pero Ruth reaccionó y al darse cuenta de lo que pasaba, los vio apenada y cuando la soltaron, se alejó junto a la tensión.
Kiro la siguió atonita por su velocidad, ante los ojos de todos, cuando se posicionó detrás de Jeff solo pasó medio segundo y en el otro medio segundo lo estuvo por apuñalar.
Juntas entraron a la mansión dejando a Jeff y los demás. El Capa Sombría, ya más calmado, con ayuda de Emperatriz, se sentó en el asiento de antes.
No dejaba de quejarse por un fuerte dolor de cuello. El apretón de Ruth fue tan fuerte y firme que parecía de un oso.
Antes había saludado a Ruth de mano y su apretón era suave, sin embargo, este era un apretón que casi le quitaba la cabeza.
Lo había dejado asustado como si se hubiera enfrentado a un predador.
Dejando eso de lado, Jeff respiró bajando el hombros, abrió sus ojos castaños y volvió a preguntar por la identidad de esos hechiceros rebeldes que aparecieron en la ceremonia.
Ya resignados, cada uno habló.
Emperatriz comenzó explicando que existen dos tipos de dragones, los de escamas superiores, que son los Draco-humanos, dragones con la capacidad de transformarse en personas, y los de escamas inferiores que son dragones que no pueden transformarse. No obstante, hay una leyenda.
Según esta leyenda, si un escamas inferiores devora el cerebro de un escamas superiores, puede obtener la información para activar la capacidad de transformarse, pero son seres tan salvajes que solo piensa en devorar.
El chico que apareció es un dragón de escamas inferiores que intenta evolucionar devorando otros dragones de escamas superiores por medio de la técnica de asimilación.
—¿Asimilar? —Murmuró Yuri intrigado—. Es cuando algo absorbe tanto carne como maná, ¿No? —Vio a Emperatriz asentir dándole la razón.
—Aunque es mayormente absorción de carne y cerebro. Los atributos para un poder y la capacidad para usar magia se transmiten en los genes, pero en el cerebro está toda la información para usar dichos poderes.
》La niña que vieron fue una dragona de tierra que conocí, desapareció hace dos meses y ahora se por qué —Emperatriz decayó y vio a la mesa con una clara molestia. Según los informes que leyó, ese sujeto primero estaba devorando dragones adultos, pero ahora iba por jóvenes.
—¿Y por qué te quiere a ti? —Preguntó Justin confundido ante esta situación, estaba sentado al lado de Yuri y comía pastel.
—Un día, ese dragón apareció en la escuela y me retó a un duelo —Se reclina hacia atrás en su asiento—. Me dejó escoger y yo decidí ajedrez, le gané y ahora me quiere comer.
La tensión se sintió por todos lados. Jeff vio a Sabrina comiendo pastel muy a gusto ignorando los ojos afilados de su amigo.
—Bien, Sabrina, es tu turno.
—Tsk, bien —Bajó la cuchara con una mirada que decía: "Que fastidio"—. ¿Recuerdas que en tercer año de secundaria me cambiaron de escuela?
—¿Cómo no?, si en ese entonces me robaste mi primer beso —Exclamó Jeff con clara molestia, ese día fe a jugar con Sabrina y durante el partido de fútbol, ella lo besó tan apasionadamente, que Jeff quedó desmayado, sintió que le robaba el alma.
—Si, si —Parecía emocionada por que Jeff recordaba ese día—. Ese día conocí a una chica menor que yo, se llamaba Fritz.
》No recuerdo su apellido, pero se que es ilusionista. De la noche a la mañana se obsesionó conmigo.
》Ella no tenía amigos y era solo un extra, así que decidí volverla mi personaje secundario, le contaba cosas sobre ti y Yuri.
》Pero un día, cuando volví, ella se enfadó y trató de secuestrarme con sus Mil Manos, pero no lo consiguió y juró acabar contigo y el flacucho ese —Señaló a Yuri, quién se molestó.
—Bueno, pero ¿Por qué contra nosotros si tu la abandonaste? —Yuri estaba asustado.
—No sé, yo solo hablaba de como ustedes eran mis mejores amigos y nadie podía llegarles a los pies y que ambos eran los mejores magos que conocía, mis número uno y ella la número tres.
Jeff y Yuri se quedaron viéndola por unos segundos antes de verse entre ellos y decirle con los ojos entrecerrados:
—Es más que clara la razón.
—No será fácil vencerla —Comentó Sabrina—. Ella tiene tres cosas que la hacen muy fuerte.
》La primera es el hechizo ilusionista, Oniroluna, le permite crear lunas rojas capaces de encerrar a su víctima en un mundo imaginario si ve la luna o es tocado por su luz.
》Es difícil salir de esa ilusión, solo puede ser desactivado por ilusionistas de nivel avanzado. Ese es su magia de herencia.
》Su otra magia es de manipulación, el hechizo tesoro de los países orientales del sur, Las Mil Manos ďel Rey Mono, yo las llamo, Las Mil Manos de Fritz.
》Le permite transformar a cualquiera en marionetas capaces de usar sus mismos hechizos. Su apariencia y mente son alteradas para ser como las de Fritz.
》No se como anularla, solo se que hay un pergamino en un monasterio que tiene la solución, pero los monjes no dejan a nadie entrar.
》Y la última, tiene células Jult —Todos quedaron sorprendidos y querían reírse.
—Sabrina, esas células son un mito, no existen —Justin se puso nervioso—. E-eso es una mentira.
—Yo la vi usar en una hora varios hechizos de distintos clanes, esto no es una broma —Sabrina se puso seria, se notaba el temor en ella.
Emperatriz levantó la mano y preguntó por esas células, nunca había escuchado sobre ellas. Jeff la vio algo preocupado, pero le contó.
—Esas células son un mito, según él mito, hubo un hechicero llamado Dominus Jult, se dice que fue un no mago.
》No obstante, fue capáz de usar todos los tipos de magia por un fallo en su centro y células que le permitió eso.
》Se dice que tras copiar el hechizo de una familia real hechicera, todos los clanes fueron por él, pero a todo esos orgullosos magos los venció con sus propios hechizos.
》Cuenta el mito que dejó descendientes y que algún día volverá para poner a todos de rodillas.
—Eso significa qué Fritz es su descendiente —Emperatriz se preocupó, miró su pastel fascinada por lo que escuchó, no creía que había o hubo un mago tan fuerte.
Luego siguieron contando. Friestown les dijo que su oponente es un mago maldito que fue in amigo suyo, pero tras leer un libro prohibido, fue poseído por un Demonix.
Por su parte, Amelie les explicó que hace años, debido a un problema económico en su familia, unas personas se aprovecharon de eso.
A cambio de darles el dinero para las deudas, querían algo, el Bajo Cero, pero como Amelie era su única usuaria, ya que sus padres no lo heredaron, debían darla en matrimonio arreglado.
Sin embargo, cuando la situación mejoró, la familia Frost devolvió el dinero esperando que eso anule el matrimonio, pero no funcionó.
El samurai quería obligarla, es por eso que antes de que algo pase, Amelie se fue de ahí usando como excusa su marca lunar.
Cuando terminó la prueba y comenzó a salir con Jeff, se lo dijo a sus padres y ellos a esa familia, quienes supuestamente los dejaron en paz.
—Pero no fue así.
—Jeff, se que esta situación es rara, pero debes saber que no estoy contigo por ser el Capa Sombría, tampoco por ser mago muerte.
》Eres una persona honorable por preocuparte por los demás, no dejas que nada te detenga y me has demostrado ser divertido, apasionado en tus novelas, es por ello que quiero luchar a tu lado.
—Ambos luchando juntos contra un samurái, esta bien —Jeff, optimista, se puso de pie y se acomodó la capa—. Chicos, somos un equipo, quien se meta con uno, se mete con todos.
》Les prometo estar ahí cuando luchen contra esos sujetos —Hablaba con pasión y determinación que a todos los hizo asentir motivados imaginándose peleando todos juntos.
—Si luchamos todos juntos, ellos no tendrán oportunidad —Comentó Friestown pensando en cómo sería enfrentarse a su rival con Emperatriz, le parecía una situación gratificante.
Sería un momento con atmósfera apasionada y competitiva.
—Yo pido pelear contra el mago de la caza y Fritz —Pidió Valent emocionado—. Tengo un plan para derrotarlos.
—Yo puedo ayudarte contra el dragón —Amelie le habló a Emperatriz. La dragona le sonrió para agradecerle por querer ayudarla, Emperatriz, ya tenía pensado pedirle ayuda, ya que los dragones que no eran de hielo, podían ser afectados por el frío.
Mientras todos hacían planes para combatir contra el equipo rebelde, un grito del interior de la mansión llamó su atención.
Era el llamado de un hombre maduro que entró al jardín muy agitado. Pensaron que de seguro corrió desde Galit.
—¡Señor Jeff!! —Cayó de rodillas frente al grupo que se levantaron conmocionados. El ambiente se oscureció por un momento—. La señora Mandarina pide su presencia en Kingslash.
Todos quedaron muy preocupados, así que Jeff y los Reyes Magos salieron a toda marcha hacía la capital de Kingslash.
Cuando llegaron a donde debía estar la abuela, vieron que se encontraba dentro de un centro comercial, es por ello que transformaron sus ropas.
Entraron a una calle llena de tiendas muy ruidosas. Las personas caminaban hablando y metidos en sus propios asuntos. Niños jugaban, vendedoras de los puestos trataban de vender tranquilos.
Sabrina pasó al lado de unas dos chicas hablando de sus nuevas películas sin saber que la actriz que admiraban estaba ahí. No la notaban por qe la maga no usaba su cabello y ojos morados, sino, sus ojos blancos y cabello negro muy corto.
Friestown vio a tres jóvenes de diversas edades, uno de dieciocho, otro de dieciséis y otro de quince, conversaban calmados y felices. Friestown recordó lo que una vez fue su relación con sus hermanos, antes de la muerte de su primer hermano mayor, extrañaba esos momentos.
Por su parte, Yuri escuchó a un chico discutir por celular, se sentía identificado con él. Tras volverse el Capa Sombría, Jeff ya no pasaba tiempo con él.
Extrañaba esos momentos donde salían juntos a distintos lugares y vivir aventuras, se sentía triste. Cuando llegaron a una tienda de ropa infantil, entraron encontrando diversas prendas en percheros y mostradores.
Al pasar por un pasillo, pudieron ver a la abuela con Pickle observando unos maniquíes en medio de pasillos llenos de ropa.
Mientras se acercaban a ellos, Jeff no evitó pensar en todas las personas que caminaban a sus alrededores.
Todos ellos eran no magos, no tenían ni idea de su presencia, no sabían que habían magos y hadas en esa tienda.
—Abuela —Jeff levantó una mano en señal de saludo y un aura radiante con sonrisa cálida.
—Jeff, chicos, me alegro verlos, ayúdenme a encontrar ropa para Pickle, va a comenzar las clases y no tiene ropa nueva.
Valent, con mucha decepción le preguntó si eso era todo, a lo que Mandarina solo asintió sonriendo.
Cada uno se fue a buscar la ropa correspondiente, incluso Jeff tuvo que ayudar.
Una vez comprado lo necesario, salieron de la tienda. Mandarina les agradeció por ayudarla con las muchas bolsas con ropa que compró para su nieto.
Caminaban por un centro comercial lleno de personas. Jeff no pudo evitar ver a toda la gente caminando sin ninguna preocupación.
Hacían sus actividades sin preocupación, se tomaban fotos, conversaban y seguían con sus vidas, que para él, podrían llegar a su fin si no conseguía hacer algo con el tema de los Desterrados y los rebeldes.
Un niños niño pasó a su lado con un avión de juguete sonriendo y esto lo hizo sonreír.
No quería que nada malo pase, incluso vino a su mente revelar que existían los magos para pedir apoyo a los Mejorados y seres más fuertes de cada país.
—¿Qué pasaría si ustedes estuvieran comiendo en un restaurante y de la nada, escuchan a alguien decir que los vampiros existen? —Preguntó Mandarina con calma.
Todos se lo pensaron antes de hablar, era algo que se los estaba preguntando tan repentinamente, que no tenían una respuesta clara.
Justin le dijo que lo miraría raro y seguiría cocinando. Friestown exclamó que seguiría comiendo y lo arrestaria, ya que es policía.
Por parte de Emperatriz, tendría dudas y algo de histeria al igual que Sabrina. Valent tendría miedo, ya que si es verdad, temeria por la vida de su familia.
Y Jeff, junto a Amelie, respondieron que no le harían caso y seguirían comiendo, solo que conversarian burlándose de lo acontecido.
—Ahí esta la respuesta a tu duda, Jeff.
》 Si revelaras al mundo nuestra existencia, se armaria pánico.
》Jamás debemos revelarlo, a menos de estar seguros que podremos vivir como cualquiera, además, todos los clanes ahora mismo están en un conflicto que podría hacer estallar una guerra.
La mirada de Jeff se mostraba comprensible. Se mantuvieron callados por unos segundos, cada uno tenía dos vidas, como todos los magos, su vida no mágica y la mágica.
Debían de esconder su magia para no ser perseguidos por los Cazadores de Brujas. De pronto, cuando salieron del centro comercial, Sabrina habló:
—¿No sabe algo sobre los anillos del fin o de las otras reliquias?
—SI —Mandarina sacó un sobre de una bolsa—. Según mi informante, en una pirámide encontrada en Stahara está la daga del viajero.
》Quiero que viajen a inicio de enero allá y la recuperen. Si los rebeldes o los Desterrados le ponen las manos encima, sería devastador.
Aquella arma era un misterio, solo sabían que es capáz de cortar el cosmos y el multiverso. También se le conocía como la segunda llave de Dios.
—Esta bien, pero debemos ir ahora —Mencionó Jeff, sentía que debían aprovechar la información que tenían como una ventaja, sin embargo, Mandarina lo observó molesta.
—No, aún los no magos no la recuperan, debemos esperar a que la saquen de ahí y la lleven a un museo.
》 Confíen en mí, es importante seguir las instrucciones de la informante al pie de la letra —Recalcó mientras acariciaba el suave cabello rosado de Pickle, quien sonrió nerviosamente.
Ya la habían visto enojada, pero ahora, una admosfera de tensión se posó en todo el lugar. Los no magos de los alrededores comenzaban a caminar preocupados, algunos decia sentirse mal y otros solo que se sentían mareados.
Jeff y compañía pasaron saliva y aceptaron esperar, de todas formas, al ya saber donde estaba, podían tomarse su tiempo.
Fin del prólogo...
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