Extra

El Inquisidor traidor

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3 de Agosto del 2012

En Ciudad Imperio, la capital de Haunt,  Nataniel estaba en medio de cinco personas, estas usaban chaquetas largas con un color distintivo de sus respectivos elementos.

La joven peli azul de catorce años parecía triste, sus ojos eran la viva imagen de la depresión.

Movía sus manos cómo si tuviera un tic nervioso, pero en realidad, intentaba usar su autoridad, la cual ya no poseía.

—Tú, nos has revivido, ¿Verdad?, por eso no tengo mi autoridad —Se le acercó, parecía que estallaría en llantos, esto despertó algo de pena en Nataniel, pero lo consiguió volver alegría.

—Claro —Exclamó contento—. Lo he hecho porque al igual que ustedes, yo soy un Inquisidor.

》Busco liberar al mundo de los seres cómo los hechiceros, los Mejorados, y sobre todo, de cualquier criatura que no sea un Inquisidor cómo nosotros.

Su tono de voz enfadó al Inquisidor del espacio y al de las sombras. De hecho, también a la del agua y al del fuego.

Eran conscientes de que Nataniel si era un Inquisidor, de eso no tenían dudas, pero emanaba un aura que estremecía sus cuerpos. Debían ser cuidadosos.

—Dinos —Habló el Inquisidor de las sombras con un tono autoritario—, ¿Cómo planeas hacer esto?

》¿En serio crees que es necesario deshacerse de los hechiceros? ¿Qué te hace pensar que te ayudaremos?

》 Hemos acabado con la rueda zodiacal, así que un farsante de la libertad no será difícil.

—Pero —Susurró el Inquisidor de fuego preocupado sin dejar dever a Nataniel, quien le guiñó coquetamente—. Hemos perdido los poderes.

—Eso no importa, que nuestras autoridades nos hayan abandonado después de nuestra muerte, no significa que no podamos defendernos —El Inquisidor de tierra se puso frente a Nataniel.

》No somos Inquisidores por nuestros poderes, nuestros poderes nos eligieron por demostrar tener almas de un Inquisidor —Se puso en posición de combate, Imaginó que su brazo derecho era una espada que extendió a un lado.

Su aura imponente motivaba a sus compañeros. Los Inquisidores sonrieron, a pesar de estar molestos, serios o tristes, todos sonrieron fervientemente ante las palabras del Inquisidor.

Cada uno se puso en posición de combate, era claro que no aceptarían ayudar a Nataniel. Él los miró con enojo, pero lo disimuló con una sonrisa.

—Qué lindo, veo que este mundo moderno a dañado el concepto de los Inquisidores, que bueno que tiempo y luz están muertas, es una lástima para Alex —Miró al suelo.

La mención de los Inquisidores del tiempo y luz tocó una herida fresca en los Inquisidores, todos se movían en círculo, no le quitaban la vista de encima.

—Acabas de decir que... —La Inquisidora del agua aguantaba sus llantos, esto era evidente en su voz a punto de romperse.

Era natural que se viera afectada, después de todo, tenía catorce años, la Inquisidora más joven.

—¿Dijiste, Alex? —Resonó la gruesa voz del Inquisidor de la tierra, se acercó sin demora, tomó a Nataniel del cuello y lo apretó un poco.

Nataniel intentó liberarse, pero los gruesos dedos del Inquisidor eran fuertes, no importaba que no tuviera su autoridad de la tierra, seguía siendo fuerte.

》Escuchame, idiota, ¡No te le acerques!, puedes lastimarme, lastimarnos, pero a Alex, ¡A él no lo tocarán ! —Levantó a Nataniel, lo tomó de las piernas, lo acomodó rápido para romperle la espalda estrellando su columna contra sus piernas musculosas dejando escuchar un crujido que lo hizo sonreír.

Nataniel pegó un grito por aquel acto. Los golpes del Inquisidor de la tierra eran conocidos como los golpes insalvables.

Cuando te rompía algo, nada, ni nadie te podría curar. Lo dejó caer al suelo tras dejar escapar un crujido tan fuerte que resonó en las montañas.

Su respiración era agitada, intentaba calmarse, de alguna forma, ese golpe fue uno suave, si hubiera sido uno en serio, hubiera separado el cuerpo en dos partes.

—Vaya grandote, no has perdido el toque —Alabó el Inquisidor del fuego cruzado de brazos y maravillado.

—Sentí segundas intenciones en sus palabras, no quería liberar a nadie, ese sujeto es un monstruo —Hablaba agitado el Inquisidor de tierra con una mirada preocupada en su tosca cara.

—Segundas intenciones, ¿Eh? —Susurró el Inquisidor de las sombras. Sacó un lápiz de su manga izquierda.

Un sonido raro proveniente de todos lados llamó la atención del Inquisidor del espacio.

Cómo si de una predicción se tratase, corrió instintivamente a la Inquisidora del agua, al momento de empujarla, todo a su alrededor se volvió oscuro, esto se le hacía familiar.

Por fuera de esa oscuridad profunda, la Inquisidora cayó al suelo raspándose las manos, abrió los ojos ante algo que no pensó volver a ver.

—¿Dominio de las sombras? —Quedó congelada, su cuerpo no se podía mover, esto era provocado por la presencia de una autoridad.

De pronto, sus ojos se oscurecieron, cayó bajo el control de este Inquisidor.

Fuego y Tierra no perdieron tiempo, Tierra le dio un derechazo al Inquisidor de las Sombras, mientras que Fuego una patada voladora, pero el Inquisidor   desapareció haciendo que se golpeen mutuamente y caigan al suelo.

Luego, lo mismo que pasó con sus compañeros, les pasó dejándolos con un miedo antinatural.

—¡Traidor! —Gritó tierra—. ¡Eres un maldito traidor! —Daba golpes impulsivos al aire.

Los demás intentaban no moverse. Él Inquisidor de las sombras apareció a unos metros con su chaqueta negra y un aura abrumadora, además, a su lado estaba Nataniel.

—Veo que te has regenerado —Exclamó el Inquisidor de las sombras con una mirada neutral hacia Nataniel.

—No, por suerte, mandé mis heridas fuera de la línea de tiempo, fue cómo si nunca hubiera sido golpeado —Se frotaba la espalda. Observó el lápiz del Inquisidor —. Tu autoridad, la guardaste en ese lapiz, que bueno.

—Claro que no, solo bendije el lapiz con mi autoridad.

》A diferencia de las personas, los objetos mantienen esa bendición cuando el Inquisidor muere.

Además, si vuelvo a la vida, esa bendición puede pasar a mí nuevamente —Guardó el lápiz.

》 Espero que puedan serte útiles.

—Pero no tienen sus autoridades —Nataniel los observaba con decepcionado.

—Eso no importa. ahora que revivieron, regresaron con un pequeño fragmento del poder de sus autoridades.

》Cuando un Inquisidor elemental muere, una pequeña parte de su elemento se va con ellos. Por lo tanto, cómo volvieron, regresaron esos fragmentos.

》Siguen conectados con sus autoridades —Fue contra Tierra, le dio un golpe que lo dejó en el suelo cuando intentaba ponerse de pie.

El Inquisidor seguía gritando traidor con resentimiento.

》 Por lo tanto, si matamos a los usuarios actuales, sus autoridades serán guiadas por esas marcas de energía hasta ellos de nuevo.

—Muy bien, me alegra tenerte en mi equipo, Inquisidor de las sombras, Joseph Shetis.

Fin del extra...