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Capítulo 8: Liberen al Ziz

Capítulo 8

Liberen al Ziz

《¡Ayúdenme!, ¡No quiero matar!》, 《¡Ayúdenme!》, 《¡Ayúdenme!》, 《¡Ayúdenme!》, 《¡Ayúdenme!》, 《¡Ayúdenme!》, 《¡Ayúdenme!》, 《¡Ayúdenme!》, 《¡Ayúdenme!》

En medio de un espacio oscuro, la conciencia de Jeff flotaba escuchando gritos de alguien sufriendo.

No podía ver, pero eso no evitaba que gritase diciendo que estaba por llegar.

Salió de ese espacio llegando a una puerta extraña, al abrirla, se encontró con una habitación donde vio un enorme halcón de dos metros que estaba tirado en el suelo.

El ave quería levantarse, sin embargo, una extraña sustancia en su cuerpo lo impedía

—Ziz —Jeff quiso acercarse, pero el Ziz, al verlo, le lanzó un poderoso grito.

Estuvo a punto de salir volando, pero usó su voluntad para evitarlo al ponerse firme

》¡Quiero ayudarte!

—Vete, no estás seguro aquí —Se notaba una preocupación evidente en sus ojos.

De la nada, un instinto le advirtió a Jeff sobre algo que saldría de la nada, así que retrocedió hasta la puerta, pero varios tentáculos salieron contra su cuerpo, pero tras incendiarse en Podah, esos tentáculos no lo consiguieron tocar.

—Eso es de un Desterrado —Dijo Jeff viendo de donde salieron muy indignado.

—Ella me lo introdujo mientras dormía, no puedo evitar que me controle.

—Eso sí es un problema —Jeff se puso a pensar—. ¿Qué tal si usas mi Podah?, no sé si es posible prestar la magia a otro ser, pero si consumes mi fragmento de alma...

—Espera —Abrió sus ojos —, ¿No eres el verdadero Jeff?. Claro, debí darme cuenta, tu alma completa está sellada.

》 Mi Canto Divino sella las almas de cualquier ser vivo para comerlas después.

—Fue una solución única. Me dí cuenta que vencer a un Titán no es posible.

》Eres demasiado grande como para quemarte con mi fuego y con solo mover las alas, creas ráfagas de viento que impiden volar —-Suspiró—-. Sin duda alguna, eres el emperador del cielo.

—-En fin, sí puedes prestar tu magia, pero solo con pactos, a cambio de tu poder, debes pedirme algo.

》 Pon tu mano dominante en mi frente con tu magia dominante activada.

Siguiendo las instrucciones, Jeff, con algo de desesperación, activó Podah en su mano izquierda.

Puso su mano sobre la frente del Ziz sintiendo una suavidad inimaginable.

El Ziz cerró sus ojos dejando que el fuego oscuro se extendiera por su cuerpo, al mismo tiempo que el miasma lo terminaba por cubrir.

En ese momento, las brasas ardientes lo cubrieron para darle una sensación de calor muy calmante, al ponerse de pie, el fragmento de alma que Jeff le dio, se volvió polvo y cubrió al ave.

Quién, al sentir una poderosa energía oscura, abrió sus ojos y Gritó sintiendo la sobrecarga.

Una onda de fuego salió de su cuerpo cubriendo toda la habitación calcinando al Desterrado.

Por fuera, el gigantesco cuerpo estaba por cruzar el mar, pero se detuvo en una Pequeña isla siendo interceptado por Metatrón, quien  no se esperó y usó Theft en uno de los ojos del Ziz.

Dicho ojo se salió de su cuenca para aparecer sobre Metatrón, quien al solo rozarlo, usó veinte veces un hechizo para encogerlo al tamaño de una mano.

El Ziz no la dejó de lado y con solo gritar mientras se incendiaba, selló a Metatrón junto a ese ojo.

Sus plumas se prendieron en combustión espontánea. Por hacer algo por pararlo, voló alto mientras que una sustancia negra intentaba salir de su cuerpo.

No obstante,  sólo acabó por desaparecer. Las llamas volvieron al Ziz en un cometa que salió del planeta para acabar explotando en una ráfaga de fuegos artificiales.

Desde la tierra, se pudo ver cómo algo rompió el cielo. Por unos segundos se pudo observar el espacio y un frío extremo se sintió por ese corto lapso de tiempo.

En las ruinas de un palacio, Red salió al balcón tras escuchar una tremenda explosión.

Junto a unas Hekau y hadas, presenció el efecto de la onda expansiva. Todos salieron afuera.

Esto movió a las personas, estaban asustadas, por un momento pensaron en el fin del mundo.

—-El señor Jeff nos necesita —Susurró Red preocupado,  puso su mano sobre el mango de su espada.

En el prado, donde Jeff y Asad fueron sellados, un montón de polvo se alzó para formar a ambos jóvenes y un portal se abrió, de este salieron ambos chicos lanzados hacia sus cuerpos.

Una extraña manifestación de poder salía de ellos. Jeff abrió los ojos para respirar hondo antes de escuchar un estruendoso grito.

—¡Hermano! —Asad fue a por él—-, ¿Estás bien?

—-Si, por fortuna, el Ziz se sacrificó para poder liberarnos —-Jeff se puso de pie.

Su estado era de agotamiento, no pudo evitar recordar la majestuosa ave. Fue una criatura que quedó marcada en su mente.

—-Sería mejor que ya nos .... —-Asad vio algo brillante en el pasto.

Caminó y tomó un objeto circular brillante azul.

》¿Un huevo? —-Se sorprendió, nunca había visto un huevo así.

En ese momento, Jeff tuvo una visión por el libro de la sabiduría.

Ahora Jeff estaba en la mente de un hombre extraño, se encontraba en medio de las dunas de un desierto.

Se encontró con una montaña. No, no era una montaña, su forma no le era familiar a una montaña.

Poco a poco, ese ser dio un grito, antes de explotar dejando entre una abrumadora nube de polvo un huevo similar al que encontraron.

—Asad, ese huevo es de Ziz, él podrá volver.

—Oh, eso es genial —Miró el huevo sonriendo—.  Lo cuidaré en mi palacio hasta que crezca.

Cuando estaban por ir hacia los capullos de Las chicas, vieron algo que no se esperaban.

Angustia apareció y tras abrazar un capullo, se teletransportó de ahí dejando a los chicos atónitos.

A la vez, el capullo qe dejó se abrió revelando en Amelie, quién tras estirarse, dijo:

—Jeff, tuve un suelo raro —Se frotó los ojos—. Soñé que estábamos en otro mundo, hehe, pero no puede ser o —Vio sus alrededores, su calma cambió por sorpresa—. ¡¿No fue un sueño?!

—Amelie —Jeff la abrazó y besó tan apasionadamente, que ambos sentían que les faltaba aire, cuando se soltaron, Jeff le habló.

》Amelie, Angustia secuestró a Bianca.

◇◇◇

En una isla llena de huesos y un aire tétrico que alarmaría a cualquiera, Angustia encadenó a Bianca a unos enormes huesos similares a humanos.

La Hekau intentaba liberarse, pero era inútil, estaban hechas con hierro del cuerpo del Leviatán.

Bianca vio a Angustia eufórica, así que le sonrió.

—Veo que la reina está contenta.

—No sabes cuanto, por fin mi plan será funcionando, aunque veo que no puedo desaparecer a ese  Jeff, eso es irritarme.

—Entonces, ¿Pedirás recompensa?, ¿Pedirás el reino?

—¿Dinero?, ¡¿ Darme reinos?, claro que no, solo quiero conquistar estos mundos y para que no me detengan, debo asimilarse

Bianca se le quedó viendo extrañada, sabía que tenía un poder demasiado potente por la bendición del faraón, pero no sabía que tanto.

—Así que, quieres mi poder —La miraba tranquila—. ¿Pero no crees que es algo que podría perjudicar en tu ser?.

》Sé que antes te vieron visitando a un anciano y cuando murió,  te vieron en el funeral. Eres buena, aunque quieres seguir fingiendo ser mala.

》¿Será que te sientes tristes y no sabes quien eres?

Angustia frunció el ceño. Las palabras de la Hekau la hicieron sentirse insegura por unos momentos, pero se recompuso y solo se acercó con pasos largo para darle un potente bofetón a Bianca.

Bianca soltaba lágrimas y sentía una gran presión en el lado izquierdo de su cabeza he incluso calor. Fue tan potente que la mitad de su rostro estab rojo.

Con lágrimas en los ojos y un dolor insoportable, Bianca dijo:

—¿Estás asustada? —Le sonrió. Angustia retrocedió con nerviosismo y enojo qe ocultaba su preocupación.

》Según un libro que me regaló Asad, los animales atacando al tener miedo. Los humanos también atacamos al sentirnos vulnerables. Creo que hice...

Antes de terminar de hablar, Angustia le dio un puñetazo en el abdomen atravesando, con crujidos, el cuerpo de Bianca.

La Semi-humana no pudo hablar, solo dejó salir sangre de su boca. Sus piernas estaban por caer, sin embargo, intentó mantenerse de pie, pero solo quedó en eso, un intento, ya que cayó de rodillas bruscamente.

Angustia solo le escupió antes de darle una patada en las cienes arrancarle la cabeza.

Un gran golpe se escuchó proveniente de un enorme hueso donde la cabeza se quedó incrustada horizontalmente. Sin ningún remordimiento en su ser, Angustia deformó sus manos para crear dos cabeza de perro


Sus dedos eran sus dientes y sus brazos eran largos cuellos. Su cabeza derecha de lobo se Estiró y de un bocado devoró el cuerpo inerte que se hallaba frente a ella.

Soltó unos sonidos de placer ante el sabor del alma que seguía en el cuerpo. La otra cabeza fue hacia los restos estampados en ese gran hueso para absorberlos como si fuera sopa.

A medida que los brazos volvían a su forma anterior, Angustia sintió cómo su corazón se detuvo por unos segundos y varias heridas aparecieron en su cuerpo, de ellas salía una luz blanca que dejaba salir mucha pureza.

Estaba por caer inconciente, pero con ayuda de su bastón, se mantuvo firme y con silbar, el cielo se tornó oscuro. La isla de los huesos gigantes cayó bajo las sombras.

Los ojos de Angustia vieron bajar del cielo miles de esferas oscuras.

Una por una se metió a ella haciendo que se retuersa de agonía, pero también reduzcan las heridas qe quedaron cubiertas por tatuajes negros de costuras en esa piel canela caliente.

Sus ojos se volvieron negros por completo haciendo haciendo sus cuencas parezcan vacías y se derrame una sustancia negra de estas. A la vez, le aparecieron cuernos y se activó el Toque Divino.

No obstante, ahora las vendas estaban muy sucias, sus garras eran negras y su tiara era plateada con un ojo demoniaco rojo sobre esta.

Con entusiasmo gritó:

—¡Es hora de tomar la otra parte de mi reino! —Levantó las manos con furia—. ¡Errantes!, ¡Todos vengan!, Siéntanse agradecidos por ser devorados por su reina para acabar con el faraón volador!!

Las penumbras del cielo se juntaron en una esfera de donde salían muchos lamentos. El ambiente se volvió muy frío, tanto, que Angustia sentía muchos escalofríos. El viento corría con un silbido combinado con esos lamentos.

Rápido, la esfera cayó en las manos de Angustia, que abrió la boca y se la engulle de inmediato para sentir su aura de miasma crecer mientras soltaba varias ondas que destrozaban la isla.

◇◇◇

—Hija —Exclamó una mujer al entrar en una casa en forma de pirámide muy contenta—. Deja esa muñeca, el faraón acaba de llegar al pueblo, eso significa, que tu padre también.

—¡Papi! —Exclamó una niña de tez morena y con un vestido blanco representante de su pureza. Se levantó del suelo muy autoridad para salir con su madre.

Había pasado un tiempo desde que el soberano pisó ese pueblo. Se podía sentir el aire de devoción por todos lados. No era el pueblo más rico, pero se sentían los más adinerados cuando el faraón llegaba ahí.

Ese pueblo se conocía como Nephect, era un pequeño pueblo al oeste del país. Todos se reunieron en la plaza.

Varios soldados rodeaban un enorme palanquín dorado que resplandecía por ser de oro, de este salió un gran hombre con una máscara de hierro con forma de lobo.

Su presencia despertó confusión en todos y más en la pequeña niña.

Había llegado junto a su madre, intentó pasar por todo el público sin entender qué pasaba, cuando llegó al frente, quedó confundida.

No veía a su padre por ningún lado, se preguntaba dónde estaba su padre, el general del faraón. El faraón habló:

—¡Súbditos de Nephect! —Habló con un tono seco y apático—. Soy el descendiente del señor de la nación de la luna.

》He dominado su nación, todos quedan bajo mi dominio —Hizo una señal con su mano cubierta por unos guantes plateados con garras.

》Sin embargo, debido a que en este pobre pueblo existen Hekaus capaces de usar magia defensiva y de sanación muy poderosa, debo liquidarlos.

Tras hablar, silbó, en ese momento, todo el ambiente amable cambió por uno hostil.

Unos poderosos gritos en el cielo se hicieron presentes.

La pequeña niña no tuvo tiempo de huir, sus ojos se quedaron viendo como un soldado sacó su espada dándole una estocada directo al corazón.

Ella cayó al suelo escupiendo sangre, al estar tumbada en el suelo, solo se quedó ahí para acabar cerrando sus ojos.

Lo último que vio fue cómo los soldados avanzaron contra los aldeanos junto a unas sombras en el cielo, eran dragones voladores y lo último que escuchó fue a su madre gritando por su hija.

La masacre fue brutal, nadie consiguió escapar, los soldados acabaron con los civiles, mientras tanto, los dragones se encargaron de los Hekau usando sus mandíbulas para destruir sus hechizos de fortaleza.

Sin embargo, para contrarrestar la magia de sanación, el faraón usó una extraña trompeta.

Con ella, selló el alma de los Hekau y sus cuerpos se volvieron polvo.

Una vez destruido Nephect, el faraón se  llevó a todos los menores de edad, dejando solo el cuerpo de aquella niña.

Aquella niña yacía inerte en el suelo, no parecía seguir viva, su alma salió de su cuerpo o eso es lo que se pensaba.

Tosiendo sangre y cubierta con arena, aquella niña se levantó, sus ojos quedaron abiertos por toda la masacre que presenció.

Seguía viva, pero con el recuerdo que ningún menor debería tener, sus ojos dejaron salir lágrimas, sus puños se apretaron, presionando la arena que tenía en ellos.

Con la mirada al cielo, pegó un grito tan desgarrador que sonaba cómo el de un demonio enfurecido.

Se tomó de los pelos para comenzar a jalarlos tan fuerte que se arrancó muchos, he incluso se sacó algo de sangre.

Cuando se calmó, su respiración estaba algo agitada y su rostro estaba vacío.

—Todos, todos se fueron. Mami, papi, mis hermanas y hermanos —Sus lágrimas seguían cayendo—. ¿Nadie despertará para abrazarme? —Un escalofrío por el frío cubrió su cuerpo junto a un sentimiento de temor por un futuro incierto—. ¿Nadie me dará de comer?

—Yo te puedo adoptar.

Los ojos vacíos de la niña se abrieron con miedo por una gruesa y tosca voz, al ver a la derecha, se encontró con una criatura grotesca.

Su cuerpo era robusto, pero su cuello era como el de una jirafa y su cabeza era la máscara de un cuervo.

Acercó uno de sus largos y huesudos brazos hacia la cara de la niña.

Secó sus lágrimas dándole un poco de tranquilidad.

—¿Eres la muerte?, ¿Vienes por mi alma? —Preguntó la niña con una pizca de esperanza, quería que fuera eso, no quería morir, pero no sabía qué más hacer.

—No, bueno, vine al pueblo para comer unos cuantos humanos, pero veo que ese nuevo faraón acabó con todos, menos tú —Miró hacia el cielo —. Ese sujeto acabará con todos los humanos en pocos días si sigue así.

》Esto afectará el hambre de todos los Errantes, obligándolos a comer lo que quede, pero —Miró a la niña—. Eso no pasará si una Nephectiana lo derrota, sé que tú tienes la bendición del faraón, potencia tu magia.

—No tengo magia, ni siquiera me han enseñado —Sollozó con la mirada llena de lágrimas.

—No hace falta, lo tienes en tu interior —Con sus garras, se hizo unas profundas heridas asustando a la niña.

Ella se levantó y retrocedió asustada.

》Toma, bebe de mi sangre —Gritando entre dientes, le ofrecía el liquido negro que brotaba de su brazo.

Dudó, no tenía esperanza con esto, pero su estómago comenzaba a gruñir, sin otra opción y sin nadie que la detenga, la niña se acercó a su brazo y comenzó a succionar el oscuro líquido.

Sabía horrible, pero se sentía saciada.

Cuando se alejó, comenzó a sentir que le dolía el estómago, lo sujetó y cayó de rodillas gritando por ese dolor atróz.

El Errante se quedó viendo cómo la apariencia de aquella niña cambiaba. Sus ojos se volvieron blancos con manchas negras con un aro negro de pupila.

Arreglando su cabello rubio, la niña se puso de pie, sus llantos se volvieron risas maniáticas.

Estiró su mano a un lado creando un cetro de madera viejo.

La pequeña niña que una vez fue inocente, se volvió una de las más sanguinarias asesinas, su vestido se volvió negro.

》Dime, ¿Cuál es tu nombre? —Preguntó el Errante retrocediendo con miedo.

—¡Ja!, ¡¿Por qué mierda quieres saber?! —Reaccionó con furia, le apuntó con su cetro— Solo conformate en saber que soy la Angustia de todo el mundo concentrada en un solo individuo —Sacó sus alas y despegó.

》Avísale a mi nueva gente que les tengo un festín preparsdo en la capital.

Mientras Angustia se marchaba, todo el mundo se volvió negro, en ese instante, Jeff despertó.

Se había quedado dormido en los brazos de Asad, quien estaba sobre una nube que limitaba la distancia con el cielo de Olmos.

—Imbéciles —Murmuró Jeff mientras despertaba y volaba por su cuenta. Asad lo escuchó murmurar y con curiosidad le preguntó:

—¿Me lo dices a mi y a tu prima o a quién? —Señaló a Metatrón que estaba a su lado. La albina estab confundida. Jeff suspiró y les dijo que no se lo decía a ellos calmándolos.

—Lo que pasa es que, el Libro dela Sabiduría me lo ha mostrado. Ya sé lo que le pasó a Angustia —Jeff seguía sintiéndose mal, no solo físicamente, también mentalmente por las atrocidades qe vio.

》Tuve una visión, vi el pasado de Angustia, ella fue una niña que buscó venganza de un faraón de la nación lunar.

—¿Faraón de la nación lunar? —Asad quedó sorprendido—. Debes referirte al incidente de mi bisabuelo.

》Hace años, mi bisabuelo estaba por firmar un tratado de paz con los líderes de otras naciones, pero el príncipe de la nación lunar hizo una rebelión acabando con todos los líderes, menos uno.

—Osea, tu bisabuelo —Murmuró Metatrón que lanzaba Purga hacia la tierra.

—Sí, él fue salvado por un soldado. Ambos se ocultaron en el archipiélago, durante ese tiempo, varios pueblos desaparecieron.

》 Dicen que, de la noche a la mañana, el príncipe desapareció junto a su ejército.

》Esto fue aprovechado por mi bisabuelo para volver y casarse con las reinas de las naciones liberadas, todas quedaron solteras —Hablaba con orgullo—. Mi bisabuelo buscó a quien los liberó para agradecerle, pero jamás encontró a esa persona. Salvó millones de vidas.

—Entiendo —Jeff estaba serio—. Pues, resulta resulta esa persona es Angustia. Debemos hacer algo con ella, solo es una víctima de conflicto y está siendo manipulada —Exclamó Jeff.

—Tranquilo hermano —Asad le tocó el hombro derecho con motivación—. Confía en mí.

》Tú preocúpate por la daga, ya estamos muy cerca de conseguirla, yo me encargaré de ella.

》Mi filosofía es que todos tenemos una bondad bajo esas asperezas que se acumulan con el tiempo. Si ella es quien me estás diciendo, lograré convencerla.

Un aura de felicidad emanó de Asad. Jeff sintió cómo sus preocupaciones disminuyeron.

Era algo raro, era como si todo lo malo desapareciera. No perdieron más tiempo y cruzaron la delgada cortina hecha por la nube.

Del otro lado, una extraña sensación hizo que Jeff y Asad esquiven varias flechas, justo antes de manifestarse, los dos ya las esquivaban con dificultad.

Con una caída problemática, Jeff intentaba no ser tocado. Los silbidos que las flechas hacían al viajar hacia arriba llegaban antes que las municiones.

Con dificultad, consiguieron caer sobre un gran edificio, pero esto no evitó que sean sorprendidos por una lluvia de flechas en horizontal que los impactó.

No obstante, instintivamente, Jeff creó una barrera de Podah durante el ataque y aunque quiso bajarla cuando las flechas lo hirieron gravemente, se mantuvo firme.

Intentaba acostumbrar su cuerpo al dolor, pero era difícil, ya que las flechas no se destruían, es más, no les hacían heridas visibles, sino, solo los atravesaban por ser solo luz.

Asad usó su espada intentando cortar las flechas, pero estas atravesaron su arma como algo intangible para acabar quemando su mano y una aparte de su pecho, obligándolo a soltar su arma y a caer gritando.

Los ojos de Jeff se abrieron asustado, cuando estaba por usar su magia de espacio, su cabeza fue atravesada por una lluvia de flechas mucho más potentes, haciendo que caiga inconsciente y escupa sangre.

—¡Hermano! —Asad intentó levantarse, pero el dolor era tan fuerte que no podía moverse.

La barrera cayó y Jeff quedó de rodillas con los ojos abiertos, su cerebro parecía haberse apagado.

En ese instante, por el rabillo del ojo de Asad, una luz tan intensa se hizo presente.

Se intensificó hasta borrar el edificio completo. Asad no se podía mover, no conseguiría esquivarlo.

Jeff seguía vivo, pero sentía unos pulsos fríos en su cabeza que impedían que se moviera.

Cerró sus ojos.

《Adiós, Shadow》—Pensó Jeff asustado.

《"Adiós, Jeff. Quiero que sepas qué en serio, pensó  que deberías tener más  de una novia, no debiste conformarte solo con Amelie"》

《Cállate, al menos yo tengo novia》

En ese instante, una enorme flecha les estaba por dar, sin embargo, todo el ambiente se volvió helado ocasionando que Asad viera su aliento por primera vez.

—Qué heridas —Metatrón dijo  por detrás de ambos y mientras lo dijo, los tres desaparecieron antes de ser tocados por la luz.

De un momento a otro, aparecieron en la plaza de la ciudad que estab pavimentada. En medio había una gran fuente que alguna vez tuvo agua.

Amelie estaba sentada en un banco creando más pastillas sanadoras y las colocaba dentro de una bolsita, al ver a Jeff y Asad heridos, se levantó para ir y darles dos pastillas.

Con su clarividencia, vio el grado del daño y diagnosticó que sus almas estaban quemadas, aún así, podía calmar el dolor con las pastillas, pero no los sanaria sin un hechizo de alma.

Cuando tomaron las pastillas, ambos chicos se sintieron mejor. Jeff se levantó y adolorido dijo:

—Bueno, ya tuvimos un tiempo para descansar, así que, es momento de ir por la maldita daga —Exclamó con mucha energía y una mirada de terror.

Todos asintieron. Con ayuda de la clarividencia de Amelie encontraron la daga dentro de una torre, con rapidez, fueron allá.

Él edificio era grande, de al menos veinte pisos. Asad les dijo a todos que de este lugar salieron los disparos, por esto, las chicas y Jeff decidieron tomar precauciones.

Con la ayuda de Amelie, bajaron la temperatura de sus cuerpos, no querían llamar la atención y subieron rápido sin ver atrás.

Los escalones se hacían más largo a medida que avanzaban, al llegar al último piso, todos, menos Metatrón, llegaron cansados.

Según Metatrón, quien se reía, les explicó que los magos muerte tenían cuerpos que se adaptaban a la situación.

Sin darle importancia, frente a unas enormes puertas que estaban al lado de las escaleras, Jeff y Amelie invocaron sus cuervos.

Asad abrió las enormes puertas de un puñetazo. A medida que se abrían, los dos cuervos volaron al interior, volaron en lados opuestos creando una barrera de fuego que unía la puerta con lo que estuviera en el centro de la habitación.

Cuando terminaron, salieron de ahí desapareciendo en medio de la oscuridad, todo el lugar era cubierto por oscuridad, pero iluminado por las enormes ventanas que habían en ciertos puntos estratégicos.

Al entrar, los jóvenes encontraron una habitación gigantesca, era iluminada por un enorme tragaluz en el techo en forma circular que iluminaba algo en medio de la habitación.

Se tratab de una enorme esfinge que no pasaba el tragaluz y que no era tan ancha, pero no tanto cómo psra no entrar al círculo de fuego.

Fin del capitulo 8...

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