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Capítulo 17: Maga muerte

Capítulo 17

Maga muerte

En la zona este de Sheyan, una cafetería estaba por despedir a su último cliente del dia.

Era un lugar muy tranquilo, era un local de dos pisos, las paredes consistían de colores claros muy relajantes, él máximo de mesas que entraban al lugar eran de por lo menos de treinta.

Varios de los meseros eran adolescentes que ya estaban por cerrar.

Fue un dia muy largo y más para el hijo del dueño, un mago muerte con rostro que parecía delicado, pero sus brazos eran fornidos.

Estaba por salir de ahí, pero se sorprendió al ver a una mujer pelinegra caminando con un grupo de pubertos.

-¡Sabín!, ¡Sabes que a tu madre no le gusta que andes con extraños y más si son chicas lindas! -Exclamó con una sonrisa con intenciones ocultas hacia Maya.

Los chicos imitaron la actitud fría de Maya y entraron a la cafetería sin hacerle caso a su intento de conquista.

Él chico se quedó congelado por unos breves segundos antes de reaccionar y decirle que lo saluden por lo menos, pero todos ya se habían sentado en una mesa cerca a una ventana.

Sin quejarse, el joven entró, tomó una carta donde estaban todos los platillos a preparar y se los dio a cada uno.

Intentaba mantenerse sonriente cómo política del lugar, pero cada vez que le coqueteaba a Maya, esta hacía como si no lo escuchase.

Sabín lo observó con una mirada de aburrimiento para decirle que estaban ahí por la hermana del chico. Este suspiró, fue hacia una escalera y gritó:

-¡Valentín-chan!, ¡Tú noviecito vino a verte! -Exclamó con un pésimo temperamento.

En ese instante, una voz potente salió disparaba por las escaleras quejándose.

-¡Cuántas veces debo decirles a todos! -Bajó de inmediato con la cara roja -. ¡Sabín es solo un amigo!, ¡No soy su novia!, ¡No lo soy, no lo soy! -Se alteró.

Al verla alterarse y ponerse nerviosa por las palabras de quién dedujo que era su hermano, Maya sonrió.

Esto le recordaba a cuando fastidiaban a Sabrina con que un día terminaría profanando a Jeff, que mal que eso sí pasó.

Valentín se arregló el cabello negro antes de lanzarle una mirada acusadora a Maya, avanzó hacia la mesa con pasos largos.

Cada paso era potenciado en eco por sus zapatos de charol. Maya quiso saludarla amablemente, pero antes de hacerlo, Valentín le dio una potente bofetada que hizo eco asustando a los presentes.

Por fortuna, no habían clientes presentes, solo los empleados terminando de limpiar y cocinar los sandwiches pedidos por Maya.

-¿Qué? -Maya estaba por gritarle, pero se contuvo, respiró hondo antes de sonreír -. ¿Qué pasa niña? -Contuvo sus ganas de romperle la cara.

-Alejate-de-Sabín -Murmuró muy despacio, frunció el ceño, apretó los puños y su respiración era muy agitada-. Él solo me necesita a mí.

-¡Valentín-senpai! -Sabín quiso calmarla, pero se asustó por su actuar -. Tranquila, no debes asustarte, ella es Maya, mi Nee-sama, mi Rey Mago ilusionista -Exclamó muy motivado.

Sus palabras hicieron que todos los niños le gritaran que se callara, tanto ellos cómo Maya quedaron aterrados por lo que dijo en ese lugar público donde varias personas se quedaron viéndolos.

De pronto, un chasquido de lengua ocasionó que todos, incluido al hermano de Valentín, se desmayen.

Valentín estaba cruzada de brazos y una mirada de resignación hacia Sabín. Los pubertos de la clase de Sabín sabían que él era un boca floja, osea que no se podía guardar ningún secreto.

Maya quiso calmar a los muchachos. A diferencia de los adultos, pubertos tomaron la identidad de Maya con mucha normalidad en el parque cuando Sabín hizo lo mismo.

-En serio Sabín, debes aprender a guardar los secretos -Maya exclamó tratando de consolarlo ante miles de miradas furiosas por parte de sus amigos.

-Ese es mi Sabín, no es bueno con los secretos y eso es lo que me gusta -Valentín soltó una risita pícara -. Si fuera capáz de mentir, me sería difícil saber si me es infiel.

-Ustedes son menores, no deberían pensar en eso, solo deberían pensar en los estudios.

-Ja, como se nota que jamás te has enamorado, tiene sentido, mi madre me contó que los magos ilusionistas eran unos arrogantes -Valentín hablaba con mucha normalidad-. Tanta es su arrogancia que de seguro ningún hombre quisiera besar esos labios estirados.

》Si salieras con un chico, este de seguro preferiría morirse en vez de estar con una mugrosa, arrogante, presumida y estirada maga ilusio...

-¡Valentín! -Sabín golpeó la mesa interrumpiendo a Valentín.

La chica de trece años observó estupefacta la forma con la que su mejor amigo la observaba, era claro que Sabín estaba molesto.

Con un movimiento de sus ojos, el chico la hizo dirigir su mirada hacia Maya, ella estaba por llorar.

Valentín quería disculparse, pero Maya se levantó de inmediato con dirección al baño, se encerró para ir hacia el lavabo y lanzarse agua a la cara.

Estaba tan roja y caliente que sus manos las sentía heladas, su respiración se hacía cada vez más agitada por su creciente furia.

No es propio de un mago ilusionista dejar que esas palabras los afecten tanto. Se vio al espejo observando a la vieja Maya, pero con una adultez que jamás pensó ver.

-Tranquila Maya, es solo una niña, no sabe lo que pasó. Tú terminaste con Shayan, no directamente, pero volverse un Desterrado le dio el mensaje -Se dijo a sí misma con una mirada de serenidad esperando a que su ánimo se levante, pero esa misma mirada serena la seguía destrozando.

》¿Por qué debías ser un maldito punto seguro para mí con esa dulce mirada? -Sujetó su rostro con las manos con fuerza, se estaba estresando por todo el conflicto en su mente, se calmó para salir de ahí con una mirada serena.

Valentín se acercó para disculparse, parecía que lloraría, pero Maya se puso a su tamaño, le sonrió y tomó su hombro con una presión delicada.

-¿Maya? -Murmuró Valentín conteniendo su angustia.

-Es verdad, no me importa que me dejen, soy única y si los chicos no lo aceptan, se lo pierden -Le sonrió con una mirada de lástima-. ¿Qué tal si me explicas sobre la magia de la muerte?

》 Ya sabes, tengamos una charla entre las dos magas más fuertes de su generación -Inclinó la cabeza con una sonrisa involuntariamente grande.

-S-si, Maya-sama -Murmuró contenta, tenía la mirada en el suelo.

◇◇◇

-Escuche Maya-sama -Valentín sujetaba un libro.

Se encontraban sobre la azotea de la cafetería.

Maya y los chicos estaban sentados sobre unos bancos viendo a Valebtín junto a una pizarra.

La chica se hirió en una mano.

》 Para entender cómo sanar con la magia muerte, debe entender que la carne es el conjunto de células vivas.

Estas se multiplican al ser alimentadas, estas células forman materia, la materia puede ser manipulada -Sus heridas se cerraron solas.

De inmediato, se abrieron dos heridas profundas en sus palmas, de donde salieron un par de ojos.

》Si consigues convertir esa materia en hueso, músculo o piel, puedes reemplazar una parte que no sirva.

》 La magia muerte te permite usar hechizos de estilo bioquineticos, carne, plantas, fluidos u alguna sustancia o parte del cuerpo puede ser controlada.

》Es por eso que Sabín pudo curarla, manipuló las células de su cuerpo con él fin de crearte otro ojo, pero veo que lo volvió de color morado -Señaló el ojo derecho de Maya. La ilusionista frunció el ceño.

-¿Eh?, ¿Mi ojo es morado? -Valentín le pasó un espejo que tenía sobre una mesita con materiales para dibujar.

Al verse en el espejo, Maya quedó sin palabras al ver su ojo, su iris era morado-. ¿Cómo es posible?

-Hmm, eso sí es raro, según la sensei Haruko, si le regeneras un ojo, nodeberia cambiar de color al otro, a menos que... -Valentín vaciló antes de hablar-. Tengas un gen recesivo.

Maya comprendía de qué hablaba, era conocimiento general cómo funcionaba la genética.

Si la madre de una persona tenía cabello rubio y su padre cabello negro, era mayormente posible que sus hijos salieran con cabello negro, de esta forma, el cabello rubio se volvería un gen que estaría dormido, pero estaría ahí.

Lo mismo pasaba con los magos, los hechizos o estilo de magia de herencia eran genes dominantes de la familia, sin embargo, una persona también podía tener acceso a otras magias por genes recesivos, siempre y cuando un familiar tuviera esa cualidad.

-Eso significa que -Tocó su ojo-. Tengo un pariente que era mago muerte.

-Onee-sama, ¿Tienes algún hechizo que conste de usar carne o sangre?

-Pues sí, si tengo -Se hizo heridas en el cuerpo para dejar que su sangre brote. No obstante, los chicos y Valentín sintieron un olor que los mareaba y aturdia.

-Sin duda, eso es magia muerte. ¿Jamás te diste cuenta?, ¿Nunca sentiste que eras capáz de saber diferenciar emociones en la voz de las personas?

》¿No te volvías más emocional y otras veces perdías tus filtros?, ¿Nunca quisiste saber de donde venía esa sangre especial? -Las palabras de Valentín hicieron que Maya se diera cuenta de varias cosas que la hicieron abrir los ojos.

Congeniaba más con Metatrón y Jeff que con Sabrina.

Cuando lloraban, ella lloraba, cuando reían, sentía una gran felicidad y cuando aparecía algo que enterraba a otros, a ella le parecía lindo.

◇◇◇

Dentro de un enorme palacio imperial oriental, gemidos por parte de un hombre y una mujer se alzaban por todos los pasillos.

Estos sonidos no interrumpian a los soldados con armaduras, ni a otros miembros del personal, solo a un joven rubio con un kimono negro que se adentró a los pasillos.

Al llegar a una puerta corrediza, la deslizó para entrar lo antes posible. La situación lo dejó con una ceja arqueada.

-¡Oigan!, ¡Dejen de comer pastel! -Gritó muy molesto.

Delante de él estaban un joven de cabello negro y ropa inusual, junto a una mujer con orejas y trece colas de zorro naranja.

-Hiroki-san, el pastel de Jeremy-senpai es demasiado sabroso y uno no puede evitar hacer esos ruidos -Comentó la mujer de unos dieciocho años, aunque parecía más joven.

-Si, lo que dijo la Kitsune -Mencionó Jeff fascinado y con la boca llena.

Lo único que recordaba era despertar en un campo de arroz de donde fue rescatado por soldados y cuando llegó a ese lugar, esa Kitsune le ofreció pastel.

Al principio no sabía si confiar de ella, pero tenía tanta hambre que a Jeff no le importó y acabó degustando el pastel más delicioso que haya probado, tan delicioso era, qué Jeff gimió de placer.

Por un momento recordó las veces que estuvo en medio de actos íntimos con Amelie. Era un pastel celestial.

Aquel joven rubio los vio molesto, se notaba irritado con la acción de ambos individuos que estaban despreocupados ante la situación que los desafiaba.

-Arpa-sama, no creo que sea momento de comer un pastel, en unos minutos, Karasu-sensei llegará y comenzaremos con el ataque.

》Debemos rescatar a Yae-sama y a mi padre -Dirigió su mirada a Jeff-. Por cierto, ¿Quién es usted?, lo encontramos al lado de una mujer extraña de ropa negra cerca de Sheyan.

Jeff pasó la porción de pastel que se comió para regresarle la mirada serena, pensó que estaba en un lugar donde podía decir la verdad, ya que como pasó en tierra tres, posiblemente no lo tomarían cómo enemigo.

-Soy Jeff Slaider, un mago de otro mundo, fui enviado aquí por mi "prima" junto a otra chica. Descuiden, no soy un enemigo, solo quiero volver a casa con mi compañera -Explicó con tranquilidad.

Una vez que escucharon sus palabras, la kitsune le dio una sonrisa cálida y le dijo que era increíble, ya que era el segundo sujetó de otro mundo que conocía.

Por otra parte, Hiroki se cruzó de brazos y con un tono severo le dijo que no le creía, no parecía convencido, por su mente pasaba la idea de que Jeff era un espía enviado por el emperador de la ciudad demoníaca.

-Vamos, Hiroki-san -Arpa hablaba con un tono de súplica-. No veo maldad en sus palabras, aunque veo un aura oscura que lo rodea, pero aun así, no veo maldad.

-No se confíe, Arpa-sama, los magos son muy malvados, ya vio con sus propios ojos cómo uno de ellos secuestró a todo el clan de los elfos y hadas.

》No se puede confiar en estos fanáticos de la maldad -Exclamó con mucho rencor hacia Jeff, le apuntó con su katana. Jeff pasó saliva nervioso.

-Un momento -Jeff se levantó algo confundido, al ver que le faltaba el brazo derecho, trató de ver a los ojos a Hiroki, seguía tratando de superar su pérdida-. Soy un mago muerte, pero soy uno de los dos últimos, los demás se extinguieron y no eran malos.

》Mi abuelo me dijo que solo eran incomprendidos, pero no traían maldad.

Hiroki le hizo una herida a Jeff en una mejilla. La sangre se mantuvo dentro de la herida, pero tras guardar la espada, Hiroki hizo que esta brote sin parar.

Jeff tardó en procesar lo que pasó, pero cuando lo hizo, una sensación de angustia lo inundó por culpa de esa velocidad.

Fue igual de rápido que Decadencia, la segunda pesadilla mundial. Aunque estuvo peleando con Pesadilla, prestó atención al combate de su novia con esa Desterrada.

Era un combate de velocidad y respuesta dónde Amelie tuvo problemas para seguirle el paso.

-Para que sepas, no me interesa, lo que veo es toda la evidencia que necesito.

Tu gente está en este mundo matando y secuestrando gente desde hace dieciocho años, ya no podemos con nada de esto -Hiroki se dio la vuelta enfundando su arma-. Ven, te llevaré con tu amiga, está en el pabellón medico.

La recoges y se van de mi mundo -Salió embravecido.

Jeff y Arpa se quedaron viendo a la puerta, era claro el odio de Hiroki hacia los magos.

-No te preocupes por Hiroki -Habló Arpa con un tono tranquilo -. Es algo gruñón, pero no tiene la autoridad para echarte de mi país.

》Agradece que no estás en el suyo, ahí sí podría ejecutarte -Salió de la habitación siendo seguida por Jeff.

Jeff quedó maravillado por el extenso jardín que lo esperaba en el patio. A medida que avanzaban, entraron en un pasillo que los llevó a una gran puerta roja.

Al cruzarla, se encontraron en una enorme habitación llena de camas de hospital con soldados que estaban siendo tratados. Algunos tenían cortes que ni una operación salvaría.

Otros presentaban malformaciones y extremidades de más saliendo de sus cuerpos que imposibilitaban sus movimientos.

Los presentes sentían que estaban en una película de terror y más al ver a un hombre con manos en vez de ojos y dos cabezas sin ojos en lugar de piernas.

Jeff quiso salir corriendo, pero una sensación cálida en su mano lo hizo dirigir su atención a la mano de Arpa que apretaba la suya dejándolo queriendo llorar.

-¡Bruja! -Gritó Hiroki, avanzó hacia una mujer que no dejaba salir alguna señal de maldad, pero sí una cantidad de miasma considerable.

Jeff frunció el ceño ante tal nivel de energía maligna.

Aquella joven vestía con unos pantaloncillos anchos negros y un kimono corto del mismo color ajustado con una cuerda.

Se acomodaba su haori blanco donde Jeff reconoció una insignia en forma de estrella, el logo de los Reyes Magos.

La mujer sacó una jeringa con aguja larga, dentro de esta inyección había una pequeña masa de carne muy extraña.

La mujer dirigió su mirada hacia Jeff dejando ver sus ojos morados y cabello negro muy corto cómo de chico.

-Así que tú eres el actual Capa Sombría -Se acercaba con una sonrisa. Jeff no apartaba la vista de aquella aguja, su temor a las agujas se hacía presente-. Jeff Slaider, no esperaba que fueras tan guapo como tu padre y abuelo -Levantó una mano para acariciar con las yemas de sus dedos la mejilla derecha de Jeff sintiendo su suavidad.

Jeff abrió sus ojos ante la mención de su padre y abuelo, incluso, escuchar su nombre salir de su boca lo llenó de confusión.

-T-tú, ¿Conociste a mis padres? -Murmuró con el ceño fruncido, retrocedió un poco sin quitar su mirada de la extraña aguja.

-Claro, fui amiga de tu madre en la secundaria en la academia Merlín, fui su seguridad durante el tiempo que estuvo embarazada -Sus ojos se llenaron de melancolía-. No te muevas -Con cuidado, le inyectó el extraño líquido.

La masa de carne que estaba dentro de la jeringa se redujo tanto que Jeff no la vio entrando en su cuerpo.

Aguantaba las ganas de gritar levantando la mirada, apretando los dientes y respirando rápido por lo insoportable de eso.

De pronto, Jeff sintió alivio cuando sacó la aguja, sin embargo, algo más le daba una extraña molestia, tocó lo que quedaba de su brazo de dónde podía sentir que algo estaba atrapado.

-¡Qué me inyectó! -Aguantaba el dolor que era insoportable, su respiración se hacía más dificultosa.

Sus ojos se abrieron al presenciar cómo cinco bultos salían de lo que quedaba de su brazo seguidos por otros bultos más grandes y largos que poco a poco tomaban la forma de un brazo idéntico al que perdió.

Cuando terminó la transformación, se alivió y se sorprendió por lo que veía, nunca vio una técnica de ese estilo.

-Tal vez no sea magia sanadora de estilo luz -Tiró la jeringa en un basurero cercano -. Pero es muy buena para hacer injertos de brazos con una muestra de carne de otra persona.

》Eso es lo que nos hace magos muerte, usamos lo extraño para ayudar a otros.

-¿Usted es una maga muerte? -Jeff la señaló con una voz llena de conmoción. La mujer frunció el ceño y le golpeó la mano con la cual la señalaba.

-No hagas eso, es malo señalar a otras personas así -Por dentro, la mujer recordaba lo mucho que odiaba que señalen de manera acusadora a otras personas.

Esto era algo que la disgustaba desde pequeña. Jeff se disculpó de inmediato, al estar en frente de una maga muerte pura, no quería quedar en ridículo y más si tenía recuerdos de su familia.

-Por cierto, señora.

-Llámame Artemisa.

》Si quieres ver a tu amiga, está ahí -Señaló a la izquierda a una cama que estaba cerca de ambos.

Jeff, de inmediato, pegó un grito y saltó hacia atrás para activar el Podah por su miedo, lo apuntó a la joven pelirroja sentada a los pies de la cama.

Estaba molesto por la presencia de aquella mano quién al verlo, se levantó y fue hacia él con una actitud neutral.

-Mucho gusto Jeff, soy...

Podah!

Justo al momento de inclinarse ante Jeff, la mano levantó la mirada para quedar interrumpida por el Capa Sombría cuando gritó el nombre de su hechizo activando un puño de fuego que se dirigía a él.

Sin embargo, Artemisa interceptó el puño de Jeff tomándolo de la muñeca, ella no toleraría peleas en su enfermería.

Ella era médico, por ende, no peleaba, sin embargo, si tenía que golpear a alguien, lo haría. Dirigió su enojo hacia Jeff haciendo que trague saliva de manera involuntaria, además, apagó su Podah al sentir un leve dolor en su brazo.

-Si quieren matarse, no los detendré, pero háganlo afuera. Mis demás pacientes necesitan descansar, fueron afectados por los magos muerte y necesito silencio.

◇◇◇

Una vez fuera de la enfermeria, Jeff se calmó para ver a Hiroki y preguntarle por qué tenían una maga muerte en su equipo si no los toleraba.

Él espadachín solo le dijo que ella era diferente según su maestro.

Esta respueta no parecía haber convencido a Jeff, aun así, vio a la mano y con una mirada de molestia, le habló:

-¿Tú qué haces aquí?, eres un cadáver que controla Fritz, ¿No? -Ladeo la cabeza con confusión-. ¿Dónde está Maya?, Shadow me está diciendo que nos enviaron juntos -Le habló con un tono autoritario y le propinó un golpe en la cabeza. La mano se quejó por esa acción.

-En primera, no soy un cadáver, me transformó cuando estaba vivo trabajando en una construcción.

》Yo era un hombre de cuarenta años. En segunda, antes de que nos capturaran, me pareció ver a unos sujetos de ojos morados llevársela.

-¡¿Eh?! -Abrió sus ojos por la sorpresa-, La han secuestrado nuevamente, no lo puedo creer -Estaba frustrado-. Ahora debemos recuperarla nuevamente.

-Espera -Exclamó Hiroki-. Dijiste que fue capturada por alguien de ojos morados -Se puso unos dedos en su mentón para pensar en voz alta-. Puede que esté en Sheyan, la ciudad que vamos a atacar cuando llegue mi maestro, ¿Tendremos que modificar el plan de ataque?

En ese momento, el pasillo se llenó de tensión por el reciente descubrimiento de un rehén en la ciudad.

La mano quiso hablar, pero Jeff le dio una mirada muy seria capáz de ponerla nerviosa, la mano decidió mirar al suelo y se mantuvo callada.

Jeff tenía nuevas cosas que procesar, sabía que este nuevo arco de su vida no terminaba, ahora debía rescatar a Maya. Por suerte, sabía que podía volver a casa llamando a Montserrat.

◇◇◇

Junto a la mano, Jeff salió de la fortaleza al extenso jardín bajo el cielo gris con rafagas de viento que soplaban enfriando todo.

Las flores y pasto se movían junto a un silbido por el clima de ese mundo. Jeff y la mano se sentaron sobre una roca en medio del jardín.

Movían las piernas mientras miraban a la nada, ambos pensaban, pero no lo mismo. Aunque se encontraban en el mismo lugar, los dos estaban absortos en sus propios mundos.

-Gracias -La mano rompió el silencio.

-¿Eh?, creo que deberías agradecerle a Shadow, él fue quien te lanzó el Podah -Puso sus ojos en blanco-. Así que eres un hombre mayor llamado Greg.

-¡Ajam! -Exclamó contenta-. Soy lo que tu gente conoce como no magos, pero ahora comparto la carne y talentos de Fritz.

》Este cuerpo lo cubrió con su ADN he incrementó el tamaño de mi centro por lo que escuché, así que es posible que pueda usar su magia de la luna.

-Lo siento mucho por lo que le está pasando señor-Se recostó en la roca para ver el cielo gris que le daba una sensación de felicidad -. Fritz es una maga muy problemática.

-Descuida, no es tan malo, ahora mis triglicéridos han bajado y mi diabetes desapareció.

》 Claro, siento algo de dolor por este nuevo cuerpo y cuando Fritz duerme me atormentan sus sueños, pero me siento bien -Se acostó para ver a Jeff a los ojos, aunque por el tamaño, lo vio a su nariz -. No es culpa de Fritz, es muy ingenua, solo piensa en complacer a quién la quiera.

》Su mayor deseo es pertenecer a un equipo. Tener tantos talentos la priva de amigos, encaja y a la vez no en los clanes de magos.

》No piensa cómo todos ellos. Metatrón se está aprovechando de la bondad de esta joven.

》Si Fritz se entera, me temo que se hartará de todo y nos matará sin discriminar.

-Fritz es una bomba de tiempo -Jeff pegó un grito al cielo asustando a Greg -. Sabrina, si no le hubiera dejado de hablar a Fritz, nada de esto estaría pasando.

Fin del capítulo 17...

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