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Capítulo 6: Maya vs Coyote

Capítulo 6

Maya vs Coyot

Maya estaba congelada, la batalla presenciada fue demasiado rápido para ella, no pudo ver que pasó antes  que Emperatriz saliera volando.

Duró solo unos segundos. Este no era un Desterrado normal. Maya manifestaba una sonrisa involuntaria, bajó su arco para caminar hacia él.

—Qué jovencita tan linda, pero su forma de pelear es muy vulgar, es una lástima —Hablaba decepcionado. Iba hacia la puerta del santuario.

—Para mí, la forma en la que combates es mucho más vulgar.

》Desde el comienzo usaste toda tu velocidad —Maya se interpuso en su camino.

—¿Piensas que eso es vulgar?

—No solo eso, es injusto para quien no conoce tu velocidad.

》Lo mejor seria que fueras aumentando de ha poco para darme oportunidad —Tenia una mirada neutral.

—Hmmm, si una dama como tú me lo pide, no tengo por qué negarme —Exclamó Coyote.

Hicieron una reverencia al mismo tiempo sin quitarse la vista de encima.

Coyote le cedió el primer movimiento a Maya, quién le agradeció con la frase:

—Usted si es un caballero.

Niebla Delusoria

Estiró sus brazos hacia los lados y chasqueó haciendo que tanto de sus mangas, como de su capucha saliera neblina rosada que cubrió todo.

Tal técnica hizo que Coyote respirar hondo y exhalara fascinado.

—Es neblina alusonojena, un poder proveniente del demonio de la lujuria —Tosio mientras hablaba.

Sus ojos se posaron en donde antes había estado Maya, quien desapareció sin dejar rastro alguno.

La buscó por todos lados, pero nada, hasta que sintió unos pasos por detrás, así que dio un golpe hacia esa dirección sin tener éxito.

Un silbido que resonaba por todos lados provocaba que sintiera ha muchas personas cerca.

Persivia sonidos y observaba siluetas que caminaban cerca, fue hacia una logrando darle en el pecho, pero resultó solo ser un montón de tierra.

Siguió caminando y gritando que era una técnica muy perfeccionada.

Solo le respondían  con silbidos tétricos haciéndolo decir que le gustaban las chicas de pocas palabras.

—Entonces es una lástima, por que comenzaré a hablar —Maya apareció detrás de él.

Al darse la vuelta, Coyote le pidió seguir con la magnífica pelea.

—Yo ya di el primer paso —Levantó un dedo para llamarlo con él—. Es tú turno —Dijo con un tono seductor.

Coyote no perdió tiempo y fue contra ella, sacó sus garras para darle un ataque que podría dañarla.

No obstante, su cabeza le daba vueltas impidiendo que se enfoque cuando consiguió atravesar a su rival, pero se percató que fue una alucinación.

La real estaba a su lado y no tardó en darle una patada que lo dejó en el suelo antes de desaparecer entre la niebla.

Un olor a hierro y agua oxigenada llenaba el ambiente. Dicho aroma no lo notó, hasta ahora, por lo débil que era.

—Usted logró confundir mis sentidos, es la primera vez que siento tanta emoción después de tiempo.

》Talvez seas la indicada.

Los silbidos se intensificaban haciendo que miles de siluetas idénticas lo rodearán. Cada una tenía un aura que podría asustar ha cualquiera, pero no ha él.

Coyote levantó su mano izquierda para chasquear.

Toda la neblina se encendió en una combustión casi completa haciendo que el fuego y la onda causen un derrumbe.

Una cortina de humo se elevó ante el incendio, la tierra se volvió ceniza y de entre los escombros, Coyote salió.

Parecía llorar por su cuerpo que manifestaba estar demacrado, pero al instante, parecía restaurarse sin complicaciones.

En tan solo unos segundos, su cuerpo sanó.

—T-tú hiciste que me quemara, ¡Fantástico!

》La sensación cálida y abrigadora envolvió mi cuerpo en un abrazo que me quemaba por dentro"

No tenía una actitud hostil, ni siquiera en una situación donde debió haber muerto perdía su sonrisa maniática.

Con uno de sus dedos, revisó en su oído izquierdo descubriendo que, ha diferencia de su exterior, su interior aún no se recuperaba.

Por lo menos la cabeza no le dolía, pensaba mientras buscaba ha Maya.

Sin poder sentir nada, no se percató  de varios portales abriendose en lo alto dejando salir una lluvia de novecientas flechas.

Sus sentidos no funcionaban, así que no pudo ver como las novecientas flechas benditas se incrustan en su cuerpo.

Incluso, algunas tenían que atravesar otras flechas haciendo más presión en su cuerpo provocando que solo riera.

El cuerpo del Desterrado se encendió y explotó en cinco explosiones consecutivas destruyendolo con llamas blancas.

Todo esto elevó un manto de polvo negro.

Maya se acercó ha una velocidad sobrehumana, patio su cabeza carbonizada para verificar si se murió, parecía que si.

No obstante, abrió sus ojos y comenzó a sudar de miedo al sentir como alguien se encontraba detrás.

Estuvo por moverse, pero le susurraron si eso era todo antes de golpearla haciéndola desaparecer.

Había sido un clon. Coyote no mostraba ningún daño, se crujió el cuello y manos.

De un solo grito,  hizo salir todas las flechas de su cuerpo regresandolas ha sus propietarias dandoles en el corazón.

Todas las clones escupieron sangre antes de volverse agua, menos una Maya, quien al perecer no disparó nada.

Su flecha aún seguía en su arco, estaba sacando sus alas para volar hacia su enemigo.

Seguia apuntándole con una mirada fría.

—¿Cómo no te morirte?, esas flechas debieron desintegrarte y esas brasas destruir tu máscara para acabarte completamente.

—Soy un Desterrado de clase demonio que está maldito por el amor de una dama idiota.

—Si es así, entonces, déjame ser quien destruya tu maldición —Cargó su flecha con energía de su bendición tornandola blanca y la disparó.

La flecha se destruyó en el aire como si una cuchilla de viento la hubiera cortado.

Sin percatarse de su velocidad, Maya vio como su arco se partió a la mitad por el pie de Coyote.

Con su palma izquierda, golpeó ha Maya lanzandola colina ha bajo. Ella sentía como la zona golpeada le ardía y su cuerpo no le respondía.

En la cima, Coyote se puso serio un momento para decir que seguiría con su misión.

Fue hacia la puerta, pero terminó siendo atravesado por un rayo que le dejó un gran agujero.

Aquel sonido retumbó por las montañas. Emperatriz aterrizó en cuclillas para levantarse.

Con una cuchilla lo partió a la mitad haciéndolo acabar en el suelo.

—¿No que eras muy rápido? —Emperatriz habló burlándose.

Hizo hacia atrás su largo cabello naranja suelto que caía hasta su cintura.

—Veo que usted es una jovencita —Se glitchseó curandose  mientras volteaba—. Muy activa —Mostró sus dientes afilados.

—Tienes una actitud que me molesta —Emperatriz le mostró sus dientes.

Transformó su ropa de rey mago por otra.

Ahora tenía botas, pantalón y una chamarra de color negro junto a una camiseta roja.

Amarró su cabello con un lazo negro  para hacerse una cola de caballo.

—¡Ja!, ni cambiando el color de tu cabello a azul o blanco podrás vencerme —Decía con un tono burlón.

—Hmph, ¡Callate! —Puso sus manos en su cintura de forma imponente—. Una Draco-bruja no se rebaja a hablar contigo.

》Lo de hace rato fue pura suerte, me confié sin saber de tu velocidad, pero ahora no me contendré.

Hizo aparecer su cola, cuernos, alas,  garras, como ojos y dientes de dragón.

Lo señaló haciendo que Coyote se riera diciéndole que es gracioso ver su energía positiva aumentar antes de destruirla.

—Ah, muy bien —Coyote tocó su frente—. Da tu primer golpe aquí.

》Si es verdad que tienes un gran potencial, dejaré que me intentes golpear.

Se abrió de piernas y puso sus manos en su espalda, cerró los ojos esperando el golpe.

Emperatriz se puso seria por un momento, respiró hondo antes de hacer que su cuerpo emanaba rayos rojos.

Primer rujido del dragón: Destello Escarlata

Un aro rojo giraba rápido a su alrededor, hasta que provocó varias llamas que cubrían todo su cuerpo.

La piel de Emperatriz era protegida por escamas que la cubrían por completo.

Usando el fuego que cubría cubría extremidades, la dragona avanzó contra su oponente, quien sólo sonreía esperando un golpe que pudo esquivar, sin embargo, algo pasó.

Tras esquivarlo, vio como el puño pasó cerca de su cabeza, pero este se desvaneció haciéndolo sentir sorpresa ante tal suceso.

Su atención se posó en Emperatriz, quien seguía golpeando muy rápido haciéndolo esquivar.

No obstante, comenzaba a sentir su frente adolorida.

Los puños de Emperatriz parecían no dar en el blanco, hasta que de la nada, Coyote sintió su cabeza arder.

Su visión se cubrió con llamas que distorsionaban su entorno.

Quiso darle con su mano izquierda, pero ella, de una patada voladora, lanzó una llamarada que destruyó su cabeza.

Emperatriz lo tomó de la mano para dar una vuelta entera a la montaña antes de estrellar al Desterrado en un muro.

La gruesa y enorme pared del monasterio emitió un ruido antes de romperse estrepitosamente.

Emperatriz trataba de recomponerse después de tremendo ataque apagando sus llamas, su respiración se regulaba.

—Que alivio —Dejó caer sus hombros.

Obtuvo por fin un momento de tranquilidad al cual se aferró dejando la guardia baja.

El cuerpo que estaba siendo chamuscado por la electricidad de su poder se levantó mientras se glitchseaba.

Coyote se curó rápido, de su cuerpo salió una nueva cabeza que fue expulsada por su cuello.

Estaba cubierto por un líquido extraño, su mirada era de sorpresa ante lo sucedido.

—Eso-estuvo, ¡Asombroso! —Estaba feliz—. Pensé que estaba esquivando tus ataques, pero de alguna forma los falsos golpes me distraigan de tu verdadero ataque.

—Es el poder poder del dragón.

》A diferencia de mis compañeros, no poseo un amplio conocimiento de magia, sé mas magia trueno que otra.

》Es por eso que cree siete técnicas que llamo, los siete rugidos del dragón, los hice con la ayuda de la segunda capitana escarlata.

—Debo admitirlo, usted se gana mi respeto. Solo he conocido ha dos personas que crearon sus propias técnicas al igual que usted.

—No te emociones —Emperatriz dijo con un tono de molestia.

Activó su forma bendita.

—Continuemos con este grandioso baile —Estaba fascinado.

Ella activó su primer rugido envolviendose en un pilar de llamas y electricidad roja para ir rápido hacia el Desterrado.

Coyote no tardó en hacer aparecer muros de roca al levantar su mano.

Cada uno era destruido por los puños de Emperatriz qué liberaba un mar de llamas. Coyote conseguía bloquear todo con sus brazos.

Aún estando a la defensiva, el Desterrado esperó a un agujero en la defensiva de Emperatriz para darle un golpe causando que sangre.

Ella se sentía agotaba por todo este esfuerzo. Debía terminarlo. Por lo tanto, cargó un golpe doble, siendo este esquivado por Coyote.

Con una mirada relajada, le dio una patada voladora a Emperatriz. Ella consiguió cubrir su cabeza con sus brazos, pero de todas formas, terminó dañada.

La potencia de la patada fue tanta que el brazo de Emperatriz fue fracturado. La onda de choque le hizo doler la cabeza.

Salió disparada con un miedo emergente. Por lo general, los dragones no temían a otros seres, pero, esta era una excepción.

Una vez que estuvo en el suelo, vio como su rival la estaba por acabar, por lo cual, Emperatriz cargó una energía naranja en sus palmas antes de aplaudir.

Esto hizo que una onda saliera manifestando varias explosiones de energía que devastaron todo.

Este era su única solución para aguantar la batalla. Todas estas explosiones destrozaron por completo la montaña.

◇◇◇

Pasaron segundos desde la explosión, en el lapso de esos segundos, pasaron muchas cosas.

Emperatriz usó su segundo rugido, siendo que este constaba en hacer que gotas de agua quedarán suspendidas en el aire mientras ella disparaba rayos redirigidos por las gotas.

Estas impactaban en Coyote, pero no le hacían nada, en cambio, le hacían cosquillas.


Tal reacción confundió a Emperatriz, le gritó que no debería reírse mientras seguía disparando a gran velocidad.

—Lo sé, lo sé. ¡Solo que siento como traspasan mis organismos haciéndome reír, soy muy cosquilludo! —Se tocó el abdomen que le dolía por la risa.

—No, ¡Deberías gritar, tus órganos están siendo destruidos!

Emperatriz se detuvo dejando solo las municiones que lanzó activas.

Activó su forma bendita volviendo ha cambiar el color de sus escamas a un plateado reluciente con el cual se cargó de energía.

Con un chasquido, hizo que todas las gotas de agua y municiones se juntaran en una gran hidro dama que brillaba intensamente.

Al poner su mano bajo esta, la redujo de tamaño para luego activar su primer rugido combinado con su bendición.

El fuego de sus manos cubrió la esfera brillante que comenzó a disparar chispas blancas.

Con una mirada seria, admiró como su rival se encontraba riéndose intensamente por lo de antes, por lo cual, activó Speed y fue veloz.

Preparó la esfera en su mano para estrellarsela en toda la cara, sin embargo, cuando ya estaba por ganar.

—Qué linda sorpresa —Exclamó Coyote.

Con su mano izquierda, evaporó el ataque proveniente por detrás de su nuca.

Emperatriz solo podía darle un cabezazo tan fuerte que le rompiera la cabeza.

No obstante, antes de siquiera poder hacer algo, Coyote la sujetó por detrás con una llave de lucha.

Era tan rápido que ni con Speed lo volvía lento.

—¡Sueltame! —Con desesperación, Emperatriz reaccionó dando cabezazos hacia atrás sin hacerle nada.

—A sido un espectáculo excelente, pero debo apurarme ha entrar —Tiró ha Emperatriz a un lado para solo irse caminando.

Su velocidad le permitió acercarse a la puerta, donde levantó su mano derecha y de esta salieron miles de agujas doradas como una línea de fusilamiento.

Estas se esparcían por todo el lugar como un abanico siendo abierto.

Emperatriz las esquivó elevándose al cielo, sin embargo, no fue suficiente.

El Desterrado comenzó ha susurrar algo que alteró la trayectoria de sus agujas haciendo que cobraran vida y fueran tras Emperatriz.

La dragona intentaba volar más rápido, pero era inútil, sus maniobras evasivas no eran suficiente para perderlas.

Fue hacia la atmósfera donde estuvo por ser alcanzada, cubrió su cuerpo con ardientes llamas.

Las agujas fueron derretidas por las llamas que ardían como el sol, ninguna consiguió tocarla.

Giró un poco antes de ir contra el suelo. El calor intenso cubrió todo volviendo el lugar una gran fosa de cenizas humeantes donde no podría haber algo con vida.

—Uff, aunque no pueda matarte, es relajante destruirte una y otra vez —Emperatriz se levantó con su ropa y rostro sucios.

—Me agrada la manera en la que no te rindes —Se glitchseaba—. Pero es momento de acabar con esto —Chasqueó los dedos.

Del suelo salió disparada una gran cuerda de acero que ató ha Emperatriz al suelo, dicho objeto le impedia  mover sus brazos y sacar sus alas.

Estaba por volver a usar el primer rugido, pero Coyote se le adelantó usando sus agujas insertandolas en su cuerpo para dejarla inmóvil.

—Ma-maldito —Susurró mientras escupía sangre.

Pudo sentir como las agujas insertaban veneno que infectaba tanto su piel, como su sangre haciendo que circule por todo su cuerpo.

Solo quedaba usar el factor de sanación.

De pronto, Coyote sacó de su boca una burbuja de cristal que incrementó su tamaño considerablemente para encerrar ha Emperatriz.

—Es impecable la forma en la que concluye nuestro encuentro —Fue hacia ella—. Su belleza quedará plasmada en este lugar mientras voy por el cupón.

》Luego quizás devore su cuerpo —Se retiró hacia la puerta del monasterio.

De pronto, un silbido llamó su atención obligándolo ha ver hacia atrás. Su sorpresa fue al ver como miles de flechas lo dejaron como colador.

Las flechas fueron tan gruesas y afiladas que dejaron agujeros de unos veinte centímetros de ancho y alto.

Emperatriz, desde donde estaba,  abrió sus ojos, tanto por la falta de oxígeno en dicho lugar, como también por lo que vio.

Sin darse cuenta, una daga medusa fue hacia ella petrificandola y así haciendo que la burbuja se elevara liberandola.

Algo bajó del cielo con una aura amenazante. Poseía una sonrisa maniática, al igual que una mirada sin vida.

Su cabello era plateado como el iris de su único ojo, disparó más flechas contra Coyote haciendo ver como su cuerpo estaba por desvanecerse.

Pero su cuerpo se  glitchseo haciendo  que el efecto desaparezca.

—¡Magnifico!. Maya, usted es como un cuervo, bella, pero maquiavélicamente lista y audaz.

》Pero no importaba con que arma intenten matarme, no funcionará ha menos que me quiten esto.

Con su mano tocó un collar que tenía atado al cuello.

La cadena era una cuerda negra de una textura suave, y el adorno de esta era un pequeño rombo de cerámica blanca con un agujero en medio.

Coyote exclamó que esa era su máscara, él mismo la destruyó con la intensión de hacerla lo más pequeña posible.

—Interesante —Maya puso unos dedos en su barbilla—. Eso significa que debemos destruirlo para acabar con esta pelea.

—Inténtelo todo lo que quiera, de todas formas nunca me vencerás. Dejare que las dos me ataquen con todo.

—Lo único que nos queda es usar todo nuestro poder. Usemos las formas benditas con los ataques más poderosos que tengamos —Emperatriz se equitaba las agujas del cuerpo.

Activó su transformación dejando sentir un alto nivel de tranquilidad pura.

Juntas, ambas chicas tenían un aura imponente que estremecía al Desterrado que solo se mostraba maravillado.

Sin pensarlo, gritó que lo ataquen de una vez con mucha euforia.

Las dos gritaron:

—¡Entendido! —Maya usó  su neblina, que ahora era blanca, envolviendo todo el lugar como la última vez.

Emperatriz usó su tercer rugido, Mina gravitatoria haciendo aparecer unas esferas de luz oscura que brillaban.

Las dispersó por todo el campo de batalla. Mientras tanto, Maya materializó  clones, quienes se comieron las minas.

Cada uno avanzó contra Coyote junto ha unas flechas que Maya disparó.

Coyote solo sonrió antes de lanzar por todos lados aquellas agujas y crear muros capaces de repelerlos.

No importaba cuantos creara, los clones llegaron hasta él para terminar por explotar.

Tal explosión se consumió antes de liberar una implosión que incineró su cuerpo por completo enviándolo al interior del monasterio.

De lo que fue un Desterrado, solo quedaron unos huesos, estos se glitchsearon antes de regresarlo ha su estado normal.

Se levantó agitado por todo esto. Hace tiempo que no se asustaba por ataques tan potentes como bombas nucleares.

Del otro lado de la neblina, estaba Emperatriz tosiendo, parecía estar enferma. Maya se percató de esto.

—¿Qué sucede? —Maya preguntó.

—Es el veneno de esas agujas, no me está matando, pero me enferma —Vio como en sus brazos aparecía un extraño sarpullido.

—Tranquila, te curaré —Maya puso una mano sobre el hombro de Emperatriz para sanarla—. Creo que debemos combinar nuestro ataques más fuertes.

—Muy bien, es hora de usar el séptimo rugido, pero no tengo energía suficiente. Aún debo obtener más poder para usarlo o esto acabará mal —Emperatriz se lamentaba.

—Descuida —Maya tomó un daga para cortarse las venas. Tal acto preocupó a Emperatriz, pero no a Maya, ella solo reía con una voz de dolor—. T-toma, bebe.

—¡Estas loca!. ¡No haré eso! —Emperatriz estaba aterrada.

—No entiendes, mi sangre es mágica.

》Puede aturdir a la gente con su aroma  y puede sanar ha otras personas.

》Aunque tiene efectos secundarios que pueden ser soportados por un ser mágico.

Esta explicación hizo entrar en razón ha Emperatriz, se resignó a la idea y bebió la sangre, tenía un sabor asqueroso, aunque dulce.

Jamás había tenido que hacer esto. Aunque en Haunt consumia veneno en pequeñas dosis por orden de la  segunda capitana escarlata, Spin müller, jamás le pidieron beber otras sustancias.

Y eso que los venenos solos consumia  para ayudar a crear antídotos y medicamentos. Al estar encargadas del sector médico, debía  asegurarse de la eficacia de las medicinas.

De pronto, se comenzó a sentir rara.

La visión de Emperatriz se volvía más clara y el resto de sus sentidos se agudizaron.

Sentia que perdía el control. Se encontraba en un estado de éxtasis con la cara muy ruborizada, respiración pesada  y su cuerpo abrazaba ha Maya.

No podía evitar frotar su cuerpo caliente contra el de su compañera mientra su corazón latía rápido.

—Me siento rara. Ah, ¡Ah!, ¡Hmm!, mi cuerpo se siente muy caliente —Emitia sonidos extraños para ella.

Por un momento, Emperatriz quiso besar a Maya, pero se contuvo.

—Ese es el poder de mi sangre, incluso es capaz de estimular la liberación de hormonas. Ahora puedes usar tu septimo rugido —Maya estaba motivada.

Emperatriz se puso en frente de Maya y activó el séptimo rugido.

Septimo rugido: Emperatriz

El cuerpo de la chica dragón ardió en una poderosa carga de electricidad que era tan brillante como un sol.

Su cuerpo parecía estar ha punto de explotar, pero de un paso, fue contra Coyote.

Maya atacó con Arpón Nova.

Coyote intentó detener los zarpazos de Emperatriz. No obstante, ella lanzó una lluvia de flechas eléctricas.

Cada una tenía un voltaje alto capaz de paralizar a su objetivo.

El Desterrado se quedó inmóvil mientras se desintegraba por los poderosos ataques de Maya.

Ambas tenían claro que esto no lo mataría, a pesar de usar sus formas benditas, pero les daría tiempo mientras Emperatriz usaba otro rugido.

Quinto rugido: Vendaval

Emperatriz conjuró un poderoso tornado en el patio para hacer que los restos de Coyote salieran volando.

Ahora estaban atrapados en un tornado de tierra y polvo de donde no podrian escapar.

—¡Maya!, ¡Dispara! —Con enojo, ordenó a Maya atacar.

Emperatriz saltó para volverse un  dragón hecho de electricidad, no perdió ningún segundo y fue dentro del tornado.

Maya no se contuvo, creó miles de aros de luz a su alrededor  que con solo levantar una mano, dispararon.

Varios rayos en forma de flechas se adentraron al tornado iluminandolo.

Era como ver una tormenta dentro del tornado que incluso absorbió la neblina de Maya.

Por dentro, Coyote, quien tenía un aspecto demacrado, vio como a su alrededor ráfagas de energía y viento evitaban que se escapara.

Levantó su mano izquierda para dar un golpe en la tierra con la esperanza de poder hacer un hoyo.

No obstante, su mano fue destruida por un trueno blanco. Aún así, seguía intentando salvarse.

Quiso usar su mano derecha para encerrarse en una burbuja, pero cuando estaba por hacerlo, su mano fue devorada por un dragón que salió y entró en el tornado.

Se encontraba atrapado, esto le daba miedo por no tener escapatoria y más cuando divisó varios dragones blancos salir del tornado con intensiones claras.

—¡Esto no es nada! —Gritó con una expresión de euforia.

Todos los dragones se lanzaron contra él para acabar creando una potente explosión que cubrió toda la montaña.

No solo eso, la isla fue tragada por una barrera de luz blanca, esta se alzó en un pilar que se reducía para acabar en explosiones consecutivas sobre todos.

Lo que alguna vez fue una hermosa isla muy fructífera, ahora era un desolado desierto de tierra sin bosques o algún ser vivo.

Pero, ¿Era esto verdad?

—Eso fue muy fuerte —Murmuró Coyote en medio de un ambiente de caos y desolación.

Para él, esto era un momento de calma antes de la tormenta. Buscó por todos lados el collar que se le cayó para ver como la maga dragón lo tenía en sus ya frías manos.

Era claro que no lo pudo soportar. Fue hacia ella y se lo quitó, para luego guardarlo en su bolsillo derecho.

—Fue una hermosa batalla, por eso, no te mataré, solo te dejaré vivir por hoy, Maya —Vio a Maya, quien estaba tirada sobre unos escombros.

Tenia   los ojos abiertos y sangrando, parecía estar en coma. Coyote se alejó de ellas con una sonrisa eufórica y las manos en sus bolsillos.

Fin del capítulo 6...

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