Capítulo 000.5-II
Al despertar, Sabrina se encontró dentro de la habitación de una cabaña llena de juguetes y un ambiente calmado. Respiró tranquila sintiéndose más ligera.
Cerró los ojos un momento tratando de recordar lo que pasó, pero sus recuerdos estaban confusos.
—Vaya, es la primera vez que veo a una maga en carne y hueso —exclamó un niño de cabellera rosada acostado a su lado con la mirada en el techo y con una cara inocente.
Los ojos de Sabrina se abrieron con extrañeza, al dirigir su atención a la derecha, este niño le sonrió y ella gritó a la vez que saltó de la cama.
—¡¿Quien eres tú?! —Sabrina preguntó aterrada.
—Eso iba a preguntar —Se levantó para arrodillarse en la cama frente a la aterrada chica—. Fui a cenar y tu apareciste en mi cama. —Comenzó a olfatear al sentir un olor a tierra proveniente de Sabrina—. Hueles ha tierra.
—¿Eh?
—Otaku
—¡No soy una otaku!
—Oye, ¿has visto duelo de garzas? Ese anime de la temporada pasada.
—Oh, sí, sobre un emperador y su hijo ilegítimo que luchan por el control del reino, si, es muy bueno.
—Se te nota lo otaku.
—¡Qué no soy otaku! —Golpeó el suelo con su pie y se tensó con furia.
Tras una acalorada discusión entre una adolescente de diecisiete años y un niño de diez, los dos salieron para encontrarse en medio de un claro rodeados por árboles.
Habían salido de una cabaña de dos plantas. Afuera estaba el equipo hablando con la abuela Mandarina, quien parecía preocupada, pero al ver al niño, su expresión cambió.
—Vaya, veo que ambos terminaron su siesta, muy bien —Acarició la cabeza del niño, quien la abrazaba, aquel niño les fue presentado al equipo como Pickle, el nieto real de Mandarina.
—Vaya, la bella durmiente y el pequeño príncipe han llegado —Maya reía mientras se acercaba a Sabrina.
—Qué bien, todos estamos a salvo, pero, ¿cómo salimos de la jaula? —Sabrina exclamó muy confundida mientras observaba a todos lados sin entender donde estaban y quién era ese niño.
—¿Qué? ¿acaso no lo recuerdas? —habló Justin algo confundido.
—No, solo recuerdo que estábamos haciendo algo, pero nada más.
—Ah, es que...
—Yo los saqué de ahí —Maya interrumpió a Rehing colocándose frente a él con nerviosismo—. Con un poderoso ataque.
》Destruí el cetro y les quité la llave a los guardias.
La explicación convenció a Sabrina, aun así, los demás estaban confundidos.
Todos querían contarle lo genial que fue su plan para sacarlos de ahí y sobre como le destruyó un brazo al rey gorila.
Sin embargo, Maya los vio de una forma amenazante para que estén callados. Mandó a Sabrina a jugar con Pickle, a quien le presentaron con calma.
Aunque ella se negó, Maya siguió insistiendo hasta que aceptó.
Rehing quería decirle algo, pero Maya lo tomó de la mano para llevarlo al bosque con la excusa de revisar si tiene piojos por los monos que habitaban la isla.
—Mantente callado, ¿quieres? —dijo Maya molesta tras empujar a Rehing contra un árbol.
—Pero solo le quería dar las gracias por no dejarnos en ese lugar —exclamó nervioso, quiso liberarse, pero no pudo.
La fuerza de Maya era tanta, que no podía creer que fuera una mujer. Maya lo con compasión y decidió dejarlo para alejarse un poco.
—Te entiendo, pero ella no puede saber lo que pasó. Aun no es el momento —Se mostraba preocupada.
》 Mantengamos lo sucedido como un secreto. Te lo contaré luego, pero por ahora solo guarda silencio.
Rehing asintió, le dijo que no sabía lo que estaba pasando, pero le agradaba saber que tenía confianza en él.
—Descuida, soy una tumba —Rehing hizo como si sellara sus labios.
—Me alegro —Bajó los hombros y se calmó—. Ahora vamos por los demás.
Cuando estaban por volver a la cabaña, Rehing la detuvo y le dijo que espere.
—Maya, no sé, pero siento que Sabrina nos esconde algo. Que robe tu ropa, que nos pidiera a todo venir y que quiera hacer ahora las pruebas a Rey Mago me parece sospechoso.
—Hmm, tienes razón, pero por ahora, solo podemos confiar en que tarde o temprano nos lo contará.
◇◇◇
Tras acabar su charla, todos fueron a un campo alejado al otro lado de la isla. Cerca de unas montañas, se encontraba la entrada a una cueva iluminada por la luz de la enorme luna que era parte de la isla.
—Muy bien, ¿Quién irá primero? —Sabrina miraba la entrada de la cueva con miedo. Maya les había comentado que en esta prueba, debían usar la cueva de los temores para afrontar sus peores temores.
Si los lograban pasar, se volverían Reyes Magos y culminarían sus pruebas.
—Es muy arriesgado —exclamó Rehing.
—Creo que si veremos una ilusión, deberán ir las expertas —Justin miraba a Maya y Sabrina con nerviosismo y ambas lo observaron ofendidas.
Sabrina estaba por aceptar, pero Maya levantó una mano para impedirle avanzar.
Estaba dispuesta a entrar, así que, con pasos largos, se adentró a la cueva.
Mientras más avanzaba, podía escuchar menos la voz de los demás que estaban alentándola.
Cuando vio hacia atrás, abrió sus ojos para ver que la entrada había desaparecido.
Todo estaba oscuro, parecía estar en otro mundo. De pronto, varias piedras azules empezaron a brillar para mostrarle él camino.
De inmediato, se dio cuenta de algo, no estaba en una cueva, sino que se encontraba dentro de una mansión que se le hacía familiar.
Caminó más hasta toparse con una puerta que al abrirla, la llevó a un salón blanco iluminado por las enormes ventanales del comedor de la mansión Shetza.
Recordaba como jugaba ahí con sus juguetes, pintaba y hasta estudiaba con la ayuda de Layla y Ruth, las dos brujas que le dieron su ayuda cuando más las necesitaba.
Mientras se perdía en sus recuerdos de ambas magas, un extraño olor y ruidos de algo masticando, llamaron su atención.
Cuando salió de ahí, entró en el recibidor. Ahí se quedó quieta con los ojos abiertos de terror cuando vio a la muerte.
Una silueta negra estaba devorando a alguien. Los ruidos que hacía al masticar los huesos la hicieron querer vomitar, pero solo pudo gritar.
—¡¿Metatrón?! —Maya dio un paso hacia atrás con pánico.
La silueta femenina se levantó y la vio con una mirada maniática.
En su boca habían manchas de sangre, solo reía mientras le deseaba buenos días a Maya.
La atmósfera se tensó. La mujer albina, con ojeras, era la segunda aprendiz del Talismán de la ilusión, Metatrón Slaider.
—Maya, veo que tienes unos grandes pechos, tan grandes como tu traición, ¿por que me abandonaste?
》Yo te necesitaba, pero preferiste a una pechugona pelimorada que a tu hermabruja —Entrecerró sus ojos y su respiración era pesada, parecía que su rostro se volvía rojo ante su tono de voz áspera y tosca.
Maya solo se cubrió su busto para darle una mirada de desprecio y asco ante la apariencia de la que una vez fue una bruja muy femenina. Ahora, Metatrón tenía una apariencia gótica.
—Deberías estar en...
—¿En el Inframundo? claro, me ven como un monstruo, pero ustedes son los monstruos.
》Siempre culpan al perro de su mal comportamiento, pero jamás culpan al dueño —Sacó una espada de diamante—. Bueno, este perro los castigará por mal educarlo.
◇◇◇
Los pasillos de la inhóspita mansión estaban destruidos por rasguños de animales.
Maya corría con deseos de vivir, entró a su habitación y cerró la puerta con seguro, no sabía lo que pasaba, solo pensaba en que debía hacer algo para solucionar este problema.
Unos golpes se escucharon afuera de su habitación. La puerta parecía estar por romperse. Escuchaba los rugidos de una bestia felina.
—¡Mayaaa! ¡sal a jugaaar! no te haré daño, solo quiero probar esos melones. Hmm, debes ser jugozos — Metatrón habló de forma melodiosa y pervertida. Golpeaba y pateaba tanto la puerta como las paredes.
—¡Vete! ¡déjame en paz! —dijo con un tono de mando que ocultaba su temor.
Activó Silver Swing para usar sus alas y salió por la ventana. Al mismo tiempo, la puerta fue destruida dejando pasar a la albina.
Maya sacó una flecha para lanzarsela.
La flecha viajaba a una velocidad impresionante, que de seguro, podría atravesar su cabeza, pero esta se detuvo antes de tocarla, fue envuelta con un aura oscura que terminó por destruirla.
Metatrón solo se jactaba de ser superior a Maya, así que sacó sus alas oscuras y empezó una persecución. Las dos volaron lejos de la destruida mansión.
Maya sacó unas dagas, voló hacia arriba y con una distancia considerable, le disparó a quema ropa con todo lo que tenía haciendo que lluevan dagas por todos lados.
No obstante, la albina levantó las manos creando un escudo blanco que broqueó el ataque.
Al ver que su ataque no le hizo nada, Maya concentró una cantidad de energía en sus manos generando dos arpones de luz que eran su creación.
Disparó en cuanto Metatrón bajó el escudo, este golpeó de lleno, destruyendo la existencia de la maga.
Aquel ataque lo denominó como Arpón Nova. Dirigió su atención hacia un inmenso cráter que estaba debajo de ella, ahí había caído el cuerpo de Metatrón.
Bajó sus hombros y respiró hondo, sentía que ya había terminado su prueba, sin embargo, un maullido que venía por detrás la hizo sudar.
De un puñetazo, Metatrón, quien apreció de la nada, la mandó contra las profundidades del cráter.
Los gritos de Maya se ahogaron por el silbido de la lluvia de semillas blancas que Metatrón disparó.
Cada semilla dejó escapar una neblina con un misterioso olor calmante que afectó a la maga.
La albina bajó para ver el cuerpo de su prima tirado en una esquina.
Se empezó a reír por su victoria, extendió los brazos a los lados sintiéndose grandiosa sin saber que era el efecto de la neblina rosada que cubría el interior del cráter.
A diferencia de Sabrina, quién podía usar Proyección de segundo escenario, Maya usaba una especie de niebla alusinojena.
—Muy bien, muerde el cebo —susurraba Maya, muy agotada, desde un árbol.
Preparó un nuevo plan para atraparla, conjuró más clones que rodearon desde puntos estratégicos a Metatrón.
Le dolía tener que atacar a su pequeña hermana, Maya limpió unas lágrimas recordando que debía ponerse profesional.
Se posicionaron en un Pentágono y de esa forma, prepararon el Arpón Nova para terminar con esto.
◇◇◇
—¡Creo que aquí terminó todo! —dijo Metatrón en voz alta.
—¿Eso es lo que piensas? —Maya se acercaba por detrás.
—Tú deberías decírmelo, después de todo, tu tienes la ventaja —Se dio vuelta para disparar más semillas que Maya esquivaba con problemas.
Al ser proyectiles muy pequeños, algunos le daban para incendiarla en llamas blancas que no quemaban.
—Y tú deberías estar en el infierno —Avanzaba con dolor de cabeza y la mirada adormitada por la repentina pérdida de energía que le daba sueño—. Pero veo que ninguno consiguió lo que quiso.
—No me recuerdes eso Maya —Suspiró y con una mirada sin ánimos, detuvo su ataque—. De hecho, no deberiamos estar peleando, vengo a advertirte —dijo mientras bloqueaba las patadas consecutivas que Maya disparaba.
Para Metatrón, era muy predecible, así que detuvo con sus manos y retrocedía de forma rítmica.
—Solo eres una proyección de mis temores en la cueva de los temores —Se detuvo para chasquear y ante esto, varias ráfagas de luz salieron volando en su dirección, siendo estos los disparos de los clones.
Metatrón solo abrió los ojos y los rayos atravesaron su cuerpo.
Maya quiso gritar, pero se mantuvo tranquila, sabía que solo era una "proyección" así que no había dañado a la real, o eso pensaría si no hubiera visto que esta copia se hizo intangible.
Ningún rayo le dio a Metatrón, la albina se volvió a materializar para ver disgustada a Maya.
—Buena trampa Maya, pero es enserio.
—Tu-tu eres una proyección, ¿verdad? —Su voz tembló al recordar que las proyecciones no podían copiar poderes de espacio y esa intangibilidad era algo de espacio.
—¿Una proyección podría hacer esto? —Juntó las palmas en señal de oración—. Domingo. —De la nada, el cielo se volvió blanco por un enorme domo de llamas blancas que atrapó tanto a Maya, como también a sus clones—. Vamos, Maya, diles que me ataquen de nuevo.
Maya suspiró y realizó nuevamente la señal. El ataque se repitió, pero en esta ocasión, las clones se incendiaron en llamas que las deshizo absorbiendo la energía de la que estaban hechas.
Esto confirmó lo que Maya temía.
—Si, eres la real —dijo desanimada, no por que volvío a ver a quien más quería, sino por que la apariencia sombría de esta chica no correspondía a la jovencita pelinegra con una apariencia más femenina—. ¿Cómo escapaste del infierno?
—Eso no es lo importante, lo que importa es que los Zorros Negros de alguna forma entraron a la isla, son peligrosos.
—En ese caso, Sabrina y los demás están en peligro.
—¿La idiota está aqui? —Frunció el ceño con un tono de asco. Maya le lanzó una mirada de desprecio.
—Es tu hermana, no le digas así.
—Sabes que solo somos hermanas por que su madre violó a mi padre, ¿no?
—De todas formas —Puso una mano en su hombro—. Debemos protegerlos.
—Ah, luego de esto, todos deben probar mi nuevo invento —Ambas desaparecieron del lugar.
◇◇◇
Una vez dentro de su prueba, Justin no paró de correr. Había entrado a una ciudad destruida.
Él ambiente estaba disfrazado por una neblina extraña. Corría por que sombras extrañas lo perseguían, en su pesadilla, debía enfrentarse a todos sus amigos, quienes lo culpaban por cosas.
Su mayor temor era que nadie confie en él y solo desconfien por parecer aterrador-
Cansado de huir ha pie, el mago forestal usó Silver Swing para alejarse de todos.
En el aire, se sentía más calmado, pero no duró mucho al escuchar un grito infantil pidiendo ayuda.
Debido ha ello. posó su atención en un callejón de donde salían esos ruidos desgarradores que tocaban su corazón.
Bajó frente a este pasaje observando su interior oscuro, no parecía haber algo, hasta que un nio salió de entre las penumbras causando que su corazón se agite por su inesperada aparición.
—No te preocupes, te ayudaré, confía en mí —Quiso calmarlo—. Ven, toma mi mano, vamos a...
—Es por tu culpa —El llanto de ese niño paró, pero con voz llena de rencor, lo señaló acusadoramente.
No paraba de repetir que fue su culpa, Justin quiso callarlo, pero una voz conocida lo hizo voltear.
Ahí estaba Rehing, quien repetía la misma frase una y otra vez mientras lo señalaba con el ceño fruncido.
Justin se le acercó para tomarlo de los hombros y calmarlo, pero solo seguía repitiendo lo mismo.
De la nada, un montón de personas aparecieron para rodearlo con la misma actitud que Rehing y ese niño tenían.
Tanto conocidos, como desconocidos se acercaban con una actitud amenazante contra él.
Quiso calmarlos, pero era inútil, sólo le quedó escapar por los aires, sacó sus alas y se fue.
《E‐es solo una ilusión, no es real》—Pensó con los ojos cerrados y las manos en la cabeza muy asustado.
—Ahahaha, que novela te has creado, jovencito —Una voz femenina delicada y viváz se hizo presente en el ambiente.
Jistin pudo percatarse de una gran cantidad de neblina que se tragó la ciudad, pero observó que solo dejó libre la plaza principal, a donde estaba dirigiendose.
Un ambiente extraño lo hizo aumentar la velocidad, aun así, no era suficiente para escapar de su perseguidor desconocido.
Al sentir como algo se aproximaba, se dio vuelta para conjurar, con su magia, un enorme árbol que salió de la nada.
Usando Geo Traslado, Justin cambió de lugar con una de sus hojas y desde la copa, escuchó y sintió varios objetos pequeños estrellarse contra su refugio.
Al usar su clarividencia, se percató de que eran cuchillos de pasto, no comprendía quien pudo haberlos hecho, pero sentía que era algo real.
No importaba hacia dónde mirara, solo podía divisar unas sombras que serían los edificios, pero no su atacante.
Una sensación de miedo se apoderaba de Justin mientras gritaba para saber quién estaba ahí sin tener respuesta.
Tragó saliva y siguió su camino volando al nivel de la neblina, al llegar a la plaza, se encontró con que todo estaba bien. La neblina no había tocado nada en ese lugar como había presenciado.
Caminó un poco con los brazos en la nuca. De pronto, escuchó unos pasos detrás de él que lo hicieron detenerse.
—Se que estás ahí, te he sentido desde que entré a la neblina, así que sal de una buena vez —Con un tono de molestia, vio hacia atrás topandose con una silueta boluptuosa.
Parecía estar usando un vestido pomposo antiguo y una sombrilla sobre la cabeza, además de un sombrero para mujer con lo que parecía ser una flor saliéndo de este.
De entre la cortina de humo salió una mujer llenita con un vestido de mangas largas como el de una princesa, pero hecho de plantas verdes.
Su cabello, del color de una hoja marchita, estaba recogido a una redecilla negra.
Se arregló los lentes y giró un poco su sombrilla, se acercó más con una risita que estremeció a Justin, quien abrió los ojos al recordar quien era ella.
—Jovencito, no esperaba encontrarme a alguien de mi propio clan en esta isla tan hermosa.
》Es un bello lugar para plantar mis manzanas de glisinia, mi té de lavanda escarlata y claro, ninguna fiesta de té está completa sin invitados forzados a quedarse —Le apuntó con su sombrilla y una sonrisa sádica—. ¿Qué dices, Justino? ¿quieres unirte a mi hermosa fiesta de té?
—Eres la maga del clan flora que asesinó a una ciudad entera, Roman Bellison, la maga de Blanca Nieves, pero tu deberías estar en... —Dio unos pasos atrás con un tono temeroso.
—Huhuhu, ¿en el infierno? si, pero te aseguro, es un lugar más hermoso que este mundo.
》Plantas salvajes creciendo libres y tomando lo que les pertenese, no como en este mundo, todas las plantas son cada vez más retiradas mientras la cruel humanidad sigue expandiendose.
》 Mis retoños no crecen por temor a que la gente no los deje crecer —Con rabia, tomó su cabeza para moverla bruscamente a diferentes lugares, estaba descontrolada—. ¡Yo solo hice justicia! ¡justicia por mis plantas! ¡¿Por que se quejan todos?! ¡son solo unos imbéciles humanos!
—¡Eres un monstruo! —Creó una espada verde de hoja curva hecha de césped—. ¡Asesinaste gente inocente!
—¿Inocentes? —preguntó con rencor en su mirada.
Caminó de frente y con solo mover un poco su paraguas, viebtos huracanados se manifestaron.
Justin no podía ver y su cuerpo musculoso retrocedía en contra de su voluntad.
》Un inocente no existe en este mundo, es parte del ciclo de la vida, Justino. —De pronto, chasqueó causabdo que unos enormes látigos verdes alieran del suelo.
Con mover un dedo, un látigo azotó a Justin, quien intentó bloquear el golpe, pero su cabeza le dio vueltas, provocando que lo reciba y termine arrastrado hasta golpear un edificio.
》Las personas son plantas, se siembran, emergen y dependiendo de los cuidados, estas surgirán bien o mal —No paró y disparó más azotes que Justin bloqueó al conjurar muros de roca sólida, pero aun así, estas no aguantarían mucho.
》 Hehe, el mundo está lleno de plantas muertas, solo voy a cortarlas de raíz con ayuda de mi nuevo club —Con fascinación, Pisó fuerte—. Ven a mí, Chiquito.
Una luz emergió en el suelo frente a ella, se formó un aro de luz, de ahí salió un potente rugido seguido por una enorme cabeza de planta carnívora con miles de dientes y espinas en su tallo.
》Mi amigo —Hizo reverencia ante su invocación, quien a la vez, imitó ese acto como pudo.
Por su parte, Justin sentía miedo, al levantarse, no evitó toser y sentir frío en todo su cuerpo. No era un frío normal y se dio cuenta de esto por unas manchas en su cuerpo similares a las de una enfermedad.
—Me ha envenenado, espera, el aire —Abrió sus ojos al percatarse de la verdad de unos rumores—. Es capaz de usar veneno en el aire. Se levantó para ver a la distancia el árbol de antes.
Respiró poco y levantó una mano con dirección al árbol, lo que entra era una conexión débil.
De pronto, su concentración se vio interrumpida cuando, de un tajo, la planta destrozó la roca.
Justin quedó atónito, pero reaccionó de inmediato, gritó y la roca levitó por unos segundos, antes de transformarse en miles de cuchillos que volaron contra la planta carnívora, quien trató de devorarlas, pero solo acabó muriendo.
Roman se defendió a último minuto usando una barrera de viento, pero de la nada, sintió un dolor intenso en el abdomen.
Al tocarse y ver esa zona, vio como le salía un líquido verde. Una roca estaba incrustada en su abdomen.
Escupió sangre mientras le daba una mirada de desesperación a Justin al mismo tiempo que se volvía césped.
Justin se sintió mal, se desesperó, pero no podía tocarse el corazón ante esta asesina.
—Perdóneme, Roman, pero es mi responsabilidad detenerla.
El silencio se apoderó del lugar solo por uno segundos ates de que una extraña sensación en la espalda hiciera que Justin se diera la vuelta tomando la mano de Roman con debilidad, el veneno estaba haciendo efecto.
《Maté a un clon》
De inmediato, Roman le quizo dar una patada, pero también la paró, sin embargo, el agarre de Justin se quería desvanecer.
—Justino, dime, ¿por que no sólo me dejas volverte una planta? Vuélvete una de nuestras hermanas, así se irá tu sufrimiento —Reía con una mirada desorbitada. Justin retuvo su tos mientras sus piernas y respiración se iban.
—No, mis amigos confían en mi.
—¿Por qué? Dime, ¿por qué confían en alguien tan débil como tú? Para los demás magos somos el eslabón débil, pero solo yo he demostrado ser la excepción al igual que la Talismán de la flora y fauna.
Sin saber que responder, Justin cayó al suelo con una tos incontrolable y una pesadez que lo dejó inmóvil.
De inmediato, Roman sacó su sombrilla, con la cual tocó su cabeza.
》Buenas noches, retoño mío. Capullo de Fotosíntesis —Justin, sin poder moverse, fue tratado por un gigantesco capillo verde que flotaba en el cielo.
Dentro, este se llenó de un extraño líquido que lo hizo quedarse dormido por lo caliente que estaba.
《Jeff, Sabrina, Yuri, ¿por que confían en mi?》
Fin del capítulo 000.5-II...
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