Capítulo 000.2-III
Fría ilusión
Tras caer del techo, Jeff entró a un mundo mental muy extraño para él.
Estaba parado en un jardín muy familiar, habían unos muros de piedra enormes que protegían el lugar.
Al ver a un lado, observó a una chica pelinegra jugando en un columpio, se mecía lento, tarareaba una canción y eso le llamó la atención.
A medida que el se acercaba, comenzó a volverse de cinco años, al igual que la chica.
Cuando llegó con ella, vio que se trataba de Metatrón, pero había algo en su ser que lo hizo abrir sus ojos con rabia.
Ella tenía una mano quemada, no comprendía cómo, pero al ver ello, solo sintió que su rostro quería fruncirse.
—Meta, ¿qué te ha pasado? —Su respiración se agitó y su voz se llenó de rencor, sus pupilas se encogieron y al instante, llamas negras salieron de sus manos.
Metatrón lo vio para sonreírle con unos colmillos de cánido, no parecía sentir dolor alguno ante la herida presente.
—Tranquilo Jeffcito, mira —Se bajó de un salto del columpio, le mostró su mano, que comenzó a distorsionarse, hasta que la piel quemada se cayó para ser reemplazada por nueva piel de un tono más claro, como si fuera de recién nacido.
No pareció dolerle a la niña, ya que solo aguantaba la risa.
》¿Ves? Se llama Fábrica de Carne, es un hechizo que permite restaurar el cuerpo, pero tiene un inconveniente, necesitas sangre.
—¿Sa-sangre? —La vio con los ojos abiertos, retrocedió, pero ella lo tomó de las manos con una sonrisa cálida dándole una sensación de alivio.
Por otro lado, también de miedo, su corazón latía rápido, sus mejillas se sonrojaron y su respiración se volvió agitada ante la hermosa chica frente a él con una mirada siniestra.
Metatrón le regaló una sonrisa que mostraba más claramente sus dientes de cánido.
—Si, consumir sangre y carne. Rayn te hizo daño, un ser inmundo como él no merece tener sangre y un cuerpo, consume el suyo para purificarlo.
—¿Pe-pero cómo lo hago?
—Usa tu Podah, usa nuestra magia de herencia para imponer el castigo que se merece y haz que aprenda su lección, nadie se burla de los Slaider y vive para contarlo —Su voz se llenó de rencor y sadismo.
Con un último vistazo a la chica que recordaba, Jeff, despertó con ojos inyectados en sangre, sus dientes se afilaron y una sed bestial se apoderó de su ser.
No comprendía lo que pasaba, pero era algo que sentía que quería, se levantó y desapareció ante los ojos de su abuelo, quien se percató de esto.
De pronto, cuando los dragones llegaron con las chicas, quienes se sorprendieron, Jeff apareció entre los enemigos y ellas.
Levantó las manos para usar Drenaje y absorberlos. De un grito, liberó un pilar de llamas negras que tensaron a todos, menos a su abuelo y a Rayn, quien solo frunció el ceño.
Estuvo por volver a usar la espada de luz, sin embargo, a la vez que pegó un grito, sus brazos explotaron.
Los restos de carne y sangre salieron volando hacia Jeff, quien abrió la boca engullendo todo. El sabor de esta extraña comida era como devorar cerdo asado con dulce miel.
Cuando acabó, se relamió los labios y el pilar se apagó, permitiendo ver a Jeff sin heridas aparentes, con una sonrisa cálida, dijo:
—La batalla no se ha acabado.
—Arhg, que molesto eres idiota —Hizo que sus piernas brillen en una luz roja, se lanzó de frente para dar una patada voladora.
Esperaba darle a Jeff, no obstante, Jeff desapareció y apareció en el cielo con alas hechas de fuego blanco.
El ataque de Rayn fue desviado por la abuela, quien logró ver que su pierna creó una espada de luz gigante y con un chasquido, anuló la magia.
Por su parte, Jeff abrió la boca y de la nada, varios cuervos de fuego negro salieron de su interior para ir contra Rayn.
Este poder era una variante del Podah que constaba de liberar al ejército cuervil de su antepasado.
《Tendré que usar mi magia de herencia》—Pensó Rayn apretando los dientes por el pánico.
《"No lo creo, imbécil"》—dijo una voz tosca en su mente.
Esto desconcentró al mago, quien, de inmediato, gritó cuando sus piernas explotaron para dejarlo acostado de espalda.
De esta forma, los cuervos, todos, entraron por su boca, otros se quedaron afuera picoteando tan agresivamente, que a penas clavaron sus picos en su piel, los abrían rasgando de más las heridas.
Quiso gritar, pero no podía, sentía que moriría y más cuando su estómago creció y de inmediato, explotó dejando que los cuerpos salgan, pero enseguida, volvían a entrar.
Su velocidad era tanta, que se transformaron en un enorme aro oscuro de llamas que entraba por su boca y salía por su estómago.
Uno de los cuervos, que no se volvió parte del aro, se paró en su cabeza y de un picotazo, le reventó el ojo izquierdo, dejando a los presentes con miradas vacías por lo que observaban.
Rayn se retorcía con gritos ahogados.
Yuri, al observar la escena, no pensó que Jeff, aquel chico callado y amigable que lo protegió en un parque de unos bravucones cuando se conocieron, hiciera todo eso.
Pero algo instintivo lo hizo solo suspirar y aplaudir.
Lo mismo hicieron unos pocos espectadores, mientras otros solo se quedaron frunciendo el ceño y algunos más, se retiraron hasta el inicio del segundo combate.
Incluso, unos bravucones que Rehing, había escuchado decir que meterían en problemas a Jeff, comenzaron a rezar por el perdón de tener la idea de meterse con él.
De inmediato, los ojos de todos se posaron en Jeff, quien bajó del cielo y de un chasquido, terminó con el Podah para dejar solo un cuerpo sin brazos, piernas y con muchas heridas que acompañaban la falta de un ojo.
Sus zapatillas hicieron eco como gotas de agua chocando con un charco.
Con Rayn llorando entre balbuceos, Jeff sonreía como un psicópata y sus mechones estaban levantados como cuernos, asemejándose a un demonio.
Por dentro, el joven mestizo no sentía culpa, sentía que se estaba desahogando de una forma muy liberadora.
Respiraba profundo y dejaba salir el aire sintiéndose saciado.
—Era broma, por favor, no me mates —murmuraba Rayn entre lamentos, sus mocos y lágrimas salían sin contención.
Lo que pensó que sería una paliza y recolección de mujeres fácil, acabó en su muerte.
—Hehehe, ¿creíste que te dejaría sin castigo? —Señaló la frente de Rayn y de la nada, una marca de luna negra apareció en él.
En ese instante, una esfera roja salió de ahí para ingresar por el dedo de "Jeff", quien con pensarlo, hizo que de su espalda salieran dos largos cuerpos de dragón con cabezas robustas. Sentía que le salían dos brazos extra.
《"Jeff, dale una maldición"》
—Po-por favor, Je-Jeff, déjame vivir, no lo volveré a hacer —Jeff fue contra él y tocó su frente
—Hmm, te dejaré vivir, por ahora, pero si vuelves a tratar a alguien de esa forma, tu cuerpo volverá a este estado y te cortaré la salchicha para que te vean como realmente eres.
De esa forma, Jeff maldijo a Rayn, quien, con parpadear, vio que su cuerpo estaba restaurado.
Se vio las manos que temblaban, observó a Jeff con paranoia, su corazón se agitó y sentía ganas de llorar, así que se agachó ante él.
—¡Gracias! ¡muchas gracias, señor Jeff! —dijo con un tono sumiso, se levantó y salió de inmediato del monasterio gritando: "¡He visto la luz!".
Por su parte, "Jeff" suspiró para ver al suelo con las manos en su cintura, después, vio a su abuelo a los ojos.
El abuelo, quien estaba feliz, acabó borrando su sonrisa al darse cuenta de algo. La mirada de Jeff era distinta, le recordaba a la prima de Jeff, Metatrón, quien hace años, le lanzó esa misma mirada.
Eso fue cuando los encontró en una habitación de su casa, ese cuarto se lo dio a Jeff, quien estaba dormido.
Sin embargo, Metatrón estaba despierta y observándolo con una mirada depredadora.
No parecía que protegiera a su propia sangre, sino a una presa o potencial pareja. De pronto, la niña murmuró: "Él es mío, déjenos en paz".
—Abuelo —La voz de su nieto lo hizo salir de su mente para verlo con la sombra de Metatrón—. Creo que me he pasado, pero fue lo necesario para salvar a Jeffcito —Se cubrió con las llamas blancas de sus alas, que se volvieron negras y realizó una reverencia antes de desmayarse.
《"Listo, cariño, uno de los dos debe de ser cerebro para estas cosas"》
◇◇◇
—¡Ah! —Jeff despertó en las gradas del estadio para ver a su abuelo y a Yuri a cada lado.
Ambos sentados con los ojos muy atentos al siguiente combate.
No recordaba que pasó en el anterior combate, pero al ver una enorme pantalla sobre el coliseo, presenció su foto de bebé y debajo de ella, la palabra:"ganador".
—¿Qué dice ahí? —Observó que debajo del ganador decía algo que no entendía del todo—. Técnica ganadora, Podah, Batallón del Soberano, ¿que eso? —Enarcó su ceja derecha con duda.
—Nieto, shhh, va comenzar la pelea. Por cierto, tienes suerte, si tu prima no te poseía, tal vez estarías muerto y las chicas estarían siendo violadas —murmuró su abuelo con calma y felicidad en su voz, aunque su mirada estaba afilada.
Jeff no comprendía nada, pero aun así, solo se sentó a ver la pelea.
En la arena, la matriarca comenzó a presentar a las siguientes competidoras.
—¡En esta esquina! —Señaló a la izquierda, donde entró Sabrina con el uniforme de Rey Mago.
Tenía una mirada orgullosa y una sonrisa presumida.
》 Ella es una bruja vanidosa, deslumbrante y extravagante, una de las tres doncellas estelares de la familia Shetza.
》La perfección lo lleva en su sonrisa, Sabrina Shetza, la tercera máscara ilusoria. —Sabrina se paró con una mano en la cintura para saludar a todos.
》 Del otro lado —Apareció Amelie usando la ropa que un mago oriental usaría: haori, unos pantaloncillos negros anchos y una katana celeste.
Su mirada afilada era tan fría que todos en el estadio no evitaron cubrirse.
》Oriunda del oriente, una doncella con una personalidad fría, cuenta la leyenda que cuando una maga gélida conozca a la persona indicada, su frío corazón se calentará.
》 La maga de hielo con uno de los tres hechizos más poderosos de su clan, Amelie Frost.
Con ambas chicas frente a frente, la abuela bajó para dar las últimas pautas.
》Muy bien niñas, debido a lo ocurrido en la última batalla, está prohibida la tortura, no se maten, no se rompan los huesos y nada de desigualdades —Observó la espada de Amelie, quien, por dentro, sentía su corazón latir rápido.
Esperaba que no le dijeran nada por su espada, hasta que Sabrina estiró un brazo al lado creando una tosca espada curvada hecha de zafiro.
—Listo señora, mi espada de zafiro contra su espada de hielo.
—Sabrina-chan, esta no es una espada de hielo, es la mítica espada Yama kiru, tiene la capacidad de...
—Si, si, si, luego me lo dices, ahora, comencemos —dijo emocionada. Amelie bajó su mirada a los pechos de Sabrina, vio que le ganaba en atractivo y con un fuego en su mirada, hizo una mueca de disgusto
Levantó su mano a la esfera y con el mismo resplandor de antes, unos salvajes vientos casi le quitan a la pelimorada su chaqueta, si no se la cerraba, la perdía para siempre.
De pronto, vio como Amelie desapareció y apareció a su derecha agitando su espada con ambas manos en un corte en diagonal.
En ese momento, Sabrina lo bloqueó sintiendo como si detuviera algo pesado como un animal grande.
—¿Eh?, ¿cómo es que eres muy....? —Antes de poder terminar su frase, sus ojos se abrieron cuando Amelie desapareció y apareció por detrás. Sabrina bloqueaba con dificultad.
La velocidad de su contrincante era tan abrumadora, que Sabrina sentía su corazón acelerarse y debía chocar sus dientes a medida que notaba como, lo que una vez fue una velocidad que Jeff celebró como algo increíble, ahora era solo una velocidad de tortuga.
Usaba magia para potenciar su fuerza y resistencia, pero no lograba hacer nada más que protegerse sin posibilidades de impulsar o contraatacar.
Amelie parecía una abeja que picaba varias veces y a penas lo hacía, desaparecía del punto de visión de Sabrina como si muriera y una nueva Amelie saliera de la nada.
Aunque Sabrina lograba interceptar las estocadas, con su mano libre, disparó al cielo una esfera morada.
No quería usar este poder, ya que su magia de herencia gastaba mucha Iluná, maná de ilusión, que la perjudicaba si se agotaba, aún así, era su carta de triunfo.
La esfera giró y tras explotar, creó un domo morado que comenzó a oscurecerse, hasta dejar a todos bajo penumbras.
Con este oscuro escenario, Sabrina sentía que podía ganar. Su respiración se calmó y bajó su arma para dejar que su mente vuele para crear el escenario deseado.
《No se arriesgará a pelear en una ilusión visual》—Pensó sonriendo.
Había usado, Proyección de segundo escenario, un poder que permite distorsionar la realidad con una ilusión que altera todos los sentidos.
Con aplaudir, Sabrina hizo que el sol vuelva, pero el escenario cambió.
En las gradas, todos, incluyendo a los ancianos, quedaron asombrados cuando aparecieron en una playa, la brisa era débil, pero no el abrasador calor que los hizo sentir que se desmayarían en cualquier segundo.
Las chicas se encontraban paradas una frente a la otra.
Era tanto el calor, que ambas estaban sudando, pero más Amelie, quien desprendía un extraño vapor.
Sus manos estuvieron por soltar su katana, pero tensó el cuerpo. De pronto, Sabrina se acercó como si caminara en una pasarela, chasqueaba con ambas manos.
Esto causó que del cielo saliera una melodía creada con tambores, parecía una canción tropical.
—¿Lista para un harakiri?
—Ah, ¿sabes sobre eso? —Le sonrió emocionada, Amelie pensó que Sabrina no sabía nada sobre el mundo oriental.
—Querida —Sabrina levantó su espada que comenzó a vibrar—. No todo es occidente. —Con agitar en diagonal, de la espada salieron miles de dagas de cristal.
Con esfuerzo, Amelie volvió a desaparecer, para aparecer a un costado, cerca del océano.
Su respiración era agitada, transpiraba sin parar y al ver su pierna izquierda, abrió los ojos por una herida hecha por los cristales que se incrustaron.
Sentía mucho dolor, pero no quería demostrarse débil frente a Jeff, así que se quitó la daga y la lanzó al mar, para luego apretar el mango de su katana haciendo que la hoja brille en una luz celeste intensa.
—¿Nani? —dijo sintiendo agotamiento por el intenso sol.
En ese instante, agitó su espada sintiendo que su visión se volvía borrosa.
Debido a ello, su ataque, que creó un enorme iceberg, pasó por la derecha de Sabrina, haciéndola sentir un aire frío que la dejó en shock.
—¿Acaso tu espada acaba de...?
—¿Crear un iceberg? de eso quería hablarte.
》Mi espada no sirve para cortar, pero permite crear icebergs de tamaño considerable y golpear tan fuerte como quiera —Con una sonrisa, Amelie comenzó a disparar iceberg tras iceberg esperando a darle a Sabrina, quien, con unos ojos como platos, gritaba mientras usaba de todo para salvarse.
Corría creando ilusiones de ella que le permitieron confundir a Amelie, causando que destruya a los clones y no a la real.
Luego, cuando solo quedó Sabrina, ella usó Geo Traslado para cambiar de lugar con Amelie, pero ella, de un golpe de su espada, hacía que los icebergs exploten y se vuelvan miles de mariposas que se mantuvieron volando por lo más alto.
Al final, bajo un falso día soleado, con un campo destruido por muchos icebergs, dos chicas chocaban espadas.
Una de ellas con la mirada cansada por mantener una ilusión más de lo debido y la otra con una mirada asesina que no se descongelaba por nada.
Amelie observó como por unos segundos, los ojos de Sabrina estuvieron por ceder al cansancio por estar a punto de cerrarse y sus piernas por caer, así que se lanzó de frente para darle el último golpe, pero de repente, un niño albino apareció en lugar de Sabrina.
Este le dio una cálida sonrisa con colmillos y con la mirada de Jeff.
—Onee-sama, ¿por qué me atacas? —dijo con un tono triste y lágrimas en sus ojos.
No obstante, esto no detuvo a Amelie, quien dio un golpe haciendo que se esfume.
A la vez, Sabrina apareció a su lado tirada en la arena comenzando a levantarse.
—¡Oye! ¡¿cómo te atreves a atacar a un niño?! —exclamó Sabrina con el corazón latiendo a mil por hora.
Tragó saliva sin poder creer lo que vio. Había creado una ilusión del hermano de Amelie esperando ablandarla, pero no pasó, solo hizo que un aura de frío saliera de ella.
—Hmm, era falso. Mi Onii-chan no está en esta isla, él está en casa y si estuviera, sabe que no debe entrometerse en la pelea de su Onee-sama.
》Además, él tiene mi misma velocidad, no habría tenido problemas para esquivar mi ataque. —Amelie hizo brillar su espada—. ¿Sabes? me siento intrigada por tu magia, Sabrina-chan, te has ganado mi respeto, pero aun así, no puedo permitir que sigas de pie.
Jefu ni watashi o mite hoshii nara, omae o taosu shika nai no yo!
—¿Eh? ¿te gusta Jeff? —dijo sorprendida y con un tono alto, pero al darse cuenta, se cubrió la boca y vio hacia Jeff, que seguía espectando, luego volvió a ver a Amelie, quien la observaba con los ojos abiertos y con los puños cerrados.
—¿También sabes Lemur?
—Ujum, que te puedo decir, me gusta el anime.
—Hmm, entiendo, una otaku.
—¡No soy otaku! —Al término de sus palabras, Sabrina vio que Amelie le volvió a apuntar con su espada.
Sabrina sintió el impulso de huir, pero se mantuvo firme, su mirada seria y su sonrisa volvieron.
No podía dejarse vencer, sentía que le fallaría a Jeff, después de todo, los recuerdos de todo lo vivido llegaron a su mente.
—Qué buena chica, no me esperaba que las Brujas orientales tuvieran esa velocidad, pero en fin, ya me cansé de esta playa —Sabrina levantó las manos y el espacio se oscureció.
Pensó que sería mejor combatir en otro espacio que le diera la ventaja.
En las gradas, Jeff sintió que el panorama cambiaría de nuevo, pero el sonido de miles de cortes lo puso nervioso, no observaba nada, pero sí podía escuchar los gritos de Sabrina y Amelie acompañados de sonidos de espadas cortando. De pronto, miles de fisuras blancas aparecieron en todo el domo oscuro. La luz del día se filtró dejando ver miles de siluetas de mujeres flotando. En ese instante, el espacio cambió a un campo estrellado, pero el cielo explotó en fragmentos. La ilusión se destruyó permitiendo ver a Amelie caer al suelo y usaba las mariposas blancas de su entorno como escaleras junto a sus clones de escarcha.
Mientras Jeff la observaba, Yuri presenció algo extraño. Lo que debía ser el cielo estrellado, eran pedazos de hielo que fueron destrozados por los clones de Amelie. Los clones saltaron por los aires para terminar aterrizando por detrás de Amelie, quien comenzó a sangrar, sus piernas estuvieron por ceder, pero de alguna forma, se mantuvo firme. Esto lo atribuyó a que vio a Jeff preocupado.
Por otro lado, Sabrina le sonrió, pero un crujido interno hizo que su visión se volviera borrosa, la sangre salió de su boca, ojos y naríz, comenzó a ahogarse con ese líquido, que para ella, era dulce.
Jeff, en las gradas, quedó impactado. Su amiga de la infancia estaba en las últimas, al igual que Amelie. Este escenario le recordó a cuando Ruth Shetza dejó a Sabrina en un estado lamentable y tuvo que llevarla al hospital, sin embargo, a diferencia de las veces que la llevó. esta era diferente, en este recuerdo, vio a Ruth usando una lanza para darle a Sabrina en las piernas tras encerrarla en una ilusión. Él, desde lejos, no contuvo su ira y con su Podah, le dio una paliza antes de llevarse a la niña.
—¿Qué les está pasando? —murmuró, sujetándose del barandal al no entender por qué les aparecieron esas heridas, no pensó que la magia de ilusión tuviera consecuencias en su usuario o que Amelie demostraría heridas aunque solo recibiera poco daño. En ese instante, la voz de una señora mayor hizo que la escuchase atentamente, ya que estaba sentada detrás de él y no podía darse la vuelta.
—Han usado sus poderes más potentes —dijo la abuela—. Sabrina ha usado Proyección de Segundo Escenario, le permite alterar la realidad distorsionando las sensaciones sensoriales. A mayor espacio, mayor desgaste, es su magia de herencia, pero tiene ese inconveniente de sólo poder ser usado una vez al día o en versiones más pequeñas. Amelie, por otro lado, excedió su propio límite físico al usar su magia de herencia en la oscuridad del domo.
》Déjame explicarte Jeffcito, los magos orientales saben usar magia, pero debido a su código de honor de solo usar su propia fuerza, es que desde pequeños se les enseña a usar sus capacidades físicas antes de usar las mágicas, es por ello que Amelie solo se a ayudado con su espada, más no con su magia hasta ahora, debido a ello, su cuerpo le pasa factura. Es una pena, de verdad tiene potencial para ganar tu lugar en la familia Slaider como el Capa Sombría.
—¿Eh? pero podría ganar ¿verdad?, digo, suena como si Sabrina fuera a matarla —dijo con un claro tono de preocupación en su voz, Jeff había conocido a Amelie hace poco, pero aun así, eso sirvió para que se encariñe.
—Claro, puede ganar, pero eso es solo si llega a usar a la criatura que invocó en las penumbras.
—¿Criatura? —Jeff entrecerró los ojos dirigidos al campo de batalla. La abuela suspiró.
—Jeff, la criatura está bajo tierra y es del tamaño de un crucero.
Con su atención de regreso a la batalla, Jeff vio que Amelie creó una esfera azul de la cual salía una brisa invernal acompañada de un ambiente nevado. Ante esto, Sabrina se sentía emocionada, pero por culpa de sus heridas internas, comenzaba a ver borroso.
—Sabrina-chan, hay tres técnicas del clan gélido que se extinguieron en el tiempo, pero fueron encontradas nuevamente en tres magos: Sol Glaciar, Palacio Oni y la mía —Amelie le apuntó con la esfera—. Bajó Cero —murmuró, lanzando miles de mariposas que congelaban el campo a su paso.
Sabrina, a punto de ser golpeada por el ataque, apuntó con los dedos y dijo: "¡Bam!" pulverizando parte del grupo de las mariposas, pero recibió el choque de todos modos por parte de los sobrevivientes. Sintió su piel enfriarse, sus huesos dejando de moverse, por lo cual, disparó un proyectil al cielo y cambió de lugar con él.
Desde las alturas, volvió a usar Proyección de Segundo Escenario, pero un temblor azotó la tierra. Una enorme termita destrozó la arena tras salir del suelo para gritar y con ese grito, destrozó la nueva barrera de la nueva ilusión. Sabrina quedó con los ojos abiertos y a la vez, le apuntó al monstruo, pero este desapareció, aún así, ella no dejó de apuntar al campo de batalla.
Por su parte, Amelie, al ver que los pedazos del domo comenzaban a caer, no tuvo de otra que saltar sobre las mariposas que volaban por ahí para usarlas como escaleras y subir a lo más alto para disparar icebergs contra los pedazos para destruirlos, pero de pronto, mientras hacía esto, fue abatida por destellos de luz que se sentían como quemaduras por agua hirviendo.
Debido a que se retorcía en el aire, acabó cayendo al suelo y durante su trayecto, vio a Sabrina desplegar alas de ángel y un portal de energía oscura sobre ella que no era nada más que un fragmento de su proyección, con el cual, creó clones que dispararon una lluvia torrencial de balas de luz. Al encontrarse a punto de ser abatida, Amelie no tuvo de otra más que usar el Bajo Cero nuevamente y así crear una cúpula de mariposas que la protegieron al chocar con el suelo y de los rayos, por otro lado, Sabrina quedó asombrada por cómo esas mariposas, a pesar de darles, no se esfumaban, pensó que debía aumentar la potencia, pero de pronto, sintió como una energía fría chocó con ella causando que miles de heridas se manifiesten. Esto era obra de magia sónica.
Al mismo tiempo, las mariposas se dispersaron para dejar ver dos estatuas de monjes, pero uno tenía la cara feliz y su mano levantada, estaba abierta, permitiendo que cree una barrera de energía celeste que protegía a Amelie, quien ya se había recuperado por usar, a regañadientes, su magia de sanación. Por otro lado, la otra estatua era del mismo monje, pero con una expresión de ceño fruncido con mueca de desprecio. Además, su mano estaba cerrada.
Sabrina caía libremente, pensaba que moriría, por lo que sí lo hacía, lo haría bien y con esa idea en mente, usó una esfera de luz y la disparó. Amelie apuntó con los dedos y disparó una onda que salió del monje y a la par, ambas gritaron: "¡Bam!" causando que cuando la esfera sea tocada por la onda, esta explote envolviendo a todos en una luz blanca y una explosióm como veinte leones rugiendo. Lo último que se escuchó fue a Jeff gritando por ambas.
—¡Chicas! —gritó Jeff.
Fin del capítulo 000.2-III...
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