Capítulo 000.1-II
Capítulo 000.1-II
Un cuervo en problemas
8:30 PM
Dentro de una enorme y fría cabaña, una multitud de gente festejaba en una fiesta llena de calor y bebidas al ritmo del reguetón y música electrónica.
Los residentes de esta fiesta eran adolescentes y jóvenes adultos que disfrutaban del baile.
Afuera había un refrescante aire oceánico, pero dentro del festejo, había un ambiente más ardiente por toda la gente que gritaba de emoción.
En la planta más alta, dentro de una habitación verde, Jeff estaba acostado en una cama mirando unos posters pegados pegados la paredes y al lado de la cama, había un escritorio donde Kiro, usaba la computadora.
Era una niña de cabello muy corto como el de un chico, cuerpo delgado y ojos afilados.
Mientras jugaba videojuegos, escuchaba de fondo un video sobre una historia de terror.
-¿Así que Sabrina no quiso venir? -dijo Kiro con una voz andrógina-. Es una lástima, quería preguntarle si era verdad eso de que si secuestras a un chico se enamora de ti -Ante sus palabras, Jeff frunció el ceño y la vio.
-Tienes once años, ¿no deberías estar haciendo tu tarea?
-Ya la hice, ¿y tú? ¿no deberías estar con una chica?
-Estoy contigo -Ante sus palabras, Kiro frunció el ceño y, con asco, vio a Jeff.
-Yo hablo de que he visto chicos de tu edad con muchas novias. ¿Acaso, cuando tienes dieciocho, no las persigues?
-Hmph, no soy Yuri -exclamó con un tono burlón. A la vez, Kiro solo rió.
Aunque no se conocían mucho, ambos disfrutaban de las payasadas de Yuri.
La noche transcurrió con normalidad. María subió llevándoles comida y luego volvió a la fiesta con Yuri.
Por su parte, Jeff, junto a Kiro, hicieron algo de ejercicio como correr de un lado a otro, jugaron en la computadora y al final, un duelo de ajedrez que acabó en una "victoria" para Kiro.
Con el sueño en sus ojos, Kiro acabó tumbada en su camarote, donde Jeff acabó contándole un cuento.
A pesar de verla como una niña que entraba en la pubertad, Jeff le leyó por su orden.
Kiro lo convenció de contarle una historia creada por él y cuando acabó, Jeff pasó a retirarse. No obstante, Cuando se disponía a irse, sintió la escasez de algo.
Sus ojos se abrieron a la vez que Kiro quedaba profundamente dormida. Fue rápido a la puerta de la habitación para abrirla y sentir un extraño olor a óxido.
Los pasillos, que una vez estuvieron adornados por las luces sicodelicas, ahora estaban oscuros.
Caminó por el pasillo escuchando unas extrañas respiraciones.
Sentía que su pecho se agitaba y que su cuerpo se tensaba por una angustia abismal con cada paso al exterior de la casa.
Cuando llegó a la sala, vio por las ventanas una playa iluminada por una luna llena.
Al principio no vio nada raro, sin embargo, entrecerró los ojos y su respiración se agitó al ver siluetas humanas flotando por los aires.
Todos parecían inmóviles, pero en realidad, si se fijaba bien, se retorcían con las pocas fuerzas que les quedaban.
Los que una vez fueron los invitados de la fiesta, ahora eran atravesados por varas de hierro que se extendían por los aires como retorcidas ramas de árbol.
Todas esas cosas salian de una extraña silueta en la arena. Dicha silueta transmitía un temor que adormecida a Jeff.
De pronto, los ojos del joven se abrieron al tener otra visión similar a la del cuento, pero esta vez, fue mucho más visible.
Se encontró en medio de la nada, en un prado lleno de viento que silbaba por todos lados.
Frente a el apareció un hombre de no más de un metro, usaba una capucha junto a un poncho. Su cuerpo, grueso como el de un oso pardo, estaba de pie en sus dos patas.
Al descubrirse la cabeza, reveló la cabeza de un ciervo con rasgos humanos. Con solo presenciar esa imagen, Jeff salió de la visión y estuvo por gritar.
Sin embargo, se tapó la boca. Su grito iba a ser tan intenso, que se mordió la mano.
Tardó en guardar la calma, pero al hacerlo, volvió a ver por la ventana, encontrándose con miles de criaturas oscuras con extrañas máscaras blancas, emergiendo del océano.
Salieron del agua con una energía hostil que era transmitía por sus pasos rápidos y desesperados contra la casa.
Jeff solo pudo reaccionar corriendo a la planta alta, pero de repente, en pleno camino, desapareció y en su lugar, apareció un muñeco humanoide de tela.
Este ser era un muñeco de color rojo con una boca llena de dientes reales de perro.
Sus ojos de gato se abrieron para ver como la puerta de la casa salió volando y así dejar entrar, con un ligero galope, a un extraño caballo negro con cabeza de león.
El muñeco escuchó sus bramidos y a la vez, soltó una risa con la cabeza ardiendo en llamas intensas.
De la nada, explotó en un mar de fuego.
Su onda expansiva hizo explotar la casa, junto a todos los Desterrados en un radio de cuatro metros. El polvo se levantó al ritmo del rugido de tal suceso.
◇◇◇
Las luces de la mañana entraron por la ventana de la habitación azul de Jeff, quien no paraba de moverse en su pesado sueño.
Estaba soñando con una extraña isla donde él y sus amigos habían caído.
Todos vestían prendas extrañas. De pronto, un anciano los encontraba y de la nada, el ambiente se llenó de una extraña neblina.
La vista de todos divirtiéndose ahí cambio por un páramo desolado.
Cada uno de sus amigos estaban tirados con miles de heridas. El cielo, que una vez fue azul con un viento refrescante, ahora era negro con brillantes nubes rojas que los hacían transpirar.
El corazón de Jeff se aceleró, una angustia y ansiedad se apoderaron de su ceño y su corazón agitado.
A fuera del sueño, no dejaba de decir: "No, para, no los lastimes, son mis amigos" y de la nada, Jeff despertó de golpe y al mismo tiempo, exclamó algo fugaz.
-¡Nina! -Sin darse cuenta, de sus manos salió una sensación caliente que tibió sus palmas, pero envolvió en un mar de llamas la cama.
Cuando salió de su trance, saltó de la cama a tropezones y el pecho agitado.
Estaba aterrado, no entendía que pasaba. De pronto, ese temor se fue esfumando mientras el fuego se esparció por toda la habitación.
《¿Eh? ¿Por qué ya no tengo miedo? Mi habitación se incendia》-Pensó con la mirada extrañada.
De pronto, vio sus palmas ilesas, no comprendía nada, pero tampoco quería comprender, si quería quejarse del calor en vez de llorar por su posible muerte.
》Que molesto calor -murmuró con apatía.
En ese instante, el rugido de las llamas, lo sorprendió haciendo que las aprecie volando a sus manos, donde se concentraron en una canica de fuego.
En sus palmas, parecía no ser sólida, intentaba tocarla, pero al hacerlo, era como meter su mano a agua tibia.
En vez de estar asustado, el chico se mantenía calmado. Era raro, pero decidió ignorarlo.
En ese instante, al escuchar a alguien tocar el timbre de la casa, decidió guardar la esfera en un bolsillo y bajar de inmediato.
Al llegar, abrió para ver a una pareja, un hombre delgado con una apariencia cansada, calvo, con ropa playera y una mujer robusta rubia con una sonrisa que mostraba unos grandes dientes relucientes.
Aunque su apariencia era algo extraña, para Jeff no lo era mucho, después de todo, eran viejos amigos de sus "padres".
-Hola Jeff, tus padres nos dijeron que viviéramos a verte, a noche te encontraron tirado fuera de la casa, ¿que pasó? -habló el hombre con una mirada de preocupación.
Sin sentir peligro, Jeff los dejó entrar, pero no dejó de sentir algo extraño.
-¿Eh? -Los acompañó a la sala sin recordar como si quiera llegó a casa.
Una vez sentado frente al hombre, la mujer fue a la cocina y regresó con una taza de té para Jeff, quien se le quedó la viendo sin interés.
-Vamos Jeff, dinos, te hemos notado distante, tus padres nos dijeron que estás muy estresado.
-Si -exclamó la mujer con un tono algo tosco-. Si quieres, puedes unirte a un retiro que haremos al bosque.
Sin responder, Jeff no dejaba de observar el extraño té morado con un aroma a una planta inusual que jamás había olido, pero no era a algo malo, en realidad, era tranquilizante.
-Podría ir con ustedes -murmuró-. Pero, no lo sé. Han pasado cosas que escapan de mi entendimiento -Levantó el té y estuvo por tomarlo.
《"No lo bebas, primo"》-Escuchó la voz de antes en el parque. Jeff abrió los ojos y detuvo la taza a centímetros de su boca.
Esta acción hizo que la respiración del hombre se agitase, apretó sus manos y su mirada se volvió de pánico.
A diferencia de él, la mujer sólo vio a Jeff con disgusto sin dejar de mostrarse sonriente.
-¿Que pasa, Jeff? ¿no te gusta el té?
-No es eso, solo que...
-Bebe tu té, ¡bebelo ahora! -murmuró el hombro quien golpeó sus propias piernas.
Jeff se dio cuenta de esto, había visto muchas películas donde esto pasaba, sus vecinos tramaban algo.
-Tranquilo señor Kale, solo, siento que está caliente -Le dio una mirada retadora mientras bajaba su taza a la mesa de la sala.
-¡No la bajes! -exclamó el hombre, quien se puso de pie.
Su acción hizo que su esposa lo viera indignada. Al darse cuenta, solo se calmó y se volvió a sentar.
》 Digo, si quieres, podemos ayudarte a empacar tus cosas para el viaje.
-Hmm, no lo sé.
《Bebe un poco, luego espera a mi señal, saca la esfera de fuego, piensa en ellos y chasquea》
》No confío con que sepan que cosas empacar, digo, nunca han entrado en mi habitación, no saben lo que tengo oculto -Bebió un poco de ese té sintiendo un sabor a chicle.
Era algo delicioso, pero en ese momento, la cabeza de Jeff le dio vueltas.
-Huhuhu, descuida querido, puedes confiar en nosotros, después de todo, somos amigos de tus padres -Al tiempo que la mujer dijo eso, Jeff tuvo una nueva visión, pero esta vez, de la pareja usando ropas de sacerdote.
Estaban en medio de una plaza torturando a miles de personas atadas con látigos.
La mujer se acercó a un hombre para sujetarlo de la cabeza y decirle: "¿Dónde está el pequeño?".
A lo que el hombre la vio con burla y dijo: "Hehe, cometieron un error. Todos aquí somos magos titiriteros, jamás traicionariamos al Capa Sombría".
》" Si debemos morir para salvar a sus nietos, que así sea"
Sin titubear, la señora lo decapitó. Volviendo al presente, con el cuerpo temblando y con mucho sueño, Jeff salió corriendo al baño.
A la vez, la pareja lo seguía, pero no parecían preocupados, solo ocultaban sus sonrisas.
Ya encerrado en el baño, Jeff vomitó, ver toda esa masacre y el horrible olor a sangre y basura lo dejó ahogándose.
De pronto, la mujer tocó la puerta con fuerza y al no recibir respuesta por Jeff, solo dijo:
-¡Basta de jueguitos! -Acto siguiente, su mano atravesó la puerta para que pudiera quitarle el seguro y así poder pasar. Jeff quedó en shock.
No podía procesar lo que pasó y más cuando los vio entrando con las túnicas negras de sacerdote que vio en su visión.
Con el ceño angustiado, quiso levantarse, pero de inmediato, fue sujetado y llevado a fuera.
Jeff luchaba, pero su cuerpo estaba débil por culpa de ese té.
》Querido, llama a todos y diles que ya tenemos al Heredero faltante, resulta que era el hijo desobediente de esa imbecil de Zafiro.
-¿Q-quienes en realidad son ustedes? -preguntó Jeff entre mucho dolor. La señora lo vio para sonreirle con una mirada de asco.
-Oh, pequeño mago, ¿no lo sabes? tu gente a sido cazada por la mía.
》Somos cazadores de brujas y tu un mago. Tus padres también son de nuestro bando, pero no sabía que el bebé mago que adoptaron era al que buscaba.
-¿Eh? ¿soy adoptado? ¿quienes son mis padres?
-Yo que sé -respondió con odio-. Solo sabíamos que eras un niño mago y pensamos que sería divertido tenerte de mascota. -Lo jaló hacia el exterior de la casa.
》Después de todo, de seguro tu madre era una bruja tarada y tu padre un perro.
Ante esas palabras, el corazón de Jeff se aceleró, refunfuñaba entre dientes y apretó sus puños con las pocas fuerzas que poseía.
El saber que fue adoptado le dolía, pero más esas palabras hacia sus padres reales.
No los conocía, pero algo en su interior le decía que se defienda.
En ese momento, vio como lo estaban por subir a una camionera blanca, así que sacó la esfera y con furia, pensó en una explosión. De pronto, a su mente vino un nombre.
-León Valhalico -murmuró y en ese instante, la esfera explotó en un mar de llamas que consumió todo, menos a Jeff.
Solo se desmayó mientras sentía las manos de la mujer soltarlo.
La pareja quiso huir, pero solo fueron consumidos por las llamas.
No obstante, a diferencia del hombre, quien fue calcinado hasta los huesos, la mujer sacó un reloj de oro que brilló en una luz azul.
De la nada, su cuerpo se cubrió en llamas azules que la protegían.
-Camael, osa boreal -Apareció dentro de una burbuja enorme de fuego azul que se elevó al cielo sin problemas.
De esa forma, pudo ver todo el vecindario calcinarse y ser consumido por enormes leones de fuego que fueron liberados por la explosión.
Buscó a Jeff y cuando lo encontró, sus ojos se abrieron por una pelimorada con gabardina gris, quien lo cargó y tras sacarle la lengua, como una niña inmadura, desapareció.
◇◇◇
En lo más profundo de una enorme y tropical isla soleada, se ocultaba una enorme finca.
En su interior, había un amplio campo donde se crearon diferentes cabañas pequeñas de una habitación.
Cada cabaña era un sector distinto, cocina, lavandería, comedor, sala y habitaciones.
Dentro de una, un joven pelinegro estaba descansando, hasta que una joven pelimorada se lanzó sobre él para despertarlo.
-¡Jeff! -exclamó sabrina como una niña-. ¡Al fin lo sabes!
-¡Ay! ¡Sabrina, me aplastas, pareces vaca! -La intentó levantar, pero Sabrina pesaba.
La joven se levantó sola y con las manos en sus pechos, lo vio lascivamente.
-Hmm, ¿recuerdas esa semana donde jugamos a disfrazarnos?
-Deja de hablar de eso y dime que pasó -Se levantó molesto, pero su sorpresa fue grande al darse cuenta de que estaba usando una playera que decía: "El mejor nieto del mundo" esto lo dejó con una ceja levantada.
Aunque los colores negro y azul de la playera le gustaban, no sabía de quien era la ropa que traía puesta.
-Oh, Jeff -Sabrina lo abrazó con una actitud bromista-. Pobre de tí, dos Quemadores te envenenaron y yo, la sabia y espléndida de tu Rey Mago, te a salvado -Lo sujetó de sus hombros para agitarlo.
Jeff la hizo soltarlo, retrocedió con miedo en su rostro por todo esto, no entendía nada.
-¿Qué es un Rey Mago? ¿qué eres tú? ¿dónde estamos? -Observó a todos lados.
-Oh, mi amigo -Lo rodeó con su brazo-. Tú y yo somos magos, esta isla es la isla de la meditación, un Rey Mago es como un soldado con magia.
-¿Eh?, ¿pero que quieren de mí? -Se retiró su brazo para retroceder con una expresión de miedo, su corazón se agitó he intentó ir a la puerta.
-Yo solo quiero seguir siendo tu mejor amiga, pero no me molestaría si fuéramos algo más, pero no se lo que él quiera de tí -Con su mano señaló la puerta de detrás de Jeff, quien al darse la vuelta, vio algo que lo dejó boquiabierto.
En la puerta estaba Yuri, también un sujeto enorme y fornido, amigo de la escuela de Jeff.
A su lado, había un chico de cara redonda y cabello castaño que tenía una expresión alegre con positivismo y determinación.
A su derecha, había un joven de mirada molesta y cuerpo delgado, su cabello era negro con ojos verdes esmeraldas.
Por último, un anciano de barba blanca y cuerpo, que parecía delicado, entró para pararse frente a Jeff usando una capa azul oscuro con bordes negros.
-Jeff, soy Nikola Slaider, tu abuelo -Ante las cansadas palabras del anciano, Jeff sintió que su mundo se venía a bajo.
En ese instante, el anciano lo abrazó con intensa emoción.
》El hijo pródigo ha vuelto a su hogar.
Fin del capítulo 000.1-II...
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