Capítulo 000.0-II
Capítulo 000.0-II
La cacería de la maga de la purga
En ese instante, sin mostrar asombro, Ruth vio una potente luz en el cielo. De pronto, recordó que era el Purga de la Gula, un poder oculto de la familia Slaider Shetza. Se decía que revivía a una persona una vez al año.
Unas potentes llamas blancas en forma de cuervo bajaron tan rápido, que todos fueron impactados por la onda de choque.
De esta forma, acabó calcinando a los magos del oído y gusto, dejándolos en los huesos.
Por otro lado, tacto y olfato salieron corriendo, esperando llegar a la puerta, pero aparecieron en un espacio totalmente en blanco, con los cuerpos encadenados en medio de la sala, estaban aterrados, sus corazones querían salir de sus pechos.
De la nada, vieron detrás de ellos a un ser que se reía maniacamente envuelto en llamas que creaban una flor de fuego. En un instante, Layla se había puesto de pie, sin herida alguna.
Levantó sus manos, haciendo que una esfera negra aparezca en el cielo y, con solo su presencia, los magos quedaron inmóviles.
De pronto, sus ojos se abrieron cuando unas sombras idénticas a ellos se pararon a cada lado. Esto les causó nerviosismo y temor que tensaba más sus cuerpos.
Layla, tensó su arco y disparó dos flechas que dieron en los pechos de sus sombras creando miles de explosiones en el cuerpo de sus víctimas. Los ruidos eran de temer.
Los dos magos comenzaron a sentir algo subir por sus gargantas y, de pronto, se ahogaron con su propia sangre. De la nada, miles de marcas con la palabra "pecador" emergieron en sus frentes.
Sin poder hacer nada, solo gritaban de arrepentimiento y agonía, pero no emitían sonido alguno. Se retorcían frenéticamente ante los ojos de Layla, quien, por dentro, solo se reía con júbilo.
Después de un minuto, los cadáveres cayeron al suelo, uno con la cólera grabada y en el otro, quedó inmortalizada la desgracia.
El espacio volvió a ser la polvorienta y desmoronada sala del tribunal de Nostradamus.
Cansada por el desgaste de energía, Layla recordaba como con Ruth, manifestar un conjuro de territorio era mucho más simple. En ese instante, se fijó en Ruth parada del otro lado del salón en ruinas por la transformación abrupta que causó su domo.
La maga de la purga pensó en ir de frente contra ella, pero una extraña aura hacia que su cuerpo se inquiete, algo raro pasaba, después de todo, la eergía que salía de Ruth no era la de ella exactamente. Era la de un ilusionista, pero con tonos diferentes. Layla, con una cara de asco, observaba, metafóricamente, a una mujer, si, pero con una extraña máscara de su amiga.
—No se quien mierda eres tu, pero vengaré a Ruth y sus grandes pechos. Entregate y solo te pondré en cadena perpetua —Le dio una sonrisa amistosa, levantó una mano al frente para realizar el gesto de invitarla a dar el primer golpe—. Es por ello que te daré una última oportunidad.
—"Layla, pero si soy tu amiga, como es posible que creas que no soy yo"—exclamó ofendida, se tocó los pechos y con una sonrisa pervertida, observó a la maga de la puerga, quien no ocultaba su expresión de asco—. S-si quieres, puedes tocar mi poderoso escote. Vamos, amiga. —Entre risas, extendió los brazos en señal de dar un abrazo, esto solo irritó más a Layla—. "Agazajate".
—Payasa o artista de pacotilla, si vas a imitar a Ruth, aprende todo de ella, la real jamás me dejaría tocar sus pechos. Los pechos de Ruth siempre le bajaron su autoestima, pero jamás me dejó tocarlos sin pelear. Esos copa C son lo más sabroso que haya tocado, mejores que mis copa A —Colocó sus manos a sus costado para caminar hacia ella.
—Layla, tomaré eso en cuenta cuando le corte las manos a tu ojerosa hija —amenazó con una sonrisa burlona.
Con un suspiro, Layla estuvo por impulsarse, pero de pronto, abrió sus ojos al sentir como sus piernas se desvanecían, quiso detener la caida con sus manos, pero también se esfumaron. Su cuerpo terminó tirado como alfombra frente a Ruth con una mirada llena de soberbia.
La respiración de Layla se agitó junto a su pecho mientras sentía emoción y nerviosismo por esta situación. Con su amiga en el suelo, Ruth sonrió y se acercó con unas carcajadas que no había soltado en años.
—Layla, Laylita —exclamó con un tono de canto—. Te hice usar tus hechizos más fuertes al final, ¿no? Fue tanto el esfuerzo que te quedaste sin Shaná y sin maná. —Una vez cerca, se agachó para estar casi a la altura de Layla, quien tenía el cuerpo pegado al suelo con una mueca de molestia—. Es una lástima que solo puedas usarlas una vez al día.
—Me conoces muy bien, "Ruth" —murmuró Layla mientras intentaba moverse, pero al no poder hacerlo, solo se quedó viendo a su amiga, con la idea de acabarla, pero no podía, después de todo, aunque era un imitador, tenía su cuerpo.
Ruth, por su parte, aprovechó para molestar a Layla jugando con su cara, peñizcando y apretando, sin embargo, cuando tocó la frente de Layla, sintió que su energía estaba siendo drenada.
Intentó sacarlo con desesperación, pero acabó cayendo de rodillas al suelo. Layla aprovechó la oportunidad para ponerse de pie y le apuntó a la frente con sus dedos como pistolas.
Desde el suelo, Ruth la observaba con el ceño fruncido, pero luego lo suavizó,
—¿Quién tiene el control ahora, zorra? —preguntó Layla con la autoestima y adrenalina en las nubes.
—¡Zorra tu madre!
—Por cierto, ¿para quien trabajas? ¿la difunta madre de Ruth, la ex lider de los Zorros Negros? o tal vez trabajas para Nataniel, el lider de los Desterrados.
Ante esta imagen de Layla furiosa, Ruth solo soltó una risita mientras miraba hacia abajo, con una falta de cordura evidenciada en sus ojos abiertos.
—Layla —La observó con una cara inexpresiva—. Solo mátame y listo. No te pongas sentimental. ¿Crees que al rival le interesan tus sentimentalismos? —exclamó sin ninguna pizca de empatía. Por su parte, Layla no podía creer que ella estuviera dentro de la dulce mujer que conoció de niñas.
Ante ella se encontraba un demonio sin compasión.
》En fin. —suspiró, volviendo a mirar hacia abajo—. No hago esto por su madre si te lo preguntas. ¿Recuerdas cuando fueron a ver al Desterrado cuervo? pues, en realidad era yo.
》El me mostró la verdad, Layla. Mi deseo es un mundo mejor, ¡un mundo donde ambas podamos vivir juntas en completa libertad!
》Al principio solo robé el cuerpo de Ruth para estar cerca de ti, para que podamos estar juntas, pero ese hombre me mostró algo mejor, un mundo hecho para nosotras. —Alzó la mirada asqueando a Layla, quien observó una mirada fuera de sí con una sonrisa que emanaba locura.—. Sin peligros como los Cazadores de Brujas o los Desterrados.
》Solo necesitamos usar el poder de Jeff, ese niño, lo podemos usar para recolectar las autoridades elementales y con ellas, ¡terraformar el mundo!
—No, ¡eres un maldito demonio! —Retrocedió con temor ante la persona que tenía frente a ella.
—Hehe, mi amiga, eso mismo dijeron Max y Clara antes de matarlos. —Ante esos nombres, Layla abrió los ojos llenos de ira y rencor que hizo latir su corazón y tensar su cuerpo.
Quiso controlar su tensión, pero no pudo más y disparó sin piedad miles de balas hechas de hueso contra Ruth, pero no fue suficiente para ella.
Su corazón latía muy rápido y su respiración era superficial. Fue contra el cuerpo sin vida para sujetarla de la cabeza y con sus dientes, jaló del cuello de su amiga para desgarrarlo.
Con la cabeza en sus manos, le dio una mirada vacía para lanzarla al cielo y cuando estaba por tocar el suelo, le dio una patada haciéndola explotar.
Con el silencio del ambiente muerto, Layla intentaba procesar todo, pero sus lágrimas salían a torrentes volviendo sus palabras en balbuceos. En ese momento, un recuerdo la invadió.
(" Hace dos semanas, Layla había recibido la noticia de que Max, su primo, quien junto a su esposa, concibieron un niño el año pasado como ella al dar a luz a su primogenita, había muerto. Nadie sabía que pasó, solo sabían que un ataque de Desterrados o cazadores de brujas. Layla, sintiendo los efectos del acontesimiento, decidió cuidar al bebé")
Con el cuerpo adolorido y exhausto, Layla caminaba lento hasta la puerta de salida del tribunal. Por su mente pasaron los sucesos de ese año.
—Hmm, Ruth dio a luz en mediados de Marzo, en inicios de abril fuimos por el Desterrado cuervo, ahí fue donde esa cosa debió tomarla. Hmm, creo que me pasé, pero, conozco a otra pechugona para darle leche a esa nena.
Solo esperaba llegar a casa para dormir todo el día y salir en la noche con la familia a comer algo.
Ya podía saborear la comida con solo imaginar ese choque de ingredientes en su boca, pero de pronto, cuando tocó la fría perilla, una mano tomó la suya.
Con temor, vio a un lado para encontrarse con Ruth, sin embargo, tenía cabello y ojos plateados. Quiso defenderse con un derechazo, pero acabó volando a la izquierda.
En el trayecto, por unos segundos, vio su propio cuerpo caer al suelo donde había estado.
Una vez que llegó al suelo, Layla se levantó para ver el alma de Ruth mirando su cuerpo inmóvil. Por otro lado, la misma maga de la purga tocó su ser para abrir sus ojos cuando se dio cuenta de algo.
—¡Me sacaste de mi cuerpo! —dijo el espíritu de Layla con un tono de desespero, sin perder tiempo, fue de frente esperando llegar a su cuerpo, pero Ruth levantó su mano derecha, y con una cara egocéntrica, gritó:
—¡Suiryū-in!
—¿Eh? ¿dijo sello del dragón acuático? —murmuró Layla a la vez que su cuerpo fue arrastrado por misteriosas corrientes de agua que aparecieron de la nada.
Toda esa agua se arremolinaba con ella en el interior. Quería salir pateando y tirando puñetazos, pero no funcionaba. No sentía que fuera un problema, hasta que vio a una misteriosa figura de negro entrar.
Tiró una pequeña botella, con una etiqueta con el dibujo de unos extraños ojos, al suelo cerca del remolino. Ruth se acercó y con una reverencia, vio con una mirada soberbial a Layla.
—Cariño, te habeis confiado, pero tranquila, bellaca, una vez dentro del tártaro somnifero que es tu mente, volarás más alto que el mismo Merlín —Su cuerpo se iluminó con una energía morada.
Por su parte, Layla solo blanqueó los ojos cansada de la imitación de la obsesión de Ruth por el teatro. De pronto, sus ojos se abrieron y sintiendo su corazón acelerado, su alma, junto el torbellino, entraron a la botella dejando por detrás sus gritos.
Ruth se apresuró y tapó la botella. En sus manos, el liquido que se encontraba dentro se iluminó en una luz azul muy intensa.
—Mi señora —susurró el extraño espadachín—. Es momento de seguir con la misión.
Ruth solo asintió y tras darle la botella, se apresuró en colocarse sobre el cuerpo de Layla, donde entró. De la nada, Ruth desapareció y los ojos de Layla se abrieron.
Al mismo tiempo, comenzó a respirar. Con una risa, se levantó, cubrió sus manos con llamas blancas, luego las apagó para deformarlas, las regresó a la normalidad y al final, estiró una mano al lado desplegando un arco negro.
—¡Si! —exclamó con euforia—. ¡Cerberus! ¡mira, el Trasplante de Almas funcionó!
—Es algo hermoso, Anzya-sama, ahora tiene el alma de Ruth y el cuerpo de Layla, juntas, no hay nadie quien la detenga —dijo con una voz masculina calmada. A la vez, Anzya chasqueó haciendo que su apariencia cambie.
El que una vez fue el cuerpo de Layla, se convirtió físicamente en el cuerpo de Ruth, quien regresó a la sala donde estaba su cuerpo, al cual le lanzó un hechizo de ilusión para que se vea como el de Layla.
Con esta falsa escena, acabó plantando su primer acto para la conquista, inculparía a Layla para que nadie sospeche de ella.
—Layla, Ruth, ambas están selladas, pero eso no significa que no me desharé de ustedes dos luego.
◇◇◇
En la noche, dentro de una enorme mansión blanca de cinco pisos, Ruth yacía en una oficina de color gris.
Sus zapatos rechinaban en el suelo de madera mientras buscaba en distintos casilleros y, hasta en su mesa, alguna pista de dónde podía estar Jeff, pero no había respuesta.
—¿Dónde escondió esta imbécil a Jeff? —murmuró con fastidio por cómo Layla guardaba todo tan bien que era difícil encontrar algo.
Incluso los archivos de la computadora estaban vacíos. De hecho, no solo no había información de Jeff, también había desaparecido información valiosa de sitios sagrados, objetos místicos, información de otros hechiceros y hasta prototipos de sistemas de defensas que habían creado.
Con cansancio, se recostó en su escritorio, dándose por vencida.
—Así que te robaste mi cuerpo —De pronto, una voz muy conocida para Ruth hizo que se levantase de prisa y buscase, con la mirada, dónde estaba Layla, pero se encontraba sola por completo.
Es más, todos dormían, así que no había nadie que la descubriera, o eso pensaba.
》Estoy aquí, en tu cabeza, o mejor dicho, en la mía.
—Layla, sucia maga muerte, ¿te liberaste de mi técnica de sellado? —Por dentro, su furia era intensa, pero por fuera, su sonrisa era radiante. Había probado una técnica de sellado para lograr poseer el cuerpo de Layla luego de morir, pero algo andaba mal—. Dime, ¿dónde tienes a Jeff?
—Hmm, momento. Al menos déjame elogiar tu plan. Después de todo, no planeabas matarme, planeabas usar mi cuerpo, por eso hiciste esa reunión.
》Tu plan era que te mate para que te quedes con él, ¿verdad?. Solo porque tenía la ubicación de Jeff, pero como no sabías como ejecutar el hechizo, no tiraste toda mi alma al sello.
—¿Eh? ¿cómo que tenías?
—Pues claro, borré mi memoria para olvidarme de eso por si algo fallaba y borré todo lo que pudiera ser una amenaza para todos en un futuro.
》Solo me encargué de ahorrarles el trabajo de lidiar con tus planes raros. Así que, diviértete buscando al niño, ¡ilusionista de pacotilla!
—¡No! —Con desesperación marcada en su cuerpo, Ruth golpeó la mesa de cristal, rompiéndola con solo sus puños que se desangraban—. ¡Layla, me las vas a pagar!
Fin del capítulo 000.0-II...
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