Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

c u a r e n t a y n u e v e

Habían encerrado a Maia en una habitación con luces tenues. La chica se limitó a sentarse y esperar a que alguien apareciera, pensó en Haymitch o quizá Katniss; a Finnick no lo dejarían acercarse. Cuando lo vio sus ojos no podían creerlo.

Plutarch Heavensbee.

—Debo reconocerlo, Maia, no me has decepcionado ni una sola vez.

La chica sonrió a medias, de eso se trataba.

—Todos están bastante alterados con tu hazaña de esta noche, muchos no logran entenderlo pero yo sí —suspiró—. Ya esperaba algo así de tu parte.

—¿No creyó que estuviera muerta?

Plutarch negó.

—¿Maia Cresta asesinada por mutos? Poco creíble a decir verdad. Te observé, Maia, brillante y temerosa, no me creí ni por un momento que hubieras muerto.

La chica se encogió de hombros.

—No siempre puedo engañar a todo el mundo.

—Oh, pero lo hiciste —continuó Plutarch—. Coin te temía, tu muerte fue como música para sus oídos.

Maia rió sin ganas.

—Es por eso que Snow me eligió. Sabía que Katniss era una amenaza para ella pero no le temía, podía controlarla si lograba pulsar el botón correcto.

Plutarch asintió.

—Tú nunca fuiste fácil de manejar, Maia, lo vimos desde que apareciste por primera vez en las pantallas del Capitolio con tu sonrisa insolente y tu descarada forma de ser.

La chica soltó una carcajada.

—Sin embargo, Snow supo hacerlo —admitió Maia—. Coin no podía darse el lujo de parecer un monstruo, no al principio al menos, y tampoco podía garantizarme la seguridad de Finnick. —hizo una pausa—. Snow sí podía.

—¿Sabes, Maia? Nunca conocí un amor tan honesto como el tuyo —reconoció—, no sé qué te hayan hecho estando aquí en el Capitolio, tampoco quiero saberlo, pero pocas personas son capaces de soportar algo como eso. Me atrevo a decir que ninguna.

Maia asintió y se quedaron un momento en silencio.

—¿Y ahora qué?

Plutarch sonrió.

—Sabía que lo preguntarías. Se convocarán elecciones, seguramente ganará Paylor. Tú volverás al Distrito 4.

Maia sonrió.

—¿Y...?

—Ya te está esperando —interrumpió Plutarch.

• • •

Maia se arrojó a los brazos de Finnick en cuanto lo vio frente a ella. Estaban en la estación de tren, listos para volver al Distrito 4.

Las lágrimas no tardaron en aparecer y se aferró a Finnick con fuerza, no volvería a alejarse de él nunca.

—Dios mío, Maia, no sé si besarte o matarte, no sabes por lo que pasé —murmuró el rubio sin soltarla.

Maia sonrió.

—Como si tuvieras opción.

Unió sus labios con los de Finnick en un profundo beso, no había deseo ni tampoco lujuria, sólo era añoranza, nostalgia. Maia no podía imaginar por lo que había pasado Finnick, el creerla muerta... Ella hubiera enloquecido de estar en su lugar.

—Te amo, Maia Cresta, lo haré siempre —susurró Finnick contra su boca antes de volver a besarla.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro