Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

27. VEINTISIETE

━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━









A lo largo de toda su vida, Lucas Gallardi había sufrido un montón de decepciones, las cuales fueron desde su marcada niñez hasta su vida aislada en el apartado bosque. Se había acostumbrado tanto a la soledad, que la necesidad de sentirse acompañado se fue convirtiendo en algo más oscuro a consecuencia del deseo por hacer que otros pagaran por las cosas que le habían tocado vivir, hasta el punto de causar daño por tal de sentir el placer de verlos sufrir.

Pero ahora se arrepentía.

Había lastimado a su mejor amiga por eso, y era algo que no se perdonaría nunca.

Estando allí tendido en el suelo frío, sintiendo como su propia sangre corría y creaba un charco bajo su espalda, con el veneno consumiendo casi por completo sus sentidos, Lucas realmente esperaba que, si existía un Dios misericordioso, este pudiera darle la oportunidad de redimirse en ese preciso momento.

—Lucas... —la voz de Malia lo hizo abrir los ojos con dificultad, ajustando su vista hasta que le fue posible ver sus facciones femeninas delante de su cara.

Ella tenía lágrimas en los ojos, y su cabello castaño le cubría el rostro como un escudo para protegerlo del mundo.

A su lado, el pudo divisar una figura que reconoció segundos después como Scott McCall. Ambos habían ido a socorrerlo, a pesar de todo el mal que les había hecho.

—Ella me engañó —dijo con su voz rota, mirando hacia algún punto fijo del cielo—. Creí que me quería y por eso acepté ayudarla, porque pensé que ambos éramos iguales. Yo solo... ansiaba sentirme amado aunque fuera por una vez en mi vida.

Suavemente, él fue volteando su cabeza hacia el verdadero alfa de Beacon Hills, murmurando segundos después:

—Lo siento.

—Está bien —Scott asintió, dedicándole una mirada comprensiva.

—Nunca creí en la lealtad de las personas hasta que te ví luchar con tu manada, y me odio a mí mismo por no haber cambiado de bando cuando tuve oportunidad —entonces, él se volteó hacia la mujer coyote— Malia ¿Crees que puedas perdonarme?

Ella sollozó:

—¿Cómo no iba a hacerlo? Con todo el perdón que me han dado —su mirada chocó con la de Scott, justo antes de que un moribundo Lucas arrastrara su mano hacia el bolsillo de su chaqueta.

Allí, Malia encontró una caja forrada de negro, y cuando la abrió, se sorprendió de ver su contenido.

Las garras de Belasko estaban ahí.

—Quiero que tomes mi poder. Aunque, realmente, este nunca me perteneció —dijo el pelinegro, tomando una profunda bocanada de aire como si comenzara a costarle respirar.

—Lucas, yo...

—Tómalo. Déjame hacer las cosas bien por una vez —la interrumpió— Es mi última petición ¿Lo harás?

Los ojos oscuros de la chica se alzaron ligeramente para intercambiar una mirada significativa con su líder, quien apenas, le regaló un corto asentimiento. Si eso era lo que le pedía, entonces no había vuelta atrás.

Malia hizo una mueca de dolor cuando sintió las garras hundiéndose con fuerza en la tierna piel de sus dedos, pero aún más, cuando escuchó el quejido bajo de Lucas al percibir la carne de su estómago siendo atravesada por las mismas.

Ahogando una exclamación, ella pudo sentir el poder como una ráfaga de calor que recorrió su brazo hasta esparcirse por cada parte de su cuerpo. De repente, ya no era tan débil ni tan ordinaria como antes. Su fuerza se había transformado, y sus ojos volvían a iluminarse con ese característico azul eléctrico que la había acompañado toda su vida.

Para cuando terminó de absorberlo todo, Malia tuvo la sensación de que podría haber hecho temblar el suelo con tan solo un aullido, y Lucas, exhausto, se dejó llevar por aquel hilo invisible hasta exhalar su último aliento de vida.

●●●

Al regresar al interior de la residencia McCall, donde todos los miembros de la manada estaban recuperándose después de los hechos ocurridos en el exterior de esta, se podía apreciar un nuevo cuadro de alivio y tranquilidad después de que el mal hubiese sido eliminado.

Los druidas, unos con otros, ayudaban a todos con los rastros que la batalla había dejado. Deaton y Alaric se ofrecieron a ir hacia la veterinaria a buscar algunas gasas e hilos de sutura para curar las heridas, mientras los demás se las arreglaban con los pocos recursos que tenían.

Lydia buscó a Stiles en el interior del salón, y cuando por fin lo encontró recuperando sus fuerzas junto a Derek, echó a correr hacia sus brazos para abrazarlo a la desesperada.

Este le devolvió el gesto de vuelta, respirando finalmente con alivio.

Entonces, cuando ambos vieron a Malia y Scott entrando por la puerta hechos un completo desastre de sangre y suciedad, prácticamente corrieron hacia ellos para asegurarse de que estuvieran bien.

Luego, de un momento a otro, Argent preguntó:

—¿Dónde está Allison?

Ninguno de ellos supo darle una respuesta con exactitud. En cambio, lucían igual de preocupados que él. Pero, sin duda, ver a Melissa McCall salir hecha un mar de lágrimas con la pequeña Aimee apoyada en su cadera fue el detonante para que todo en aquel lugar se pintara de negro.

Chris quiso preguntarle si realmente había sucedido, si era cierto que había perdido a su pequeña una vez más, pero no hizo falta. La señora McCall comenzó a negar levemente, aguantando sus sollozos, y entonces fue el cazador quien se vino abajo esta vez.

El ambiente se ensombreció segundo tras segundo, en los que la banshee escondió el rostro en el hombro de Stiles para llorar en silencio y Scott se dejó caer sobre el sofá, cubriéndose el rostro con impotencia.

—No... —fue Malia quien protestó, para sorpresa de todos— No. Eso no puede ser.

—Todas las sombras desaparecieron —argulló Chris— Ella también lo hizo.

—Eso es imposible.

—¿Cómo puedes decir una cosa así?

—Porque la estoy viendo delante de mí ahora mismo —señaló, y automáticamente, la vista de todos se desvió hacia el lugar donde apuntaba.

Allí, Allison les sonreía mientras bajaba las escaleras con su mano sujeta a la de Isaac, ambos observándolos como si nada malo hubiera pasado.

Chris Argent prácticamente atravesó a grandes zancadas el espacio que lo separaba de su hija para abarcarla entre sus brazos, a la vez que ambos lloraban, y los demás, observaban atónitos la escena.

—¿Qué pasó? —preguntó, cubriéndose los labios como si no acabara de creer lo que sus ojos veían.

—No desaparecí —Allison tuvo que acercarse a él y tomarlo por los hombros para que se diera cuenta— Al inicio creí que sí, pero cuando las demás sombras lo hicieron me dí cuenta de que algo estaba cambiando conmigo. No estaba muriendo...

El cazador dejó que una sonrisa se colara por entre sus labios, escuchando con felicidad cómo su hija le decía:

—Estoy viva, realmente viva.

Chris la miró con profundidad y se dio cuenta de que, en efecto, Allison tenía un aspecto diferente. Su rostro ya no lucía tan pálido como antes. Todo lo contrario, sus mejillas estaban sonrosadas y sus labios rojos como una fresa. Seguía siendo hermosa, pero parecía más joven. Tenía menos de vampiro o fantasma, y más de adolescente común y corriente.

—¡Ay, por Dios, Allison! —Lydia corrió y la estrechó contra su pecho—. Creíamos que habías muerto.

—Bueno, no estoy muerta —rió la aludida.

—Pues nos has dado un susto tremendo —dijo Scott mientras se acercaba. Abrazó a la banshee con un brazo y a la cazadora con el otro. Luego a ese abrazo se les sumó Stiles.

Isaac se acercó también, pero Allison se soltó y fue hacia él, enterrando la cabeza en su pecho mientras lloraba de felicidad.

—¿Cómo es que pudo pasar? —preguntó Melissa, sosteniendo todavía a la pequeña Aimee, quien aplaudía con sus pequeñas manitas, contagiada por la alegría de todos los presentes.

—Creo saber la respuesta a eso... —intervino Deaton— Al final, la leyenda estaba equivocada. No era solo el poder del Nigromante el que mantenía a las sombras en la Tierra, sino también la niña... —señaló a Aimee— Ella es quien crea a los Nigromantes, por tanto, también tiene influencia sobre las almas que regresan.

—Estás diciendo que ¿Aimee es la razón por la que Allison no desapareció con las demás sombras? —preguntó el verdadero alfa, recibiendo un asentimiento por parte del druida.

—Si la pequeña creó un fuerte lazo con ella, entonces es probable que quisiera mantenerla viva.

—Oh, mi ángel —la cazadora tomó a la bebé de los brazos de la señora McCall y la estrechó contra sí. Aimee rió encantada, enredando sus dedos en su abundante melena oscura— Realmente eres un verdadero milagro.

Interrumpiendo el momento, Alaric Northman dio un paso al frente en nombre de los demás druidas:

—Me perdonaréis por decirlo, pero que este problema haya sido solucionado no disminuye el hecho de que la niña sigue siendo peligrosa —habló— Un poder como el suyo puede ser una verdadera amenaza para el resto del mundo sobrenatural. Ya vieron lo que causó...

—¿Y qué propone? —preguntó Isaac, colocándose delante de su familia como un escudo— Algo que claramente no incluya quitarle la vida a mi hija, claro está.

—Pues, la verdad...

—Nosotros encontraremos una vía de anular el poder de Aimee sin necesidad de llegar a otro conflicto —intervino Scott— Si algo he aprendido tras tantos años sobreviviendo en este mundo es que nada, absolutamente nada, es imposible.

—¿Y qué tal si no lo hay?

—Pues idearemos una forma, pero no vamos dejar que le quiten la vida a un inocente —protestó Malia.

—Esa niña es única en su especie —volvió a resaltar Alaric— No hay una criatura como ella en todo el mundo,  y de hecho, tampoco un poder parecido ¿Qué les hace pensar que ustedes podrán hallar una respuesta que los ayude a eliminar esa clase de poder?

—De hecho, he escuchado un rumor sobre el tema en Europa —habló Deaton, haciendo que la atención de todos se concentrara en él— Hay un conocedor sobre la necromancia que quizás pueda ayudar.

Alaric le dedicó una mirada al resto de sus compañeros, y entre todos asintieron en señal de aprobación:

—Bueno, supongo que no habrá problema con ello, siempre y cuando partan inmediatamente.

Dando un profundo suspiro, Scott miró a Isaac, y ambos supieron exactamente lo que tenían que hacer.

Su lucha no culminaba ahí. Todo lo contrario, esta apenas parecía estar comenzando.









━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━
❂ ☾ ☯
━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro