chapter two.
🎭 SOTP — 2025
Written by Dollyhrtzp
—De verdad lo lamento, Dong-eun —murmuró Amelie con tristeza mientras untaba una crema especial sobre las quemaduras de su amiga. Sus manos temblaban ligeramente, tanto por la delicadeza del momento como por el peso de lo que sentía. —Eres una persona increíble. No mereces nada de esto.—
Su voz se quebró al final de la frase y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas al ver el estado en que estaba Dong-eun. Era desgarrador. Más allá del dolor físico que veía en su cuerpo, lo que la destrozaba era la expresión de resignación en su rostro, como si aquella tortura fuera algo que debía aceptar.
Amelie apretó los labios, sintiendo la impotencia en lo más profundo de su ser. Había intentado convencer a Dong-eun de denunciar a los responsables, de luchar, de hablar con alguien, pero sabía que el miedo era un enemigo mucho más poderoso. Ver todo esto de cerca, vivirlo junto a su amiga, le había hecho entender lo crudo y cruel que era el mundo.
—No debes preocuparte, Amelie..— respondió Dong-eun en un susurro con los ojos bajos, como si no tuviera derecho a mirarla directamente. — Te agradezco que estés conmigo. Eres la única persona que tengo.—
El corazón de Amelie se apretó con fuerza. Sabía que Dong-eun decía la verdad, pero esas palabras caían sobre ella como un peso insoportable. Era la única que estaba ahí, sí.. y aun así, su corazón estaba dividido.
Se mordió el labio, luchando contra el nudo en su garganta. Mientras curaba las heridas de su amiga, una sensación de culpa punzante la invadió. Ella era la única persona en quien Dong-eun podía confiar, pero, al mismo tiempo, mantenía una relación secreta con alguien que formaba parte de esa pesadilla.
— Estaré siempre contigo.— susurró al final, dejando escapar un leve suspiro. Sin embargo, esas palabras, que deberían ser una promesa de consuelo, ahora se sentían como un recordatorio de su propia traición.
Amelie terminó de colocarle la crema con cuidado, intentando no presionar demasiado las heridas de Dong-eun. Luego, en silencio, se sentó junto a ella, abrazando sus rodillas. No dijo nada, pero sus pensamientos eran como una tormenta en su cabeza.
"Sabes que no puedes meterte con ella."
Aquellas palabras que había escuchado de Jae Joon no dejaban de retumbar en su mente. ¿Su repentino interés por ella había sido genuino o había tenido un propósito escondido? Si no fuera por su apellido y la posición de su familia, ¿habría sido una víctima más de ese grupo? La incertidumbre la devoraba, con más preguntas que respuestas.
Suspiró profundamente, dejando caer su cabeza, escondiéndola entre sus piernas como si así pudiera escapar de sus pensamientos.
—¿Qué sucede? —preguntó Dong-eun, rompiendo el silencio.
Amelie levantó la cabeza lentamente, sus ojos encontrándose con los de su amiga.
— Nada..— murmuró, pero la preocupación era evidente en su voz. — Solo no me gusta verte así. ¿Y si le dices a alguien? ¿A un profesor, a un adulto? —preguntó con cautela.
— No tengo papás prácticamente.. Mi mamá no está interesada en mí, y cuando intento hablar con alguien más, no funciona.— respondió mirándola.
— La última vez que intenté hablar, el profesor se molestó conmigo y después de todo fue aún mas peor, porque se enteró ella.— se refirió a Yeon Jin.
Amelie frunció el ceño. Había escuchado esas palabras antes y cada vez le dolían más. Sabía que Dong-eun era fuerte, mucho más de lo que cualquiera podría imaginar, pero esa fortaleza no hacía que la situación fuera menos injusta.
Asintió en silencio, aunque su corazón quería gritarle que no se rindiera, que lo intentara una vez más. Había hablado con sus propios padres en más de una ocasión, pero ellos tampoco se interesaban en lo que ocurría, como si los problemas de Dong-eun fueran ajenos, insignificantes.
— No está bien que tengas que enfrentarte a esto sola.— dijo finalmente Amelie, con la voz cargada de tristeza y frustración.
Dong-eun no respondió, se mantuvo en silencio mientras observaba sus brazos.
...
— No puedo creer que permitas que tus amigos hagan eso, es cruel.— Amelie habló con firmeza, su mirada fija en los ojos de Jae Joon. Él estaba apoyado con un brazo contra la pared, observándola con una expresión tranquila, casi indiferente.
Jae Joon se encogió de hombros y la miró ahora algo desinteresado.
— El mundo es cruel, Amelie. Solo los fuertes sobreviven.—
Amelie sintió una punzada de decepción atravesarle el pecho, pero no dejó que se notara.
— Vi a Dong Eun con quemaduras en las piernas hoy. Veo que tu grupo, en especial Yeon Jin, no se cansa, ¿verdad?.— Su voz era un susurro cargado de reproche.
Jae Joon dejó escapar una risa baja y sarcástica, mientras jugaba con la manga de su chaqueta.
— ¿De verdad crees que Yeon Jin se va a aburrir de molestar a tu amiga?.— preguntó con un tono lleno de ironía.
Amelie lo observó en silencio durante unos segundos, buscando algo en su rostro, tal vez una señal de remordimiento que nunca llegó. Finalmente, sus ojos se endurecieron y cuando habló, lo hizo con una voz que apenas rompía el silencio.
— Y tú.. eres testigo y cómplice de todo eso.— Apartó la mirada hacia el suelo antes de volver a enfrentarlo. Su voz se quebró levemente al continuar— Eres bueno conmigo porque quieres, o.. tal vez, ¿por interés?.—
La expresión de Jae Joon cambió de inmediato y la indiferencia desapareció. Frunció el ceño, dando un paso más cerca de ella, sus ojos oscurecidos por una mezcla de confusión y molestia.
— ¿A qué te refieres con eso? ¿Estás insinuando que estoy contigo por interés?.— preguntó, en voz baja pero tensa.
Amelie mantuvo la mirada en el unos segundos antes de desviar los ojos hacia un costado, incapaz de sostener su intensidad.
— A Yeon Jin le dijiste que sabía que no podía meterse conmigo.— dijo en voz baja. — Por eso lo pienso.—
— Claro que lo dije..— respondió Jae Joon con firmeza. — Lo dije porque sé lo que ella es capaz de hacer, Amelie. Si no la detenía, te habría hecho daño sin pensarlo.—
Amelie apretó los labios, recordando el empujón que la había lanzado al suelo.
— De todos modos, me tiró al piso. No creas que me quedé callada.— respondió ahora mirándolo a los ojos.
Jae Joon soltó un suspiro pesado y sin previo aviso se acercó aún más, acorralándola suavemente contra la pared. Sus ojos se clavaron en los de ella mientras levantaba una mano para tomar su mentón con delicadeza, obligándola a mirarlo.
— No vuelvas a pensar en esas estupideces, ¿bien?.—murmuró con un tono bajo pero dominante. — Si estoy contigo, Amelie, es porque me gustas como eres. No por nada más. Y creí habértelo dejado claro en varías ocasiones.—
Sus dedos rozaron un mechón de su cabello, jugueteando con él de forma distraída. La tensión en el aire era palpable, y antes de que Amelie pudiera responder, Jae Joon cerró la distancia entre ambos.
La besó sin advertencia, de forma un poco brusca pero apasionada, como si quisiera demostrar con ese gesto todo lo que no podía con palabras. Su mano subió lentamente hasta su mejilla, sosteniéndola con firmeza.
Amelie, algo sorprendida por el inesperado beso, tardó un instante en corresponder, pero finalmente llevó sus brazos alrededor de su cuello, acercándose más a él. Había algo caótico y al mismo tiempo reconfortante en la forma en que la abrazaba, como si el mundo entero desapareciera por un momento.
Cuando el beso terminó, Jae Joon se separó apenas unos centímetros, con una sonrisa que mezclaba satisfacción y ternura. Antes de dejarla procesar, inclinó la cabeza y dejó un suave beso en su frente, como un gesto tranquilizador.
—Ya está muy oscuro. —Su voz era más tranquila ahora—. Te acompaño hasta tu casa.
Sin soltarle la mano, comenzó a caminar junto a ella, manteniéndose cerca mientras ambos se alejaban del lugar. Amelie no podía evitar sentir que, a pesar de sus diferencias, la conexión entre ellos seguía siendo tan intensa como siempre.. aunque también igual de peligrosa.
Caminaron en silencio por unos minutos, hasta que finalmente llegaron a la casa de Amelie. Ella sacó las llaves de su bolso, abrió la puerta y al cruzar esta, notó la expresión curiosa de Jae Joon al observar el interior oscuro y vacío.
— ¿Y tus padres?.— preguntó, recorriendo con la mirada la sala desierta donde en otras ocasiones, siempre los encontraba esperándola.
— Se fueron de viaje esta mañana. Algo relacionado con el trabajo.— respondió Amelie, encogiéndose de hombros. — Pero vuelven pasado mañana, se supone.—
Jae Joon arqueó una ceja visiblemente interesado. — ¿Eso significa que estarás sola esta noche?.—
Amelie asintió, jugando distraídamente con la llave que aún sostenía entre los dedos. — Ajá.. ¿Por qué?.—
Él la miró por unos segundos en silencio. Su expresión parecía un tanto pensativa, pero luego su característico y encantador gesto apareció, una sonrisa.
— ¿Puedo quedarme? No me gusta la idea de que pases la noche sola.—
Ella lo observó con cierta cautela, sin responder de inmediato. No era algo común para ella, nadie se había quedado nunca en su casa antes y no estaba segura de cómo sentirse al respecto.
— Por favor..— dijo Jae Joon con un tono algo ligero, pero que casi parecía suplicante.
Amelie suspiró. Esa mirada, esa sonrisa.. era imposible resistirse.
— Está bien..— aceptó finalmente, aunque con cierta duda en su voz. Dio un paso hacia adentro y lo miró por encima del hombro — Puedes quedarte.—
Sin pensarlo dos veces, Jae Joon entró tras ella y en un movimiento inesperado, la envolvió en un cálido abrazo. Amelie se tensó por un instante, pero al sentir sus labios rozar con suavidad su mejilla, no pudo evitar sonreír.
— Gracias.— murmuró él, tomando su mano y entrelazando sus dedos con los de ella.
Amelie cerró la puerta y antes de que pudiera decir algo más, Jae Joon, con una actitud despreocupada pero segura, comenzó a caminar hacia las escaleras, llevándola consigo.
— ¿A dónde vamos?.— preguntó ella, arqueando una ceja al notar hacia dónde se dirigían.
— A tu habitación, ¿dónde más? No te preocupes, me portaré bien.. por ahora.—
Amelie soltó una pequeña risa, negando con la cabeza y lo dejó guiarla. La noche apenas comenzaba y aunque todo le parecía nuevo e inesperado, no podía negar que la idea de tenerlo cerca le provocaba una extraña, pero agradable tranquilidad.
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