chapter seven.
🎭 SOTP — 2025
Written by Dollyhrtzp
Jae Joon, que ya se había quitado el abrigo, la miró desde la sala con una media sonrisa.
—¿Por qué no la tendría?— preguntó con obviedad, sacando una copa y sirviéndose un poco de whisky.
Amelie siguió mirando la foto en silencio, con los dedos rozando suavemente el borde del marco. Su reflejo en el cristal le devolvía una expresión de sorpresa y melancolía, mientras su mente la transportaba a aquel momento.
Dieciocho años. Tanto tiempo había pasado y aun así, Jae Joon todavía tenía esto.
Amelie parpadeo un par de veces y levantó la mirada. Jae Joon estaba apoyado en el mueble junto a ella, con la copa de whisky en una mano y una sonrisa ladeada en los labios.
—Pensé que te habrías deshecho de todo lo que tuviera que ver conmigo— dijo en voz baja.
—¿Por qué haría eso?— preguntó con calma, pero con ese tono suyo que la ponía nerviosa —Nunca quise olvidarte.—
Amelie sintió su mirada fija en ella. Apartó la foto y lo miró con seriedad.
—Jae Joon.. No sé qué esperas de esto.—
Él sonrió y dio un sorbo a su whisky antes de responder.
—Nada que no haya esperado desde hace dieciocho años.—
Ella sintió su mirada fija en ella, intensa. Jae Joon no había cambiado en ese sentido. Siempre conseguía que su presencia fuera imposible de ignorar.
—No podemos volver al pasado.— dijo Amelie con firmeza, pero sin sonar fría.
—Lo sé.— contestó el sin perder su calma, aunque en su tono había una seguridad inquietante. —Pero eso no significa que voy a dejarte ir de nuevo.—
Amelie lo miró con una mezcla de incredulidad y alerta.
—Jae Joon..—
—Tienes razón, no podemos volver al pasado.— la interrumpió, acercándose mas, reduciendo la distancia entre ellos. —Pero podemos empezar algo nuevo.—
Amelie sintió su corazón acelerarse, no por emoción, sino por la intensidad con la que el la miraba.
Jae Joon nunca había sido un hombre fácil de rechazar, y eso era lo que más la preocupaba.
Amelie apartó la mirada y cruzó los brazos, como si eso pudiera poner una barrera entre ellos. Sentía la intensidad de su presencia, la misma que siempre había tenido cuando quería algo.. y ella sabía que esta vez, ese algo era ella.
—No es tan sencillo— murmuró, más para sí misma que para él.
—Nunca dije que lo fuera— respondió Jae Joon con tranquilidad, dejando su copa en la mesa.
Amelie suspiró y se alejó un par de pasos, tratando de ordenar sus pensamientos.
—¿Por qué ahora?— preguntó finalmente, girándose para mirarlo —Después de tanto tiempo, ¿por qué sigues aferrado a esto?—
Jae Joon metió las manos en los bolsillos y la observó en silencio por unos segundos antes de responder.
—Porque nunca te olvidé. Porque nunca quise hacerlo.—
Su voz fue firme, sin titubeos.
Amelie sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Había esperado muchas respuestas, pero no una confesión tan directa.
—Eso no cambia nada— insistió ella, sacudiendo la cabeza —La vida siguió, Jae Joon. Ambos tomamos caminos distintos.—
Él soltó una risa suave, sin apartar los ojos de ella.
—¿Y sin embargo terminaste aquí, en mi departamento, hablando conmigo después
de años?—
Amelie apretó los labios. Sabía que tenía un punto, pero no quería dárselo.
Jae Joon se acercó lentamente, sin apresurarse, como un cazador seguro de su presa.
—Si realmente creyeras que esto no significa nada, nunca habrías aceptado venir conmigo— susurró, deteniéndose justo frente a ella.
Amelie lo miró con seriedad, sintiendo la tensión entre ambos.
—No te confundas, Jae Joon. No significa
nada.—
Jae Joon sonrió con arrogancia, inclinándose un poco hacia ella.
—Entonces, ¿por qué tu corazón está latiendo tan rápido?—
Amelie abrió la boca para responder, pero en ese momento, un sonido rompió la tensión.
Un ladrido.
Ella parpadeó y miró hacia la entrada de la sala, donde un perro pequeño pero elegante los observaba con curiosidad.
—Louis...— dijo Jae Joon con diversión, antes de volver a mirar a Amelie —Justo a tiempo.—
Amelie soltó un suspiro, sintiendo que por fin podía respirar. Se agachó y extendió la mano para llamar al perro.
—Hola, pequeño...— dijo con una sonrisa más relajada, agradeciendo internamente la interrupción.
Louis se acercó moviendo la cola, permitiendo que Amelie lo acariciara.
Jae Joon la observó en silencio, con una media sonrisa en los labios.
—Le gustas.—
Amelie levantó la mirada y rodó los ojos.
—Claro, como si eso significara algo.—
—Tal vez no para ti— respondió él, encogiéndose de hombros —Pero para mí, sí.—
Amelie negó con la cabeza y siguió acariciando a Louis, pero no pudo ignorar la forma en que Jae Joon la miraba.
Amelie continuó acariciando a Louis, sintiendo cómo la intensidad de la conversación anterior se disipaba un poco. Agradecía la distracción, pero no era tonta. Sabía que Jae Joon solo estaba esperando el momento adecuado para seguir presionando.
—Es adorable— comentó, sin mirarlo.
—Lo sé— respondió Jae Joon con un tono de orgullo—Lo adopté hace unos años. Es el único que no me traicionaría.—
Amelie alzó la vista, sorprendida por sus palabras. Había un dejo de amargura en su voz, algo que ella no esperaba.
—¿Eso crees?— preguntó con suavidad.
Jae Joon la miró fijamente.
—Lo sé.—
Por un momento, el ambiente se tornó serio otra vez. Amelie lo observó con detenimiento. Había cambiado, sí, pero seguía siendo el mismo en muchos aspectos. Arrogante, intenso, posesivo.. pero también alguien que, en el fondo, no confiaba del todo en las personas.
—No todos te han traicionado, Jae Joon— dijo ella, levantándose lentamente.
Él inclinó la cabeza levemente.
—¿Incluyéndote a ti?—
Amelie sintió que el aire se volvía más pesado.
—Yo no te traicioné— susurró —Fui yo la que tuvo que irse.—
Jae Joon dejó escapar una risa breve, pero sin humor.
—Sí.. Te fuiste y me dejaste con ellos.—
Ella apretó los labios. Sabía exactamente a qué se refería. Él había elegido su grupo de amigos, aquellos que habían sido crueles, aquellos que ella jamás pudo tolerar. Y cuando ella se alejó, él se quedó con ellos.
—No tenía otra opción.— dijo finalmente.
—Siempre hay opciones, Amelie— contestó Jae Joon, dando un paso hacia ella —Tú tomaste
la tuya.—
Amelie lo miró fijamente, sintiendo una mezcla de culpa y frustración.
—¿Y qué querías que hiciera? ¿Quedarme y ver cómo seguías rodeado de ellos?—
Jae Joon no respondió enseguida. En cambio, sostuvo su mirada, como si estuviera decidiendo hasta dónde quería llevar la conversación.
Finalmente, dejó escapar un suspiro y pasó una mano por su cabello.
—No vine aquí para discutir el pasado contigo.—
Amelie cruzó los brazos, sin apartar la vista de él.
—¿Entonces para qué querías verme?—
Jae Joon sonrió levemente, pero sus ojos reflejaban algo más profundo.
—Para saber si alguna vez pensaste en mí.—
El corazón de Amelie dio un vuelco.
—Jae Joon...—
—Solo dime la verdad— insistió él, dando otro paso, acortando la distancia entre ambos —¿Alguna vez me extrañaste?—
Amelie sintió que se le formaba un nudo en la garganta. Claro que lo había hecho. Muchas veces. Pero admitirlo significaría abrir una puerta que no estaba segura de querer cruzar.
Jae Joon la miró con paciencia, como si supiera que no podía evitar esa pregunta para siempre.
—Dímelo— susurró.
Amelie tragó saliva, sintiendo su pecho oprimido por la intensidad de su mirada. Sabía que Jae Joon no se conformaría con evasivas.
—¿Y si lo hice?— murmuró finalmente, casi en un susurro —¿Qué cambiaría eso?—
Jae Joon sonrió de lado, pero no era una sonrisa arrogante como otras veces. Había algo más en su expresión.. satisfacción, quizás.
—Lo cambia todo.—
Amelie frunció el ceño.
—No, no lo hace.—
—Para ti, tal vez no— dijo él con calma, inclinándose un poco más hacia ella —Pero para mí significa que no fui el único que pasó dieciocho años con este vacío.—
Amelie sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
—No puedes simplemente aparecer después de tantos años y esperar que todo sea como antes— susurró, intentando mantenerse firme.
Jae Joon soltó una leve risa y negó con la cabeza.
—¿Como antes? No quiero que sea como antes. Quiero que sea mejor.—
Amelie se quedó sin palabras.
Él aprovechó su silencio para acercarse un poco más, tanto que ella podía sentir su respiración.
—¿Y si te dijera que nunca dejé de esperarte?—
Amelie apretó los labios.
—No digas cosas que no puedes probar.—
Jae Joon inclinó la cabeza, sus ojos recorriéndola con detenimiento.
—¿Eso crees?— preguntó en voz baja, y sin apartar la mirada, levantó la mano y tomó la fotografía del marco. Con delicadeza, deslizó los dedos por el papel gastado por los años y se lo tendió.
Amelie miró la foto en su mano. La misma que había encontrado en la entrada, la misma que mostraba su juventud juntos, sonriendo, felices.
—La he tenido conmigo desde el día
en que te fuiste, y no es la única que tengo— susurró él —No la guardé por nostalgia, Amelie. La guardé porque nunca quise olvidarte.—
Amelie sintió un nudo en la garganta. Todo en ella le decía que debía irse, que no debía escuchar esas palabras, que no debía dejarse llevar.. pero su corazón latía con fuerza, traicionándola.
Jae Joon dio un paso más, eliminando la distancia entre ellos.
—Dímelo— susurró de nuevo, su voz ronca y grave
—Solo quiero escucharlo una vez.—
Amelie cerró los ojos, tomando aire. Sabía lo que él esperaba. Y lo peor de todo, sabía que no podía seguir negándolo.
Abrió los ojos y lo miró directo a los suyos.
—Sí... te extrañé.—
Jae Joon sonrió, esta vez sin arrogancia, sin provocación. Solo con algo que parecía un alivio profundo.
Y antes de que Amelie pudiera decir algo más, él levantó una mano y la acarició con suavidad, rozando su mejilla con el dorso de los dedos.
—Gracias por no mentirme— murmuró.
Amelie sintió que el suelo bajo sus pies ya no era estable. Sabía que estaba cayendo. Y sabía que Jae Joon no la dejaría escapar esta vez.
Jae Joon observó cómo Amelie desviaba la mirada, evitando encontrarse con la suya. En su lugar, fijó la vista en sus propias manos, como si buscara algo en ellas que la ayudara a mantenerse firme.
—No me gusta esto...— murmuró, con la voz apenas audible.
Jae Joon frunció el ceño, inclinándose ligeramente hacia ella.
—¿Qué cosa no te gusta?—
Amelie tomó aire con dificultad. Sus dedos se entrelazaron entre sí, como si trataran de contener un temblor interno.
—Esto..— susurró —Que volvamos a hablar del pasado. Me pone más sensible de lo que ya soy porque yo realmente...— Se interrumpió. Sus labios quedaron entreabiertos, y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Finalmente, lo miró, dejando caer cualquier barrera que hubiera intentado sostener —Te amaba. Y alejarme de ti tampoco fue fácil. Tuve bastante autocontrol, pero eso no significa que no me doliera. No me alejé por gusto, Jae Joon... Me alejé porque la gente que te rodeaba era cruel, eran malas personas. Personas con las que yo no me identificaba. Y hasta el día de hoy sigues siendo uno de ellos.—
Jae Joon sintió cómo aquellas palabras lo golpeaban de lleno en el pecho. Había dolor en su voz, en sus ojos, en la manera en la que su cuerpo parecía encogerse como si intentara protegerse.
Sin pensarlo demasiado, levantó una mano y acarició sus mejillas húmedas, atrapándola en la calidez de su tacto.
—Amelie... yo también te amaba. Con todo mi ser. Si no te hubiera amado, te habría olvidado, pero no lo hice. Porque no pude. Porque tampoco quería.—
La respiración de Amelie se rompió en un sollozo ahogado. Mirándolo fijamente, dejó que sus emociones la guiaran y se aferró a él, envolviéndolo en un abrazo desesperado.
Jae Joon quedó momentáneamente sorprendido, pero su reacción fue inmediata. La rodeó con fuerza, enterrando su rostro en su cabello, sintiendo cómo su pequeño cuerpo temblaba contra el suyo.
Amelie cerró los ojos con fuerza y dejó que unas pocas lágrimas cayeran silenciosas. Jae Joon no la soltó. La sostuvo como si, al hacerlo, pudiera borrar todos los años de distancia entre ellos.
—Lo siento mucho..— susurró Jae Joon.
Cuando finalmente Amelie se apartó, su rostro estaba húmedo, pero sus ojos se veían más tranquilos.
—Disculpa...— susurró, secándose las lágrimas con las yemas de los dedos.
Jae Joon negó con la cabeza de inmediato.
—No vuelvas a pedirme perdón por algo así. Por favor.—
Ella no respondió, solo asintió y dejó escapar un suspiro. Su mirada se deslizó hasta Louis, que descansaba plácidamente en un rincón del sillón.
—Creo que ya es hora de irme...— murmuró con un leve bostezo, cubriéndose la boca con la mano —Es muy tarde y estoy cansada.—
Jae Joon la miró por unos segundos, notando el cansancio reflejado en su rostro.
—Voy al baño y te llevo a casa.—
Se puso de pie, y Amelie asintió sin oponerse. Estaba agotada, y la idea de que él la llevara resultaba más tentadora que discutirlo.
Cuando Jae Joon desapareció en el pasillo, ella se quedó con Louis. Se recostó a su lado en el sofá y comenzó a acariciarlo con suavidad, disfrutando de la calidez del animal.
Los minutos pasaron y Jae Joon seguía sin salir. Amelie frunció el ceño, preguntándose qué podría estar tardando tanto, pero le daba vergüenza preguntarle.
Parpadeó varias veces, luchando contra el sueño, pero poco a poco su cuerpo se fue rindiendo. Con la mano todavía sobre el lomo de Louis, sus ojos se cerraron y cayó en un profundo y silencioso sueño.
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