O4
Me muevo, instintivamente buscando a Yibo sólo para sentir el calor de su ausencia. ¡Mierda! Me levanto al instante y miro con inquietud la cabina.
Yibo está observándome desde la pequeña silla tapizada al lado de la cama. Inclinándose, coloca algo en el suelo, luego se mueve y se estira hacia la cama a mi lado. Está vestido con su pantalón corto y camiseta gris.
—Oye, no entres en pánico. Todo está bien —dice, su voz apacible y con calma, como si estuviera hablando con un acorralado animal salvaje.
Tiernamente, él alisó mi cabello hecho toda una maraña enrredado. Lo veo tratando y fallando en esconder su propia preocupación.
—Has estado muy nervioso estos últimos días —murmura, sus ojos grandes y serios.
—Estoy bien, Yibo. —Le doy mi sonrisa más brillante porque no quiero que sepa cuán preocupado estoy por el incidente del incendio.
El recuerdo doloroso de cómo me sentí cuando el helicóptero fue saboteado y Yibo estuvo perdido, el vacío, el indescriptible dolor, emergiendo de nuevo; los recuerdos persistentes y atormentando a mi corazón. Manteniendo la sonrisa fija en mi cara, trato de reprimirlo.
—¿Estabas mirándome dormir?
—Sí —dice, mirándome fijamente, estudiándome—. Estabas hablando.
—Oh. —¡Mierda! ¿Qué estaba diciendo?
—Estás preocupado —agrega, sus ojos llenos de preocupación. ¿No hay nada que pueda esconder a este hombre? Él se inclina hacia adelante y besa mi frente.
—Cuando frunces el ceño, una pequeña V se forma justo aquí. Es suave para besarla. No te preocupes, bebé. Te cuidaré.
—No soy yo quien me preocupa, eres tú —me quejo—. ¿Quién te está cuidando a ti?
Él sonríe indulgente ante mi tono.
—Soy lo suficientemente grande y guapo para cuidar de mi mismo. Vamos. Levántate. Hay una cosa que me gustaría hacer antes de dirigirnos a casa.
Él sonríe y Yo se que hoy promete ser un gran día.
Holgazaneamos en la estancia de primera clase de las Líneas Aéreas Británicas en Heathrow en Londres, esperando por nuestro vuelo hacia Beijin. Yibo es absorbido por el Financial Times.
Yo saco su cámara queriendo tomarle algunas fotos. Luce tan sexy en su marca registrada de camisa de lino blanca y jeans, y sus gafas de aviador metidas en el cuello en V de su camisa. El flash lo molesta. Parpadea hacia mí y sonríe levemente tímido.
—¿Cómo está usted, Sr. Wang? —pregunta.
—Triste por regresar a casa —murmuro—. Me gusta tenerte para mí.
Él entrelaza mi mano y la lleva hacia sus labios, roza mis nudillos con un suave y efímero beso.
—A mí también.
—¿Pero? —pregunto, escuchando la pequeña palabra no pronunciada al final de su simple declaración.
Él frunce el ceño.
—¿Pero? —repite sin ser sincero. Inclino mi cabeza hacia un lado, mirándolo con la expresión "cuéntame" que he estado perfeccionando en los últimos días. Yibo Suspira, bajando su periódico.
—Quiero que atrapen al pirómano y que salga de nuestras vidas.
—Oh. —Eso parecía lo suficiente justo, pero estoy algo sorprendido por su franqueza.
—Tendré las pelotas de Welch en una bandeja si deja que algo así pase de nuevo. —Un temblor recorre mi columna ante su tono amenazante.
Me mira sin inmutarse y no sé si me está desafiando a ser impertinente o qué.
Hago la única cosa en la que puedo pensar para aliviar la repentina tensión que hay entre nosotros… levanto la cámara y saco otra foto.
Yibo y yo viajamos al norte por la I-5 hacia el puente 520 en el Audi R8. Vamos a almorzar con sus padres, un almuerzo de bienvenida en un domingo. Toda mi familia estará allí, además de Eriol y Xin Yao.
Será extraño estar en tanta compañía cuando hemos estado nosotros todo este tiempo. No he tenido oportunidad de hablar con Yibo en casi toda la mañana. Él estuvo refugiado en su estudio mientras yo desempacaba.
—¿Me dejarás conducir? —pregunto, algo sorprendido de decir las palabras en voz alta.
—Por supuesto —contesta él, sonriendo—. Lo que es mío, es tuyo. Aunque si lo abollas, te llevaré a la Habitación roja del Dolor. —Me mira rápidamente con una sonrisa malévola.
¡Mierda! Me quedo boquiabierto. ¿Es una jodida broma?
—Estás bromeando. ¿Me castigarías por abollar tu coche? ¿Amas a tu coche más que a mí? —me burlo.
—Casi —dice, y se estira para apretar mi rodilla—. Pero ella no me mantiene cálido en la noche.
—Estoy seguro de que puede arreglarse. Puedes dormir en ella —escupo.
Yibo se ríe.
—¿No hemos estado un día en casa y ya me estás echando? —Parece encantado. Lo miro y me da una gran sonrisa, y aunque quiero estar enfadado con él, es imposible cuando está de este humor.
Ahora que pienso en ello, ha estado de mejor estado de ánimo desde que dejó su estudio esta mañana.
—¿Por qué estás tan complacido? —pregunto.
Él me dirige otra sonrisa.
—Porque está conversación es muy... normal.
—¡Normal! —resoplo—. ¡No después de tres semanas de matrimonio! Seguro.
Su sonrisa desaparece.
—Estoy bromeando, Yibo —murmuro rápido, sin querer matar su estado de ánimo. Me choca cuan inseguro es sobre sí mismo a veces.
Sospecho que siempre ha sido así, pero ha escondido su incertidumbre bajo un exterior intimidante.
Es muy fácil hacerle bromas, probablemente porque no está acostumbrado. Es una revelación y me maravillo de nuevo de que todavía tenemos tanto que aprender del otro.
—No te preocupes, me atendré al Saab —murmuro y me giro para mirar por la ventana, tratando de alejar mi mal humor.
—Oye. ¿Qué está mal?
—Nada.
—Eres tan frustrante a veces, Zhan. Dímelo.
Me doy vuelta y le sonrió.
—Tú más, Wang.
Él frunce su ceño.
—Estoy intentándolo —dice suavemente.
—Lo sé. Yo también. —Sonrío y mi humor mejora solo un poco.
No puedo dejar de pensar, desde la inesperada canción de Yibo, voy a la sala y lo veo, Deambulo hacia Yibo quien está ahora de pie, mirando a través de las ventanas francesas.
—Hola —murmuro.
—Hola. —Él pone su brazo alrededor de mi cintura, jalándome hacia él, y yo deslizo mi mano en el bolsillo trasero de sus jeans. Contemplamos la lluvia.
—¿Te sientes mejor?
Asiento.
—Bien.
—Tú ciertamente sabes cómo silenciar una habitación.
—Lo hago todo el tiempo —dice y me sonríe.
—En el trabajo, sí, pero no aquí.
—Cierto, no aquí.
—¿Nadie te ha escuchado cantar? ¿Nunca?
—Parece que no —dice secamente—. ¿Nos vamos?
Miro hacia él, tratando de evaluar su estado de ánimo. Sus ojos son suaves, cálidos y ligeramente perplejos. Decido cambiar de tema.
—¿Vas a darme nalgadas? —susurro, y repentinamente hay mariposas en mi estómago. Quizás esto es lo que necesito… esto es lo que he estado extrañando.
Él mira abajo hacia mí, sus ojos oscureciéndose.
—No quiero herirte, pero estoy más que feliz de jugar.
Miro nerviosamente alrededor de la gran habitación, pero estamos fuera del alcance del oído.
—Sólo si se porta mal Sr. Wang —se inclina y murmura en mi oreja.
¿Cómo puede poner tanta promesa sexual en siete palabras?
—Veré que puedo hacer. —Sonrío.
Una vez que hemos dicho nuestros adioses, caminamos hacia el coche.
Yibo me arroja las llaves del R8—. No lo desvíes —añade en tono de seriedad—, o estaré jodidamente enfadado.
Mi boca se seca. ¿Él está dejándome conducir su coche? Mi dios interno se agita en sus guantes de cuero de conducción y zapatos planos. ¡Oh sí! Grita.
—¿Estás seguro? —pronuncio, aturdido
—Sí, antes de que cambie de opinión.
No creo que nunca haya sonreído tan duro. Él rueda sus ojos y abre la puerta del conductor para que así pueda subir. Enciendo el motor antes de que él siquiera haya llegado al lado del pasajero y salta rápidamente.
—¿Impaciente Sr. Wang? —pregunta con una sonrisa irónica.
—Mucho. Demasiado diría yo.
Una pequeña parte de mí quiere perder a Saw y Ren sólo por placer. Reviso el tráfico luego muevo lentamente el R8 afuera hacia la carretera. Yibo se enrosca en tensión y no puedo resistirlo. El camino está despejado.
Dejo mi pie bajar sobre el acelerador y nos dispara hacia adelante.
—¡Caray! ¡Zhan! —grita Yibo—. ¡Baja la velocidad… vas a matarnos!
Inmediatamente alivio el gas. Guau, ¡este coche se puede mover!
—Lo siento —murmuro, tratando de sonar un poco arrepentido y fallando miserablemente.
Yibo me da una sonrisita, para esconder su alivio, creo.
Miro por el espejo retrovisor. No hay señal del Audi, sólo un solitario coche oscuro con cristales polarizados detrás de nosotros.
Imagino que Saw y Ren se pusieron nerviosos, frenéticos para ponerse al día y por alguna razón esto me hace estremecer. Pero no quiero darle a mi querido esposo un infarto, decido comportarme y conducir constantemente con creciente confianza hacia el puente 520.
Repentinamente, Yibo jura y forcejea para sacar su iPhone del bolsillo de sus jeans
—¿Qué? —chasquea airadamente a quién sea que esté en el otro extremo de la línea—. No —dice él y mira detrás de nosotros—. Sí, él está conduciendo.
Compruebo brevemente el espejo retrovisor, pero no veo nada extraño, sólo el SUV tras nosotros.
—Ya veo. —Yibo suspira largo y duro, y toca su frente con sus dedos, la tensión irradia de él. Algo anda mal.
—Sí… no lo sé. —Me mira y baja el teléfono de su oreja—. Estamos bien.
— Sigue adelante —dice calmadamente, sonriéndome, pero la sonrisa no toca sus ojos. ¡Mierda! La adrenalina pincha a través de mi sistema. Él toma el teléfono nuevamente.
—De acuerdo en el 520. Tan pronto como lo alcancemos… Sí… lo haré.
Él encaja el teléfono en la horquilla del altavoz, poniéndolo en manos libres.
—¿Qué está mal Yibo?
—No quiero que entres en pánico —dice calmadamente—. Pero tan pronto como estemos propiamente en el 520, quiero que pises el acelerador. Estamos siendo seguidos.
—¿Cómo sabemos que estamos siendo seguidos? —Mi voz es un susurro entrecortado.
—El Dodge detrás de nosotros lleva matrículas falsas.
Oh, genial!
No digo nada y me centro en manejar, bien si Yibo quiere que lo pierda, eso haré.
Aceleró cuando esto en el 520, manejando lo más estratégicamente posible para perder de vista ese Dodge tras nosotros.
Sigo las indicaciones de Yibo y Saw quien nos dice que ruta tomar para perder el camino del auto que nos persigue, genial la adrenalina en mi cuerpo es interesante.
La sonrisa en su rostro me satisface, realmente no se que me hiciste Wang Yibo, pero no quiero nunca alejarme de tu lado, así tenga que pasar todo un infierno por tú pasado.
Hi~ no te vayas sin votar y comentar.
Perdón la demora, no había podido editar el capítulo y ni subirlo x falta de Internet.
También había olvidado el rumbo de la peli así que tuve que volvermela a ver xD
Gracias por su apoyo^^
Nos leemos pronto~
SkyMin✨🍭
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro