Miro a través de las baldas del parasol hacia el jardín de hierba y el más azul de los cielos, azul de verano, azul Mediterráneo, con un suspiro de satisfacción.

Yibo está a mi lado, tendido en una tumbona. Mi marido, mi caliente marido, hermoso, sexy sin camisa y con unas bermudas jean, está leyendo un libro.

No lo he visto sentarse así de tranquilo, nunca. Luce más como un estudiante que como el atractivo Gerente General de una de las más exitosas compañías privadas de toda China.

En el tramo final de nuestra luna de miel, descansamos bajo el sol del atardecer en la playa de la bien llamada Beach Plaza Montecarlo, en Mónaco, aunque no nos estamos alojando en este hotel.

Abro mis ojos y contemplo al king anclado en el puerto. Estamos alojados, por supuesto, a bordo de un lujoso yate a motor, el cual flota majestuosamente sobre el agua, el rey de los todos los yates en el puerto.

Parece el juguete de cuerda de un niño. Yibo lo ama, sospecho que está tentado de comprarlo.

Honestamente, no entiendo los chicos ricos y sus juguetes.

Sentado hacia atrás, escucho una melodía en mi nuevo iPod y dormito bajo el sol del atardecer, recordando su propuesta.

Oh, su propuesta de ensueño en el embarcadero... Casi puedo oler el aroma de las flores del prado...

—¿Podemos casarnos mañana? —murmuro Yibo suavemente en mi oído.

Estoy recostado en su pecho en la llamativa glorieta del embarcadero, saciado después de hacer el amor apasionadamente con mi hombre.

—Hmm.

—¿Es eso un sí? —Oigo su esperanzada voz.

—Hmm.

—¿Un no?

—Hmm.

Siento su sonrisa—. Joven Xiao, ¿está usted diciendo incoherencias?

Sonrío—. Hmm.

Él ríe y me abraza fuertemente, besando la parte superior de mi cabeza. —Las Vegas, mañana entonces.

Adormilado levanto la cabeza. —No creo que mis padres estén muy contentos con eso.

El tamborilea sus dedos de arriba abajo por mi espalda completamente desnuda, acariciándome gentilmente.

—¿Qué quieres, zhanzhan? ¿Las Vegas? ¿Una gran boda con todos los detalles? Cuéntame.

—Nada grande... Sólo amigos y familiares —Miro moverse una súplica silenciosa en sus brillantes ojos grises.

¿Qué es lo que quiere?

—Está bien —Asiente con la cabeza—. ¿Dónde?

Me encojo de hombros.

—¿Podemos hacerlo aquí? —pregunta tímidamente.

—¿Dónde tus padres? ¿Les importaría?

Él resopla. —Mi madre estaría en el séptimo cielo, creeme.

—Bueno, aquí. Estoy seguro de que mi madre y mi padre prefieren eso.

Él me acaricia mi cabello. ¿Podría ser más feliz?

—Entonces, ya determinamos dónde, ahora el cuándo.

—Puede besar al novio —anuncia el reverendo Paz.

Observó a mi –Ahora— marido.

—Finalmente, eres mío —susurra y tira de mí en sus brazos y me besa castamente en los labios.

Estoy finalmente casado. Soy el señor de Wang Yibo. Tengo vértigo de la alegría.

—Te ves hermoso, Zhan —murmura, y sonríe, sus ojos brillaban con amor... y algo más oscuro, algo caliente—. No dejes que nadie que no sea yo te quite ese traje, ¿entiendes? —Su sonrisa se calienta un centenar de grados, mientras las yemas de sus dedos se arrastran por mi mejilla, encendiendo mi sangre.

Santa mierda... ¿Cómo es que hace esto, incluso ahora con todas estas personas viéndonos?

Asiento con la cabeza en silencio. Por Dios, espero que nadie pueda oírnos.

Por suerte, el reverendo Paz ha dado un paso discretamente hacia atrás.

Echo un vistazo a la multitud reunida en la capilla de bodas... Mi madre, Liao, Ming, y Los Wang que están aplaudiendo; incluso, Yao, mi caballero de honor, que se ve impresionante en ese color azul pálido al lado del padrino de Wang Yibo, su hermano Yue.

¿Quién diría que hasta Yue podría verse tan bien? Todos llevan enormes, radiantes sonrisas, excepto Ling, que llora con gracia en un delicado pañuelo blanco.

—¿Listo para la fiesta, Sr. Wang? —Murmura Yibo, dándome una sonrisa tímida. Me derrito.

Él luce divino en un esmoquin negro sencillo con chaleco plateado y corbata. Es tan... apuesto.

—Tan listo como puedo estar. —Sonrío, una sonrisa totalmente tonta en mi rostro.

Más tarde, la fiesta de la boda está en pleno apogeo...

Hyon y Ling han ido a la ciudad. Tienen la carpa instalada de nuevo y muy bien decorada en color azul pálido, plata y marfil, con sus lados abiertos, de frente a la bahía.

Hemos sido bendecidos con un buen clima y el sol de final de la tarde brilla sobre el agua. Hay una pista de baile en un extremo de la carpa, un abundante buffet en el otro.

Xiao Liao y mi madre están bailando y riendo juntos. Me siento agridulce al verlos juntos, espero que Yibo y yo duremos mucho más tiempo.

—Oye, este se supone que es el día más feliz de tu vida —regaña.

—Lo es —le susurro.

—Oh, Zhan-ge, ¿qué pasa? ¿Estás mirando a tu madre y Liao?

Asiento con la cabeza tristemente.

—Ellos están felices.

—Felizmente separados.

—¿Estás teniendo dudas? —me pregunta Yao, alarmado.

—No, en absoluto. Es sólo... Lo amo demasiado —me congelo, incapaz de articular mis temores.

— ZhanZhan, es obvio que te adora. Sé que ambos tuvieron un inicio poco convencional para su relación, pero puedo ver lo feliz que ambos han sido en este último mes —sujeta mis manos, apretándolas—. Además, es demasiado tarde —añade con una sonrisa.

Sonrío. La confianza de Yao señala lo obvio. Él me arrastra en un abrazo especial de Xue Yao—. Zhan-ge, estarás bien. Y si te lastima un sólo cabello de tu cabeza, tendrá que responder ante mí.

Liberándome, él le sonríe a quien sea que está detrás de mí.

—Hola, cariño —Wang Yibo pone sus brazos a mi alrededor, sorprendiéndome y besándome en la sien—. Yao —reconoce.

Todavía está frío con él, incluso después de seis semanas.

—Hola de nuevo, Yibo. Me voy a buscar a tu padrino, quien también pasa a ser mi mejor hombre.

Con una sonrisa para los dos, se dirige hacia Yue, quien está bebiendo con su hermano Eriol y nuestro amigo, Gyo.

—Es hora de irnos —murmura sensualmente a mi oído.

—¿A dónde vamos? —Soy incapaz de contener mi curiosidad, una vez estando en el Yet.

—Shannon —dice Yibo, los ojos encendidos de emoción. Se ve como un niño pequeño.

—¿Irlanda? —¡Vamos a Irlanda!

—Para abastecernos de combustible —añade, bromeando.

—¿Entonces? —pregunto.

Su sonrisa se amplía y se sacude la cabeza.

—¡Wang Yibo!

—Londres —dice, mirándome fijamente, tratando de medir mi reacción.

Jadeo. ¡santo cielo! Pensé que tal vez iríamos a Taiwan, o Hainan, o quizás a Hong Kong.

Casi no puedo creerlo. El sueño de mi vida ha sido visitar Inglaterra.

Estoy iluminado por dentro, incandescente de la felicidad.

—Después París.

¿Qué?

—Después el sur de Francia.

¡Oh, Vaya!

—Yo sé que siempre has soñado con ir a Europa —dice en voz baja—. Quiero que tus sueños se hagan realidad, Ah-Zhan.

—Tú eres mi sueño hecho realidad, Wang Yibo.

—Igual usted, Sr. Wang —murmura.

Oh Dios...

—El cinturón de seguridad.

Sonrío y hago lo que me dicen.

Mientras el avión sale a la pista, tomamos nuestro champán, sonriéndonos estúpidamente el uno al otro. No lo puedo creer. A los veintiséis años, por fin estoy saliendo de China y yendo a Europa, a Londres de todos los lugares.

Luego de horas y horas de viaje, estamos por fin algo cerca de nuestro destino.

—¿Qué quiere, Sr. Wang? —Sus palabras son suaves y muy cerca de mi oído. Está casi tendido en encima de mí... Puedo sentirlo más allá de mí.

—A ti.

—Y yo a ti, mi amor, mi vida...— Susurra y antes de darme cuenta, me ha puesto de un tirón sobre mi espalda.

Se coloca de pie con rapidez y en un eficiente movimiento, se deshace de sus pantalones y sus bóxer, quedando gloriosamente desnudo avecinándose, preparado sobre mí.

La pequeña cabina es eclipsada por su deslumbrante belleza, su deseo y su necesidad de mí. Se inclina y despega mis bóxer mirándome.

—Mío —vocaliza con voz ronca.

—Por favor —le pido y él sonríe... una lujuriosa, mala y tentadora sonrisa.

Se mete de nuevo en la cama y deja besos por mi pierna derecha esta vez... hasta llegar al vértice de mis muslos. Empuja las piernas separándolas más.

—Ah... esposo mío —murmura y a continuación su boca está sobre mi muy palpitante miembro.

Cierro los ojos y me entrego a su “oh tan hábil lengua”. Mi mano agarra su cabello mientras mis caderas se mueven en un vaivén, esclavas de su ritmo, fuera de la pequeña cama.

Él toma mis caderas deteniéndome… pero no detiene la deliciosa tortura. Estoy cerca, tan cerca.

—Yibo~ —gimo.

—Todavía no —jadea y mueve mi cuerpo, su lengua sumergiéndose –Ahora–, en mi ombligo.

—¡No! —¡Maldita sea! Siento su sonrisa contra mi vientre, mientras continúa su viaje hacia el norte.

—Que impaciente, Sr. Wang. Tenemos hasta que aterricemos en la Isla Esmeralda —Reverentemente pellizca mi pezón izquierdo con los labios. Mirándome, sus ojos son oscuros, como una tormenta tropical mientras se burla de mí.

Oh Dios... Me había olvidado. Europa.

—Esposo mío. Te deseo. Por favor...

Se asoma por encima de mí, su cuerpo cubriendo el mío, apoyando su peso sobre los codos. Dirige su nariz hasta la mía y yo paso mis manos por su fuerte y flexible espalda hasta su buen, muy buen trasero.

—Sr. Wang... esposo. Estamos aquí para satisfacerlo —sus labios rozan los míos—. Te amo.

—Yo también te amo.

—Ojos abiertos. Quiero verte.

—Wang Yibo~... ah... —lloro, mientras que poco a poco se hunde lentamente en mí.

—Zhan~, oh Xiao —jadea y comienza a moverse.

...

—¡¿Qué diablos crees que estás haciendo?!

Grita Wang Yibo, despertándome de mi muy agradable sueño.

Está de pie todo mojado y hermoso al final mi tumbona y mirándome hacia abajo.

¿Qué he hecho mal? ¡Oh, no...! ¡Las marcas...!

¡Estoy acostado sobre mi espalda...! Mierda, mierda, mierda y él está molesto. Mierda.

Él está realmente molesto.

No te olvides de votar y comentar que os pareció el capítulo!♥️🤧

Holis, jejejejeje escribí esto mega rápido, apenas y me acuerdo de lo que pasó en la peli, así que le veré más veces para no estar enciendo y apagando mi computadora.

Aclaraciones: Yibo está enojado xq Xiao Zhan está descubierto y todos verán las marcas de sus chupetes y eso, Yibo está celoso ok.

Jejejeje, gracias por la espera y por sus votos, espero os guste🙌 di lo mejor de mí^^

Nos leemos pronto~

SkyMin✨