Epílogo
Luego de unos pocos días en reposo, con Yibo decidimos ir al lugar donde su madre biológica había sido enterrada.
Llevábamos un poco de incienso, quemar un poco para ella no es una mala idea.
El viaje fue tranquilo en silencio, solamente nosotros dos y la lluvia que se cernía a nuestro alrededor.
Al menos se que Yibo puedo cerrar ese ciclo y pudo pasar página.
Cuando regresamos a nuestra casa, los señores Wang nos estaban esperando junto a Jia, Xue y Yue también.
Los meses pasan volando cuando menos te lo esperarás.
Poder convencer al señor Wang Yibo de que me dejara trabajar costo mucho, pero no me arrepiento de jugar con mi hombre.
Pasar tiempo en familia nunca fue tan gratificante como lo es ahora.
Estoy con ocho meses de embarazo y parezco una bola de helado.
Helado... Rico.
Pero ya, en serio, tener los pies inflamados, y un humor cambiante no son cosas que se pueden disfrutar.
Ni tan siquiera puedes hacer las cosas tu mismo. Me compadezco de Saw y Taylor, que son los que me han tenido que aguantar durante todos estos meses.
Realmente pequeño A-Bao, cuando vengas al mundo, no me hagas sufrir mucho ¿sí? Se bueno con papi.
—Sr. Wang, ha estado trabajado en el parto durante más de quince horas. Sus contracciones han disminuido a pesar del Pitocin. Tenemos que hacer una cesárea, el bebé peligra. —La doctora Qin suena firme.
—¡Ya era hora maldita sea! —Le gruñe Yibo. La doctora lo ignora.
—Yibo, tranquilo. —Aprieto su mano. Mi voz suena baja y débil y todo da vueltas, las paredes, las máquinas, la gente vestida de verde… sólo quiero dormir. Pero tengo algo muy importante que hacer antes… oh cierto—. Quiero tenerlo por mi mismo.
—Señor Wang, por favor. Cesárea.
—Por favor A-Zhan —ruega Yibo.
—¿Entonces podré dormir?
—Claro baobei, por supuesto. —Es casi un sollozo, y Yibo besa mi frente.
—Quiero ver al pequeño.
—Lo harás.
—De acuerdo —susurro.
—Por fin —murmura la doctora—. Enfermera, avise al anestesista Wen, prepare para una cesárea. Sr. Wang, vamos a moverlo al área de cirugía.
—¿Mover? —Hablamos Yibo y yo.
—Sí. Ahora mismo.
Y de repente nos estamos moviendo, rápidamente, con las luces del techo convirtiéndose en un solo borrón mientras soy llevado por el pasillo.
—Sr. Wang, tendrá que ponerse la ropa adecuada.
—¿Qué?
—Ahora señor Wang.
Aprieta mi mano y me suelta.
—Yibo. —Lo llamo, entrando en pánico.
Cruzamos unas puertas, y en nada de tiempo una enfermera pone una tela en mi pecho. La puerta se abre y cierra, y hay tanta gente en el cuarto.
Hay tanto ruido… quiero irme a casa.
—¿Yibo? —Busco a mi esposo en el cuarto.
—Estará con usted en un momento, señor Wang.
Un momento más tarde está a mi lado, con una bata azul, y tomo su mano.
—Tengo miedo —susurro.
—No baobei, no. Estoy aquí. No tengas miedo. No tú, mi fuerte A-Zhan. —Besa mi frente, y sé por el tono de su voz que algo va mal.
—¿Qué es?
—¿Qué?
—¿Qué es lo que va mal?
—Nada va mal. Todo está bien. A-Zhan, sólo estás agotado. —Sus ojos están llenos de miedo.
—Sr. Wang, ha llegado el anestesista. Va a ajustar su epidural, y luego podremos proceder
—Está teniendo otra contracción.
Todo se tensa como una barra de hierro en mi estómago. ¡Mierda! Trituro la mano de Yibo para liberarme un poco. Esto es lo que me cansa, soportar el dolor. Estoy tan cansado. Siento el líquido desparramarse… y desparramarse. Me concentro en el rostro de Yibo. En la arruga entre sus cejas. Está tenso. Está preocupado. ¿Por qué está preocupado?
Yo soy el que debería estar preocupado, me van a rajar mi pansa por favor.
—¿Puede sentir esto, Sr. Wang? —Llega la voz amortiguada de la doctora Qin detrás de la cortina.
—¿Sentir qué?
—No puede sentirlo.
—Bien, doctor Wen, vamos.
—Lo estás haciendo bien Zhan Zhan.
Yibo está pálido. Tiene sudor en la frente. Está asustado. No tengas miedo, Wang Yibo, no lo tengas.
—Te amo —susurro.
—Oh A-Zhan —Solloza—. También te amo mucho.
Siento un tirón extraño en mi interior. Como nada que jamás he sentido.
Yibo mira sobre la cortina y palidece, pero mira fascinado.
—¿Qué está ocurriendo?
—¡Succión! Bien…
De repente, se oye un fuerte llanto agudo.
—Tiene un varón, Sr. Wang. Revisen su Apgar.
—Su Apgar es nueve.
—¿Puedo verlo? —jadeo.
Yibo desaparece de la vista un momento y reaparece enseguida, cargando a mi hijo, vestido de azul. Tiene el rostro rosado, cubierto de sangre y masa blanca. Mi bebé. Mi Baobao. Wang Yuan.
Cuando miro a Yibo, tiene lágrimas en los ojos. Oh diablos, no llores por favor.
—Aquí está su hijo, Sr. Wang —susurra con la voz quebrada por la emoción.
—Nuestro hijo —susurro—. Es hermoso.
—Lo es —dice Yibo y besa la frente de nuestro hermoso niñito bajo su cabello negro. Wang Yuan es ajeno a ello. Con los ojos cerrados, y el llanto olvidado, se quedó dormido. Es la visión más hermosa que jamás he visto. Tan hermoso que comienzo a llorar.
—Gracias A-Zhan —susurra Yibo, y también tiene lágrimas en los ojos.
No, gracias a ti por amarme, mis cincuenta sombras.
—¿Qué ocurre amor? —Yibo me toma la barbilla.
—Sólo recordaba el nacimiento de A-Yuan.
Yibo sonríe y toca mi barriga de seis meses. —No pienso repetir eso. Cesárea programada esta vez.
—Yibo, yo…
—No, A-Zhan. Casi te me moriste la última vez. No.
—No estuve cerca de morir. —murmuro bajito.
—No. —Es enfático para que no le discuta, pero cuando me mira, su mirada se suaviza.
—Me gusta el nombre Tao —susurra, y acaricia mi nariz con la suya.
—¿Wang Tao? Tao… sí, también me gusta. —Le sonrío.
—Bien. Quiero armar el regalo de A-Yuan. —Toma mi mano, y vamos abajo.
Su emoción es palpable; Yibo ha esperado esto por todo el día.
—¿Crees que le gustará? —Su mirada preocupada se encuentra con la mía.
Joder, eres tan tierno Wang Yibo.
—Lo amará. Por dos minutos. Yibo, sólo tiene dos años.
Yibo ha terminado de armar el tren de madera que le compró a A-Yuan por su cumpleaños. Hizo que long de la oficina creara dos motores para que funcionaran con energía solar como el helicóptero que le regalé yo a él hace unos años.
Yibo luce muy ansioso por el amanecer. Sospecho que quiere jugar con el tren él mismo.
Querido Wang Yibo, eres tan infantil como tú hijo.
La alfombra cubre casi todo el suelo de piedra de nuestro cuarto exterior.
Mañana tendremos una fiesta familiar para A-Yuan. Xin y Jos vendrán y todos los Wang, incluyendo al nuevo primo de A-Yuan Ling, el hijo de dos meses de Xue y Yue. Espero con ansias ponerme al día con Xue y ver como le va con la maternidad.
Levantó la vista mientras el sol se hunde en la Península. Es todo lo que Yibo prometió que sería, y siento la misma alegría al verlo ahora que la primera vez. Simplemente es deslumbrante: el atardecer en el suave pasto. Yibo me tira en sus brazos.
—Es una vista increíble.
—Lo es —responde Yibo, y cuando me doy vuelta, me está mirando.
Me besa suavemente en los labios—. Es una vista hermosa —murmura.
—Mi favorita.
Si, la mía también.
Hi~ no te olvides de votar y comentar~
Ahhh~ por fin le doy por finalizada esta historia xD muchas gracias por las que estuvieron conmigo desde el comienzo, estoy muy feliz.
Espero seguir contando con su apoyo en mi otra historia de wangxian.
Les dejo una pequeña sinopsis: Cuenta la leyenda, la historia de dos almas enamoradas, un dragón celestial del reino divino, y un demonio zorro del reino demoníaco.
Es la primera vez que me aventuro a escribir algo así, espero también leerlas por alla en: "La historia del dragón y el demonio zorro"
Gracias nuevamente por su apoyo!! Cuidence mucho.
Los tkm😊
SkyMin🐈
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro