— Señor Wang? —Taylor le llama, el le observa sin decir palabra alguna—. Esta bien señor Wang? —vuelve a preguntar.

Yibo suspira y luego observa detenidamente su móvil.

Él tenía la culpa no?

Lo que su amado A-Zhan estaba haciendo era lógico, despues de todo, él fue quien rechazo de primera mano a su propio hijo.

¿Miedo?

Si, definitivamente. Yibo tenía miedo de si mismo.

La sola idea de ser padre había sido aterrador para él.

Quien le aseguraba que sería un buen padre?

Admite que estuvo mal su actuar, y que su mal genio y las decisiones que tomo, lo llevaron a lo que está pasando justo ahora.

Su Zhan Zhan se estaba marchando.

Se estaba alejando de él.

El vibrar de su móvil lo saca de su mar de pensamientos.

Es su mamá.

— Si Madre —contesta Yibo, su rostro sereno cambiando drásticamente cuando escucha lo que su madre le dice.

Taylor le observa por el espejo retrovisor, y su entrecejo no tarde en fruncirse prominente ante el cambio de actitud de Yibo.

— Está bien madre, cualquier cosa te aviso —cuelga rápidamente la llamada.

— Todo está bien señor Wang? —Taylor pregunta mientras maneja.

Yibo chasquea la lengua mientras nega.

— Jia no está, mamá dice que habló con ella en la mañana, pero que después ella ya no contestó sus llamadas, les hablo a los guarda espaldas de Jia, y estos le dijeron que su hija había desaparecido y que ellos no podian encontrarla —Yibo gruñe bajito, mientras maldice.

— Cree usted que esto esté relacionado con ya sabe quien? —Yibo bufa pero asiente.

— Jack —confirma Yibo.

— Él señor Wang —Llama Taylor y Yibo une cabos sueltos rápidamente.

— sin duda alguna, Jack debe de haberle pedido dinero a cambio de mi hermana a A-Zhan —Chasquea la lengua.

Su teléfono vibra nuevamente y está vez es Saw.

— Si Saw, que pasa? —Contesta rápidamente Yibo.

— Encontré el teléfono de la Señor Wang en un basurero señor —Yibo frunce su entrecejo.

— Espera, no cuelgues —Le dice mientras retira su teléfono de su oído y luego sonríe.

— Ese no es su teléfono Saw, justo ahora están yendo al sur por la península de Shandong, Taylor...

— enseguida señor.

— Nos veremos allá Saw —Yibo cuelga rápidamente.

— Apresurate Taylor, no estamos lejos de ese lugar.

— Si señor — Taylor pisa el acelerador, mientras escuchan la radio policial.

«A todas las unidades, dirigirse hacia el sur de la península de Shandong, a todas las unidades, por favor dirigirse hacia el sur la península de Shandong»

Por favor A-Zhan, resiste.

Eli da la vuelta agudamente en un cruce hacia una calle desierta con un parque de juegos para niños en ruinas a un lado y un gran estacionamiento de hormigón flanqueado por una hilera de bancos y vacíos edificios de ladrillo en el otro. Eli entra en el espacio del estacionamiento y se detiene fuera de la última de las unidades de ladrillo.

Se gira hacia mí.

—Hora del show —murmura. Mi cuero cabelludo pica mientras el miedo y la adrenalina cruzan a través de mi cuerpo.

—No tienes que hacer esto —respondo en un susurro. Su boca se aplana en una línea triste, y sale del coche.

Esto es por Jia. Esto es por Jia. Rápidamente rezo. Por favor haz que esté bien, por favor haz que esté bien.

—Sal —chasquea Eli, tirando para abrir la puerta del pasajero.

Mierda. Mientras desciendo, mis piernas tiemblan tan fuertemente que me pregunto si puedo estar de pie. La fría brisa de la tarde avanzada trae la esencia del otoño que se avecina y el calcáreo olor a polvo de los edificios abandonados.

—Bien, qué tenemos aquí. —Jack emerge de una pequeña puerta tapiada del lado izquierdo del edificio. Su cabello está corto. Deambula hacia mí, rezumando arrogancia y odio. Mi pulso cardíaco se eleva.

Ladeó mi cabeza y puedo ver a Jia atada a una silla, igual que en la fotografía.

Sus ojos están rojos y está amordazada, por dios... Que le habrá hecho?

— Suelta a Jia —Vociferó seriamente.

—Primero lo primero, maldito —se burla Jack, deteniéndose delante de mí.

Prácticamente puedo probar su desprecio—. ¿El dinero?

Eli está verificando las bolsas en el maletero.

—Hay un montón de efectivo aquí —dice con sobrecogimiento, abriendo y cerrando la cremallera de cada bolsa.

—¿Y su móvil?

—En la basura.

—Bien —gruñe Jack, y desde alguna parte arremete, pegándome fuertemente en el rostro con el revés de su mano. El feroz golpe sin provocación me lanza al suelo, y mi cabeza rebota con un repugnante ruido sordo contra el hormigón. El dolor explota en mi cabeza, mis ojos se llenan de lágrimas, y mi visión se nubla mientras el shock del impacto resuena, desatando agonía que pulsa a través de mi cráneo.

Me puedo defender, no soy alguien débil, pero mi pequeño A-Bao, no puedo arriesgarme así como así. Ahora tengo a alguien más que proteger.

Jia me observa con pánico en su mirada y yo solo puedo sentir como el aire escapa de mis pulmones por la conmoción.

Jack sigue con una rápida patada cruel a mis costillas, y mi respiración sale de mis pulmones por la fuerza del golpe. Apretando mis ojos con fuerza, trato de pelear contra las náuseas y el dolor, trato de pelear por un precioso respiro. Pequeño A-Bao, Pequeño A-Bao, oh mi Pequeño A-Bao...

—¡Esto es por mi vida, tú jodido calienta pollas! —grita Jack.

Levanto mis piernas, acurrucándome en una pelota y anticipando el siguiente golpe. No. No. No.

—¡Jack! —chilla Eli—. Aquí no. Detente por favor, dijiste que no le harías daño, ya tienes el dinero, eso es más que suficiente.

Hace una pausa.

—¡Este puto se lo merece! —Se regodea hacia Eli. Y me da un precioso segundo para estirarme y tirar de la pistola de la cinturilla de mis jeans. Tembloroso, le apunto con el arma, aprieto el gatillo, y disparo.

— Jack, maldito... —Grito a penas.

La bala lo golpea justo cerca de la rodilla. Y colapsa en frente de mí, gritando de agonía, sosteniendo su pierna mientras sus dedos se enrojecen con su sangre.

—¡Joder! —grita Jack. Me giro para encarar a Eli, y me está mirando con horror y levantado las manos sobre su cabeza. Se desdibuja… la oscuridad cerrándose sobre ella.

Mierda… Está al final de túnel. La oscuridad consumiéndola. Consumiéndome. Desde muy lejos, todo el infierno se desata. La sirena de la policía... Autos frenando… deteniéndose… puertas… gritos… carreras… pasos. La pistola cae de mi mano.

—¡A-Zhan! —La voz de Yibo… La voz de Yibo… La voz agonizante de Yibo. Jia… salva a Jia.

—¡A-Zhan!

Oscuridad… y paz, bendita paz.

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SkyMin✨