18
Me despierto de repente, momentáneamente aun desorientado… Oh sí; estoy en el cuarto de juegos. Porque no hay ventanas, no tengo idea de qué hora es.
Escucho voces acercarse y luego pasar de paso, Yibo está diciendo mi nombre, Ja, ahora si te preocupas por mí.
Maldito bastardo insensible.
Me envuelvo con el cobertor y me dispongo en camino hacia la puerta. Abriéndola lentamente, espío afuera.
No hay señales de nadie. Oh, mierda… Quizás esto es un poco melodramático. Pongo los ojos, respiro profundamente, y me dirijo abajo.
Taylor, Saw, Ren, la Sra. Lee y Yibo están todos parados en la entrada del gran salón, y Yibo está dando rápidas instrucciones.
Como si fueran uno, todos se vuelven y me miran con la boca abierta.
Yibo todavía viste la ropa con la que durmió anoche. Luce tan desaliñado y pálido. Sus ojos grises están muy abiertos, y no sé si está atemorizado o enfadado. Es difícil de entender.
—Saw, estaré listo para salir en más o menos veinte minutos —murmuro, envolviendo el cobertor alrededor de mí más apretadamente para protección.
Él asiente, y todos los ojos se vuelven a Yibo, quién todavía me mira intensamente.
—¿Le gustaría algo de desayuno, Sr. Wang? —pregunta la Sra. Lee.
Sacudo la cabeza.
—No tengo hambre, gracias. —Ella presiona los labios pero no dice nada.
—¿Dónde carajos estabas? —pregunta Yibo, su voz baja y ronca. De repente Saw, Taylor, Ren y la Sra. Lee se dispersan, escurriéndose hacia la oficina de Taylor, el vestíbulo y la cocina como ratas aterrorizadas huyendo de un barco que se está hundiendo.
Ignoro a Yibo y marcho hacia nuestra habitación.
—Zhan —me llama—, respóndeme —oigo sus pasos detrás de mí mientras camino hacia la habitación y continúo hacia nuestro baño. Rápidamente, cierro la puerta con llave.
—¡Zhan! —Yibo golpea la puerta con fuerza. Abro la ducha. La puerta suena bruscamente—. Zhan, abre la maldita puerta ahora.
—¡Vete!
—No me voy a ir a ningún lado.
—Como quieras.
—Zhan, por favor.
Me meto en la ducha, bloqueándolo con éxito. Oh, está tibio. Tan refrescante.
Terminó de bañarme, así que me envuelvo en mi bata y abro la cerradura y la puerta para encontrar a Yibo apoyado contra la pared opuesta, las manos detrás de la espalda.
Su expresión es cautelosa, la de un predador de caza. Paso a grandes zancadas frente a él y hacia nuestro guardarropa.
—¿Me estás ignorando? —pregunta él sin poder creerlo a la vez que se para en la puerta del guardarropa.
—¿Perceptivo, verdad? —murmuro distraídamente mientras busco algo que ponerme.
Quiero algo cómodo, ahora que tengo a Bao Bao, debo de elegir las ropas más cómodas y que no se ajusten mucho a mi vientre.
Elijo mis zapatillas negras de taco cubano, y me dirijo hacia la habitación. Hago una pausa para que Yibo salga de mi camino, lo cual hace, eventualmente; sus buenos modales intrínsecos apoderándose de él.
Siento sus ojos penetrándome mientras camino hacia mi cómoda, y lo espío por el espejo, de pie inmóvil en la puerta, observándome. Dejo caer la bata al suelo y pretendo que soy inconsciente de mi cuerpo desnudo. Oigo su jadeo ahogado y lo ignoro.
—¿Por qué estás haciendo esto? —pregunta. Su voz es baja.
—¿Por qué crees? —Mi voz es suave como el terciopelo mientras saco un par de boxers negros.
—Zhan… —se detiene mientras me las pongo.
—Ve y pregúntale a tu Sra. Esa. Estoy segura de que ella tendrá una explicación para ti —murmuro.
—Zhan, te lo he dicho antes, ella no es mi…
—No quiero oírlo, Yibo —hago un gesto desdeñoso con la mano—. El momento para hablar fue ayer, pero en su lugar decidiste despotricar y emborracharte con la mujer que abusó de ti durante años. Llámala. Estoy seguro de que estará más que deseosa de escucharte ahora. —Yibo entra más en la habitación y pone las manos en sus caderas.
—¿Por qué estuviste fisgoneando? —dice.
A pesar de mi decisión me avergüenzo.
—Ese no es el punto, Wang —estallo—. El hecho es que las cosas se ponen difíciles, y tú corres a ella como un cachorro con la cola entre las patas, y las cosas no son así Yibo, no eres un maldito niño de diez años, así que madura de una puta vez.
Su boca forma una línea sombría.
—No fue así.
—No estoy interesado en escuchar. —Tomando un par de medias negras y retrocedo hacia la cama. Me siento, enderezó el pie, y suavemente deslizo la tela de gasa por mis pies
—¿Dónde estabas? —pregunta, sus ojos siguiendo mis movimientos, pero continúo ignorándolo mientras hago rodar la otra media.
Poniéndome de pie, me inclino para secar mi cabello con la toalla.
—Respóndeme. —La voz de Yibo es baja y ronca pero lo ignoro, y sigo con la labor de secar mi cabello.
Sale con esa maldita mujer, ¿y está enfadado conmigo? ¡Cómo se atreve!
—¿Dónde estabas? —susurra, su tono ártico.
—¿Qué te importa?
—Zhan, detente. Ahora.
Me encojo de hombros, y Yibo se mueve rápidamente a través de la habitación hacia mí. Me vuelvo enseguida, alejándome cuando él extiende sus manos.
—No me toques —siseo y él se congela.
—¿Dónde estabas? —demanda. Sus manos forman puños a los lados.
—No estaba afuera emborrachándome Con mi ex —digo furioso—. ¿Te acostaste con ella?
Él jadea.
—¿Qué? ¡No! —me mira con la boca abierta y tiene el coraje de lucir herido y enfadado a la vez. Mi subconsciente exhala un pequeño, bienvenido suspiro de alivio.
—¿Crees que te engañaría? —su tono es uno de ultraje moral.
—Lo hiciste —gruño—. Al tomar nuestra vida privada y contarle tu debilidad a esa mujer.
Su boca se abre.
—Debilidad. ¿Eso es lo que crees? —Sus ojos arden.
—Yibo, vi el mensaje. Eso es lo que sé.
—Ese mensaje no era para ti —gruñe.
—Bueno, el hecho es que lo vi cuando tu iPhone cayó de tu chaqueta mientras te desvestía porque estabas demasiado borracho para desvestirte solo. ¿Tienes una idea de cuánto me has lastimado al ir a ver a esa mujer?
Él palidece momentáneamente, pero estoy en una buena.
—¿Recuerdas anoche cuando volviste a casa? ¿Recuerdas lo que dijiste?
Me mira en blanco, su rostro congelado.
—Bueno, pues tenías razón. Elijo a este bebé indefenso en lugar de ti. Eso es lo que cualquier padre cariñoso haría. Eso es lo que tu madre debería haber hecho por ti. Y lamento que no lo haya hecho… porque no estaríamos teniendo esta conversación ahora mismo si lo hubiera hecho. Pero ahora eres un adulto… necesitas crecer y abrir los ojos y dejar de comportarte como un niño gruñon. Puede que no estés feliz con este bebé. Yo no estoy eufórico tampoco, dado el momento y tu respuesta menos que tibia a esta nueva vida, esta carne de tu carne. Pero bien puedes hacer esto conmigo, o lo haré solo. La decisión es tuya. Mientras te revuelcas en tu hoyo de autocompasión y odio por ti mismo, yo voy a ir a trabajar.
El no dice nada.
—Ahora, si me disculpas, me gustaría terminar de cambiarme. —Estoy respirando fuerte.
Muy lentamente, Yibo se retira un paso, su conducta endureciéndose.
—¿Es lo que quieres? —susurra.
—Ya no sé lo que quiero. —Mi tono refleja el suyo, y toma un esfuerzo monumental fingir desinterés alguno.
Y no me importa en estos momentos.
Hi~ no te olvides de votar y comentar^^
Espero os guste XD
Intentaré subir el otro capítulo pronto. Xq estaré 1 mes sin ínternet.
Cuidence mucho!!
MinMin✨
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