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16

—Hola —dice Yibo con cautela mientras me subo a la camioneta.

—¿Qué esta mal? —frunce el ceño. Niego con la cabeza mientras Taylor se dirige al hospital.

—Nada. —¿Quizás ahora? Podía decirle ahora cuando hay un espacio contenido y Taylor está con nosotros.

—¿El trabajo está bien? —continua Yibo para probar.

—Sí. Está bien. Gracias.

—¿Zhan Zhan, qué va mal? —su tono es un poco forzado, y me acobardo al instante.

—Sólo te he extrañado, eso es todo. Y he estado preocupado por papá.

Yibo se relaja visiblemente.

—Lao-Xin está bien. Hablé con tú mamá esta tarde y esta impresionada con su progreso. —Yibo toma mi mano—. Dios, tu mano esta fría. ¿Has comido hoy?

Me encojo de hombros.

—Zhan —me regaña Yibo, molesto.

Bueno, no he comido porque sé que vas a enloquecer cuando sepas que estoy embarazado.

—Comeré esta tarde. No he tenido tiempo de verdad.

Niega con la cabeza en frustración.

—¿Quieres añadir “alimentar a mi esposo” a la lista de deberes?

—Lo siento. Comeré. Simplemente ha sido un día extraño. Tú sabes, mudar a papá y todo eso.

Sus labios se presionan en una dura línea, pero no dice nada. Miro a la ventana. ¡Dile! Me susurra mi subconsciente. No. soy un cobarde.

Yibo interrumpe mi ensoñación.

—Quizá tenga que ir a Taiwan.

—Oh. ¿Cuándo?

—Al final de esta semana. Quizá la próxima semana.

—Bien.

—Quiero que vengas conmigo.

—Yibo, por favor, tengo trabajo. No vamos a repetir este asunto otra vez.

Él suspira y hace pucheros como un adolescente malhumorado.

—Se me ocurrió pedírtelo —murmura con petulancia.

—¿Por cuánto tiempo te irás?

—No más que un par de días. Quisiera que me dijeras qué te está molestando.

¿Cómo puedo decirle?

—Bueno, ahora que mi amado esposo se va…

Yibo besa mis nudillos.

—No me iré por mucho tiempo.

Eso espero, realmente eso espero.

Después de visitar a papá en el historial, al fin estamos en casa.

Tomo mi comida. Es el Chasseur de pollo de la señora Lee, pero simplemente no tengo hambre. Mi estómago está anudado en una bola de ansiedad.

—¡Maldita sea! Zhan, ¿Vas a decirme qué diablos está mal? —Yibo aleja su plato vacío, irritado. Lo miro fijamente—. Por favor, me estás volviendo loco.

Trago y trato de suavizar el pánico creciente en mi garganta. Tomo un profunda y estabilizante aliento, es ahora o nunca.

—Estoy en espera.

Se queda inmóvil, y lentamente todo el color se drena de su rostro.

—¿Qué? —susurra, pálido.

—Eso, que estoy embarazado.

Su ceño se frunce incomprensivamente.

—¿Cómo?

¿Cómo?... ¿Como? ¿Qué clase de pregunta ridícula es ésta? Me ruborizo, y le dirijo una burlona mirada de, ¿cómo crees tú?

Su postura cambia inmediatamente, sus ojos se endurecen pétreamente.

—¿Tu inyección? —gruñe.

Oh mierda.

—¿Olvidaste tu inyección?

Lo miro fijamente incapaz de hablar. Dios, está enfadado… muy enfadado.

—¡Por Dios, Zhan! —Golpea su puño contra la mesa, haciéndome saltar, se pone de pie tan abruptamente que casi derriba la silla—. Debes recordar una cosa, una cosa que recordar. ¡Mierda! No puedo creerlo. ¿Cómo pudiste ser tan estúpido?

¡Estúpido! Jadeo. Mierda. Quiero decirle que la inyección no fue efectiva, pero las palabras me fallan. Bajo la mirada a mis dedos.

—Lo siento —susurro.

—¿Lo sientes? ¡A la mierda! —dice de nuevo.

—Sé que no es un buen momento…

—¡No es un buen momento! —grita—, llevamos conociéndonos por jodidos pocos años. Quería mostrarte el jodido mundo y ahora… joder. Pañales, vomito y mierda. —Cierra sus ojos. Creo que está tratando de contener su temperamento y está perdiendo la batalla.

—¿Lo olvidaste? Dimelo. ¿o lo hiciste a propósito? —Sus ojos arden y la ira emana de él como un campo de fuerza.

—No —susurro. No puedo contarle sobre Hannah, la despediría. Lo sé.

Yibo está siendo muy de la mierda, pero no dejaré que despida a Hannah.

—¡Creí que teníamos un acuerdo con respecto a esto! —grita.

—Lo sé, lo teníamos. Lo lamento.

Me ignora.

—Éste es el por qué. Es por lo cuál me gusta el control. De esa forma, mierdas como ésta no ocurren y se caga todo.

No… Pequeño Bao.

—Yibo por favor no me grites. —Lágrimas empiezan a bajar por mis mejillas.

—No empieces ahora con las jodidas lágrimas —espeta—, joder. —Desliza una mano sobre su cabello, jalándolo como él lo hace.

—¿Crees que estoy listo para ser padre? —Su voz se frena, es una combinación de furia y pánico.

Y todo se vuelve claro, el miedo y el odio grandes en sus ojos, su rabia es la de un adolescente impotente. Oh Wang Yibo, lo siento tanto. Esto también es un golpe para mí.

—Sé que ninguno de los dos está listo para esto, pero creo que serás un maravilloso padre —me ahogo—, lo resolveremos.

—¿Cómo mierda lo sabes? —grita, con más fuerza esta vez—. ¡Dímelo! — Sus ojos grises arden, y muchas emociones cruzan su expresión. El miedo es el más prominente.

—¡Oh a la mierda con esto! —Yibo grita con desdén y alza las manos en señal de derrota. Se gira y se dirige hacia el vestíbulo, tomando su chaqueta mientras deja el Gran Salón.

Sus pasos hacen eco en el suelo de madera, y desaparece entre las dos puertas del vestíbulo, azotando la puerta tras pasarla y haciéndome saltar

una vez más.

Estoy solo con el silencio, la quietud, el silencio vacío del Gran Salón. Me estremezco involuntariamente y miro atontado a las puertas cerradas. Me ha abandonado. ¡Mierda! Su reacción es mucho peor de la que podría jamás haber imaginado.

—A-Zhan, querido —la señora Lee se cierne a mi lado. Me siento rápidamente, quitando las lágrimas de mi cara—. He oído. Lo siento —dice ella con suavidad—. ¿Quieres un té de hierbas o algo así?

—Me gustaría una copa de vino blanco.

La señora Lee se detiene por una fracción de segundo, y me acuerdo de A-Bao. Ahora no puedo beber alcohol. ¿Puedo? Tengo que estudiar los pros y contras que la Dra. Qinling me dio.

—Te voy a buscar una copa.

—En realidad, voy a tomar una taza de té, por favor —me limpio la nariz.

Ella sonríe amablemente.

—Una taza de té viniendo. —Ella limpia nuestros platos y se dirige hacia el área de la cocina. La sigo y me poso sobre un taburete, mirándola preparar el té.

Ella pone una taza humeante delante de mí. —¿Hay algo más que pueda conseguirte, A-Zhan?

—No, esto está muy bien, gracias.

—¿Estás seguro? No comiste mucho.

Miro hacia ella. —Simplemente no tengo mucha hambre.

—A-Zhan, debes comer. Ya no eres solo tú. Por favor, déjame prepararte algo. ¿Qué te gustaría? —me mira esperanzada.

Pero en realidad, no puedo enfrentarme a nada.

Mi esposo me acaba de dejar porque estoy embarazado, mi padre ha estado en un accidente automovilístico, y esta Jack el chiflado tratando de pretender que yo lo acosaba sexualmente. De repente tiene una necesidad incontrolable de reírme. ¡Mira lo que me has hecho, Pequeño A-Bao! Acaricio mi vientre.

La señora Lee me sonríe con indulgencia. —¿Sabes de cuánto tiempo estás? —pregunta en voz baja.

—Recién en espera. Cuatro o cinco semanas, la doctora no está segura.

—Si no quieres comer, por lo menos debes guardar reposo.

Asiento con la cabeza, y tomando mi té, me dirijo a la biblioteca.

Es mi refugio. Saco el iPhone de mi pantalón y contemplo llamar a Yibo. Sé que es un shock para él, pero realmente exageró. ¿Cuándo no exagera? Mi subconsciente me arquea una ceja finamente depilada.

Suspiro. Wang Yibo de Mierda.

—Sí, ese es tu papá Pequeño A-Bao, Esperemos que se calme y vuelva… pronto.

Hi~ no te olvides de regalarme tu voto (★) y comentario.

Ahhh~ no me pude aguantar así que les subo este capítulo antes de quedarme sin megas.

Gracias~ dentro de poco seremos 1k de votos, gracias gracias.

Cuidence mucho~

Y nos seguiremos leyendo~🐣

SkyMin🍓♥️

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