Hemos regresado a casa, a la vida normal luego de un loco viaje.

La sensación de que ahora soy editor en una revista importante a veces es abrumadora, el hecho de que hay más peso sobre mis hombros.

Pero ser editor ahorita eso no es importante, mi padre Xin a tenido un accidente, en lo único que mi cabeza podía pensar era en que él debía de estar bien.

Cancele todas mis citas ese día y esa misma tarde viaje hacia Shenyang llevando únicamente la ropa que llevaba puesta.

Agradezco que Yibo me haya alcanzado esa noche en el hospital y me haya llevado a un hotel, estaba tan cansado que no se en que momento caí rendido.

Me muevo, abriendo los ojos a una brillante mañana de septiembre. Cálida y cómoda entre sábanas limpias y sedosas, me tomo un momento para orientarme y me abruma una sensación de déjà vu. Por supuesto, estoy en un hotel.

—¡Mierda! ¡Papá! —digo en voz alta, sintiendo con un desgarrador aumento de aprensión aferrarse a mi corazón para recordarme el motivo de mi visita a Shenyang.

—Hey —Yibo está sentado en la cama. Acaricia mi mejilla con sus nudillos, calmándome de inmediato—. Llamé a Terapia Intensiva esta mañana. Él señor Xin pasó una buena noche. Todo está bien —dice reconfortantemente.

—Oh Dios, gracias —murmuro, sentándome.

Se inclina y presiona un beso en mi frente. —Buenos días Zhan Zhan —susurra y besa mi sien.

—Hola —murmuro. Está levantado y lleva una camiseta negra con vaqueros.

—Hola —responde, con una mirada suave y cálida—. Quiero desearte un feliz cumpleaños. ¿Eso te parece bien?

Le sonrío tentativamente y acaricio su mejilla. —Por supuesto. Gracias. Por todo.

Él frunce el ceño. —¿Todo?

—Todo.

Se ve momentáneamente confundido, pero pronto su mirada se agranda con anticipación. —Toma.

Me pasa una pequeña y exquisitamente envuelta cajita con una pequeña tarjeta.

A pesar de la preocupación que siento por mi padre, siento la emoción de Yibo, y es contagiosa. Leo la carta.

Por todos nuestros primeros en el primer cumpleaños de mi amado esposo.

Te amo.

W.Y.

Oh. ¿Qué tan dulce es eso? —Te amo, también —murmuro, sonriéndole.

Bueno, al menos algo lindo ha pasado esta mañana.

Una vez vestido con mis nuevos vaqueros y camiseta, mi apetito volvió por un breve pero agradecido momento durante el desayuno.

Sé que Yibo está complacido de verme comer mi barra de cereal y yogur griego.

—Gracias por pedir mi desayuno favorito.

—Es tu cumpleaños —dice él suavemente—. Y debes dejar de agradecerme. —Pone los ojos en blanco exasperado, pero con cariño, creo.

—Sólo quiero que sepas que lo aprecio.

—Zhan Zhan, es lo que hago. —Se ve serio, por supuesto, Yibo al mando y en control. Cómo olvidarlo… ¿pero de ser diferente lo querría?

Sonrío. —Sí, lo es.

Me mira confundido y luego sacude la cabeza. —¿Vamos?

—Espera que me lave los dientes.

Él Sonríe. —De acuerdo.

Una vez en el auto, lo escucho hablar por teléfono con Saw, trabajo y más trabajo, Yibo se la pasa siempre trabajando.

—Dime —Pido observándole detenidamente.

—¿Que te diga qué?

—Por qué lo haces.

—¿Hacer qué?

—Trabajar de la forma en que lo haces.

—Un chico tiene que ganarse la vida. —Sigue divertido.

—Yibo, haces más que ganarte la vida. —Sueno muy irónico. Frunce el ceño y se queda en silencio por un momento. Creo que no piensa divulgar más secretos, pero me sorprende.

—No quiero ser pobre —dice en voz baja—. He hecho eso. No pienso volver ahí. Además… es un juego —murmura—. Es todo sobre ganar. Un juego que siempre se me hizo fácil.

—No como la vida —murmuro para mí mismo. Luego comprendo que lo dije en voz alta.

—Sí, supongo. —Frunce el ceño—. Aunque es más fácil contigo.

¿Más fácil conmigo? —No todo puede ser un juego. Eres muy filantrópico.

Se encoge de hombros, y sé que se está poniendo incómodo. —Respecto a algunas cosas, quizás lo soy —dice en voz baja.

—Amo al Yibo filántropo —murmuro.

—¿Sólo a él?

—Oh, amo al Yibo megalomaníaco, también, y al Yibo obsesionado por el control, al sexperto Yibo, al Yibo pervertido, al Yibo romántico, al Yibo tímido… la lista es interminable.

—Esos son muchos Yibo's.

—Diría que al menos cincuenta.

Se ríe. —Cincuenta sombras —murmura contra mi cabeza ahora.

—Mis Cincuenta Sombras.

Se endereza, toma mi cara, y me besa. —Bueno, señor Sombras, veamos cómo está tu padre.

—De acuerdo.

Luego de pasar una tarde en el hospital, la lado de Xin; leyéndole el nuevo manuscrito que me ha sido enviado, estoy por fin en un pequeño local del área.

Yibo me pidio que me vistiera con algo un poco más extravagante, pero no me gusta llamar la atención así que únicamente me coloco unos pantalones de tela negra y una camisa blanca de seda, algo sencillo tal y como a mi me gusta.

Una vez me adentro al local, lo que me espera me toma un poco desprevenido.

—¡Sorpresa!

¡Oh, por Dios!

Xue y Yue, Eriol y Jia, Hyan y Ling, el Sr. Yu y Gyo, y mi madre y Ming están todos ahí alzando sus copas. Me quedo boquiabierto ante ellos, sin palabras. ¿Cómo? ¿Cuándo? Me giro con consternación hacía Yibo, y me aprieta la mano. Mi madre se adelanta y envuelve sus brazos alrededor de mí. ¡Oh, mamá!

—Cariño, te ves hermoso. Feliz cumpleaños.

—¡Mamá! —grito abrazándola. Las lágrimas caen por mi rostro a pesar de la audiencia, y entierro mi cara en su cuello.

—Cariño, mi vida. No llores. Xin va a estar bien. Él es un hombre fuerte. No llores. No en el día de tu cumpleaños. —Su voz se quiebra, pero mantiene la compostura. Agarra mi cara entre sus manos y con los pulgares enjuga las lágrimas.

—Creí que te habías olvidado.

—¡Oh, A-Zhan! ¿Cómo podría? Diecisiete horas de parto no es algo que olvidamos con facilidad.

Me río a través de mis lágrimas, y ella sonríe.

—Seca tus ojos, cariño. Hay mucha gente que está aquí para compartir tu día especial.

—¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Cuándo llegaste?

—Tu marido envió a su avión. —Ella sonríe, impresionada.

Y yo me río. —Gracias por venir, mamá. —Me limpia la nariz con un pañuelo como sólo una madre lo haría—. ¡Mamá! —la regaño, componiéndome a mí mismo.

—Eso está mejor. Feliz cumpleaños, cariño. —Ella se hace a un lado mientras todo el mundo se alinea para abrazarme y desearme feliz cumpleaños.

Disfruto de un cena enorme, con gente que me quiere, y el mar de sentimientos me abruma de gran manera.

Últimamente siento que voy a llorar por todo.

Cuando la noche de celebración por fin termina y cada uno toma su camino, siento que mi cuerpo va a explotar por las ganas que he tenido desde que comenzó la cena.

En verdad que Yibo vestido así como lo estaba hoy era una maldita tentación.

Una vez en el Hotel, Yibo cierra la puerta de nuestra suite.

—Al fin solos —murmura, echándose hacia atrás contra la puerta, mirándome detenidamente.

Doy un paso hacia él y corro mis dedos por encima de las solapas de su chaqueta.

—Gracias por un maravilloso cumpleaños. De verdad eres el más reflexivo, atento y generoso esposo que pude desear.

—Un placer.

—Sí... un placer. Vamos a hacer algo al respecto con eso —le susurro. Apretando mis manos alrededor de sus solapas, tiro de sus labios a los míos.

Si, feliz cumpleaños para mi.

No te olvides de votar y comentar doy feliz si hacen eso :)

Hi~ perdón la súper demora, no tenía dinero para comprar la recarga xD me quedé pobre.

Mucho relleno I Know ;-; pero era pieza importante para lo que se viene.

Jejejeje ya viene la escena del bebé lol (creo xD)

Gracias por seguír aquí esperando la actualización de esta historia.

Nos leemos más tarde o mañana con otro nuevo Cap como recompensa.

SkyMin✨☯️