[Shadow]

Por fin lunes. Era el día en que por fin iniciaban las clases y el día en el que por fin tomaría venganza por la muerte de María.

Amy y yo estuvimos encerrados por varios días, pero hoy por fin llevaré a cabo mi venganza contra Sally.

- Amy

- Mande.- Contesta ella poniendo su atención en mi.

- ¿Estas segura de que quieres ayudarme a matar a Sally?.- Le digo en voz baja para que nadie escuche el "Matar a Sally"

- No podría estar más segura.- Dice ella con una sonrisa.

Las clases pasan normales, Amy y yo tratamos de ser lo más naturales posible por qué si Sally sospecha algo tomará precauciones y eso no nos ayudaría en nada.

La campana de salida suena, Sally se dirige a su casillero para recojer sus cosas y es aquí donde yo actúo. Amy fue corriendo a su casa para recojer todo objeto con filo que nos pudiera servir para darle el peor día de su vida a Sally.

El peor y el último.

- Hola Sally.- Digo acercándome a ella con una sonrisa.

- Hola Shadow.- Dice ella girándose hacia mi.

- ¿Por qué tan solita?

- No hay nadie que me haga compañía.- Dice haciendo un puchero.

- ¿Quieres que por esta tarde yo sea tu compañía?

- Me parece perfecto.- Dice ella poniendo sus manos en mi pecho, no puedo sentir más asco nada más por qué no, pero no puedo echar a perder nada ahorita.

- Ven conmigo.- Digo tomando su mano, mi plan es llevarla lejos de la ciudad y ahí dormirla, espero que todo salga como Amy y yo tenemos previsto.

[Amy]

Corro lo más rápido que puedo desde la prepa hasta mi casa, entro rápidamente y busco una mochila en la cual meter todo con lo que Shadow y yo torturaremos a Sally, voy a la cocina y tomo todos los cuchillos que veo, de diferentes tamaños y los guardo en un estuche, no quiero que la que muera por qué se apuñalo sola sea yo.
Me dirijo a mi sótano donde tengo un objeto que nos servirá de maravilla: Una hermosa katana.
Esta tiene un estuche de cuero negro, la saco y el arma mortal brilla por la luz de el sol que se asoma por una pequeña ventana

- Hermosa.- Digo y la guardo en el estuche, la verdad la idea de ser una asesina no me agrada mucho pero, es por hacer un bien.

Una vez que ya tengo todo guardado y listo, salgo de mi casa lo más natural que puedo, hasta que me encuentro con alguien que no me quería encontrar.

- Hola Amy.- Sonic me saluda con una sonrisa.

- Hola estupido.- Digo, lo evitó y sigo mi camino.

- Amy ¿Para dónde vas?

- A donde yo vaya no es tu problema cariño.

- Amy sé que me amas no lo puedes negar.- Ante su comentario no puedo evitar reír

- Si, amo a un erizo, y su nombre es Shadow.- Digo y me voy dejando a Sonic solo.

- Me las vas a pagar.- Le escucho murmurar pero lo ignoro y sigo mi camino.

Después de una larga y cansada caminata llego a la cabaña donde se encuentran ya Sally y Shadow, la escena que veo por una de las ventanas me es repugnante: Sally está sentada en las piernas de Shadow pero sé que este solo le sigue la corriente para no levantar sospechas.
Saco de mi mochila un pañuelo empapado en coloroformo, este es una sustancia que al inhalarse te hace dormir profundamente.
Sin hacer mucho ruido o entro a la cabaña, Shadow ya me vio entrar pero hace como que no, con movimientos cuidadosos, colocó el pañuelo en la boca y nariz de Sally, esta patalea y manotea para librarse de mi agarre, sin resultado alguno, hasta que cae profundamente dormida a mis pies.

- Bien hecho mi rosa.- Dice Shadow antes de darme un beso.

- Gracias.- Digo mientras tomo las manos de Sally y las pego con una cinta gris muy resistente que por más que ella se jalone, no podrá romperla, hago los mismos en sus pies y parte de sus piernas para le sea inútil patalear, finalmente con ayuda de un gancho que por pura casualidad estaba en el techo de la cabaña y una cuerda, Shadow y yo amarramos las manos de Sally a la cuerda y amarramos la cuerda al gancho de manera que Sally queda colgada a nuestra merced.
Shadow se dedica a tapar las pequeñas ventanas de la cabaña con la cinta, para que nada de lo que pase aquí lo vea alguien. Yo le pongo seguro a la puerta de la cabaña y solo es cuestión de esperar a que nuestra ardilla despierte.

Sally despierta unos 20 minutos más tarde, su mirada refleja terror ya que ella no puede hacer nada para salvar su vida.

- Por favor déjenme ir.- Dice Sally con los ojos llenos de lágrimas.- Yo no les he hecho nada.

- No me has hecho nada... ¿¡NO ME HAS HECHO NADA?!.- Ante el carácter de Shadow tanto Sally como yo abrímos los ojos como platos.- ¿¡Matar a María no es hacerme nada?!.- una risa se escucha por parte de Sally.

- Así que es por eso.-Se ríe nuevamente.- Matarme no te servirá de nada Shadow, hagas lo que hagas, digas lo que digas, María no volverá a tu lado.-Dice intentando hacerse la fuerte.

- Eso ya lo sé pero podré deleitarme con tu dolor.-Dice tomando el cuchillo más pequeño de el estuche, Sally lo mira horrorizada

- Me las vas a pagar maldita.

[Shadow]

Mi ira está por los cielos no puedo esperar para ver mis manos y el cuerpo de Sally bañados en sangre.
Me acerco a ella, ella solo me mira con lágrimas en los ojos mientras me suplica que la deje ir, pero nada de lo que haga o diga hará que yo cambie de opinión sobre dejarla viva. Amy tapa la boca se Sally con un pedazo de cinta para que esta no vaya a gritar.
Con el cuchillo más pequeño hago el primer corte en la pierna derecha de Sally, esta se sacude un poco por el ardor que le produce el pequeño corte

- Relajate Sally...tú tortura recién comienza.- Digo mientras con miro sus ojos bañados en lágrimas.

Ahora tomo un cuchillo más grande que el anterior y hago otro corte bajo el que acabo de hacer
Y así me voy en toda su pierna, por cada corte aumento el tamaño del cuchillo, esculco entre las cosas de Amy y encontró algo que al verlo me hacen brillar los ojos: Una botella de alcohol.
Abro la botella y le chorreo un poco en toda la pierna.
Sally llora más fuerte por el ardor que le produce el alcohol, pero este recién comienza.
Hago el mismo proceso en la otra pierna de Sally y ella llora más fuerte.
Ahora tomo la bella Katana que trajo Amy, y con ella hago un corte desde él pecho de Sally hasta su estómago, la sangre comienza a salir de chorros, ahora hecho alcohol a la herida de Sally.
Me dirijo a sus pies y le hago una seña a Amy para que los detenga por qué sé que va empezar a patalear.
Una vez que Amy ya detuvo a Sally hago un corte en la Palma de sus pies y le hecho un poco de alcohol.
Lo mismo hago con el otro pie, la verdad verla en ese estado me hace muy feliz.

Poco a poco Sally comienza a cerrar sus ojos, esos que no volverá a abrir jamás.
Hasta que los cierra por completo y deja de respirar.

Me acerco a ella y tocó su su cuello para detectar si hay pulso pero no, no hay, ella ya está muerta.

- Te he vengado María.- Digo con una sonrisa.

- Lo hiciste Shadow.- Dice Amy tomando mi mano, que tanto como la mía y la de ella se encantarán con con sangre.

- Vengamos la muerte de María.- Decimos los 2 al mismo tiempo.