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Capítulo 7- Hogar, dulce hogar


Capítulo 7

Hogar, dulce hogar

"No existe mejor viaje que el de

Regreso a casa"

Anónimo


———————00———————

Sinaloa, México

Base de la UTCCO

KRYSTEL SÁNCHEZ

Familia de Krystel al final, su madre Angélica, su hermana Carolina y su padrino el General Regente Ricardo Pontevedra

(Blanca soto, Ela Velden y Luis Mesa)

Aterrizamos luego de una eternidad volando, tengo migraña y sobre todo un hambre voraz. La oleada del nuevo clima impacta mi rostro. Son las cinco de la mañana y se siente la temperatura caliente, aunque no demasiado aun, el alba aun no llega, pero los primeros destellos empiezan a aparecer como una muestra inevitable de un nuevo día. Esto marca el inicio de todo, de mi propia lucha contra mis demonios personales; porque no me importa si me cruzo con alguien de mi sangre, lo aniquilaré si está en la lista de los más buscados. Soy una máquina de matar si de mi trabajo se trata, por eso mi grupo es la Brigada Mortífera, apodo desde mi llegada y mis primeras misiones en donde tuve un desempeño nunca antes visto.

Muchos no entienden cómo o porqué alguien tan joven ha llegado tan alto, pero tiene una sencilla explicación: mi vida es mi trabajo, no tengo distracciones, he capitaneado muchas más misiones que algunos Comandantes en Jefe, tal vez hasta del mismo Klaus, pues para todo soy quien toma el timón sin preguntar, por ende, he podido ascender en el escalafón militar un poco más pronto que otros, estoy a puertas de los veintisiete, pero tengo más vidas vividas en comparación a otras personas de mi edad. Mis logros en la UTCCO son memorables, a veces inalcanzables para muchos, porque al no tener más que a mi madre, hermana y a tío Ricardo pude concentrar mis esfuerzos hacia mi profesión.

Luego llegó Ángel y puso un alto a mi frenesí en busca del poder, le dio un nuevo significado a vivir al darme su amor, pero no duró mucho, seguí en mi estupor. Soy ambiciosa, sí ¿Y qué? Quiero todo y cuando quiero algo lo consigo... hasta el mismo Comandante Roux, si me pusiera como meta quitárselo a Ivanna como dice Kass, no dudo en poder hacerlo, más aún porque su boca dice que respete los límites, pero sus ojos solo pueden devorarme ansioso de todo mi cuerpo. Regreso a mis pensamientos cuando siento una mano en mi hombro con fuerza, me he quedado navegando por mis dubitaciones por un tiempo al parecer.

—¡Capitana! ¿qué le pasa? —escucho la voz del Comandante como si mis pensamientos lujuriosos lo hubieran atraído como magneto—, ¿empezará a hablar sola con sus alucinaciones esquizofrénicas? —dice en tono duro, definitivamente es otro, ya no es Klaus como dijo, regresó a ser Don Prepotencia con el chasquido de los dedos.

—A lo mejor sí, la voz en mi cabeza me dice que me pase por el arco del triunfo sus órdenes y le obedezca a Maddox —espeto deleitándome en su expresión molesta, de cierta manera estoy protegida por el General y me permití responder así por eso, no solo por mi maldita impulsividad innata.

—Usted no es la Rosa Letal, es la metralla respondona —espeta al pasar por mi lado—. Tenga cuidado, ya le he advertido sobre mí, no soy quien habló con usted sobre mi hija y le preparó aromática.

—Y yo no soy la mujer quien veía la lluvia caer como pendeja —definitivamente me queda su apodo. Pronto soldados se acercan a la zona de hangares, la base está aún solitaria pues las actividades empiezan a las cinco y media, solo algunos grupos entrenan con alguien a la cabeza canturreando frases que los demás repiten, mientras el sol asoma poco a poco en ese momento mágico del amanecer, un acto para mí místico, marca el inicio de un nuevo reloj en la carrera del día.

Pezzulo, mi mejor agente de la Brigada, hace aparición en un trote, es mi segundo al mando, de todos en quien más confío plenamente pues me ha demostrado una lealtad ciega, protege mi espalda siempre. Me saluda enérgico, parece ser que ha atravesado toda la base desde el área residencial hasta los hangares solo por venir a recibirnos, me gustaría abrazarle como hago en privado, pero sería romper protocolos, por ello, solo le doy el saludo típico: en lugar de la mano, él agarra mi antebrazo y yo el de él. Entonces nos movemos, la actividad empieza, mientras los soldados salen a sus tareas justo a la hora, cero quinientas treinta horas, en lenguaje de nosotros.

Vamos caminando, los transportes internos pasan por nuestro lado, así como se abren los hangares de helicópteros, comenzando las operaciones diarias, de igual forma más personas salen a su entrenamiento riguroso de día tras día. Nuestro entrenamiento pre-militar nos reprograma en pocas palabras, cambia desde la raíz nuestra personalidad al someternos a las semanas del infierno como a los Navy Seal, aunque en ellos son es una, en la UTCCO son varias, donde ponen a prueba tu resistencia tanto física como mental, castigándote si flaqueas en cualquier sentido, así como la capacitación en equipos de tierra, así como de mar, como submarinos militares, el uso de torpedos en buques armados para la guerra. También recibimos entrenamiento en manejo de helicópteros y aviones, pero no de todo tipo.

Somos una agencia hermana de los Praetor quienes tienen cinco divisiones, con las cuales tres de ellas trabajarán con nosotros, así como una de las mejores, Isabella Fox, la mujer quien pudo llegar al objetivo principal, Alexei Sokolov, en sus narices se metió a su casino, lo infiltró, se deslizó hacia los confines del establecimiento y revisó documentos que daban cuenta de los fraudes, además de su corrupción, conexiones con La Triada y negocios sucios disfrazados de legalidad. La envidio en ese aspecto, a mí me hubiera gustado hacerle frente, pero el peligro de ser reconocida no me permite hacerlo, pues sé que esos malditos sanguinarios me tienen vigilada desde hace años, lo he notado, tengo ojos avizores en la nuca todo el tiempo.

No sé exactamente qué los hizo soltarme luego de torturarme por meses por haber entrado en la academia militar juvenil, me hicieron todo tipo de cosas aberrantes, mi propio "primo" se aprovechó de mí. En mis sueños revivo ese momento, siento su asqueroso toque además de sus palabras sobre que me lo merecía por haberles traicionado... lo más increíble e inexplicable es que ese hombre hipócrita quien se jactaba de ser alguien preocupado por mí, le permitió hacerlo, tal vez por eso al superarlo tomé control de mi sexualidad, nadie me volverá a tomar por la fuerza porque soy yo la única mandataria de mi cuerpo, el que trate de hacerlo, le navajeo el cuello sin remordimiento.

Mi sangre maldecida por demonios violentos, mi fuerza mortífera que no ha dejado a un objetivo sin atrapar disfrutar ver la cómo corre el líquido vital arrebatándoles el alma por una herida mortal, vienen de ahí, la letalidad en las espinas de la rosa viene de mi pasado. De vuelta en la base noto que he caminado demasiado de nuevo perdida en mis pensamientos, al llegar mi amiga, la Comandante local del grupo antinarcóticos, el mismo puesto de Klaus, pero en México.

Samara Cruz, será parte del cuerpo élite pues es quien más conoce a parte de mí, las operaciones de su grupo, ella se acerca sonriente para presentarse con todos los nuevos y me saluda con el mismo agarre a Pezzulo, ya más tarde me contara todo lo sucedido en mi ausencia, lo sé.

—Bienvenidos a la UTCCO mexicana, soy Samara Cruz Comandante local de la ETAN —dice mirando a Klaus directamente, pero este le mira como a todo el mundo: prepotente, serio y de mal genio—. Ha sido un largo viaje, permítanme guiarlos hasta el área residencial, en el camino les indicaré las secciones aquí, ¿quién es el Comandante en Jefe?

—Yo, Comandante, soy Klaus Roux Demirel —habla en su tono seco como el desierto—. Me gustaría que me informara sobre las operaciones locales, así como la organización para la Operación Jaque lo más pronto posible —murmura sin pedir el favor, después de todo tienen el mismo rango, aunque él lidere el grupo—. También me gustaría saber cuándo está pronosticada la llegada de Isabella Fox.

—Vamos por partes, si quiere una vez descargue su equipaje podemos ir a la sala audiovisual, pero ¿No desea descansar? Han sido más de dieciséis horas —dice Sam extrañada por su presura—, y los Praetor llegarán en cuarenta y ocho horas, se han retrasado por un ataque directo en su base de Nevada, tuvieron muchas bajas de agentes, así como destrucción de la muralla protectora. Algunos quienes estaban asignados murieron, por ello debieron reestructurarse, pero no se preocupe, pronto estarán aquí.

—Está bien, descansaré dos horas, luego me pondré al tanto —responde él al caminar sin quitarle la mirada a Sam de encima, no sé si porque le gustó o simplemente le gusta intimidar a los demás—. ¿Cómo fue el ataque?

—El equipo de criminalística determinó que fue impactada por un misil tipo militar, pues estalló no solo la muralla sino edificaciones aledañas causando daños muy graves —continua Sam, nos mira a todos, mientras seguimos el camino—; sin embargo, pudieron neutralizar la amenaza con agentes en tierra y del aire con el CPOA.

Los méndigos Praetor son de admirar, tienen una formación igual a la nuestra, mismas técnicas inhumanas de entrenamiento, además de sus misiones con objetivos de alto calibre, como Kaan Karaman. El Consorcio Praetor y la UTCCO son agencias hermanas, nacidas de la necesidad internacional de protegerse no solo en territorios limitados a un país, sino con la presencia en muchos de estos, como Estados Unidos, España, México, Afganistán, Colombia, Rusia, China, Japón y algunos otros, pues son gobiernos unidos en pro de combatir la ilegalidad, el tráfico y el crimen organizado en todas las maneras posibles, con el objetivo único de aniquilarlos.

—Perfecto, en dos horas nos veremos, Comandante Cruz —murmura pues hemos llegado a las edificaciones residenciales, de seis los últimos dos pisos son exclusivos de los Comandantes, estos son más grandes y asemejan un apartaestudio de una habitación, pero en otros hay hasta de dos, asignados a los Generales.

Él se va guiado por un Teniente quien debe mostrarle la habitación y darle las llaves, mientras todos se ubican según lo establecido en planeación, finalmente yo misma me marcho a mi apartamento, pero en otro edificio cerca de este a pocos metros, acompañada de Sam quien me saluda con un abrazo fuerte.

—Oye, ¿te has fijado en Roux? —murmura traviesa, «Demasiado mejor dicho» ella tiene un esposo aunque es casi soltera, el hombre si bien la trata como reina, nunca está, viaja de manera constante por trabajo, tanto así que Sam duerme en la base en lugar de su pent-house para no sentirse sola—. Tiene facciones raras, ¿es turco?

—Creo, por su segundo apellido así es, pero nació en Francia por su padre de ese país, luego fue criado en España —digo al acercarnos a mi sitio.

—Sabes demasiado, ya te pillé —dice con una gran sonrisa, no sé si contarle sobre mi aventura, lo decidiré más adelante.

—Cuando me asignaron con él le averigüé la vida como a todos, cariño, necesito datos o me siento perdida —trato de excusarme, pero parece saber que hay más, me conoce muy bien—. Sam, descansaré y saldré en las dos horas que dijo él, ¿vale? Estoy más pa allá que pa acá.

Acepta y con un guiño de un ojo se marcha a sus tareas, pero cuando abro la puerta mamá está esperándome con muchos globos metalizados con helio, un cartel de bienvenida y mi hermanita Caro. Inmediatamente me voy hacia ellas con un abrazo fuerte con gusto de verlas allí, ellas tienen copias de las llaves porque puede haber emergencias en donde ellas necesiten entrar y esconderse; sin embargo, para esto también funcionan. Mi madre es de cabello negro grueso, una nariz respingada y ojos de un gris azulado con ciertas pintas doradas hermosos, siendo mi hermana casi una copia exacta de ella misma, aunque a veces han confundido a mamá como si fuera nuestra hermana mayor, pues ella nos tuvo muy joven, se enamoró perdidamente a los quince años, se fue de casa de mis abuelos para tenerme a los dieciséis, eso sumado a que mamá aparenta diez años menos, quienes apenas nos conocen suelen dudar de nuestra relación madre-hijas

—No me esperaba esto —les digo al darles un beso a ambas en la mejilla—, pero me encanta.

—Fue idea de Caro —dice mamá emocionada, su sentimiento es tan grande que se alegra de verme, aunque sabía que no estaba de nuevo a Irak, sino en España, miedo por lo sucedido hace diez años en el mismo país, supongo—. Aunque yo también quería hacerte algo para recibirte.

—Pues me encantó, gracias por ser tan especial —le doy un beso en la frente pues a pesar de sus veinte años, sigue siendo la niña de mis ojos—. ¿De casualidad Ángel está aquí?

—No, cariño, sí quiso aportar con dinero, pero no alcanzó a llegar por retraso en los vuelos en Madrid —murmura mamá sentándose en el sillón, está vestida con su conjunto de pantalón de pliegue negro y una camisa de botones vino tinto, además de tacones con plataforma, pues ella siempre trata de arreglarse lo mejor posible, fácilmente es quien mejor se viste en su oficina. Mamá es corredora de bolsa y en realidad le va muy bien, es de las mejores del país, incluso en la bolsa de valores de Nueva York, entonces ello le deja buenas ganancias, ya que siempre fue y es un haz para las matemáticas en todas sus formas, incluida el álgebra.

—No estamos muy bien —confieso sentándome junto a ella y Caro en el sillón en el frente al otro lado de la mesa de cristal de mi estancia. Los departamentos de los Capitanes de Brigada son amplios en sus espacios y yo le he dado mi toque con colores cálidos en los sillones, las patas de la mesa tanto del comedor como de las de centro, las cuales tienen cristal labrado en adornos en las esquinas. La cocina está a un lado de la puerta de entrada y tiene una barra conectándola con el pasillo, este lleva a las dos habitaciones, la principal y una auxiliar.

—Eso me dijo, ¿Qué pasa, hija? —indaga con las piernas cruzadas dándole un aire más sexy—, aunque no, mejor descansa, debes estar exhausta.

—La verdad sí, apenas me mantengo despierta, pero te cuento luego ¿Vale? Sirve que me aconsejas —en ese momento suena el timbre de la casa y Caro se apresura a abrir como si supiera quién es, aunque yo también lo sé: Ricardo Pontevedra, mi padrino, mi tío, un padre para nosotras, el único real.

—¡La ratona! —exclama abriéndome los brazos de par en par, así que me lanzo a ellos como si fuera una niña pequeña, hace un mes no lo veo por su puesto en la UTCCO, es el General Regente, quien gobierna por encima de todos, a la orden del presidente de la organización, pero eso le obliga a viajar todo el tiempo entre las bases. A su espalda están los miembros de su guardia de seguridad quienes solo nos observan en silencio con su porte militar en toda la regla.

—Hola, tío, ¡Te extrañé mucho!

—¿Cómo te fue por España, Ratona? —pregunta con una sonrisa para ir a saludar a mamá quien se sonríe de oreja a oreja, siempre he notado cómo se gustan, pero ella tiene buenas razones para no aceptarlo, y no precisamente porque él se malo sino por protegerlo de un mal mucho más grande del que él haya enfrentado nunca. Richi le da un beso bien puesto en la mejilla y también sonríe como si viera lo más preciado para su vida, luego saluda a Caro con otro abrazo.

—Bien, todo en orden, Maddox no fue tan imbécil al menos —exclamo pues el General en cuestión es un verdadero hijo de la chingada con todos, aunque a veces no lo es tanto conmigo por saberme la ahijada del Regente; sin embargo, la fama de eso no se la quita ni volviendo a nacer.

—Que milagro ¿No? —se ríe en broma—, ¿Y cómo te fue con el Leviatán?

—¿Has escuchado de él?

—¿Tú no? —pregunta Caro—, Dios, tu chismógrafo está descompuesto, ratona, hasta yo lo conozco y eso que no soy de la milicia. Es Famoso por su forma bestial del trabajar, es como un monstruo al acecho y por un operativo en Siria que no salió muy bien —continúa ella llamándome como todos, mi apodo viene de dos cosas, la primera, desde pequeña me bajaba de la cama y caminaba hasta la nevera a comer lo que encontrara dándole mordiditas como un ratoncito y la segunda, podía meterme en cualquier rinconcito.

—Es cierto, hubo muchos errores en esa operación, de ahí su apodo por la brutalidad cometida, empezó a correr el rumor de que no tenía piedad —explica Richi—. Pero es clasificado, ninguna de las dos debería ahondar en ello, por ello debes tener cuidado, Krystel, mantén la raya profesional como siempre.

«Mi hermanita la chismosa será quien me ilustre sobre el jefe»

—No te preocupes, sabes cómo soy al trabajar —trato de sonar segura, pero a pesar de haber sido profesional con todos y cada uno de mis jefes, con Klaus ha sido distinto, pues lo conocí como un hombre normal, no como el Comandante Roux.

Trata de decirme algo, pero su guardia le recuerda la reunión con el General Absoluto de los Praetor, Sigmund Lezgado, en cinco minutos. En pocas palabras ambos son la punta de la pirámide, quienes están hasta arriba en cuestión de rangos, pues es el mismo cargo con diferente nombre por el cambio de una milicia a otra, se despide de nosotras, en especial de mamá sujetándole la mano al darle un besito en la mejilla, a ello mamá se sonroja ligeramente, creo que algo ha pasado entre ellos últimamente, mientras he estado de estado en estado en búsqueda y captura del cartel de Portillo, otro de nuestros objetivos, a quien llaman "El rey del cielo" porque nadie se iguala a la forma en que invade con su droga todo el territorio, hasta el cielo mismo.

La verdad no me molestaría lo de mamá y Richi, ambos se merecen ser felices, pues sé que él no es feliz en su matrimonio y está en proceso de divorcio pues mi madre es su verdadero amor, yo lo sé, se nota al mirarla, pero sobre todo en la forma de dar todo por ella, su tiempo, su amor, su dedicación, la cual no tiene con su mujer aunque no es mal esposo para nada, solo que nos dedica más tiempo a nosotras en comparación, si debe salir a las tres de la madrugada por algo, sea un choque de auto o cualquier cosa lo hace, si Caro tiene un ataque de asma severo aquí está sin demora, todo por su amor genuino hacia nosotros y a mamá, además Richi sí la merecería, no como mi padre biológico.

Finalmente se va y yo entro en mi habitación, pongo seguro como siempre para quitarme luego los zapatos y dejarme caer en la cama como si estuviese hecha de plomo.

———————00——————

Estoy en una mezcla de recuerdos de nuevo, al escuchar voces lejanas como de eco, pero pronto aporrean la puerta insistentemente a la par del sonido de mi celular.

—¡Krystel, es urgente! ¡sal de ahí! —el grito de Samara termina de sacarme de mis ensoñaciones y logra dejarme sentada de un solo tirón, al llegar del extranjero tenemos veinticuatro horas para reubicarnos y descansar, por ello me confié; sin embargo, por el tono urgido de mi amiga, algo ha pasado. Pronto me pongo en pie y abro confirmándome su apuro... localizaron a Portillo, en las montañas cerca de la base, un dron de exploración con reconocimiento facial camuflado como ave, pudo establecer su presencia, así como la escolta con nombres en los carteles de se busca vivo o muerto.

Salgo inmediatamente ya más despejada, en una sola carrera hacia la zona de preparación donde están los trajes de operativos totalmente negros de pies a la cabeza, hasta las botas militares de suela reforzada, los pantalones camuflados en el mismo tono una cinturilla tipo canguro que tiene compartimentos a lado y lado, el chaleco reforzado con un pequeño emblema y por debajo una camisa manga larga. Una vez he llegado me apresuro para buscar los míos, encontrándome con mi equipo, el India-Fox, quienes me manifiestan su alegría por mi regreso, aun en medio de la prisa, justo al aparecer el Comandante ya preparado para pedirme información del terreno.

Portillo está en inmediaciones de Mazatlán, pero se mueve como fantasma, pocas veces se establece su presencia y cuando es así, no es por mucho, por ello debemos hacer un operativo flash para aumentar las posibilidades de atraparle pues lo más seguro es que esté por pocas horas, máximo hasta mañana. Le comento sobre las particularidades del terreno tipo cerro, pues se vuelve de mucha vegetación densa a partir de un punto, dándonos una ventaja y una desventaja, podemos entrar más sigilosamente, pero ellos también

Una vez listo, vamos a una sala de planeación adjunta a la de preparación con una pantalla multimedia con modelado 3D donde Samara nos informa la ubicación exacta y la forma de acceso sin helicópteros, pues serían muy evidentes, llegaremos por equipo tierra hasta la parte más cercana y avanzaremos introduciéndonos en la vegetación. El Comandante es quien dirigirá esta operación por ello se pone al mando, pronto todos nos hemos puesto la mascarilla especial militar que solo deja los ojos descubiertos.

Abordamos los transportes para tomar vía, debe estar a media hora de aquí, parece tonto, pero es astuto esconderse donde jamás creeríamos que está por la cercanía, por ello salimos de la base para tomar camino hacia el objetivo. La brisa choca con nuestros cuerpos de manera brusca por la alta velocidad que llevamos para alcanzar lo más rápido posible la carretera donde nos bajaremos, apenas son las ocho y media de la mañana con el sol calentando el ambiente, casi no pudimos descansar, pero estamos listos. Ello sucede pronto y una vez estamos en tierra Klaus divide a los soldados en Alfa, Bravo y Charlie, dejándome a mí con él en el primero, asignándome águila 1 mientras él es el 2.

Nos internamos rápidamente en la maleza, unos vamos en línea recta y los otros dos a los costados para cubrir puntos cardinales de forma más amplia, pero mi intuición me grita cosas contrarias, según esta no deberíamos entrar allí y esta nunca se equivoca; sin embargo, seguimos avanzando poco a poco, deslizándonos en la maleza con el sistema de comunicación en la oreja con los distintos informes de posicionamiento de los demás grupos, nosotros estamos en el borde de la propiedad desde vemos movimiento dentro de la casona, hombre van y vienen, mientras cargan cajas.

El Comandante toma unos binoculares militares para enfocarles en silencio, pronto los baja e informa la presencia de uno de los objetivos del cuerpo élite, me los pasa y confirmo quien es: un lavaperros de Portillo, Manuel Guevara, el encargado de ser el enlace entre cárteles aliados, es un eslabón maestro para la estructura de estos, haciéndole una pieza clave para capturar e interrogar aunque debamos entrar en torturas, pues los gobiernos quienes fundaron esta milicia igual que los Praetor no pusieron límites, mientras no se mate al objetivo, ¿inhumano? Sí, pero ellos pierden parte de la humanidad al empezar a traficar sin importar la guerra de sangre que esta provoca por todo el orbe, las vidas perdidas por adicción.

Esperamos unos segundos y justo al entrar la mayoría de los guardias, pues el cielo está encapotado, pronto se descargará un aguacero de padre y señor nuestro, las subes grisáceas se acumulan sobre nuestras cabezas, mientras ligeras gotitas caen encima aun a través de las copas de los árboles. Pronto el Comandante ordena la avanzada, por ello todos empezamos a inundar los exteriores, lo que da inicio a una balacera mortal con los guaruras, pero al tener el factor sorpresa, ni alcanzaron a despedirse del creador, pero dieron alerta por los disparos a los ocupantes de la casa, por ende, empiezan a disparar dejándonos atrapados en medio del fuego cruzado, donde nos podemos esconder en distintas estructuras del patio como una fuente gruesa y pilas de cajas de madera.

Los cristales vuelan en pedazos igual que la tierra por las balas que la impactan, pero hay algo raro, parecen muy preparados, estaban dispuestos para contraatacar inmediatamente como ni nos esperaran... de pronto la sensación de haber caído en una trampa se apodera de mi mente dentro de un sentimiento en ebullición, y tiene sentido ¿por qué Portillo se aparecería tan cerca de la UTCCO si no era una trampa. Se lo comunico al Comandante quien se muestra de acuerdo conmigo, sus anillos de seguridad, si bien son fuertes para cuidar a grandes capos, en medio de un ataque inesperado, no suelen organizarse tan rápido.

Un trueno suena sobre nuestras cabezas avisando sobre la inminente lluvia torrencial que complicaría la situación, aunque de igual manera estamos entrenados para manejar esas situaciones. Hablamos por medio de la red de comunicaciones y los otros dos grupos se han encontrado con situaciones similares, confirmándome lo extraño de la situación.

—¡Granada! —alerta un soldado quien lanza con fuerza dos granadas de fragmentación hacia dentro de la casa, estas estallan a los pocos momentos volando todo alrededor del sitio donde cayeron en una explosión múltiple.

Con la ventaja de tiempo iniciamos la avanzada rápidamente a través de las estructuras llenas de agujeros de bala hasta llegar a la entrada de antes cristal de la hacienda en medio de las consecuencias de las granadas, hombres quemados inconscientes, algunos mutilados, además de una ligera nube de humo acumulada en el techo, también uno que otro objeto encendido en fuego. Pateamos a un lado las armas esparcidas por ahí, mientras otra parte de nosotros se encamina pasillo adentro con los fusilen en alto, gritando "Limpio" refiriéndose a que no hay nada ni nadie. Klaus vocifera que encontremos a Portillo, aunque ya parece ser tiempo perdido; sin embargo, debemos revisar hasta el último rincón del lugar.

Verifico quienes están vivos, notando la ausencia de empleadas domésticas u ocupantes más allá de los guardias tendidos en el suelo. De los veinte, solo tres están con vida, aunque parecen agonizar, por ello informo a la central solicitando un código E-15, asignado para las situaciones donde se necesitan paramédicos e inmediata evacuación de heridos; no obstante, aún no se pueden enviar unidades hasta comprobar si hemos neutralizado la amenaza.

Dejo a otros en el lugar de los heridos para aventurarme hacia dentro de la casa con dos de mis agentes, Lauro Diaz y Steffany Carrasco quienes en compañía de los que ya han entrado, me acompañan, pero no me espero el acompañamiento del Comandante a mi pie, mientras va como todos en posición de ataque con el fusil, mientras vamos marcando las habitaciones vacías y revisadas, pateamos las puertas en busca de alguien más. Todo parece tranquilo, pero una nueva ráfaga de disparos impactan las ventanas internas, pues la casa tiene una fuente en la mitad del patio interno, nosotros vamos por el pasillo exterior, marcando un nuevo enfrentamiento, uno de ellos aparece por detrás y me toma haciéndome una llave al cuello.

El Comandante reacciona apuntándole a la cabeza, ordenándole soltarme, pero él solo responde "A chingar a tu madre" no sé si Klaus lo comprenderá; sin embargo, se ve furioso mientras despotrica en francés con ahínco, solo que yo no soy la damisela en apuros... por ello saco de uno de mis bolsillo exteriores un cuchillo para después dar un fuerte golpe con mi cabeza hacia atrás, impactando en la nariz del atacante, este se retira un paso y me giro para clavarle el filo en el cuello varias veces hasta verlo caer. No puedo pensar demasiado en la sensación victoriosa, pues no tardo en sentir el quemón abrazador de un disparo que entra en mi brazo sin salir.

Me tiro al suelo para evitar más disparos, haciéndolo yo desde mi nueva posición y logro derribar a varios. Luego saco una granada, así como su chaveta, pudiendo lanzarla hasta el otro lado desde donde nos disparan, con esto logro explotar parte de la estructura exterior, pero parecen no haber más de los caídos por esta. De esa manera, puedo ponerme en pie de vuelta de forma rápida con agilidad, para continuar la avanzada sin pensar en mi brazo, hasta sentir cómo alguien me detiene en seco para hacer un torniquete con un cinturón, es Klaus quien no dice nada, solo lo hace, pero en eso un atacante aparece frente a nosotros al final del pasillo a tres metros; sin embargo, no alcanza a subir el arma cuando el Comandante le ha lanzado un cuchillo que se clava en su ojo y remata con cuatro disparos en el otro ojo y uno al cuello donde empieza una hemorragia, aunque luego de eso le da en la cabeza aunque ya está muerto.

El leviatán ha hecho su aparición, dándole honor a su naturaleza, porque no cualquiera podría atinar a una cuenca ocular con un objeto filoso a distancia con tanta precisión. Una vez ha sido abatido, pasamos por encima del cadáver, mientras él recarga su fusil, pero no ha terminado cuando noto a uno de ellos agazapado tras una mesa volcada apuntándole a Klaus...

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ÁNGELICA SÁNCHEZ

BLANCA SOTO

CAROLINA SÁNCHEZ

Ela Velden


GENERAL REGENTE RICARDO PONTEVEDRA

LUIS MESA

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