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Capítulo 6- Un lugar del pasado


Capítulo 6

Un lugar del pasado

"El pasado es un prólogo"

William Shakespeare


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RUSIA

UBICACIÓN EXACTA DESCONOCIDA

COMPLEJO DE LA HERMANDAD FLOR DE LIS

ALEKSANDRA SOKOLOV, KATEPANO GAEL Y ALEIXANDRE SOKOLOV AL FINAL

(Tania Van Graan, Berk Aktan y Michael Brown )

Los compuestos denominados coloquialmente como oro y plata líquidos en manos de la hermandad de la Flor de Lis han sido perfeccionados; sin embargo, aun cuando han hecho miles de pruebas en pacientes de fase uno, dos, tres y cuatro la sustancia de oro aún carece de algunas bases para hacerla idónea sin posibilidad de fallos. Su creadora, una bioquímica famosa en el mundo militar, la creó hace más de dos décadas, pero su terminación, la cúspide de la perfección de esta jamás fue revelada, la hermandad sabe que hay una copia con todo completado; no obstante, la ubicación es hasta el sol de hoy desconocida para todos excepto la persona quien recibió los papeles. De esa manera se dificulta encontrar la fórmula exacta de todo el compuesto.

Está perdido y muy probablemente de forma permanente, por ello es tarea de sus propios bioquímicos descifrar el procedimiento para hacerla ideal, para darles la versión con la cual manipularían a voluntad al mundo entero si eso quisiesen, por momentos, odian a su creadora por haber sido tan egoísta de ocultar el fin de su investigación, aunque también saben que de haberla hecho pública un corrupto dirigente lo hubiera usado a su favor, aunque la hermandad tampoco era la muestra de bondad o benevolencia. La Boss se pasea inquieta por su gran despacho en la parte superior del complejo principal de su mafia, su cabello rubio platinado a la altura del cuello le pica de vez en cuando y se rasca en medio de la impotencia de todo.

Su sobrina rebelde se convierte en un problema pues está en una cacería personal y el objetivo de la cazadora son ellos, va en su búsqueda como si fuesen una plaga, está armada hasta los dientes y es un peligro potencial, pero en la hermandad, asesinar o delatar a un miembro es merecedor de torturas, así se garantiza la lealtad dentro de la mafia, pero Kattleya no es parte de esta porque era muy joven cuando su madre se la llevó; en consecuencia, matar a todos los Sokolov no le importa pues no está bajo las reglas. Además, no solo se limita a la organización, va tras las nuevas drogas creadas por la hermandad, el Teseo, el Prometeo y el Ares, aunque no se ha empezado a comercializar, los soldados de la UTCCO tienen el ojo puesto sobre ellos, quieren sacar una muestra de cada uno.

Una vez esté en movilización, LADIVCOM será el punto principal en México, aunque esté cerca de la base Praetor y la base UTCCO, pero es el establecimiento de mayor afluencia de personas en muchos estados a la redonda, mejor dicho, una de las mayores del país debido a su temática y tamaño, pues ocupa casi una cuadra.

—¿Boss? —murmura una voz tras la puerta.

—Sí, pasa —Gael entra en silencio, su mirada es como siempre, vacía como autómata, pero se mueve y tiene corazón—, ¿qué sucede?

—Pacientes fase 3 presentan psicosis del oro gris —informa el joven, mientras hace la seña característica de cuando se debe dirigir a la mujer, hincado en una sola rodilla como si fuese una propuesta de algo más, pero con un puño cerrado en el suelo y la cabeza baja, su cabello rubio decolorado por la hermandad brilla bajo las luces blanquecinas del lugar, el cual está lleno de arte clásico, además de libros—. La encargada bioquímica dice que es un fallo más del compuesto, pues se rompen los enlaces en ciertos cerebros, según ella, la química cerebral propia de cada persona de alguna raza hace fallar al oro gris.

—Mierda —masculla ella, es de esos momentos en donde odia a la creadora sin remedio—. ¿Y qué solución hay?

—Diseccionar los cerebros a ver qué los diferencia —dice Gael con voz ausente—, Matar a los huéspedes, básicamente.

—Que lo haga, son el medio para un fin. A esos delincuentes, nadie los extrañará

—Sí, señora, le notificaré —con el mismo vacío da media vuelta para marcharse, aunque un segundo después la Boss le pide regresarse y le entrega una barra de chocolate, pues al joven le encanta y al ser la base en un punto remoto, es difícil conseguirlo.

—Gracias, Boss, lo comeré con café —le da una de las pocas sonrisas que le salen, marchándose después.

—Tienes demasiadas concesiones con ese mocoso —espeta Aleixandre al entrar una vez el joven se ha marchado—. Gael no es tu hijo por mucho que te lo recuerde.

—¡¿Quieres dejarme en paz de una puta vez?! —exclama Aleksandra con poca paciencia, odia los días como este, los días de más nieve, los niños salían a jugar con las bolitas blancas y los copos, dándole alegría a su vida, por ello días así le traían a la mente las memorias grabadas a fuego en su corazón. Por fuera podía ser muy cruel, pero en su interior solo lloraba por la ausencia irremediable de los seres nacidos de sí misma.

—Te permites caer en un cariño cuando él es un soldado sin mente propia de entre miles en nuestras filas.

—Yo veré cómo mierda tomo mis decisiones —le replica cansada del tema, Aleixandre no entiende que ella es la jerarca y no debe consultar sus decisiones finales con nadie más—, Y lárgate de mi vista, ya me dañaste el día.

—¡Yo soy el hermano mayor, me debes respeto y yo como hombre debería ser el jefe! —ofendido, Aleixandre replica, la indignación le llena, trayéndole el pensamiento que ha vivido en su mente toda la vida: el puesto no debería ser ocupado solo por mujeres.

—¡Y yo soy la dueña de todo, soy la jodida Boss y estoy sobre ti! ¡vete con tus machismos a otro lado! —grita ella—. No me provoques, sabes cómo soy —aquello hace tragar en seco al hombre por unos segundos ínfimos, no lo admitiría en voz alta, pero existe un ligero temor de su hermana menor, pues Aleksandra es la definición de malevolencia, la reencarnación del diablo. Todo empeoró al perder a sus pequeños, escaló hasta convertirse en una monstruosidad lejos de tener compasión.

La pequeña Alek es una máquina de mata inhumana e irrefrenable, pero no solo eso, tiene formación en otras áreas...

Discuten entonces con una sucesión de dimes y diretes hasta la llegada de su matrona, su madre Alyona, quien a pesar de su edad se conserva saludable, sin parecer de los años reales para nada. Ella indaga por la razón de semejante alboroto pues los gritos han llegado hasta el final del corredor donde ella supervisaba procesos de adaptación momentos atrás, fue allí cuando Aleksandra se explaya en explicarle a su adre el cómo su hermano aun, luego de muchas décadas de un sistema regido por mujeres, lo criticaba y estaba disconforme con aquella, en su mente, inusual elección.

La matrona explota, una vez más se ve ofendida por su propio hijo al desafiar las normas establecidas desde sus ancestros.

La hermandad de la Flor de Lis fue hecha por mujeres para demostrar la misma capacidad de mando y eficiencia en la mafia como el poderío masculino y han sido más crueles, sanguinarias, despiadadas, además de más prolíferas, ninguna teme ensuciarse las manos como cualquier hombre

Aleixandre se mete en la boca de la loba feroz voluntariamente, pero si logrará salir ya lo dirá el tiempo.

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Madrid, España.

Casa Roux Demirel.

KRYSTEL SÁNCHEZ

—¡Krystel, mi amor bella, preciosa, hermosa! —Kassandra Roux, una de mis mejores amigas, se abalanza sobre mí—. No me digas... tú eres la novia de Ángel.

—Sí, Kass, bueno, algo así, aun no lo decido, ¿por qué? —indago confundida al recibir la ropa en las manos del Comandante.

—¿Recuerdas el hombre que me rompió el corazón por apostarme con sus amigos a quién se acostaba primero conmigo? —pregunta descomponiéndome el semblante.

—¿Era Áng? No puede ser ¡Dios! Claro, él habla de una mujer a quien le hizo mucho daño, pero está arrepentido y no sé qué más.

—Arrepentidos mis cojones... —masculla el Comandante—, A ver, Tweedledee y Tweedledum (1)*, ¿de dónde se conocen ustedes dos? —pregunta él.

—Estuve en México una temporada para planear búsqueda y captura de un miembro fuerte de la Triada, me asignaron en la Brigada de Krys, en ese tiempo aun no era capitana y hacíamos todo juntas —explica Kassandra y me toma de la mano para guiarme al baño.

Debo ser la persona con la suerte más variante del mundo, primero me acuesto con alguien en venganza con quien resulta ser mi jefe, pero debo admitir que en mayor parte fue por un impulso primitivo de tenerlo a él, no puedo admitirlo en frente de otros, pero el Comandante me descontrola solo con una mirada de sus oscuros ojos enigmáticos, después mi novio me deja como tonta bajo la nieve y el mismo hombre me rescata, me trae a su casa y me prepara aromática. Regresamos, pero estoy más cómoda aun con la chaqueta.

—¿Cómo si es tu mejor amiga yo no la conocía ni ella a mí? —pregunta Klaus, sirviendo la infusión en pocillos estilizados altos y con ribete dorado—. No tiene sentido.

—Primero ella jamás había venido aquí, y de todo lo que puedo hablar con ella ¿voy a hablar del viejo refunfuñón de mi hermano? —dice Kassandra haciéndome reír, la verdad me habló de él, pero la foto que me mostró no tenía barba y estaba con el pelo más bajo, ahora su barba negro azabache le adorna dándole otro aire más sexy.

—Venga, chavalas, decidme viejo si queréis a ver cuántos viejos se ven como yo y tienen el poder que tengo —espeta él con burla, pasándole a un lado para poner dos dedos en la mitad de la frente y empujarla desde ahí. Toma su aromática y sin despedirse se pierde hacia la estancia donde está su hija. Algo en esa faceta de padre soltero me atrae aún más sin remedio, para mí lo hace más deseable.

—¡Hey! ¿ya caíste en el hechizo Klaus? —dice Kassandra, mientras agita la mano frente a mis ojos.

—¿El qué?

—Mi hermano suele tener un extraño efecto en las mujeres —se burla—. En realidad, no se mete con cualquiera, tiene su novia y es rara la ocasión donde se acueste con otra.

—Kass, necesito hablar de esto, pero nadie puede enterarse, ni siquiera Klaus, no quiero problemas —murmuro en un susurro, por ello me toma de la mano y me lleva al otro extremo de la casa donde hay una zona de juegos, con billar. En el camino me fijo en los reflejos que se ha hecho sobre su cabello castaño, no se parece a Klaus demasiado, pero sus facciones sí son turcas, pómulos marcados, ojos de párpado ancho que los hace ver más grandes y bonitos junto a unas pestañas adornándole, solo se parece en la nariz griega a su hermano.

—¿Qué pasa?

—Hace unos días había terminado con Ángel, pero me acompañó aquí y me citó en una discoteca para pasar un rato, sobre todo para arreglarnos... me dejó plantada y conocí a tu hermano... terminamos teniendo sexo en el baño y luego en un apartamento.

Debe cubrirse la boca para no gritar.

—¡Joder, joder, jodeeer! Quítaselo a Ivanna, si él hizo eso sin conocerte fue porque le gustaste muchísimo. Si se enrolla con una tía en hasta besos o manoseo... es algo extraño, pero así es él.

—Como sea, de seguro me arreglaré con Áng y... —de pronto me suena el móvil, es él llamándome por enésima vez desde haber puesto el primer pie en la camioneta con Klaus; es decir, han pasado casi una hora «¿Qué pretendía? Dejarme en espera bajo la nieve hasta tener hipotermia»

Le pido permiso a ella para hablar y Ángel se lanza a reclamarme, qué dónde estoy, con quién, según él debía esperarlo, pero le dejo clara la cantidad de tiempo que esperé y jamás llegó. Trata de disculparse, pero le cuelgo, luego apago el aparato para evitar sus llamadas.

Regreso con Kass quien me dice no entender la razón de estar con él, somos muy diferentes en realidad, pero nos hemos entendido bien, lo amé mucho; sin embargo, él mismo me ha dejado en el olvido, es frío, cortante y debe tener a otra mujer, pero de repente se vuelve acariño comprensivo y amable. Una encrucijada, pero, aun así, le sigo queriendo como una loca... una loca infiel malnacida.

—¿Qué dice el cabrón? Y lo siento, es tu novio, pero me hizo daño —dice Kass, tomamos las tazas y la sigo hasta una especie de ventanal, este da hacia fuera donde llueve a mares, se alcanzan a divisar las personas de seguridad de la casa Roux armados, incluso vi uno en el techo al llegar aunque ha debido bajar para no mojarse, mientras truena y el cielo se llena de relámpagos atravesándolo.

—Su discurso de siempre "Lo siento amor, me ocupé" ya me tiene hasta los ovarios —espeto y más allá de la sala escucho una risa de Klaus como si se le hiciera divertidísimo—. Pero en verdad lo amo, aunque esto me pone en un lugar deplorable. De todas maneras, aún no volvemos.

—Cariño, tal vez te ha engañado en múltiples ocasiones —comenta para tomar de su taza. Estamos tras el sillón en L pues desde el espaldar hasta el cristal hay como un metro de distancia—. Así es él. Las mentiras le salen como respirar.

—La verdad hasta le reviso el celular y nada; mejor dicho, él admitió haber engañado a otras mujeres, pero dice estar fiel conmigo.

—No sé, mi experiencia me dice otra cosa, me enamoró hasta el tuétano y luego, frente a sus amigotes, me revelo que había ganado dos mil pavos por quitarme la virginidad, pero bueno, ya no importa porque tengo a Antonio, esa fue mi recompensa.

Me dan ganas de terminar definitivamente con Ángel de repente, ¿Cómo puede asegurar amarme cuando su corazón fue capaz de algo así? Pudo ser su yo anterior, pero aun así veo irreconocible al hombre que conozco pues está careta de desalmado no la conocía.

Finalmente terminamos las bebidas y me llevan a la habitación, esta es grande decorada con colores terracota y negros, tiene una pared de cristal cubierta con una persiana horizontal, Kassandra la baja y me deja a solas despidiéndose.

Apenas me puedo creer estar aquí, en casa del ogro mandón del Comandante, que sea hermano de mi amiga y el hecho de haberme acostado dos veces con él en una sola noche. Sí... estoy jodida, al final me meto en las cobijas, quedándome dormida pronto, pero no descanso, las pesadillas me acosan desde mi vuelta a España, como un recuerdo cíclico sin fin aparente en donde todos mis miedos se materializan en sueños incontrolables...

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Hace 10 años

Caminamos por los pasillos del aeropuerto de Madrid sorteando viajeros en un zigzag veloz casi descontrolado, pero mamá está muy nerviosa, hala de la mano de Caro, mi hermanita, y de la mía, mientras refuto porque ya soy grande, lo suficiente como para no ir de la mano de ella, pero algo en sus ojos, el temor, la incertidumbre, la mirada asustadiza como un conejito víctima del águila en plena caza me hace callarme. Trato de preguntarle qué ocurre; no obstante, se mantiene callada como es lo usual cuando exijo respuestas a mis más grandes interrogantes, ella intenta llamar al tío Ricardo, pero su celular está sin servicio por estar en otro país en donde ni siquiera teníamos pensado estar, el avión tuvo que aterrizar de emergencia por un fallo y por ello terminamos aquí.

Tratamos en entrar a los baños, dice que podemos estar allí hasta la salida del avión «¿En el baño?» pienso sin decirlo; sin embargo, estamos a poco de llegar a la puerta de estos señalizada para hombre y mujeres en medio del gentío dada la época para todos: Navidad, cuando hombres en traje se atraviesan en nuestro camino y sacan discretamente el cañón de dos pistolas nueve milímetros, las reconozco sin pensarlo, el entrenamiento de la UTCCO ha finalizado a principio de diciembre y soy la mejor cadete de mi promoción.

Los nombres increpan y nos obligan a caminar a su paso en dirección a la salida del aeropuerto, mientras hablan con mamá, ella les exige dejarnos ir con su carácter fuerte, pues siempre ha sido así, por ello me extraña verla con el miedo por la situación, pues ha sido, desde que tengo memoria, el pilar de nuestro hogar, pero al parecer esta situación la sobre pasa...

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Me levanto agitada, se han revuelto mis recuerdos de forma horrible, el hombre de mis pesadillas me acosa aun luego de tantos años, por ello estoy sudorosa y el corazón me late en el pecho de forma descontrolada como a un caballo desbocado. Trato de recuperar la respiración, mientras pienso en mamá, por ello la llamo angustiada, en casa deben ser las nueve de la mañana y debe estar en su trabajo. Me contesta rápido, sabe perfectamente que si la llamo en la madrugada, el fantasma de mi pasado hace estragos en mi presente, entintándolo con terrores nocturnos.

Trata de calmarme como siempre, comenta sobre el peligro nulo de volver a ver a ese hombre, lo dice con una seguridad sospechosa, la única manera de saberlo es si está muerto, lo sé, y por mí que lo esté, no quiero saber nada más. Parte de mi vida es olvidar mi pasado, mato y como del muerto si es necesario, me dicen la Rosa Letal pues muchos ven en mí, en sus propias palabras, "La belleza de una rosa y la letalidad de un arma de fuego", aunque nadie sabe la verdadera razón por la cual lucho incansablemente contra el crimen organizado como una defensora incansable de la legalidad y los valores, pues de verdad me causa repulsión la forma de enriquecimiento a costa de la sangre de otros, pues las drogas se llevan uno de los primeros puestos en causas de muerte de las personas cuando entran en sobredosis.

Salgo de la habitación en medias en busca de distraerme, mientras sigo en la conversación con ella. Es mexicana como yo; sin embargo, por los años cuando me escondía nos movimos por muchas ubicaciones, pero después del incidente, pudimos echar raíces de vuelta en el país donde nací. Regresándome al presente y luego de media hora de ella convenciéndome que todo estará bien, puedo colgar, soy adulta hace mucho, pero al entrar en estas regresiones necesito la voz de mi madre, su amor aun a través del móvil, pues me siento la niña perdida hace años quien trataba de averiguar la razón detrás de la violencia extrema a la que fuimos sometidas.

La lluvia continúa en una cortina interminable, por ello me siento en unos pequeños escalones aledaños a un ventanal a observarla caer, mientras me pierdo en mis pensamientos. Desde antes del evento, me había registrado en la UTCCO, pues desarrollé internamente un odio hacia el crimen, sobre todo la mafia, luego de mi secuestro, mi convicción se arreció en quedarme para combatir la crueldad humana propia del maldito tráfico, aunque eso implicara matar despiadadamente a quienes llevan esa sangre, por ello me siento orgullosa de mi hermana, quien es una estudiante de psicología a sus veinte años, siendo la del medio pues mamá tuvo mellizos después, pero esa es otra historia. Ella cumplirá años dentro de poco y como es la mejor de la clase, mamá le ha preparado una sorpresa, la llevará a Corea del Sur, un sueño de ella.

Todo con los K-dramas le encanta, música, modelos y cualquier cosa relacionada con esa cultura, pero desde Latinoamérica es caro viajar hacia allí, claro, no es una fan acérrima de posters en las paredes, ni la mayoría de la ropa estampada con estos, solo son un gusto fuerte, pero sobre todo por la cultura, ella se muestra muy emocionada al hablar de las costumbres de allí; en consecuencia, nos iremos las tres un mes después de su cumpleaños, pues fue allí donde conseguí vacaciones, pero Ángel no está muy contento, argumenta su enfado en base al poco tiempo en pareja que pasamos desde su traslado tres meses atrás, y en mis vacaciones me voy "Al culo del mundo" aunque la verdad mi hermana va primero, si él no puede aceptar que pase mi descanso con mi familia, no hay mucho para hacer entre nosotros.

Ángel puede llegar a ser muy celoso, incluso con mi familia a quien me vi obligada a presentarle para mantener la normalidad, pero le he permitido serlo, un error grande porque siento como si no confiara en mí, aunque razón tuvo, Klaus Roux es la prueba fehaciente de cómo le pude fallar con facilidad. Aquello me atormenta en mis momentos de silencio y soledad, la imagen de mí siéndole infiel a quien me ama sin límite me hace ser una porquería sin remedio.

Paso la mano distraídamente por el lugar de la mayor cicatriz de mi vida en la base de la espalda cubierta por un ave Fenix con las alas extendidas mostrándole a todos su fuerza e inmortalidad porque así me vi una vez, hecha cenizas, pero debí levantar el rostro, caminar hacia delante y no olvidar quién me lo hizo para cobrar la ofensa.

En eso pienso cuando advierto una presencia.

—¿No puede dormir? —su voz me sobresalta, me he quedado prendada de la lluvia torrencial, que lejos de detenerse parece querer durar por siempre. Subo la mirada y le veo con dos tazas, es aromática

—Es el jet lag, nunca lo he tomado muy bien —susurro envuelta en la manta, para sacar un brazo y recibirla.

—Nadie en realidad, ponerlo todo de cabeza no es para nada agradable —se sienta junto a mi en la escalera, también observando la nevada—. ¿Había estado en España?

«Sí, como una secuestrada» pienso, pero no puedo exteriorizarlo, es una huella en mi pasado imborrable, pero de vergüenza y asco, odio todo lo relacionado con ese incidente y la verdadera razón tras eso. Le comento que no, es la primera vez. Deberíamos dormir, nos espera un viajecito duro, demasiadas horas de vuelo y en aviones militares sin tantas comodidades como los comerciales, de cualquier manera los aviones me evocan el recuerdo de algo horrible en mi niñez, algo grabado a fuego ardiente en mi cerebro, por ello no importa el modo de volar, lo detesto, en una ocasión entré en un ataque de pánico solo por entrar a uno de esos aparatos, más aún porque mi abuela siempre me ha dicho que si el hombre estuviera hecho para volar, hubiese nacido con alas.

El Comandante me mira con una coquetería irresistible.

—¿Y usted? ¿por qué no puede dormir?

—Me pongo igual cada vez que debo irme de misión, dejar a mi hija aquí es como arrancarme un pedazo del alma —confiesa causándome una sonrisa tierna, parece muy duro en el trabajo, pero por su hija es el mejor, al parecer—. Siempre la extraño mucho... ¿tiene hijos, Sánchez?

—No, señor, aun no —digo sin revelar la razón, no traeré a este mundo a un heredero de mi maldito destino a sufrir lo mismo que yo, no, me niego y me negaré hasta la muerte, incluso he averiguado sobre la ligadura de trompas—. ¿Puedo preguntarle algo personal?

—Bueno, Capitana, está en mi casa con mi chaqueta favorita, bebe de mi taza de Best Dad, ni siquiera Ivanna se queda aquí por mi hija, llega temprano y se marcha luego, creo que hemos pasado la raya profesional, dígame —sonríe de medio lado.

—¿Y la mamá de Pau?

—Esa es una larga historia, Sánchez, pero en resumen se fue y no volvió... —murmura sin más, supongo que es un tema demasiado personal y no debemos transgredir los límites. Se queda callado como si buscara en los recovecos de su memoria, pues sus ojos cargan dolor, tal vez por su hija, por el abandono de la madre quien le dio la vida, aunque es cierto que no estaba obligada a quererla, suena duro, lo sé, pero la concepción de la maternidad debe ser voluntaria, no solo es traer a un ser humano al mundo, es amarlo como a nadie; sin embargo, puedes hacer la primera, sin la segunda, se ve a menudo.

—No mentiré —continua el relato—, fue muy difícil, yo tenía un rango bajo aun en la UTCCO, mi padre siempre fue muy lejano y no apoyó ese embarazo para nada, por ello tuve que surgir con mis propias manos, mantenerla con mi sueldo miserable para entonces, afortunadamente Kassandra y la nana de Pau estuvieron allí.

—Ya veo, pues le admiro mucho, Comandante, no es fácil ser padre soltero.

—Quiero dejar algo claro, Sánchez, si le cuento esto no significa que seré menos duro en el trabajo, ¿de acuerdo? En mi casa con mi hija soy Klaus, en la base soy el Comandante Roux —dice para marcar la línea de nuevo.

—Lo sé, no se preocupe, yo también soy diferente al trabajar —acuerdo con tranquilidad, es mejor así, la exigencia y liderazgo de un jefe es pieza clave para el desarrollo.

—No se lo comente a nadie, pocos saben la realidad, ni siquiera Ángel, se burlaría de mi hija de saberlo, siempre me ha hecho menos por haber aceptado ser padre, aunque a mí me importa dos cojones y medio —espeta con una mueca en la boca—. Bueno, Sánchez, regresaré a dormir. Trate de hacer lo mismo.

Se marcha dejándome con una sensación rara en el pecho. Poco después regreso a la habitación que me dieron para pasar la noche, con el Comandante en mis pensamientos.

¿Ángel de verdad lo hace menos por eso? Me parece una estupidez como una catedral, ella le hace ser mejor hombre muy seguramente, lo hace diferente pues he visto infinidad de casos donde el padre abandona sin pensar en nada y si responde es con miserias económicas y casi nulo contacto paternal, por ello Klaus marca un punto especial tanto con su hija como en su vida, pues debe ser de cierta manera para poder criarla de forma responsable.

Extrañamente, eso incrementa la fuerte atracción que tengo por él y eso ya es mucho decir. Tal vez influye que estoy mal con Áng, pero el Comandante de por sí trastocó todo dentro de mí desde el primer vistazo en la discoteca. De igual manera, jamás me he avergonzado de mi vida sexual, soy dueña de mi cuerpo y me gusta el sexo ¿Qué le vamos a hacer? Además, había terminado con mi novio hacía un mes, si ese día nos veríamos sería para hablar en busca de arreglar el desastre de mi relación, pero no fue. En fin, me voy a esperando no encontrar sueños aterradores en mi subconsciente.

Esto no saldrá bien.

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Al ser de mañana y estar totalmente preparada para salir me sorprende ver a Paulina ya lista, son las siete de la mañana apenas. Kassandra aparece dándome los buenos días y le pregunto porqué la niña está despierta desde tan temprano, ella comenta que Paulina siempre se levanta temprano sin importar nada, aunque no le fue enseñado, simplemente empezó a hacerlo un día.

—Salimos a las trece horas, renacuaja, podemos desayunar todos juntos —le dice Klaus saliendo de la cocina y la pequeña lo abraza, para luego sentarse en la gran mesa dispuesta con fruta picada como manzana, melón y piña, jugo de naranja, agua y chocolate caliente.

—¿Y puedo interrogar a tu amiga? —pregunta haciéndome reír.

—Claro que no, Paulina, eso es grosero —regaña Kassandra.

—Tranquila, dime qué quieres saber, preciosa —comento con una sonrisa.

—¿Por qué eres tan bonita? ¿te operaste? —pregunta sacándome otra sonrisa, pero Klaus y Kassandra se ven espantados, aunque parece ser normal que ella sea así.

—No pa... ¿puedo decirte Pau? —pregunto y ella siente. Dice que la única que tiene prohibido decirle así el Ivanna, de verdad no le agrada—. Pau, no me operé, pero gracias por el cumplido.

—¿Y por qué no sales con papá? Tú me agradas más que la bruja mayor... papá, Krys es muy bonita y mucho más amable, no como Ivanna —Klaus sale a responder una llamada y Kassandra va a la cocina a ayudarle a las empleadas pues por muy adinerados que sean, no han perdido la humildad en su ser de cierta manera, incluso el mismo Comandante ayudó más temprano a cortar la fruta, yo le vi.

—¿Por qué no te agrada Ivanna, Princesa? —le pregunto extrañada, a lo que ella se baja de la silla, camina hacia la mía y me hace señas con las manos para acercarme.

—Mi papi no puede saber, promételo con el corazón —acepto y se lanza a contarme—. La bruja mayor me quiere meter en un internado sueco porque le estorbo, me lo dijo de frente y desde ahí ha estado tratando de convencer a papá de hacerme ir a escuelas privilegiadas para meterle la idea de a poco, pero él dice que por nada del mundo me dejaría ir.

—¿Y por qué no le dices a tu papá? Eso es horrible.

—Yo sé un secreto de papi, si está con ella es por una razón muy fuerte, por mi tío Kai, pero él no sabe que yo sé, si termina con ella le afectará en sus planes —murmura como una persona adulta, me sorprende su inteligencia y suspicacia a tan corta edad, pero sobre todo el valor de aguantar a una bruja como Ivanna porque sabe la necesidad de su padre.

Los ocho años no se le ven por ninguna parte, parece de más.

Quiero preguntarle quién es Kai, pero Klaus regresa, por ello me quedo con la duda, ya lo averiguaré supongo. Después de eso nos dedicamos a desayunar en medio de las preguntas de Pau sobre mi vida y a ella no puedo negarle nada, es increíble cómo me ha agradado. Eso además de mi atracción por su padre, me mete en problemas. El tiempo corre rápido y pronto estamos de vuelta en la base listos para abordar el avión militar.

Ángel ha llegado, parece estar más calmado, pero yo sigo molesta, por ello no me despido muy bien, él, al venir sin ser parte de la misión, debe regresar en vuelo comercial. Yo me concentro más en como Paulina se despide el Comandante, incluso ella le da la bendición católica en el nombre del padre, el hijo, y el espíritu santo, definitivamente, parece tener más años, no sé porqué a Ángel le parece una debilidad, al contrario, es una fortaleza. Finalmente, nos metemos en el avión, marchándonos hacia la denominada Operación Jaque.

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ALEKSANDRA SOKOLOV

Tanya Van Graan

KATEPANO GAEL

Berk Atan

ALEIXANDRE SOKOLOV 

Michael Brown

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