Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 36-Acciones-reacciones


Capítulo 36

Acciones-reacciones

──── •◦ ◦• ──── 

Siberia, Rusia

Complejo de investigación bioquímica de la hermandad

EMILIANO PORTILLO

—Emiliano, un placer verte por aquí —exclama Aleksandra Sokolov dándole la bienvenida a él y a su hija en la estancia del complejo, el frío se cuela por los rincones como humedad, dándole una temperatura gélida—. Yésica, mi chica favorita, hace mucho no nos vemos.

—Boss, es bueno verla —saluda la chica amable como casi nunca se muestra así—. Se ve como si no hubieran pasado los años.

—Secreto de familia ¿has visto a mi hermano Alexei? Parece quince años menor.

—Un bom bom —exclama Yésica sin filtro y es reprendida por su padre, aunque este sabe lo brutalmente honesta que es su hija—. Es cierto, yo no digo mentiras.

—Déjala, Emiliano, ella es así y tiene razón —cometa la Boss, mientras señala un pasillo a un lado—. Síganme, quiero mostrarles algo.

Los tres caminan hacia los confines del complejo a través de pasillo con olor a desinfectante de hospital penetrante hasta los huesos, como si de uno de estos se tratase, aunque parece más sombrío como si de las entrañas pudiera surgir una atrocidad, posible en manos de una instalación de la hermandad, sus muros ocultan secretos y aberraciones hechas por su familia, pues existen cámaras de tortura para los enemigos capturados.

Avanzan hasta llegar a la zona de los laboratorios donde varios están ocupados por científicos, por ello Yésica se rezaga presa de la fascinación, siempre durante su entrenamiento solía verlos en acción a través de las paredes de cristal, aunque no le gustaba la experimentación con animales, el proceso de la sustancia le encantaba en esos años y aun en la actualidad.

—¿Yésica? —pregunta la Boss a lo lejos—. ¿Qué haces ahí?

—Nada, sólo observaba, me gusta hacerlo —explica ella al alcanzarlos—. Siempre he sido buena en la química, pero lamentablemente en el sicariato no puedo aplicarlo.

—Bueno, podemos hablar con Vasilisa, necesita alguien que le ayude, te instruirá cuando acabes tu máxima misión, sabes de cual hablo —responde la Boss pues cuando la joven le contó de la forma en como mataba y dejaba el mensaje, le encantó la idea de dejar marca en sus asesinatos, su firma por completo y pronto añadirá algo más, algo que sólo el asesino de su madre podría reconocer. La Boss le había ofrecido buscarlo con los recursos de la Hermandad, pero ella rechazó la idea porque quiere la emoción de la caza y está cada vez más cerca.

—Está bien... ¿puedo quedarme aquí? ¿o me necesitas padre? —comenta ella fascinada con los instrumentos y quienes los usan.

—De hecho, necesitamos hablar en privado —responde Emiliano al aceptar l propuesta—. Pero no te pierdas, este lugar es enorme.

—Tranquilo, aquí me entrenaron, lo conozco de pies a cabeza.

Entonces con un asentimiento de cabeza ellos se marchan hasta alcanzar una oficina al final del pasillo donde la majestuosidad está presente, con cuatro pilares jónicos en cada esquina a modo de apoyo, a los lados centro de comunicaciones con pantallas unas junto a otras con una barra negra por toda la pared a modo de escritorio bajo estas, pantallas donde se proyectan los objetivos de la Hermandad con su foto en primer plano, gira como ruleta para mostrar más, entonces caminan por el pasillo central hasta el final donde hay una parte circular con una enorme mesa de la misma forma, sobre estas lámparas de swarovski, estas reflejan la luz blanca proyectándole al suelo destellos multicolor.

Se sientan allí y por el comunicador piden bebidas, el día roza el crepúsculo y el cielo toma un color anaranjado pues esta parte del complejo no está bajo tierra. Pronto inician su conversación, es la hora de darle luz verde a los dioses del Olimpo para su distribución masiva, pero sobre todo la revelación de uno de los Dioses del inframundo el "Hipnos" oro líquido, un compuesta hasta ahora secreto, guardado por la Boss de forma recelosa, pero ha llegado el momento de revelarlo a su socio, luego vendrá Kaan Karaman y su protegida quien ya es famosa aunque ella no conoce su rostro o nombre.

Pronto las bebidas llegan y brindan por la gloria de sus planes malévolos, pronto verán al oro líquido y Emiliano está extasiado, ella le pregunta sobre Yésica y Sasha quienes son el agua y el aceite, pero las ama y son su punto débil. Emiliano se había convertido en un ser despiadado, pero sus hijas siempre serán sus princesas, sin importa que con el resto del mundo no tiene corazón, sino un arma en el pecho. De pronto, llega Alexei quien saluda con firmeza.

—Emiliano, a quien debo agradecer el milagro de verte en Siberia? —exclama con alegría al extender la mano, Emiliano la toma con la misma energía.

—A la todopoderosa Boss —bromea este al soltarse para volver a sentarse con una sonrisa—. Quiere enseñarme el cielo según dijo.

—Vaya, hermanita, tienes poder —comenta Alexei cuando se sienta, es a la única persona del mundo a quien le permite decirle eso—. ¿Ya viste algo, Emiliano?

—No, aún no, primero estamos en un brindis por esta unión y...—la frase queda a la mitad cuando Emiliano gira la cabeza y algo llama su atención en una de las pantallas.

—¿Quién es ella? —pregunta Emiliano al cautivarse por los ojos de oro de una mujer, hasta ahora desconocida para él, poniéndose en pie para acercarse—. ¿Por qué está en tus objetivos?

—Esa es mi sobrina, te hablé de ella, es la traidora de la sangre Sokolov —comenta ella al terminar recibir de su asistente copias de los archivos solicitados, allí la jovencita se marcha con la mirada clavada en el suelo.

—¿Por qué traidora? —pregunta él de nuevo ensimismado en la foto, ha detenido el pasar de estas para ampliarla y ver en detalle esos destellantes ojos familiares para él.

—Es parte de la UTCCO, cuando tenía quince años mi hermano la raptó, ella acababa de entrar a la academia juvenil y la torturó por semanas, trató de hacerle redimirse y unirse a nosotros como familia y no lo logró, sólo un trato de su madre detuvo todo, un trato al que no pudimos resistirnos.

—¿Y qué fue? Digo, para parar la venganza hacia ella debió ser jugoso —responde Emiliano al despegar la vista de la pantalla y no ser tan evidente, aunque le hubiera gustado la presencia de Yésica para corroborar sus propias sospechas. En ese momento entra Gael quien requiere la presencia de la Boss en las salas de investigación neurológica donde se prueban los dioses del inframundo con Vasilisa al frente sin su hermano...

—Acompáñame, Emiliano, verás en acción al oro líquido en fase 1 —comenta Aleksandra al dar pasos hacia afuera y una vez allí manda llamar a Yésica de vuelta, esta se ubica cerca de los espacios de investigación y avanzan hacia allí cuando Gael sufre un tropezón que lo hace cae al suelo y golpearse la cabeza, entonces la Boss se lanza a ayudarlo como no hace con los demás, aquella acción le resulta extraña a Emiliano pues jamás muestra tan amabilidad con sus trabajadores, Alexei por su parte sólo rueda la mirada como si estuviera harto de ese comportamiento.

—¿Qué pasa, Gael? —pregunta Aleksandra con auténtica preocupación al tomarlo de los brazos y ayudarle a ponerse de pie—. ¿Necesitas ir al Clinicus? (1)*

—Sí, desde la última inoculación todo da vueltas de repente y esa parte que veo doble se pone de colores como glitch —explica el joven al estar de vuelta perfecto. Gael piensa que la sustancia en las jeringas cuando se inyectan son vitaminas, jamás imaginaría la verdad tras esto.

—Vamos, te acompañaré al clinicus.

—No se preocupe Boss, iré solo, termine su visita, viene desde lejos —retiene Gael con una sonrisa y allí Aleksandra rebusca en los bolsillos de su abrigo para sacar una barra de chocolate amargo, la misma que le daría hace tres días antes de su regresión primaria, él se muestra emocionado y agradece como siempre lo hace, aquello hace sonreír de forma genuina a Aleksandra y eso sólo aumenta la extrañez tanto en Emiliano como en su hija quien llegó en poco tiempo, aunque su hermano sólo puede negar la cabeza con mala cara.

Verla con esa amabilidad, ese brillo en la mirada como si hablara con uno de sus pequeños hijos, es algo del todo irregular en su conducta fría, prepotente, soberbia, pero lo ha hecho sorprendiendo a padre e hija, sobre todo Yésica quien, entrenada por la Boss, la conoce muy bien, después de todo, pasó diez años a su cargo para afilarla como su lanza favorita. De cualquier manera, Emiliano investigará de quien se trata porque si es capaz de doblegar la voluntad de una mujer como la Boss, es un peligro en todo sentido si este chico se vende a la Ley, ello representaría el fin de sus operaciones porque es alguien de plena confianza.

Aleksandra lo deja ir para girarse y encontrar a Yésica y Emiliano con sorpresa en la mirada, pero al ellos no decir nada, ella tampoco lo hace, aunque sabe que ha quedado al descubierto, por ello sólo les pide seguirla a través de los pasillo gélidos del complejo, hay pasillos donde huele a cítricos, laboratorios de paredes de cristal donde bioquímicos trabajan con conejillos de indias, aunque personalmente a Yésica le parece crueldad injusta contra seres inocentes y vulnerables al no poder poner un alto ni resistirse por mucho tiempo. Yésica es cruel con los humanos que se lo merecen, pero cuando de animales se trata, hasta es vegetariana, deja fuera de su plato a estos.

Los pasillos parecen extenderse y en las intersecciones a los lados del pasillo central por donde pasan hay oscuridad, pues las luces apagadas le dan un aspecto tétrico, el frío parece colarse por los zapatos y una ligera ventilación empeora la situación, pero esta tiene la función de mantener en buena temperatura los proyectos. Por fin llegan a una habitación que dice "Observatorio 1", allí entran encontrándose con una pared de cristal enorme al costado derecho, parece blindado incluso por donde se ve una sala de investigación circular desde el mismo nivel donde tienen a dos sujetos amarrados con correas a la camilla casi vertical por completo, luchan por zafarse pues no es una experimentación voluntaria; no obstante, es una lucha ausente, sus ojos se ven con una mirada vacía.

A cada lado de las camillas hay monitores que miden constantes vitales, así como más camillas vacías en una fila lateral además de tener una gran lámpara de tres espacios sobre ellos a parte de las luces blancas de todo el espacio, pronto traen dos aparatos con muchos cables de colores con pequeños electrodos para ponerlos en la cabeza de cada uno, esto leerá su actividad cerebral durante el tratamiento.

—He llegado —anuncia Aleksandra por el micrófono con firmeza, ha vuelto a ser la petulante Boss de la Hermandad.

—Boss, hemos inoculado la fase uno, todo va sobre ruedas —responde Vasilisa con entusiasmo, mientras los asistentes ponen los distintos cablecitos en las cabezas de cada sujeto, pronto se iluminan los monitores con un diseño del cerebro con sus estructuras internas iluminándose de a poco—. Hemos pasado la primera etapa, sumisión.

—Explícale a Emiliano las fases del oro líquido —exige Aleksandra.

—En la fase 1 encontramos inoculación, sumisión y bloqueo primario...

La explicación completa los deja anonadados.

──── •◦ ◦• ────

México

Culiacán Rosales, Sinaloa.

KRYSTEL

—¡Granada! —grito al arrojar el artefacto explosivo al otro lado de la calle donde detona haciéndolos volar por la onda explosiva, estamos en Culiacán en medio de un operativo donde se movían drogas dentro de santos de una iglesia católica en la ciudad, los Praetor detectaron actividad sospechosa en medio de un operativo para desactivar collares bomba, posterior a eso un avión militar atacó a la ciudad con disparos desde el aire(2)*, una camioneta frenó frente a la iglesia y en medio del caos se llevaron ladrillos del interior de la iglesia.

Estamos diagonal a esta otra, pero nos han recibido con bombos y platillos, estamos fuera de la barda de la gran construcción, esta tiene césped a cada lado del camino de pavimento que lleva a la iglesia bajo varios árboles, los disparos nos rozan y podemos cubrirnos por algunos autos, pues al parecer están en la misa, un buen distractor, disparo certera, ellos están en los laterales de la iglesia cubiertos por algunas columnas y partes decorativas de concreto a los lados con forma de ángeles tallados.

El equipo bravo donde va Isabella a la cabeza, entra la parte de atrás a la espalda de tengo a Isaac a mi lado muy al pendiente de todo como siempre, aunque sé que le preocupa su mujer, obvio, es la madre de su hijo y el amor de su vida según me han contado. Un helicóptero sobrevuela la zona con un agente Praetor armado de una ametralladora adosada al vehículo, pero debe tener cuidado, hay civiles dentro y cualquier ráfaga de disparos puede herirlos, aunque les hemos gritado que no salgan, nunca falta el valiente, debe estar muy visible en un punto fijo.

Avanzamos un poco entre la fila de autos parqueados en medio de miles de cristales rotos por el fuego cruzado. Enfoco a uno de ellos para dispararle directo y al parecer le doy en el abdomen varias veces porque cae al sostener esa parte, ahora estamos más cerca de todo y les vemos, llevan el traje del diácono, pero disparan como si fueran narcos desde su nacimiento, tienen detrás algunos santos con lo que presumimos es cocaína o algún tipo de droga, pronto dos caen por disparos a su espalda y el tercero sube las manos en señal de rendición cuando Isabella lleva a esposarlo.

—¡No bajen la guardia! —espeto al bajar un poco el arma, pero no del todo, llevo un fusil FAMAS, en los últimos operativos es mi preferido por su forma y facilidad de usarlo, además del alcance de los disparos qué son cuatrocientos metros, además de su cadencia de disparo. Chequeo el lugar en busca más tiradores, pero aparentemente no, así que camino hacia el interior de la iglesia todo el tiempo en posición defensiva.

—¡¿Qué sucede, por amor a Dios?! —exclama el sacerdote al salir de la parte de atrás del altar donde está en micrófono con un mueble alto, de madera y al fondo la imagen de Jesucristo con las manos abiertas con decoraciones a su alrededor, es un espectáculo visual, a decir verdad. Avanzo por el pasillo central con las bancas a cada lado repletas de personas acuclilladas para tratar de refugiarse del tiroteo.

—Padre, manténgase aquí, dejaré soldados con ustedes para protección, hay tiradores en el perímetro de la iglesia, luego le explicaré todo, ¿hay alguien más por aquí?

—Capellanes, están fuera.

—No son capellanes, padre, luego le explicaré todo, por ahora cierre la puerta hasta mi vuelta, ¿entendido?

—Está bien, Dios la acompañe —llamo a Torres, Mendoza y García para quedarse a la protección de los civiles dejándoles instrucciones para eso. Cuando estoy a punto de retirarme para volver fuera, el campanario de la iglesia comienza a sonar de forma estridente, por eso me pongo en guardia y mando a llamar a Díaz y López para acompañarme, luego interrogaré al padre del porqué no reportó a quien toca la campana, entonces me encamino por la escalera ascendiendo rápido, pero con mucho cuidado, las escleras están algo débiles, además el tiro puede venir de cualquier sitio.

Cuando estamos en el piso del campanario todo parece en calma, pero de pronto alguien me asalta por la espalda y pone una navaja en mi cuello.

—Quietecita o te mueres, perra policía —espeta al caminar conmigo de espalda hacia el vacío por donde cuelga la gran campana, el túnel lleva directo hacia abajo en caída libre si nada por donde amortiguar la caída—. Ordénale a tu equipo marcharse o te entierro la navaja para verte morir desangrada.

—Ya oyeron, fuera —digo a los dos chicos conmigo, estos le apuntan

—Pero Capitana...

—Nada, váyanse, yo resuelvo esto —me vuelven a replicar, pero los envío abajo y una vez allí el hombre me suelta de manera brusca y sorpresiva.

—La Boss nos dijo que podías estar aquí, pero no me imaginé que sí... se regodea cuando mando mi mano a la pistola en mi piernera, pero él no intenta atacar de nuevo, sólo se pone en el borde del vacío—. La sobrina traidora, eres famosa en La Hermandad ¿lo sabes no?

—Claro que sí —me jacto al apuntarle con el arma, aunque no lo mataré, lo necesito vivo para interrogarlo junto al capellán falso capturado abajo, son de mucha importancia—. Soy famosa por matarlos como las ratas asquerosas que son, los destripo con una alegría sin precedentes.

—Vaya, y la sonrisa con que lo dices, de verdad eres una maldita psicópata.

—Aprendí de los mejores —me acerco a él, esta vez apuntándole a la cabeza—. Venga, acompáñame y todo saldrá bien.

—Temo más de la Boss que del diablo, así que hasta siempre, bonita, el mensaje de ella es claro, ten cuidado porque si sigues derramando sangre Sokolov, será tu fin —murmura con calma.

—Si estás con Aleksandra ¿por qué no me mataste?

—Fue su instrucción a todos, no hacerte daño porque ese placer es de ella —entonces se deja caer de espalda por el vacío, trato de estirar la mano para sujetarlo, pero es tarde, cae como huevo roto al final, eso causa una exclamación y gritos desde abajo porque al parecer este lugar está conectado con la sección donde se da la misa.

Maldigo en voz alta cuando me giro para alejarme del hueco y así revisar qué carajos hacía un trabajador de La Hermandad en el campanario. Reviso todo el sitio, es un cuadrado con la gran campana arriba del vacío con cuerdas para poder tocarla; sin embargo, se me hace extraño no encontrar drogas o armas, nada hay, por eso haber usado el campanario me resulta incomprensible a menos que haya sido un aviso a alguien más. de igual manera ordeno revisar de forma exhaustiva todo el sitio.

Bajo de regreso hasta volver al espacio de la misa donde el padre, aún más preocupado, me exige respuestas del hombre muerto.

—Padre, él mismo se arrojó al verse acorralado —explico con pesadez pues estoy metida en un problema, no tengo testigos y pueden no creerme que se suicidó, pero bueno, no creo que a alguien le importe en realidad—. Nadie puede salir de aquí hasta que se los indique, no sabemos si hay más de ellos en el perímetro.

Salgo de la iglesia hacia mi equipo quienes tienen retenido al falso capellán, está esposado contra la pared exterior con una expresión de suficiencia irritante, como si supiera que algo sigue y eso me pone a la defensiva, pronto me encuentro con Isabella, viene con Isaac pues casi siempre en las misiones van juntos, se cuidan la espalda uno al otro y de pronto me imagino con Klaus así, pero es sólo una idea lejana, no creo que me vea así.

Caminamos, mientras ella llama al Comando de Policía Infiltrada Praetor pues estos tienen una división criminalística para levantar a los muerto como se debe, entonces nos preparamos para poner fin a la misión cuando a pocos metros de la entrada cae una granada de fragmentación derribándonos con la onda explosiva hasta dejarnos en el suelo como muñecos, entonces por la parte de atrás llenan como hormigas el espacio hasta alcanzarnos y nos toman por sorpresa por estar en el suelo. Los agentes de la calle vienen a combatirlos, pero nos ha asaltado apuntándonos.

—¡Abajo las armas! —brama uno de ellos, nos tienen en la mira de las suyas por completo vulnerables—. ¡Un movimiento en falso y todos se mueren!

—¿Qué quieren? —pregunta Isaac a un lado, se ve como una bestia de la ira pues han golpeado a Isabella por no querer arrodillarse—. Y tú, hijo de puta, me las vas a pagar.

—Tomaremos lo que necesitamos y nos iremos —dice uno—. No nos interesa hacer un baño de sangre y... —el sujeto me mira directo—. Vaya, vaya ¿a quién tenemos aquí? La rosa letal ¿eh? Tú vendrás con nosotros.

—Claro que no, imbécil, mátame si quieres —refuto con ira y soy golpeada en la mejilla con la culata de una pistola hasta dejarme sobre el suelo desde donde gruño con impotencia. Entonces me ponen una mordaza y me arrastran, mientras lucho hasta mi última fuerza, pero no es suficiente, me quitan las armas tirándolas en el camino, ellos empiezan a sacar figuras religiosas, estas deben estar llenas de alguna droga, estoy segura.

Me llevan por el caminillo a un lado de la iglesia para llegar al otro lado donde hay vehículos de platón y un camión en donde empiezan a subir las cosas, allí me quitan la mordaza para hablarme.

—No podemos matarte, Kattleya, pero podemos torturarte por todos los demás a quienes has matado —escupe uno al volver a golpearme con fuerza hasta sacarme sangre por la boca y una vez en el suelo me patean dos veces en el estómago,

—Ni que fueras un Sokolov —replico con un hilo de voz—. ¿O lo eres, pero con sangre diluida? —su respuesta es otro golpe esta vez me da con la cacha en la frente dos veces hasta sacarme sangre.

—No hablo de los Sokolov, hablo de mis hermanos en los cárteles, los del bajo mundo donde eres famosa por ser la caza favorita —gruñe tomándome por el cuello para apretar con fuerza hasta cortarme la respiración, mientras otro me apunta, entonces no puedo defenderme

Luego pone su pie en mi pecho pisoteándome, sólo entonces me alzan de nuevo para meterme en la camioneta; sin embargo, en ese momento se escuchan disparos al unísono y caen al suelo al menos cuatro, de inmediato caen otros dos, «Francotiradores» pero quien me ha hecho daño logra refugiarse, en tanto todos caen incluso los que trasportan las figuras, dado ello se quiebran y revelan fajos de billetes.

El otro sí arroja paquetes de una sustancia pulverulenta blanca, pero una tercera, una virgen con el niño Jesús en los brazos, se resquebraja para ver pequeñas bolsas con pastillas rosas dentro entonces el tipo me arrastra aun cuando estoy mareada por los golpes, trata de hacerme correr al otro lado de la calle por un callejón con el cañón de su arma contra mi nuca. Estoy mareada aun por los golpes y la sangre se me mete en los ojos, mientras aun me empuja por las calle, entonces avanzamos un par de cuadras quien sabe hacia donde cuando un disparo se oye y el tipo cae con una maldición.

Entonces trato de ver quien es, pero mi visión está obstruida por la sangre de mi coronilla, entonces trato de limpiarme los ojos y para cuando puedo ver una figura un cuchillo atraviesa al tipo una y otra vez, eso hace saltar sangre por todas direcciones, mientras estoy tirada en el suelo siendo salpicada por esta, entonces logro aclararlo todo cuando escucho tiros, parece que vacía un cargador completo encima de su cuerpo porque hasta puedo oír el clic de cuando está vacío, aunque no puedo verlo, está de espalda a mí con el uniforme y el casco. Entonces puedo enfocar y es cuando descubro que el sujeto tirado en el suelo está sobre un charco de sangre.

Le han cortado el cuello de lado a lado y sus cuencas oculares están vacías, tiene el rostro desfigurado a cuchillazos, en fin, quedó madreado por lado y lado, es un desastre con carmesí en regado por doquier, sólo entonces el sujeto se da la vuelta, es Klaus quien luce furibundo para acuclillarse y tomarme de las manos y me revisa acariciándome la cara.

—¿Estás bien, Krystel? —exclama preocupado—. Háblame.

—Más o menos, estoy mareada, ¿qué haces aquí? Te hacía en España —respondo cuando me ayuda a poner en pie.

—Llegué esta mañana, Maddox me envió cuando informaron de los hombres armados alrededor.

Me incorporo, pero él pasa uno de mis brazos por sus hombros y me ayuda a caminar de vuelta, una vez allí hay un revuelo por los hallazgos en las figuras religiosas, pero también me topo con que uno de ellos está golpeado de forma brutal, parece casi muerto, aunque aun se mueve un poco, cuando lo veo con detenimiento por debajo de la sangre, es quien golpeó a Isabella y con sólo ver como sostienen a Isaac, mientras se revuelve para regresar me dice que es el autor, al parecer no lo mató porque lo retuvieron o sería el segundo muerto.

Todo se ha detenido, pero pronto retoman tareas para rebuscar por todas partes e incautar todo lo posible.

—¿Estás bien, Krys? —pregunta Isabella acercándose—. ¿Qué te pasó?

—Dijo que me iba a cobrar por haber matado criminales —menciono al soltarme de Klaus quien aún luce furioso—. Pero acabó muerto.

—Eso veo, están llenos de sangre —comenta al detallarnos—. ¿Qué sucedió ahí?

—Lo maté con un cuchillo —confiesa Klaus—. Y a tiros, todo el cargador, ¿qué pasó con Falcon?

—El tipo me golpeó por no querer arrodillarme, luego insinuó que me llevaría para abusar de mí, Isaac se salió de control, si no lo detenemos, lo hubiera matado.

—Tendremos que dar muchas explicaciones —concluye Klaus—. Por ahora vayámonos con los heridos, equipo Bravo y Beta revisen esta maldita iglesia de piso a techo, si deben reventar las figuras háganlo, pero tráiganme resultados ¿está claro? Y lleven al sacerdote, es sospechoso de complicidad... ¿Dónde está Tomás? —el mencionado alza la mano—. Quedas a cargo, todos le obedecen como si fuera yo.

Todos responden con afirmaciones de "sí señor" para irnos los Brigadieres, Klaus y yo.

──── •◦ ◦• ────

Tres horas después estamos en camino a una sala audiovisual, Klaus, Isabella, Isaac y yo donde nos enfrentaremos con Volkov por la brutalidad cometida, me he limpiado la sangre porque todos hemos ido a la ducha antes, ellos están con su uniforme de camiseta negra con la estrellas del CMOE en un costado arriba en el pecho y su camuflado azul, yo voy de civil, debo lavar mis uniformes, pero Klaus sí está con el suyo. Caminamos bajo las luces lineales del pasillo del quinto piso helado como si estuviéramos en la Antártida por el aire acondicionado, entonces al llegar las puertas dobles de madera tallada Klaus toca para el General dejarnos pasar a los cuatro.

—Roux y Falcon ¿me explicarán qué demonios pasó? —espeta Volkov con histeria nada más llegar, aunque Isaac no puede contener la sonrisa, aunque Isabella le dé codazos de lado—. ¿Mucha risa, Falcon? queda suspendido tres días, entregue su placa y arma ahora mismo.

—Más tiempo con mis hijos —hace lo debido, mientras Isabella suspira resignada como si estuviera acostumbrada a esto—. Permiso para retirarme, General.

—¿No pedirá excusas, Falcon? lo dejo casi muerto de forma literal, está en cuidados intensivos, le quebró cinco costillas, el cráneo, le dejó hematomas en el piso ocular, fractura de los huesos faciales ¿en qué pensaba, maldita sea?

—No debo pedirlas, hice lo que debía, a mi mujer nadie la toca, hasta mi padre sería víctima si a ese hijo de puta se le ocurre ponerle un dedo encima, estuvo de morboso con ella luego de golpearla, véale la cara, tiene hematomas, insinuó que la iba a violar, jamás pediré perdón por defender a mi mujer, ni en un millón de años ¿entiendo? Por ella mato y como del mismo muerto —responde él encogiéndose de hombros como si fuera normal, aunque tal vez lo sea, su apodo es "La bestia Falcon" no se lo han puesto por ser un santo.

Sonará extraño, pero me gustaría ver a Klaus defendiéndome así, aunque se meta en problemas, claro, no pasará nunca.

—¡Váyase y no quiero verle la puta cara en estos tres días! —brama él, entonces Isaac toma de la mano a Isabella y le dice "Nos vemos en casa, mi amor" y la besa en el dorso, eso le saca una sonrisa a Klaus quien es serio cuando de trabajo se trata.

—No salga con lo mismo Roux, aunque a usted no lo puedo suspender —refunfuña el General—. Falcon ya explicó, es su turno.

—No tengo nada diferente para decir, nadie toca a la Capitana, no para hacerle daño.

—¿Es su novia, esposa? —pregunta Volkov con sarcasmo—. ¡Hable! Por lo menos ese par son pareja desde el tiempo antes de cristo, pero usted ¿qué carajos? Le dejó un total de noventa puñaladas, degollado de lado a lado, le arrancó los malditos ojos y los dejó a un lado ¡explíqueme semejante nivel de brutalidad!

—Es mi segunda al mando y yo defiendo a quienes son parte de mi vida —escupe con arrogancia y sin pena, eso me sorprende porque jamás lo imaginé de él—. Eso es todo, además ya lo dijo Falcon, mírela, tiene morados por toda la cara y laceraciones en las costillas, pero eso no lo ve usted.

—¿Y cree que yo soy imbécil? Me pasó lo mismo con Falcon y Fox, si no pregúntele a ella —señala a Isabella—. Se involucraron en plena guerra en Afganistán (3)* pregúntele como desobedeció mis órdenes por salvarle el culo a Falcon o mejor, mejor, qué le hizo Falcon a tipo que la hirió, ¿qué hizo Fox?

—Le dio una paliza y le disparó a bocajarro en ambas manos por haberme pegado con ellas —responde Isabella con mucha seguridad, aunque noto algo de agresividad hacia el General y algo me dice que no es por esto—. Nadie lo mandó a pegarme.

—Disculpen los demás, Falcon y Fox son un par de sociópatas de manual —replica Volkov con sarcasmo—. Entre ellos se tapan las culpas... como sea, sé de dónde viene este patrón de proteger a una fémina, Roux, eso de "Salvarla porque es su segunda al mando" sólo me enfurece porque trata de verme la cara de idiota, hasta donde tengo entendido en la ETAN no está permitido que una pareja esté en la misma misión por perder objetividad.

—No tenemos una relación más que laboral —replica Klaus aunque algo en su mirada me dice que no es del todo de su gusto decirlo, aunque pueden ser sólo impresiones mías, después de todo espero ser algo más para él—. Pero si fuera de otra manera, no debe incumbirle a usted, es un Praetor.

—Puedo decirle a Maddox y según como habla de usted estará encantado de suspenderlo.

—Hágalo entonces, y si no tiene más preguntas, con permiso, yo sí tengo trabajo —se va sin pedir permiso alguno y eso enfurece a Volkov quien me ordena largarme junto con Isabella dejándolo solo en la sala, entonces ella habla una vez hemos salido al pasillo.

—Es normal en él, Isaac dice que Volkov tiene un palo metido en el culo todo el tiempo —murmura ella haciéndome reír y es muy tipo Falcon el comentario según lo conozco, entonces Klaus se marcha sin decir nada—. Oye... noté que te afectó lo de "Es mi segunda al mando, sólo eso"

—Un poco, no sé, es egoísta, pero me gustaría sentirme tan importante como para responder como Isaac lo hizo, fue muy bello.

—Isaac es un caso especial —se sonríe—. Es tosco y no tiene filtro, pero haría cualquier cosa por mí, hasta matar.

—¿Ha matado por ti? —pregunto asombrada.

—Confiaré en ti —asiento prometiéndole no hablar cuando salimos del edificio—. ¿Escuchaste la noticia de Sergei Petrova hace un par años?

—Sí, lo recuerdo, fue descuartizado... no me digas ¿Isaac lo hizo?

—Petrova me tenía arrodillada con el cañón contra mi frente cuando Isaac lo mató, le dio tres tiros en la cabeza, pero estaba tan enojado de haberme visto de esa manera, mejor dicho, estaba fuera de control, así que regresó y descuartizó a Sergei y ni hablar de lo que le hizo a quien me vendió a los Petrova, no la mató, la condenó a una vida de sufrimiento... muchos le dirán hijo de puta enfermo, pero siempre ha estado para mí, me pone por delante en cada ocasión —murmura y en la mirada se le ve el amor, mientras caminamos hacia una cafetería de la zona residencial pues estamos libres el resto del día—. Mi hijo... es una historia especial, pero no quiero aburrirte.

—No me aburres, me encanta escucharte porque me parece que tienes una hermosa familia.

—Te conté sobre como lo encontré ¿no? lo saqué de un apartamento en Afganistán donde estaba solito, habían matado a quienes creo que eran sus padres, fueron fusilados a quemarropa... en fin, pedí permisos para llevarlo a Estados Unidos, pero mi exesposo no quería hijos y según él volveríamos, me echó a Servicios Sociales encima y me lo quitaron para hacer un trámite legal según ellos —suspira con pesadez—. Isaac al principio no quería hijos, pero amó muy pronto al pequeño, así que preparó todo para hacernos ver como una pareja sólida de años, aunque en ese momento aún no éramos nada oficial, decoró una habitación en secreto para que cuando viniera la trabajadora social lo encontrara, en fin, me dio su apellido para respaldar la adopción, pero en el camino terminó amándolo con toda su alma.

—Pero ¿por qué se separaron?

—Su exesposa nos manipuló, me dijo que su familia mataría a Isaac si no se casaba con ella porque supuestamente estaba embarazada, entonces me convenció y le dije al consejo que Isaac es diabético, eso era un secreto.

—¿Por qué lo hiciste? —pregunto cuando nos sentamos en una mesa con sombrilla de sol y alzamos la mano para llamar al encargado—. ¿Había otras cosas?

—Isaac me hubiera perdonado todo, hasta una infidelidad, lo dijo, en Afganistán me escogió a mí por encima de su vida, lo daba todo por mí, jamás se hubiera alejado si sabía la verdad porque preferiría correr el riesgo con tal de estar conmigo... entonces dolido y herido se casó con la madre de su supuesto hijo... un cappuccino por favor —pide con una sonrisa—. ¿Y tú?

—Un café negro... ¿cómo supuesto hijo?

—Ella no estaba embarazada de él porque jamás se acostó con ella, lo encontró borracho y lo llevó a su habitación para desnudarlo y hacerle creer eso porque se obsesionó con él... ¿qué puedo decir? La palabra arpía se le queda pequeña.

—Cristo, y aun así no pudo separarlos ¿no?

—Nos amamos desde los catorce años, una mocosa jamás nos separaría aunque hayamos sido inmaduros y en el caso de él cabrón por casarse... pero hablamos mucho de mí, dime tú confía en mí, ¿Qué hay con el Comandante?

—Dijo querer intentarlo, pero no me cuenta nada de él, me entero por otros medios de qué hace en su vida, a veces me aparta, a veces es encantador y creo... creo que me enamoré de él, lo pienso todo el tiempo, deseo que me vea como más, como una pareja, alguien con quien compartir su vida, que sea la figura materna de su hija... estoy metida en problemas.

—¿Problemas? —se oye la voz de Klaus a nuestra espalda, entonces me giro sorprendida, viene con su uniforme todavía, está serio y perfumado como si se hubiera duchado—. ¿En qué te has metido ahora?

—¿Cuánto escuchaste? —pregunto sorprendida.

—"Estoy metida en problemas" venga, chavala, ¿qué sucede? —insiste cuando traen el pedido.

—Yo me voy, permiso Comandante —se despide Isabella al tomar su cappuccino en vaso viajero —. Luego hablamos Krys.

—Yo te llamo Isa, gracias por escuchar —me guiña un ojo para despedirse de mí, liego de él y se marcha en dirección de los edificios en donde vive.

—¿Me buscabas o fue casualidad? —pregunto cuando quedamos solos, el corazón me late fuerte como si llevara horas en el gimnasio, entonces se sienta junto a mí, aun cuando su cara está seria, su mirada me acaricia.

—En mi mundo nada es casualidad, Sánchez, todo está planeado... aunque tú has tirado todo por la borda, en fin, te buscaba, debemos hablar.

—¿De qué?

—De nosotros, no podemos seguir colgando, lo arreglaremos hoy, estoy harto

Eso me deja en suspenso.

──── •◦ ◦• ────

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro