Capítulo 33

Expediente X

"El pasado nunca está muerto. Ni siquiera es pasado"

William Faulkner

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España.

Madrid—La Moraleja.

Casa Roux Demirel

Paulina Roux se prepara para un nuevo día, temprano como de costumbre, tiene su uniforme puesto sobre la cama, una camisa blanca, con falta tableada negra, corbata verde a rayas diagonales y chaqueta tipo blazer. Casi tiene nueve años, pero es más menuda de lo normal, aun así, luce con maestría ese uniforme, una vez está lista va escaleras abajo por el lado izquierdo de las escaleras, estas empiezan como una y luego del descansillo se abren a una para cada lado. Llama a su nana Catalina al estar en la primera planta, mientras va a la cocina, donde la encuentra para pedirle el favor de peinarla como todas las mañanas.

Paulina ha crecido sin una madre, pero no e ha faltado amor, desde su padre hasta sus abuelos, pero es este quien lo ha dado todo por ella, Klaus ve por los ojos de su pequeña hija. Catalina le hace trenzas tejidas con cintas de color verde para combinar con el uniforme, pero de pronto la mujer ve un monitor para verse aterrada de repente y le pide a la niña quedarse en total silencio para poder correr, están en el descansillo cuando escucha a puerta caer para dejar pasar a cuatro hombres quienes han acabado con la seguridad de la casa.

—No hables en voz alta, Pau y sólo acompáñame en silencio, iremos al estudio y luego a la escotilla ¿vale? —susurra Catalina una vez han llegado al segundo 'piso donde ella la lleva de la mano.

—¿Qué pasa, tita?

—Alguien se metió, chiqui, no vienen a robar —responde la mujer con el miedo atorado en la garganta.

Catalina va en busca de un arma escondida por Klaus para situaciones de peligro, le ha enseñado a usarla, aunque no ha tenido mucha práctica, no es partidaria de las armas, aunque trabaje en casa de militares. Cruzan como sombras hacia la puerta del lugar justo cuando los sujetos entran con las armas arriba listas para disparar, una por una, revisan las habitaciones de dos en dos, entran incluso a los baños cuando Catalina encuentra el arma y la carga como Klaus le instruyó, para cargar una bala en la recamara y así esconderse tras una biblioteca.

Al llegar los sujetos patean la puerta, para entrar, mientras Catalina pone una mano en la boca de una Pau aterrada con lágrimas en sus ojos castaños, jamás había estado en tal situación y no sabe cómo manejarlo, pero todo empeora cuando uno de los sujetos vestido de pies a cabeza de negro con sólo los ojos al descubierto, se asoma, el corazón se les dispara.

Catalina pone el dedo en el gatillo y se oye un disparo ¿de dónde provino?

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KRYSTEL

N/A: EN ESTE CAPÍTULO SE HACE MENCIÓN A UN CAMBIO EN EL CAPÍTULO 32, DURANTE LA CONVERSACIÓN DE KRYSTEL Y KLAUS EN LA OFICINA, PUEDEN PASAR A VERLO.

Extiendo las hojas frente a mí para poder saber qué tengo, hay muchas cosas en realidad, no sé si Klaus sabe de esto, pero al menos lo sabré yo, aunque esté enojado conmigo. Hay una carpeta de solo entrevistas en diversos paises, al parecer por donde pasó el avión que se llevó a Kai, Bielorrusia como último destino antes de la misma Rusia donde llegaron según los registros. Hay testimonio de un trabajador en la pista privada de la que salieron en Francia, pero posteriormente hubo una matanza para cerrar bocas, pero el testigo fingió estar muerto para poder sobrevivir, una vez salieron llamó a una ambulancia pues tenía dos disparos.

A partir de ahí entró a protección de testigos, le cambiaron el nombre, le dieron nueva identidad, así como vida entera; sin embargo, lo que dijo no fue comunicado a la familia Roux porque los gobiernos no le permitieron hablar con la verdad a ellos, es más, según una nota, nunca les dijeron que había un sobreviviente y yo comprendo la necesidad de protegerlo, pero era su familia, quienes querían a su hijo y hermano de vuelta, sólo eso, no buscaban vender información para ponerlo en peligro, de cualquier manera no importa ahora.

"Los cinco sujetos llegaron para hacer su camino de vuelta, los había visto en la mañana cuando llegaron, hablaban en ruso, aunque uno de ellos sí hablaba español con acento de España. Entonces cuando el jet estaba preparado, nos dispararon a todos con silenciador para no llamar la atención de los demás y poder matarlos sin hacerse oír, incluso los de la torre fueron asesinados cuando no tenían, porque no los vieron de frente como nosotros, aun así, subieron para matarlos. A todos les dieron en la cabeza, pero cuando me tocaba a mí llamaron a quien lo iba a hacer y terminó dándome en el abdomen"

» » "Como caí de cara me hice el muerto para tratar de que no me remataran y así fue, no pude ver más pero los escuchaba, entendía sólo a quien hablaba en español, decían tener al niño, además hablaban de alguien a quien llamaron un Boss masculino" «Mafia rusa» pienso de inmediato "como yo estaba en el camino de la entrada a la pista de aterrizaje escuché a quien creo que es el muchacho secuestrado, él hablaba en español con el hombre y le pedía llamar a su familia si querían rescate, pero al parecer no lo querían, sólo le dijeron que el Boss tenía planes con el más allá del dinero, recuerdo escucha que le decían que no se preocupara, no le iban a matar porque era vivo como lo necesitaba el jefe"

"Luego de eso escuché el despegue y aún así esperé un poco para asegurarme, entonces me di cuenta de que le habían disparado a las cámaras de seguridad, sólo grabó una en un escritorio, era oculta pues el jefe quería ver el comportamiento de los empleados en su ausencia, entonces había en varios puntos; sin embargo, sólo una pudo capturar al sujeto y de lado pues se había caído, ya he pasado la grabación, allí se alcanza a ver al niño al ser empujado por quienes lo llevaban. Luego de tomar la cámara salí a pedir ayuda y llamé a emergencias, para cuando desperté estaba en el hospital"

Paso las hojas para encontrarme con una imagen creada del rostro del tipo pues al parecer la grabación sólo le deja ver media cara, entonces la reconstruyeron para poder verla de frente, tiene barbilla marcada, ojos cafés oscuro casi negro, adornados abajo por ojeras por donde rezuma su maldad, tiene una cicatriz distintiva es en diagonal desde la sien izquierda hasta el lado derecho de la barbilla como si le hubieran cortado con una daga afilada, el tipo me resulta familiar, pero no sé de dónde, tal vez lo he visto en carteles de "Se busca"; sin embargo, lo buscaré bajo cuerda.

Detrás de la foto hay una bitácora de vuelo por los paises por donde pasaron, pudieron hacerlo directo según una anotación, pero decidieron saltar de territorio en territorio y así dejaron muertos en todos lados pues replicaron la matanza en cada pista, esas veces no dejaron a nadie vivo, ni grabaciones, se presume que son ellos por el modus operandi, lo hicieron en todos menos en un aeropuerto grande donde había muchas más personas. De igual manera, hay fotografías de cada asesinato, como lo dijo el testigo, todos con un tiro en la cabeza, así se aseguraron de dejarlos muertos.

—Esto es una masacre —murmura Nicolás con tono serio—. Hijos de perra.

—La mafia es así, ¿ahora me entiendes? —respondo sin levantar la mirada, pues hay más reportes donde los ubican en la entrega de un cargamento de armas en Bielorrusia, como dijo Richi, y tiene razón, no fue un movimiento pequeño, según algunos reportes de cámaras que no los enfocaron bien, enviaron un maldito contenedor de armas de todo tipo, al parecer modificadas como las que usa La Triada, pues llevan compartimentos para cargas explosivas.

—Dame parte de los papeles, te ayudo a terminar —se ofrece Sam y le paso la parte de atrás, ella mira por unos momentos hasta hablar—. No han dejado de buscarlo, hay registros de hace quince días por parte de Ucrania.

—¿Qué ruta tomaron? —pregunta Nicolás.

—Francia, Alemania, Rumania, Bielorrusia y de ahí a Rusia según dicen estos documentos, aunque aquí dice clasificado, a lo mejor le dijeron alguna otra a la familia para distraerlos —comenta Sam con el mismo tono serio, ambos han notado lo importante que es para mí este tema—. Aquí hay otra foto medio borrosa.

Me asomo a donde me indica y sí, otro de los secuestradores de Kai aparece; sin embargo, es captura de video, está borrosa pero algunos rasgos se definen como su cabello rubio y rostro alargado, así como su pelo rubio.

—¿Podré pasarlo por reconocimiento facial? —me pregunto en alto pues hace quince días han renovado los equipos de Inteligencia para buscar a los objetivos, dicen tener tecnología de punta, por ello aparto la fotografía, así como la de quien tiene la cicatriz, si están en el sistema, podré saber más de ellos, aunque debo ser discreta, no puedo utilizar aquellos equipos a mi gusto, debo informar en la oficina antes.

—Nosotros los distraemos y tu pasas —ofrece Nicolás, pues una vez adentro puedo cerrar la puerta para no ser vista, pues tengo acceso con mi placa de Capitana aunque esté en la base Praetor por ser milicias hermanas, pero debería decirlo antes—. ¿Qué dices Sam?

—Lo que necesites —afirma, pero en ese momento nos llaman a la oficina del General Torres quien ha quedado como uno al mando del traslado para mantener algo la cadena de mando aquí. Caminamos por los edificios pues nos indican con exactitud en donde nos esperan y es una sala AV, es decir, audiovisual, estas son grandes y tienen pantallas multimedia del tamaño de media pared. Por fin entramos para encontrarnos con el General quien está en la cabera de una larga mesa rectangular con agentes Praetor, incluso Richi.

—Perfecto, sólo faltaría el Comandante Roux —comenta Torres una vez hemos entrado—. ¿Alguien le avisó?

—General, el Comandante está desaparecido desde ayer —afirma Katerina, su asistente, en un puesto de la mesa y eso me pone el corazón a mil—. No sabemos si salió o está en casa, de cualquier forma, ni contesta ni abre la puerta.

—¿Y no hay copia de su llave?

—Sí, la Comandante Roux fue a hacer el papeleo —menciona de vuelta—. Pronto debe regresar.

—Lo ponen al tanto de que tendrá una anotación en su expediente por ausencia injustificada y será suspendido si no está en la reunión de las tres —zanja Torres, aunque para mí lo importante es Klaus «¿Habrá salido? ¿lo habrá interceptado el asesino?» pienso cuando me acerco a la mesa para sentarme.

La reunión se me hace eterna, apenas y registro todo lo dicho, sólo lo más importante y es que a las tres en punto debemos estar aquí, Álvaro el militar psiquiatra forense que está con los Praetor, dos agentes de diferentes Comandos de ellos: Médico, Agentes de Policía Infiltrada y Operaciones Especiales; es decir, Isabella e Isaac con algunos más, por nuestra parte, Klaus, Teresa, Tomás, Samara, Nicolás, algunos más y yo porque discutiremos los acertijos que dieron los capturados. Casi al final regresa Teresa quien trae la llave de repuesto, pero me llama aparte cuando acabamos, entonces caminamos hacia fuera donde nadie nos escucha.

—Krystel, debes ir tú a buscarlo.

—¡¿Yo?! ¿por qué yo? —replico con tono agudo.

—Está borracho, intenté entrar y lanzo no sé qué cosa contra la puerta, lo que fue se quebró, gritó "dejadme en paz, joder" y sólo escuche cómo decía tu nombre después... por favor, son las once treinta, si no está a la hora de la reunión, pueden quitarle el puesto en el cuerpo élite —explica y eso me hace suspirar con pesadez, aunque debe estar furioso conmigo, pero acepto sin pensar mucho ni hacerme rogar, la verdad quiero verlo y no pienso dejar que Maddox lo remueva del puesto.

Atravieso la base en un trasporte interno, son como carros de golf más grandes con más puestos manejados por un operador externo, no ponen agentes ahí. Pronto he llegado a la zona residencial y busco el de Klaus según me explicó Teresa, para encontrarlo pronto, entonces meto la llave para abrir lento, dentro apesta a alcohol con cigarrillo y él está sobre la mesa del comedor con la cabeza apoyada aferrado a la botella de Johnny Walker. Además, hay un espejo roto, así como un diversos pedazos de lo que pudieron ser floreros aunque no sé.

—Klaus —empujo su hombro varias veces con fuerza, la mesa está a la izquierda de la entrada en el mismo espacio de la sala, entonces voy a la ventana al fondo para dejar pasar la luz, entonces regreso, pero no se mueve, allí empiezo a preocuparme y trato de tomarle signos vitales, pero todo está bien, sólo está hasta el cepillo, por eso lo agito hasta dejarlo consciente—. ¡Klaus!

—¿Qué quieres, joder? —pregunta tallándose los ojos y al darse cuenta de quién soy frunce más el ceño...Vaya, vaya, miren quién está aquí, la metralla respondona, deberías estar de luna de miel con ese gaznápiro, ¿qué haces aquí? —escupe con sarcasmo empinándose más la botella, pero se la arrebato para correr a vaciarla al lavaplatos, pero cuando me doy la vuelta ya le ha quitado el sello de seguridad a otra llena—. Vete, no quiero verte.

—¿Por qué haces esto? Le hace daño a tu corazón ¿no lo entiendes? —trato de quitarle la botella.

—¡Ja! Como si te importara si me da un infarto —se tambalea hasta quedar sentado en el sillón negro.

—Sí me importa, mucho, no quiero que te hagas daño.

—Quererte es lo más doloroso que he hecho en mi puta vida, un infarto no hará la diferencia —brama indignándome, él hizo la situación peor al compararme con ella, ¿acaso no sabe cómo dolió? ¿cómo desgarró? No, es un puto yoyo.

—¿Es doloroso para ti? ¡me dijiste que era menos que tu ex!

—¡Jamás te dije eso! Dije que no podías compararte porque son distintas, cada una tiene su encanto, sus virtudes, pero no me dejaste terminar para ir a regresar con Ángel.

—¿Distintas? No dijiste eso.

—¡Claro! No me dejaste hablar "No me interesa porqué lo dijiste" en un segundo estabas fuera de la oficina —espeta, mientras le da tragos a la botella—. Y ya sabemos con quién te fuiste después... lo dije porque María era una lluvia ligera, pero tú eres un fuego ardiente, aunque si ya volviste con él no importa mucho.

—¿Quién te dijo que volví con él? ¿todo esto es porque le dije cariño? Así le digo a todos.

—A todos menos a mí —se burla—. Vete, metralla, hoy soy yo quien no quiere verte.

—No me importa, estás sentenciado, si no estás perfecto a las tres de la tarde te quitarán el puesto en el cuerpo élite.

—A la mierda, no me moveré de aquí.

—Pues te bañaré a cocadas si es necesario, pero tu maldito orgullo no puede ser la causante de tu despido —me encamino al baño, él me sigue para tomarme de la cintura y ponerme a un lado del pasillo aunque pataleo—. Déjame.

—Quiero que te vayas —empujo su cuerpo hacia atrás hasta hacerlo pegar contra la pared, así me suelta, aunque vuelve a encaminarse —en ese momento le suena el teléfono con el tono especial de Paulina, por ello se para como si le hubieran desconectado un cable, así que se tambalea hasta la mesa de vuelta y así contesta, luego de pasarse la mano por el pelo además de acomodarse la ropa, pero quien habla no es Paulina.

—¿Antoine? ¿dónde está Pau? —pregunta desconcertado.

—Atacaron la casa, Klaus, se metieron hombres armados para asesinarla —es lo primero que dice y eso lo deja pasmado por unos segundos—. Está en quirófano en este momento porque una bala la alcanzó en el brazo, pero todo está bien. Catalina la salvó aunque también la hirieron.

—¿Y tú cómo llegaste? No entiendo, ¿quién coño se metió con mi hija, puta madre? —brama Klaus más despejado—. Partiré de inmediato.

—He hablado con Maddox, tienes tres días de permiso en principio desde mañana, tu avión sale a las diecinueve horas.

—¿Por qué tanto?

—No hay vuelos disponibles —le responden firme—. Tampoco vuelos militares. Ya lo intenté.

—Tú todo poderoso ¿no pudo?

—Agradece mejor, idiota, además Paulina está bien, sólo le extraen la bala y le tomarán puntos. La tendré en mi casa, toda la tuya está precintada —espeta Antoine—. Ahora sácate la maldita resaca de encima.

—¿Cómo sabes que tengo resaca?

—Eres mi hijo, te conozco aunque creas que no... como sea, acaban de llamar al acompañante, luego te aviso.

Klaus se queda perplejo por momentos para ir por una toalla metiéndose de forma voluntaria al baño en silencio, entonces decido prepararle algo de comer, así como un café cargado, no ha comido nada seguro, porque su estado deplorable parece venir desde ayer. Revuelvo huevos, mientras pienso en la niña. No soy su madre, pero me encantaría estar ahí para ella, la adoro por completo, algo de mi relación con su padre me gusta por ella, por esa pequeña inocente de la guerra de sangre de la milicia. Cuando Klaus sale minutos después ya serví ambas cosas, él sólo me ve con los ojos entrecerrados, pero se sienta a comer.

—¿No dirás nada? —le pregunto cuando empieza a comer en silencio, entonces me siento en la silla más próxima—. ¿Hablaste de nuevo con Antoine?

—Sí, todo está bien —replica con un tono calmado, aunque se ve apagado, no es el Comandante que conozco y lo entiendo—. ¿Por qué no te has ido?

—No quiero irme sin aclarar las cosas... no me imaginé que hablaras de eso...

—Eres muy impulsiva, Sánchez, demasiado, en todo, eso es excitante, metralla —comienzo con una pequeña sonrisa—, pero igual te fuiste con él, lo preferiste a él, no sé qué haces aquí, ¿dónde están Tomás o Teresa?

—Ellos me enviaron porque los sacaste a gritos y estrellaste no sé qué cosa contra la puerta... No elegí a Ángel sólo quise apagar el fuego, se iban a matar si no me iba con él, lo conozco, por defenderme se ha metido en cualquier cantidad de peleas y tú no te ibas a dejar, terminarían ambos en enfermería, sólo quise prevenirlo, pero no lo escogí.

—En realidad no importa ahora, no te ofendas, pero no tengo cabeza para pensar en eso.

—No me ofendo, lo entiendo, sólo quería que lo supieras —me arriesgo a tomar su mano sobre la mesa y no me rechaza—. Me dijiste que me quieres, voy a quedarme.

—Se me salió, pero ya lo sabes —comenta sin mirarme, mientras con su mano libre lleva la taza de café a sus labios—. Guarda el recuerdo muy bien, eso no pasa seguido si estoy sobrio.

—¿Tendré que emborracharlo diario, Comandante Roux? —bromeo y eso le saca una sonrisa pequeña.

—Inténtelo, Capitana Sánchez alias metralla respondona, y verá lo que le pasa —responde, mientras acaricia mis dedos distraído.

Me inclino para darle un beso en la comisura de los labios, esto no se ha terminado, de eso estoy segura.

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Algunos minutos después nos anuncian que la reunión fue pospuesta para las cinco aunque Klaus debió reportarse con Torres, al parecer lo regañaron a juzgar por los gritos de la oficina y la cara de "Quiero matar a un hijo de puta" del Comandante, le pregunté cuando salía, pero sólo dijo que puso en conocimiento lo de Pau. Entonces aprovecho el espacio más largo para después del almuerzo ir a los sótanos de inteligencia militar con Samara y Nicolás quienes estarán fuera del largo pasillo antes de llegar a la sala de reconocimiento facial, llevo las fotos para escanear.

Así mismo lo hago, al entrar me encuentro con una pantalla enorme que ocupa la mitad de la pared con un gran centro de comandos frente a una silla giratoria a los lados hay torres anchas con puertos USB y titilan como una sala de cómputo de última generación, a un lado el escáner donde meto las fotos para correr el programa, de inmediato en la pantalla salen las dos, mientras al lado de cada una se hace comparación con las bases de datos donde cada tanto sale una X en rojo al no encontrar coincidencias. Pasan unos minutos cuando por fin sale uno, el de la cicatriz se llama Guillermo Franco y es una joyita total.

Cargos de homicidio, orden de captura por la INTERPOL, robo a mano armada, narcotráfico, testaferrato, mejor dicho, es más fácil decir que NO ha hecho que ponerme a destallar cada cargo. Está relacionado con la mafia roja desde joven y no ha podido ser capturado pues sigue con vida, ha sido boletinado con circular roja.

El otro sujeto se identifica como Alex Williams, con cargos similares, narcotráfico, testaferrato, homicidio de agentes Praetor y soldados UTCCO, así como de otras milicias tradicionales, así como terrorismo pues es experto en bombas de todo tipo, muchos atentados están ligados a él como autor material. Ambos figuran como parte de los más buscados de Europa, además de tener un recompensa altísima en euros a quien reporte de ellos. Navego por las carpetas de cada delito con calma hasta escuchar a Nicolás quien habla en alto para avisarme que alguien viene, entonces pongo los aparatos en suspensión para meterme tras una de las torres entre esta y la pared.

Pronto escucho como entra alguien, pero espero poder deshacerme de él antes de ser descubierta, el corazón me late fuerte como un tambor, mientras mi respiración trata de ser lenta porque no estoy en la base mía, sino en otra, a parte sin autorización.

—Sal ya, Krystel, estoy solo —espeta Klaus con tono duro y es en cierta medida un alivio.

—¿Cómo sabes que soy yo? —pregunto al salir de la torre, mientras tuerzo los ojos.

—Dos cosas, aquí huele a tu perfume, es inconfundible, además cómplice uno y cómplice dos en la puerta del pasillo como guardias británicos en pleno medio día, con sombrero y todo me llamaron la atención, como si tuvieran un cartel de neón que dijera "Entra en la sala" ¿qué haces aquí sin autorización? —suelta, aunque me deja un poco pasmada por el asunto de mi perfume «¿Acaso sí se fija tanto en mí?» —. ¿Y? No me hago joven.

—No te puedo decir.

—Ah no puedes —se gira a mover la parte táctil para sacar los equipos de suspensión—. Guillermo Franco y Alex Williams, con esa cara me imagino que tienen orden de captura mundial... pero ¿Por qué a la Capitana Sánchez le interesan tanto dos pobres diablos de la mafia? —dice con tono irónico y se pone un dedo en la barbilla como Paulina—. ¿Una investigación privada? ¿por eso tienes fotos de Kattleya Sokolov en su bolso?

—¡¿Revisaste mi bolso?! ¡no tenías derecho! —espeto aunque no de molestia, de miedo por ser descubierta por él.

—No me cambies el tema, dime aquí y ahora qué mierda quieres con esos dos como para esquivar el control administrativo debido para usar estos aparatos.

—Te diré, pero debes calmarte. Primero salgamos de aquí antes de que venga otro chismoso.

—¿Me acabas de decir chismoso? —pregunta entre dientes—. Esa es una falta de respeto.

—Sí ¿y qué? todavía hueles a whiskey.

Envío a Sam y Nico de vuelta para caminar con la bola de mal genio alias Klaus Roux hacia su oficina, le diré todo y veré qué pasa.

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