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Capítulo 29- Desastre desatado 🔞🔥


Capítulo 29

Desastre desatado

"Los virus son una amenaza para la humanidad"

Carl Zimmer

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Sinaloa, México

Base de la UTCCO

KLAUS

Las sirenas suenan sin control, las luces rojas se han tomado la parte afectada como un río de sangre, la zona ha sido parcialmente evacuada pues algunos no estaban cerca del punto de inserción. A los pocos minutos aparecen las divisiones médicas tanto de la UTCCO como el Comando Médico Praetor, su parte de investigación química nos ayudará mucho. Descienden de los helicópteros del Comando de Operaciones Aéreas con trajes especiales y máscaras de gas para dirigirse hacia allí, parecen Robocop médicos. Todos los de la junta vamos hacia el lado contrario de la base, mientras un triage se forma en la zona delimitada con soldados que huyen apenas son autorizados a pasar, parece el efecto de un tsunami sin el mar, los gritos, la desesperación, los rostros aterrados «¿Qué cojones pasa?» me informaron el código A-B, pero no ampliaron esa información, solo salimos y ahora no hay a quien preguntarle en medio del caos desatado.

Esto no es coincidencia, no puede serlo, tiene toda la pinta de ser el asesino con ataques combinados, primero envía una carta y de inmediato llega esto, ese cabrón nos tiene a todos sujetos de las pelotas, parece poder cometer todos sus crímenes sin problema alguno y eso me sugiere un poder más grande detrás del hombre, solo el títere del titiritero, pero ¿Quién? La mafia es la más factible de todas, pero averiguar cual de todas será un desafío, porque todas tienen cuentas pendientes con los militares, ninguna se salva de ese rencor por arruinar, por ahora y si no me falla el instinto basado en su radio de acción, debe ser una de Sinaloa o en su defecto Tijuana, donde han aparecido los cuerpos, porque los de San diego seguro venían del segundo estado mencionado.

Caminamos hasta llegar a las edificaciones que tienen accesos subterráneos, escucho a Sánche habar con su madre y hermana para saber dónde están, pues nos esconderemos bajo tierra para esperar el control de la situación, aunque podría tardar horas o incluso días, por fortuna, todo bajo tierra está surtido y preparado para estadías allí, ellas están cinco edificios más allá, pero bien, por ello podemos bajar sin problema.

Bajamos al menos trescientos metros hasta llegar al piso de los refugiados en caso de ataque bélico, primero una gran sala cuadrada, pero tiene los pasillos como una rotonda, pero mas pegados entre sí para alojar a muchas personas, uno de estos lleva a la cocina y la despensa. Claro, si estaremos aquí tanto tiempo, debemos racionarlo todo, incluso el agua. Estamos casi todos soldados, pero hay refugiados en la base pues estamos en la zona residencial, al manos treinta personas son de allí, por ello y ante el hecho de no tener un líder, Isabella toma la palabra.

Trata de calmar los ánimos, tiene experiencia en negociación y liberación de rehenes y un don natural al ser dulce, calmada, su apodo de "Vípera Carmesí" sólo aplica en el trabajo contra los criminales, lejos de este es una mujer amable y gentil como lo muestra ahora mismo. Les sugiere sentarse y esperar por si hay algún cambio o aviso de la superficie, por ello todos lo hacemos, ella junto a Falcon, mientras hablan de su propia experiencia con ABAC, en nuestro leguaje (agente biológico altamente contagioso)

—¿Y cómo quedó infectado, Brigadier? —pregunta Krystel, se ha sentado frente a los Brigadieres quienes tienen la espalda contra la pared, yo a un lado también pues los sillones son ocupados por los niños o mujeres embarazadas a quienes espero no se les venga el niño, por Dios, eso serpia completar la ancheta final, vamos, un parto en medio de un ataque.

—Puedes decirme Isaac —afirma él con amabilidad, pero no me dan celos porque sé cómo está enganchado con Isabella, se le nota en la mirada—. y estábamos en un operativo dentro de Laboratorios Anthaxtis, llegamos a una sección bajo tierra donde tenían criminales secuestrados para usarlos como conejillos de indias, se había desactivado a ROSCHEL su IA avanzada, pero alguien, sospechamos que su creador, Kaan Karaman, la reinició a distancia y empezó una cuenta regresiva donde se sellaría la puerta en un minuto, entonces...

—Yo había caído porque tres semanas antes tuve... tuve una condición, aun me recuperaba —comenta Isabella—. El General me mandó aun cuando le pedí no hacerlo, por eso no podía moverme Isaac llegó y me sacó de ahí, solo que en el último tramo debió arrojarme fuera de la puerta y él quedó atrapado, enseguida ROSCHEL lo bombardeó con la Quimera 18 en aerosol.... Quedó inconsciente, claro, me salvó y casi muere por eso. (1)*

—Pues me la devolviste pronto —se sonríe él con nostalgia, se nota cuanto la quiere en realidad, no es sólo una más—. consiguió la cura, aunque eso ya lo sabían. Puso de cabeza el mundo para tenerla.

—¿Cómo no hacerlo? Eres el padre de mi hijo —se encoge de hombros y eso me sorprende, no sabía del niño en lo absoluto y ellos no lo habían mencionado antes, me toma desprevenido aunque todo toma más forma ahora con su relación, su cercanía, su coqueteo.

—Wow, no sabía que tuvieran un hijo —comenta Krystel emocionada—. ¿Cuánto tiene?

—Tres años, pero parece de seis, nadie lo para o lo calla —se ríe Isaac—. Se llama Isaff, combinación de nuestros nombres y apellidos.

—¡Que hermoso! —exclama una Teniente a su lado—. Lo siento, escuchaba su conversación, no hay nada que hacer.

—Tranquila, más de uno lo hace —dice Isabella cuando saca el móvil y le enseña una foto del niño y es una completa monada, es rubio como Isaac y de ojos azules aunque no sé de dónde los heredó.

—¿Y su embarazo? ¿cómo lo llevo con el trabajo? —pregunta de nuevo Krystel con la misma emoción, me gusta verla así, no me imaginé que el tema la alegrara tanto «¿Querrá tener hijos pronto?» me pregunto y enseguida «¿Los quiero yo?» aunque me reprimo, apenas nos conocemos, pero una parte de mí quiso saberlo.

—En realidad es adoptado... verás, recién llegábamos al operativo de Abdul Sayyid en Kandahar cuando me enviaron a una misión de evacuación de víctimas de un atentado, cuando uno de mis hombre vio un niño por la ventana, me fui directo allí, al llegar dos adultos estaban ejecutados en el sillón y la casa vuelta un enredo y él en el cuarto con sólo un pañal, en resumen, nos encariñamos mucho con él hasta hacerlo nuestro hijo legalmente, ahora vive con Isaac —comenta ella, pero no logro entenderlo, supuse que viviría con la madre como suele suceder—. Nos vemos cada tres meses y se queda conmigo uno.

—Entiendo, pues es hermoso, sin duda, si no me lo dicen no lo sospecho, es igual a su padre —comenta Krystel con una sonrisa amplia.

—¿Cierto? Todos lo dicen, menos por los ojos, se delata un poco porque no hay ojos azules en nuestras familias —contesta ella con un deje de tristeza, tal vez piense en sus padres asesinados al ser tan pequeña—. El caso es que lo amamos como si fuera biológico, tenía sólo diez meses cuando lo encontré. Suelo pensar en qupe hubiera pasado si mi Mayor no lo hubiera visto ahí.

—Pero no fue así, tu desobediencia prodigiosa protegió a Isa, porque se fue sola sin apoyo —comenta Isaac con diversión—. Además, era la "Madre" de la misión, cuando iba saliendo la asaltó uno y casi la matan, pero cuando no llegó al helicóptero supe que algo había hecho, por eso fue a buscarla y llené de plomo al tipo antes de que pudiese tocarlos.

—Buen apoyo —me río cruzado de brazos—. Hubiera hecho lo mismo —miro de soslayo a Krystel por quien lo digo, también me hubiera regresado por ella—. digo, alguien de mi equipo no puede ser dejado atrás.

—Ha dado con unos padres grandiosos, lucharon por él de forma literal —dice Krystel—. ¿Y qué pasó? ¿siguen juntos?

La pregunta los pone incómodos, aunque más tristes en realidad.

—No, nos hemos separado, pero nos llevamos bien por él, no queremos hacerle parte de ninguna diferencia entre nosotros —explica él con tono bajo, se ha entristecido cabrón. «Vaya esto entre ellos sí es mucho más fuerte de lo que parece»

De pronto suena una voz por el sistema de comunicaciones, se identifica como parte del Comando Médico CMIQ Praetor quien nos explica que estaremos aquí al menos ocho horas, mientras se encargan de la limpieza del sector y la identificación de lo que nos tiene aquí: un ataque con agente biológico aunque no se sabe cual hasta ahora, era un polvo, posible ántrax, venía en sobres al parecer rotulados como si vinieran de familiares de los soldados, por ello se confiaron y entonces salió disparado hacia sus rostros, además no sólo fue uno, fueron en realidad varios en todo el edificio de inteligencia, el maldito infectó las zonas y soldados de esa división como si quisiera inutilizarlos, eso en caso de sobrevivir, no sabemos qué es, los ataques con ántrax no habían aparecido en mucho tiempo, pero este hijo de puta los trajo de vuelta al parecer.

Por ello se empieza un murmullo general de temor entre los presentes, por eso me subo a un escalón y silbo para calmarlos, les digo que debemos mantener la tranquilidad o este tiempo será invivible, ordeno a los soldados acomodar a quienes puedan en las múltiples habitaciones, según cuento deben alcanzar y de sobra, por eso empiezan a tomar el control para hacerlo, los organizan en filas priorizando a los niños, algunas embarazadas y personas mayores, todos estaban en protección de la UTCCO pues fueron desplazados por el cartel del Sinaloa de sus tierras y les amenazaron para no volver, por eso somos un lugar de transición para ellos, donde están 100% cuidados y les da tiempo a encontrar qué hacer.

Pronto se han organizado y van hacia las habitaciones, hasta yo consigo una, estas no son muy grandes, pero tampoco son una lata de sardinas, tiene una cama, un botellón de agua con dispensador, espacio para ropa y un televisor, pero no sé si agarrará señal realmente, después de todo ni los móviles tienen, de cualquier manera no lo usaré, quiero descansar, coño, estoy un poco hasta los cojones de todo esto, ya debe ser de noche, por eso salgo un momento y ordeno dar los alimentos disponibles uno para cada uno, hay magdalenas y jugo según sé, al menos lo más rápido, lo demás toma tiempo en preparar. Regreso a la habitación y me encuentro con Valeria, la amiga de Krystel.

—¿Qué hace aquí, Teniente? —bramo con la puerta abierta, no quiero malentendidos con Sánchez para nada—. Salga de mi habitación en cero coma un segundos.

—Estoy asustada, Comandante, y como es usted quien lleva la rienda, me siento segura —se excusa, pero claramente no me convence.

—Pues busque un animal del felpa, un soldado, de esos hay bastantes o duérmase, qué sé yo, pero aquí no puede estar, ¡Que inapropiado! —espeto cuando Krystel pasa y queda sorprendida, menos mal que decidí dejar la puerta abierta porque cerrada ella no me creería.

—¿Qué sucede, Comandante? se oyen sus gritos hasta el final del pasillo y bien largo.

—La Teniente se ha metido de forma arbitraria en mi habitación no sé con qué propósito —espeto molesto la verdad, no me gustan estas confianzas cuando no le he dado pie a nada más que trabajo—. Sáquela antes de que lo haga yo, no tengo el genio para aceptar gilipolleces, menos ahora.

—Valen, ven aquí ¿no ves el problema en esto? —le dice Sánchez y la chica se ve triste, rechazada más bien, pero no me importa la verdad— Rápido, el Comandante no tiene intenciones de quedarse contigo.

—Perdone, Comandante yo...

—Usted intenta ligar conmigo, me he dado cuenta, pero no lo haga más, es irritante tenerla ofreciéndose a cada rato —gruño en tono más bajo, eso no quiero gritarlo— La próxima vez que le sienta tirándome los tejos, la sancionaré ¿entendió?

—No es necesario esto, Comandante, hay formas de hacer las cosas —espeta Krystel al ver a su amiga con los ojos llorosos, entonces ambas se van hacia el otro lado donde quedan habitaciones, pero en el pasillo junto a este, veo a Isaac fuera de una puerta abierta y le jalan del brazo tatuado hacia adentro, «no hay que ser muy genio para saber quién es, compartirán habitación»

Vuelvo aun echando chispas, estas confiancitas no me gustan, sólo una mujer lo puede hacer y no es ella —pienso para recostarme en la cama dándole la espalda a la puerta en busca de dormir, pero no pasa mucho antes de escuchar la puerta abrirse otra vez con lentitud, para cerrarse de nuevo, me giro listo para gritar otra vez, pero es Krystel con cara de querer asesinarme.

—¿Qué putas fue eso, Klaus? —regaña al ponerle tranca a la puerta—. ¿debías humillarla así? ¿qué carajos te pasa en la cabeza?

—No tendría que haber entrado, Krystel, si algo odio es la intromisión en mis zonas personales sin permiso, además es cierto, estoy hasta la coronilla de sus ofrecimientos, me roza de más constantemente, me mira la boca, me pasa las manos por los brazos cuando se acerca a decir algo, pone el culo en mi dirección cada que puede, estoy harto.

—No era la forma, ¿Por qué debes comportarte así? Eres tan diferente conmigo que...

—Eres la excepción a mis reglas, jamás lo olvides, nunca me hubiera metido con una subordinada, no con una mujer con menos de treinta años, no la dejaría llegar tan lejos como contigo, nada de citas en la playa, menos contacto con mi hija y aquí me tienes... ahora ¿Quieres empezar otra pelea por ella? adelante —espeto desde la cama porque no me quiero poner en pie—. Grítame, enójate, insúltame, pero yo tengo razón.

—Siente cosas por ti, es obvio... y no empezaré una pelea, pero estuvo mal, Klaus, no sé si estás acostumbrado a batear a la gente así, pero no lo seas aquí —se sienta en el borde de la cama sujetándome del brazo tatuado—. Tampoco me hace gracia ¿por qué no me habías dicho eso? Su coqueteo.

—Porque todo entre nosotros ha pasado muy rápido, eso no era mi prioridad... venga ya, deja de hacer corajes y vente a dormir conmigo —le digo haciéndole campo junto a mi cuerpo, y luego de pensarlo se saca las botas y se acuesta contra mi pecho, su perfume me encanta, parece ser floral porque así se siente—. Eso está mejor, pequeña, esperemos aquí noticias nuevas.

—¿Por qué me llamas pequeña? —comenta con curiosidad al subir su mirada.

—Porque eres mi pequeña, pronto cumpliré treinta y cuatro, te llevo siete años, casi casi la edad de mi hija, para mí eres una cría todavía, pero una que me encanta joder, debe ser hasta pecado —me río y ella también—. Además, en este momento eres mía —le beso el cuello y eso le saca una risita—. Nadie más puede tocarte ni para placer ni para hacerte daño.

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—Estás duro, Klaus, mucho, mmm, te siento —susurra al besarme mientras mueve sus caderas sobre las mías, se ha puesto sobre mi pecho para hacerme ver estrellas, tengo mis manos en sus caderas, mientras me acaricia porque me ha sacado la camisa, al despertar no hemos podido resistirnos, luego de nuestro acuerdo no hemos cerrado el trato y venga ya, hacerlo tantos metros bajo tierra en confinamiento tiene su encanto. Deslizo mis manos por debajo de su camiseta para desabrochar su sostén y ella se saca la camiseta y este mismo con facilidad para dejar expuestos sus senos en donde pongo besos en su pezón, mientras busco como bajarle el pantalón, pero debe ponerse en pie para hacerlo igual que el mío, entonces sin más baja mi ropa interior y ella misma se desliza sobre mi dureza extrema, empezando a moverse de forma corta, pero contundente en círculos.

«Jamás me habían follado así de rico»

—Tú me pones así, pequeña, siempre logras ponerme así, joder.

Besa mi cuello y acaricia mi pecho, allí me incorporo para quedar frente a ella y así tomar sus glúteos entre mis manos para guiarla y besarla más en la boca, el cuello y los senos, carajo esto es una delicia.

—Más, Klaus, quiero más —dice sobre mis labios.

—¿Más qué? dime cómo lo quieres y será tuyo —le muerdo los labios.

—Más duro, fuerte, más tú —entonces nos giro para quedar sobre ella y empezar a embestir como ella quiere, sus piernas me rodean, mientras sus uñas se clavan en mi espalda desde la marca del uróboros hasta abajo, mientras cubre su boca, me molesta eso, quiero verla gritar de placer, pero no es conveniente hacernos escuchar, mis choques se vuelven necesitados y a veces retiro su mano para besarla acallando sus gemidos con mi boca. Sus uñas entonces se clavan en mi trasero como si me incitara a seguir, allí subo una de sus piernas sobre mi hombro y sigo en esta nueva posición que le aumenta los jadeos y gemidos.

—¿Así Capitana? ¿era lo que quería? —susurro en su oído para morder el lóbulo de su oreja.

—¡Sí, mi Comandante, así! —exclama en medio su propio placer, mierda, nunca me había gustado más mi puto rango, que cuando ella lo dice mientras follamos, cambio el ritmo por uno lento, pero más fuerte, por ende más profundo cuando me besa el cuello y lo muerde cegada de pasión. En esa posición no tardo en sentirla correrse en medio de un jadeo callado por mi boca, yo lo hago luego de unas cuantas embestidas más porque ver y sentir su orgasmo es tan placentero que me hace tener el mío propio. Caigo sobre su pecho, mientras trato de recuperar la respiración normal. «Joder cada vez es más intenso» pienso deleitándome en sus manos sobre mi cuerpo, esta vez en mi nuca—. Me gusta cuando siento como te corres dentro de mí —afirma de pronto al acariciar mi cabello.

—No digas esas cosas ahora, todavía está vigente esto y podemos tener un segundo round mañanero —se sonríe cuando suena la voz del sistema de comunicaciones, pide a los Comandantes reportarse en la superficie de un punto de encuentro cercano, entonces la beso una última vez para salir de su interior y empezar a vestirme, así como ella también lo hace, entonces abre un poco la puerta para asegurarse de que no hay nadie y corre hacia la habitación escogida en el otro pasillo.

Nos encontramos de nuevo un rato después en el cuadrado principal junto a otros soldados quienes se pusieron en pie apenas escucharon la comunicación, aunque miran de más a Krystel y se susurran.

—¿Tengo un letrero de "mírame" cosido a la ropa? —salta ella molesta ante eso mismo—. ¿Qué mierda miran tanto? —en ese momento aparece Isabella acomodándose el cabello y la ropa y la ve, enseguida corre hacia nosotros.

—Krys, tu sostén, no tienes —susurra, así ambos nos sorprendemos—. Vamos te acompaño y ustedes ¿Nunca habían visto un puto pezón? ¿qué tanto tienen que hablar, mierda?

—Oiga, usted es una Praetor no una ETAN, no puede hablarnos... —empieza un soldado indignado, ella voltea como el exorcista para verlo casi como si pudiera matarlo, si pudiera sacar dagas, su arma blanca favorita, lo tendría hecho almohadilla de costurero, lleno de agujas.

—¿Cállate imprudente, ¿sabes quién es? —grita alguien tras él y le empuja, pero el chico niega con la cabeza—. Es la Vípera Carmesí, no le pusieron así porque suena bonito.

—Lo siento... —se disculpa viéndola de arriba abajo como si quisiera reconocerla y traga en seco.

—¡Sólo dejen todos de mirar! —espeto con celos de que la miren con ese deseo en sus ojos porque las mujeres cuchichean y los hombres se la comen con la mirada, yo sí tengo poder sobre ellos—. Ella tiene razón, ¿nunca habían visto una mujer sin sostén? Trogloditas.

—Permiso, mi Comandante.

—Vaya tranquila —el problemilla es que no pueden verla entrar en mi habitación porque nos delataríamos, entonces escucho que Isabella susurra, por eso sólo escucho yo, pues los demás están más lejos formados.

—Encontré tu sostén —señala hacia dentro—. ¿Esta no es la habitación del Comandante? —escucho que le pregunta, apenas y la escucho, el silencio de Krystel lo dice todo.

—Tú tranquila, no te avergüences conmigo, yo tampoco usé mi habitación...sólo háblame normal —le tranquiliza entonces saca su móvil y empieza a jugar con él "distraídamente" dándole vueltas entre su dedo medio y pulgar hasta que sale disparado hacia la habitación, entonces se lamenta de forma falsa para entrar y recoger el sostén, esconderlo bajo su ropa y caminar ahora sí a la habitación de Krystel, aun dándoles la espalda a los demás.

—¿Qué hacemos los demás, Comandante? —pregunta Valeria, tiene los ojos enrojecidos como si hubiera llorado toda la noche y empiezo a sentirme culpable, un poco al menos, deberé hablar con ella.

—¿Alguno de ustedes es Capitán de Brigada? —todos niegan con la cabeza sin excepción—. Entonces quedan a mando de la Capitana Sánchez, todo será mediate ella, aunque no creo que sea necesario, en cualquier caso regresaré o podremos subir de nuevo, mantendré comunicación por los teléfonos fijos internos, en eso regresa Krystel, quien lejos de estar avergonzada como algunas se ponen sin razón alguna porque es natural y normal, está furiosa—. Capitana, queda a cargo de todo, estableceré comunicación según me informen.

—Está bien, Comandante —comenta en voz alta, pero susurra entre dientes "Cuídate"

Voy al ascensor para regresar a la superficie por fin, un poco más y me subo por las paredes. Una vez fuera hay un campamento montado, carpas de vacunación, zona de cuarentena lejos del edificio, triage y de todo, pregunto qué pasa y me dicen que al parecer el agente biológico pudo haber infectado incluso antes de ser abierto por los soldados involucrados. Toda la zona es roja ahora mismo, nadie autorizado debe pisar ese sector, por fortuna sólo son edificios administrativos, ni la Unidad táctica aérea está por ahí, aun así había muchas personas expuestas. Voy al punto de encuentro con rapidez donde está el General Reyes ordenándonos hacer un círculo alrededor de los agentes del Comando Médico Praetor para informarnos.

La situación está jodida por los cuatro costados, no sólo fue un sobre, sino varios, el enfermo supo investigar a quienes infectaría incluida su familia, los sobres que llegaron fueron abiertos con confianza al venir rotulados por "correspondencia de familia" quince en total en varias edificaciones, entre ellos el departamento de inteligencia, con la tecnología de reconstrucción, reconocimiento de rostros, en fin, todo lo relacionado con ello, es como dejarnos ciegos y no es coincidencia, esto es pensado rigurosamente, nos quiso dejar jodidos en ese sentido.

—El agente biológico ha podido infectar alrededor de seis edificios, aunque más concentrado en inteligencia, tanto en superficie como en subterráneo, todo está en zona de cuarentena y se quedará así hasta estudiar esto, por fortuna el CMIQ nos apoyará.

Y esa es la razón para dos milicias hermanas, complementar los espacios vacíos una de la otra, por ejemplo, somos antinarcóticos, ellos no tienen sino Operaciones Especiales, nosotros tenemos Operaciones Marítimas, ellos Comando Médico y de Investigación Química, en fin, eso a grandes rasgos, nos apoyamos como una sola en realidad. Allí mismo nos reordenan a edificios de oficinas, de este lado de la barrera, pero no son muchas, a mí me asignan una de primero por ser el Comandante del Grupo Élite, luego de terminar de dar las instrucciones con respecto a eso, empiezan a explicarnos, este agente biológico ha deteriorado a los huéspedes de manera significativa en pocas horas, aún están en estudios para saber de qué está hecho, pero es rápido y al parecer letal, rotan fotos de los afectados, venas resaltadas, piel pálida, ojos saltones y según dicen, fiebre de cuarenta grados.

Tienen alucinaciones por esta, algunos, los más afectados, han escupido sangre por pequeñas hemorragias internas, aunque lejos del parea médica hacer estudios se complica, sólo han logrado algunas ecografías y otras cosas que no entiendo porque no presto atención, mi móvil suena con una llamada de Paulina, pero con el General aquí no puedo interrumpirlo, además mi batería está casi muerta, por eso le envío un texto de vuelta para calmarla y que la llamaré luego.

—El Cuerpo Élite se trasladará a la base Praetor para mayor seguridad, quienes estén infiltrados en Mazatlán nos acompañarán y allí se harán las nuevas planificaciones, de igual forma algunos refugiados con morbilidad elevada, el avión saldrá mañana a las quince horas, así podrán empacar lo necesario pues será hasta nuevo aviso, como saben la base es completa en todo sentido, así como esta, no les faltará nada. Las personas bajo tierra pueden salir a buscar sus cosas, pero por seguridad, deben volver hasta la salida del avión, comuníquenlo o envíen a alguien.

Eso es lo último que dice pues hasta ahora sobre el ataque se sabe muy poco, mientras no salgan los análisis, así nos dispersamos, yo voy de regreso al acceso de seguridad para bajar e informar lo sucedido, así como las noticias, por fortuna LADIVCOM está cerrado por supuestas remodelaciones, fue de pronto, sin previo aviso y por eso no podremos seguir en la infiltración hasta dentro de tres semanas según ellos, eso me suena a pantomima para hacer cosas ilegales dentro sin soplones. Una vez estoy abajo todos están en el cuadro de la estancia sentados donde localizo a Isabella, Isaac y Krystel, los dos primeros muy juntitos, ellos levanta la mirada y les llamo, mientras informo las noticias del traslado y los movimientos, pero no del ataque.

Se lo contaré a los Brigadieres y soldados, porque no quiero generar pánico, pues si quien debería manejar la situación no sabe qué pasa ¿qué futuro puede haber?

Krystel me alcanza al pie del ascensor para ayudarme a guiar a los demás y eso me crea un cosquilleo en el estómago al cual reacciono mal, todo esto me esta haciendo bajar la guardia y no me gusta en realidad, siempre debo estar en control de todo, pero ella me hace perderlo en todo sentido, de pronto me pregunto qué me pasa ¿en qué momento he dejado pasar todo esto?. No sé porqué me ha entrado de repente una mala leche por pensar en eso.

—¿Todo bien, Klaus? —pregunta cuando queda solo un grupo de personas, pero sin soldados que nos puedan delatar.

—¿Por qué? estoy de maravilla, un ataque a la base, una pausa en la infiltración, escondernos como ratas bajo tierra, sí, estoy excelente —hace una cara de indignación y viene su ola de orgullo como el mío.

—¡Jódete, Klaus Roux, vete a la chingada! —espeta al intentar subirse al ascensor, pero en el último momento la tomo del brazo y la saco, asegurándome de cerrar las puertas antes de soltarla—. ¡¿Qué quieres?! Es claro que estás de mal genio, déjame alejarme en vez de hacer un problema por tu grosería. Trato de ser la madura de los dos.

—¿Cómo dijiste de a dónde me voy a ir? —pregunto entre dientes, esto es culpa mía y de mi inestabilidad, no de ella.

—A la chingada ¿te doy el GPS? Digo, para que no te pierdas... ¿esto será así? Primero follamos muy bien y no pasan ni tres horas cuando te pones a renegar y ser el Comandante Roux. , ¿pasa algo más?

Pide el ascensor casi dejándole un agujero al botón.

—La verdad sí y tiene que ver contigo, pero no te diré nada, sólo necesito alejarme, es una fortuna que no sigamos en el piso de Mazatlán —suelto y se ve herida, he logrado hacerle daño— Vete ahora, te buscaré luego.

—No, no estaré a tu disposición porque no funciono así —escupe entre dientes cuando las puertas se abren, debería ir con ella, pero prefiero ir solo. Unos minutos después ya he subido yo y voy a la oficina habilitada en esta parte de la base, por ahora deberemos trabajar en oficinas provisionales acomodadas en un solo edificio de la zona residencial donde se hacen los trámites de la solicitud de casas, pisos, o refugiados. Claro, tiene cinco pisos, por ello sólo los más importantes tendrán una oficina, la mía está en el último piso, de las más cómodas.

No tardo en estar allí para reubicarme y saber qué hacer, llamo al Brigadier Falcon para ayudarme pues necesito ver cámaras y saber lo que sucede en la zona roja pues está restringido el acceso físico, pero lo que veo me pone la piel de gallina, camillas fuera de los edificios, soldados con líquidos, algunos han vomitado sangre, se ve la mancha, otros lo hacen en este momento y se ven pálidos incluso desde el lugar de la cámara, las pruebas para ántrax han sido negativas a pesar de que fue un polvo pulverulento típico de los ataques de ese tipo, por ello el CMIQ apuesta por un agente biológico parecido a la Quimera 18 de La Triada, aunque más efectivo, este mismo actúa en cinco días, en cambio este ha dejado deplorables a todos en ocho horas, no quiero saber qué pasará en veinticuatro. Soldados y agentes del CMIQ van y vienen de forma constante en un intento de cubrirlo todo, pero con trajes especiales.

La zona está convertida en una enfermería militar junto a un campo de guerra, pero sin amputaciones o balas, con un bicho de los cojones imperceptible para el ojo humano regándose como pólvora. En el interior todo esta siendo sellado, en distintos pisos hay agentes con trajes en la tarea y en lo que me parecen las oficinas donde estuvo el paciente cero de cada correspondencia, le ponen un rótulo color rojo sangre de "Contaminado", mientras revisan lo demás, todo ahora es cuarentena y zona prohibida para ingreso a otros. Esperamos haber contenido la oleada de contagios, pero nunca se sabe, por eso se harán pruebas de sangre, se toman las muestras y se procesarán en la base Praetor en sus sótanos de Investigación Química.

Isaac se ve preocupado, él por su contagio sabe de qué habla, de cómo se siente y sobre todo las consecuencias en el cuerpo, aunque si es diferente a La Quimera, deben ser síntomas y repercusiones diferentes, a ratos el Brigadier pone la mirada en mi cuello, pero no dice nada, ni una risa tampoco, aunque no le pongo atención, entonces llega Gustavo y el Brigadier se marcha.

—Vaya, estuviste ocupado —se ríe—. Y que pruebita te dejaron.

—¿De qué coño hablas? —espeto al encender un cigarrillo, no estoy de humor para tonterías en realidad.

—Lo diré directo entonces, ¿Con quién te revolcaste? —pregunta Gustavo con risa—. Te han dejado un chupetón en el cuello.

—No es cierto —me reviso, pero no alcanzo a ver esa zona, así que voy al baño para comprobarlo, allí lo recuerdo, Krystel me mordió fuerte en la mañana y aunque normalmente estaría furioso, dejarla hacerlo es otra excepción—. Carajo, es grande.

—Parece que la faena estuvo buena —se burla, mientras come su maní, espero no sospeche quien es—. Y si no estás en modo histeri-Klaus significa que la quieres. La última vez en donde te vi así fue con María y de eso han pasado cuatro años.

«Créeme, Krystel y María no se parecen en nada, una de ellas es arrasadora como nadie más»

—Pues... pues... ella y yo...

—¡El Leviatán tartamudeando, no me jodas! —exclama poniéndose en pie como si lo celebrara—. Exijo conocerla, aunque sea de lejos.

—No la conocerás... todavía —espeto con más seguridad, haber tartamudeado me va a costar días de burlas, aunque estoy tan de buen genio que no me importa—. Y no me jodas.

—Pero cuenta, cuenta, ¿cómo es?

—¿Cómo es quién? —pregunta Tomás al entrar, trae su cara de chisme entero o muerte.

—Klaus tiene un jodido chupetón, no está histérico y tartamudeó cuando le pregunté por ella.

—¿La quieres entonces? —revisa mi cuello, aunque me quito casi enseguida, él también me conoce muy bien, maldita sea—. Venga, cuenta cabrón.

—¿Por qué quieren estar en el ajo todo el tiempo? ¿no tienen nada mejor que hacer?

—La verdad no, disfrutamos estar aquí ¿no Gus? —se sienta Tomás con parsimonia—. Y hasta que no nos cuentes, no sacaremos nuestro culo de aquí.

Eso no es posible porque la novia de Gustavo lo llama y no escucha muy bien, por eso debe salir a buscar señal.

—Yo sí sé con quién estás —dice Tomás con diversión—. Con la mujer de Montemayor.

—¡Ella no es la mujer de Montemayor! —gruño de mala leche y él levanta las manos echándose a reír. Esa frase me hace hervir la sangre porque imaginarla en sus brazos me patea como un corrientazo de arma de electrochoque, joder, me jode bien, sobre todo al pensar que cuando él venga, Krystel debe fingir estar bien con él para evitar sospechas.

—Entonces sí es Sánchez... ¿Desde hace cuánto? Y sé honesto.

—¿Si soy honesto prometes cerrar la puta boca?, Gustavo te escuchará y no estoy para regaños.

—¿Le tienes miedo? —se burla otra vez—. Y lo prometo, sabes que siempre te guardo los secretos.

—No tengo miedo, sólo quiero evitarme su cátedra de domingo a medio día —escupo—. Y con Krystel, bueno, primero fue sólo sexo, pero algo cambió en el camino, ahora lo intentamos como una pareja normal, ¿contento? Ahora déjalo por la paz.

—¿E Ivanna? ¿tienes dos mujeres ahora?

—Terminé con Ivanna, quiso pasarse de lista con Paulina, se metió a la casa a sacarla para meterla en esa mierda de internado con documentación falsa, se la estaban llevando a las malas cuando Antoine llegó y como de costumbre la lio parda, le disparó a quien tenía sujeta a Pau, se cagó en los muertos de Ivanna y la echó para siempre de nuestras vidas.

—Gilipollas ¿por qué no me habías contado? —espeta molesto dándome un calvazo al tomarme desprevenido—. Y lo de Krystel, me parece tan raro en ti ¿por qué lo haces? Tienes reglas a la hora de trabajar, además de la edad, tiene ¿Veintiséis?

«Tiene razón, jamás en mi historia en la milicia me he metido con una subordinada»

—Casi veintisiete, de hecho, pero ¿y qué? ¿te parece mal?

—No me malinterpretes, me alegra, tu relación con Ivanna te tenía como una fiera sin cadenas todo el tiempo, en cambio ahora te veo tranquilo, sereno ¿es por ella? —me ha pillado el cabroncete, más porque me sonrío un poco sin poder evitarlo—. Ya estás, claro que es por ella.

—Bueno sí, es todo lo contrario a Ivanna, incluso traté de hacerla caer, le ofrecí cosas costosas y no las tomó, puse el servicio a sus pies y no lo usó de más —exclamo para caminar a la ventana a ver si la veo, eso me gustaría, pero este lugar es grande, quién sabe dónde estará—. Me encanta esa cría con su descaro y me importan dos cojones y medio Montemayor, ya han terminado, que lo acepte.

Quiere contestar, pero Gustavo vuelve y no es que no confíe en él, pero es muy de hacer lo correcto y esto no está del todo bien, por ello prefiero mantenerlo al margen, aunque tarde o temprano todo saldrá a la luz sin remedio, para ese momento ella y yo habremos averiguado si queremos seguir como una pareja formal, aunque no sé si podremos con la distancia, en caso de no mudarse uno, aunque no sé porqué pienso en maricadas si apenas lo intentamos. Gustavo insiste, así que le hecho la culpa a la primera que se me ocurre: Valeria

«Perdóname»

El parece estar de acuerdo pues de verdad es muy evidente su interés hacia mí, aunque ahora se creará un chisme aunque le pido cerrar la boca, ni siquiera decirle "Klaus te quiere" porque la liaría parda por completo si la tengo creyéndome interesado, además Krystel se pondría como una fiera, lo sé.

—Ana María está desesperada —comenta Tomás con un poco de fastidio, su esposa es muy buena, pero le duele estar sola, cuando él debe viajar está muy triste, no come, apenas bebe y se nota demacrada, porque está apegada a Tomás, ella sufrió abandono de su padre como en otras ocasiones, se apega mucho a su esposo—. Y llevamos poco aquí, faltan incluso meses ¿qué haré? Volver no puedo.

—Si quieres trato de tramitar algo, pero te necesito aquí.

—Lo sé —me responde—. Mejor ¿Me ayudarías a conseguir permiso para traerla? No se me ocurre qué más.

—Yo te lo consigo, descuida, en dos días lo tendrás —le respondo con seguridad, me agradece porque de verdad es un alivio y será bueno ver a Annie. En eso una alerta suena, me convoca con los Brigadieres para nuevas órdenes, por ello salgo con los dos para pronto salir del edificio, pero, cuando quiero girar para irme veo algo que me revuelve las tripas: Ángel se acerca a Krystel y la besa, pero lo peor, ella lo deja.

Quiero destripar a ese cabrón gilipollas y un día lo haré.

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