Capítulo 13
Historia Original de chanchanchan12
Espero que les guste este capítulo.
Y si no les gusta se respeta .
UP
Ahora era yo quien se
encontraba en la misma
situación.
Besé a Toey para calentar el
ambiente. Agregarle una
cuota erótica y poder salir de
la tensión, donde uno no sabe
bien qué reglas seguir ni cuál
rol jugar.
Gulf estaba catatóníco cuando nos vió. Sería al que más costaría hacerlo entrar en clima.
Pero el más importante, el
profesor, se acercó hacia
nosotros. Formamos, con
nuestros cuerpos, una especie de triángulo.
Mew se dirigió hacia mí y me dio un beso. Fue apasionado, pero no bruto.
Lo necesario como para encenderme y hacerme saber
que él sí había picado el
anzuelo.
Luego lo besó a Toey, quien
aunque con más cautela, tampoco tuvo reparos en
devolverle el gesto.
-Inclúyelo -me indicó,
señalando con la mirada a Gulf.
Dejé que Mew y Toey se
enrollaran en aquel beso,
mientras me dirigía a Gulf,
quien sentado en el sillón,
parecía apreciar la escena
hipnotizado.
Le extendí la mano para que se levantara.
Por suerte, la aceptó sin mayor resistencia.
Cuando se puso de pie, lo tomé de la cintura y me acerqué hacia su oído.
-Relájate -le propuse. - Tienes que disfrutar de esto.
-Me quedé sorprendido por el beso que se dieron -me comentó. -¿Toey y tú
estuvieron jugando sin mí?
Me dio risa su reproche
disfrazado de incógnita.
-También tú y yo jugamos en mi baño, ¿no lo recuerdas? -le dije.
-Pero no me imaginé que
habías jugado con él también.
-Estábamos tan nerviosos como tú -confesé. -Y decidimos romper el hielo.
Por su rostro, noté que mi explicación no le fue suficiente. ¿Acaso estaba celoso de haber quedado fuera de nuestros experimentos previos?
-Esto es muy raro.. -me
murmuró, mirando a nuestro
profesor compartiendo saliva
con nuestro amigo.
-Sabíamos que iba a ser raro -le recordé, -Por eso, es
mejor si te relajas e intentas
disfrutarlo.
-Ayúdame.. -me pidió.
Sólo sabía que había una forma de colaborar con la
causa. Puse mi mano derecha en su mejilla y lo acaricié. Me
miró suplicante, ¿o acaso
entregado?
No supe interpretar su deseo,
pero, por las dudas, me acerqué hacia sus labios y le
dió un beso.
Si besar a Toey dos días atrás me había parecido, contra mi voluntad, un momento erótico, hacerlo con Jin tenía un plus mucho mayor.
Gulf, mi amigo ultra católico, el niño de mamá y papá, un gran proyecto de macho alfa, estaba.dejándose besar por otro hombre.
Cerró los ojos y se dejó guiar
por mí.
Poco a poco, recordó que
también poseía brazos y se
aferró a mi cintura.
Los besos comenzaron a
aumentar su potencia y su
violencia.
Descendí mi mano hacia su
entrepierna, para descubrir que estaba haciendo un buen
trabajo. Su polla ya estaba dura por debajo del pantalón.
-Creo que tú y Toey tienen
que darse la oportunidad de
conocerse de esta manera
también -le propuse.
Miramos a nuestro tercer
amigo. Tenía los brazos alrededor del cuello del profesor, mientras el hombre
tocaba sus nalgas.
Todo era muy surrealista, sin
embargo estaba pasando y era algo excitante.
-Ven conmigo -le dije a Gulf,
tomando su mano.
Nos acercamos hacia los dos
hombres. El más grande se
apartó de Toey en cuando nos aproximamos, observándonos con lujuria.
-Mis dos amigos necesitan
romper el hielo también -le expliqué al profesor. -Ellos todavía no tuvieron la
oportunidad de acercarse
íntimamente.
Empujé, con sutileza, a Gulf
hacia los brazos de Toey. Desde allí podía sentir los latidos del corazón acelerado de ambos.
Toey lo miró sonriente,
invitándolo a cruzar juntos
aquel puente.
Se miraron, dudando sobre
quién lo iniciaría primero. Por fortuna, Toey fue más rápido.
Se acercó hacia Gulf y lo besó, atrayendo con sus brazos el cuerpo del muchacho asustado.
En otro momento, me hubiera parecido bizarro. Pero en ese instante, era el beso más candente que había visto en mi vida.
Mew, el profesor, se acercó hacia mí y se colocó a mi espalda.
-¿Hace cuánto que son
amigos? -me preguntó.
-Desde la escuela primaria - le contesté.
-Es la primera vez que
experimentan esto, ¿no?
-Sí -respondí. -Y no me está pareciendo tan raro como creí.
-¿Te agrada?
-Mucho -dije, sin pensar.
-¿Por qué no te unes a ellos? -me propuso.
-¿Cómo?
-Se están besando tus dos
mejores amigos -me indicó.
-¿Por qué no aprovechan para besarse los tres?
Decidido, acepté la idea sin
responderle.
Me puso detrás de Gulf,
tomándolo de la cintura y
atrayendo su cola hacia mi
entrepierna. Entre Toey y yo,
lo cubrimos como si fuéramos un emparedado que nuestro profesor iba a devorar en cualquier momento.
No daba más de las ganas de
que empezara a volar la ropa.
Gulf se movió un poco al
costado, dándome lugar para
participar del intercambio de
besos.
Las bocas y las lenguas de los
tres comenzaron a mezclarse.
Sentí que era una hermosa
forma de hacer perpetua aquella amistad que nos ha
unido desde la infancia.
Fue entonces que decidí
liberarme.
Si mis dos amigos estaban
nerviosos y, por ende, torpes a la hora de desenvolverse en el acto sexual, yo al menos iba a disfrutar aquella experiencia única.
Tenía deseos de volar.
No podría asegurar lo que voy a decir, pero creo que en
un determinado momento, el profesor disfrutaba más como espectador que como participante. O quizá estaba
esperando analizar nuestro
desenvolvimiento para
decidirse a actuar. Como fuera, de todas maneras no
dejaba de ser una examen.
Uno de los mejores exámenes
que rendí en mi vida.
Como estaba decidido a
dejarme llevar, me quedé en
bóxer y me tiré sobre el sofá.
Mis amigos me imitaron. Era
obvio que estaban esperando
que alguno lo guiara.
Toey estaba cerca de mí, así que le guiñé un ojo y le hice un movimiento con la cabeza para que se acercara.
Puso su entrepierna cerca de
mi cara. Su verga se notaba
erecta debajo de la tela del
bóxer.
La olí. Un aroma dulce que
me hacía recordar que era la
misma herramienta que dos
días atrás había entrado en mi interior.
-La quieres de nuevo? -me
preguntó Toey.
Lo miré con diversión. Esa
clase de comentarios me
indicaba que se estaba soltando. Era bueno.
-¿De nuevo? -preguntó el
profesor.
-Sí -respondió Toey, mirándolo como si fuera su cómplice. -Hace unos días, usé la colita de Up para practicar.
-Y me dejaron afuera -
comentó Gulf.
Suppasit se rió por la escena.
-¿A ti también te hubiera
gustado usar mi trasero? -le
pregunté, para encenderlo.
-Pues claro, hombre -me
dijo. -Tienes mejor trasero
que muchas mujeres que
conocemos.
Aquello me puso a mil. De
repente, comencé a desear que esos tres hombres que
me rodeaban me utilizaran.
Que dieran rienda suelta a sus impulsos con respecto a lo que les generaban mis nalgas.
Seguí besando la verga de Toey por encima de su envoltura de tela, mientras que Gulf, aparentemente sin decidirse cómo actuar, optó por hacer lo mismo con mi entrepierna.
Como yo estaba acostado, el
muchacho se inclinó sobre mí y comenzó a besarme la polla con suavidad.
Toey acariciaba mi cabeza pero también lo hacia con la de Gulf, como un símbolo de unión afectiva en donde el
profesor estaba limitado a ser
el espectador.
-¿Le gusta lo que ve, profesor? -le preguntó Toey.
Como era el único que tenía
la boca libre, me pareció correcto que fuera quien
liderara el asunto. Una actitud extraña para venir de él, quien siempre fue el más reservado a la hora de guiar.
-Me gusta, por supuesto -
comentó el hombre.
-¿Cómo quiere divertirse? -
disparó.
El hombre sonrió.
-Me estoy divirtiendo, Toey -contestó. -¿Ustedes?
-Estoy pasando el puto mejor momento de mi vida -
respondió mi amigo.
-¿Por qué no me cuentas qué sentiste cuando te lo cogiste a Up? -le preguntó.
Miré a Toey, incitándolo a
contestar con la verdad.
-Sentí que su trasero estaba
preparado para recibirme -le
respondió. -No le costó mucho dilatarse. Le entró rápido. Para mí, no fui el primero.
Mew se rió por la ocurrencia de Toey. Yo comencé a quitarle el bóxer a mi amigo.
-¿Ah, no? -preguntó el
profesor.
-Además, tiene el trasero
depilada -continuó Toey.
-Él dice que es por las chicas
-fue Gulf el que aportó a la
charla. -Pero yo también creo que lo hace para los hombres. Y, tengo que agregar, es un buen mamador de culos.
El profesor miró a Gulf con
asombro.
-¿Te ha mamado el culo? -
preguntó.
-Y lo hizo de maravillas -dijo Gulf.
-Eso es injusto -comentó
Toey. -A mí no me lo mamo.
-Bueno, creo que podemos
remediar eso, ¿no, Up? -me
preguntó el profesor.
Asenti, deseoso de que hicieran conmigo lo que
deseen.
No sé por qué estaba siendo el punto para romper el hielo
pero no me molestaba en lo
más mínimo.
Toey se apartó de mí para
ponerse a la altura de mi cara.
Se bajó el bóxer y tuve ante
mis ojos su trasero moreno y
lampiño.
Se sentó sobre mi cara y mi
lengua comenzó a hacer su
trabajo.
Su gusto era fuerte, pero nada desagradable. A diferencia del trasero de Gulf, Toey se encontraba todavía demasiado cerrado como para disfrutar de los placeres de tener una lengua allí.
No impedía, de todos modos,
que gimiera.
-Hijo de puta, lo haces bien -me alentó.
Sentí que Gulf se había apartado de mi entrepierna
pero no podía ver qué estaba
por hacer a continuación.
Yo preferí concentrarme en la cola de Toey.
-Tienes que relajarte -le dije. -Te juro que no te va a doler. Al contrario. Te gustará.
Aceptó mi consejo, porque dejó de contraer su ano.
Finalmente pude sentir que mi lengua estaba entrando dentro de él.
-Aaaahhhh... . gimió. - Ahhh... Me gusta.
Tomé su cintura con mis
manos y lo alenté para que se
levantara y se volviera a sentir sobre mi lengua, lentamente.
Toey entendió la orden,
haciéndolo repentinamente
con mucha agilidad.
-No puedo evitar sentirme
una puta -me confeso, en voz
baja.
Se movía como una, era para
reconocer.
Toey siempre fue flaco, por lo que la posición en la que lo obligaba a ponerse para poder darle ese beso negro, lo hacía parecer con la sensación de que en realidad estaba cabalgando una polla.
Mi amigo salió de encima mío
y yo pude volver a cobrar la
visión sobre el panorama que
había en casa.
A unos metros míos, pude ver
que estaba haciendo Gulf y por qué no continuó su trabajo en mi entrepierna.
El profesor lo había agarrado.
Nunca pense que ver a Gulf
mamandosela a un hombre,
sería una imagen erótica para mi, pero ésta lo era.
El profesor se había quitado
ya su camisa y tenía los
pantalones en los tobillos.
Su ropa interior gris colgaba a mitad de camino entre su cintura y sus rodillas. Y nuestro amigo le proporcionaba una mamada
épica.
Mew nos miró, insinuante,
como festejando lo que estaba recibiendo.
-La primera vez lo hizo mal,
pero me da gusto ver que
aprendió -nos contó.
Gulf permaneció inmune al
comentario. Mamaba esa
polla como si fuera el regalo
que estuvo esperando durante mucho tiempo.
No pude evitar incorporarme e ir hacia ellos. Noté que Toey me seguía, como si quisiera verlo más de cerca.
Me agaché para quedar a la
altura de la polla de Mew, pero me concentré en el acto
que realizaba mi amigo. Era,
esta vez para mí, hipnótico.
Gulf me miró, sorprendido de
mi presencia cerca de él.
-Lo haces bien -le dije. -¿Te gusta?
Asintió, todavía con timidez.
Le acaricié el cabello como si
fuera un niño al que le tenía
que recompensar por una
buena nota. Gulf no fue inmune a mi caricia, porque sacó el miembro erecto de su boca y me miró.
En un gesto de amor apasionado y sin soltar la polla del profesor, se acercó
a mis labios y nos dimos un
profundo beso.
La lengua de mi mejor amigo bailaba con la mía.
Automáticamente se me vino
a la cabeza de las veces que
me he masturbado con videos de dos mujeres besándose. En este momento, nosotros dos éramos esas lesbianas.
Noté que Toey se arrodillaba
cerca de nosotros y sus manos comenzaron a recorrer nuestras espaldas. A paso lento, pero decidido, sus
dedos terminaron metiéndose por debajo de nuestra ropa interior.
Tomé la verga del profesor al tiempo que sentía que los
dedos de Toey iban llegando
hacia mi agujero. Supuse que
lo mismo debía estar sintiendo Gulf en aquel momento, porque se sobresaltó ante la sensación. No había visto a Toey detrás de él.
Aproveché ese momento de confusión para meter el
miembro de Mew en mi boca, todavía húmedo por la saliva de Gulf.
-Oh, vaya, vaya -dijo el
profesor, al mirar mi acción. -Parece que alguien quiere ser la puta de la noche.
Miré a Mew.
Tenía una sonrisa maliciosa en el rostro. Disfrutaba,
dominante, de tres jovencitos
que experimentaban con él.
Debía ser súper cachondo
estar en su lugar.
Y, tengo que reconocer, era
estimulante el lugar en el que
estábamos nosotros también.
-Ya dije que este culo es para disfrutar -corroboró Toey, al comentario anterior.
Sus dedos encontraron la
entrada a mi interior.
-¿Te gustaría que tus amigos
y tu profesor te cojan, Up? -
me preguntó Mew.
Saqué su polla de mi boca y lo miré.
-Claro que me gustaría -
respondí, -Quiero sentirlos a los tres.
-Tpey -dijo Suppasit. -¿Por qué no empiezas tú que ya lo hiciste antes?
-Será un placer -dijo, mi
amigo.
Con una violencia insólita,
Toey me empujó para que
cayera en la alfombra de mi
casa. Luego, desesperado
como si su alma dependiera
de ello, me quitó el bóxer,
dejando mi cola a la libertad
de esos tres hombres.
Tae derramó lubricante entre mis nalgas para dilatar. Hubiera querido que lamiera mi culo.
Además de que me encanta
la sensación, considero que
hubiera sido una buena
devolución de gentilezas.
De todos modos, no me quejé
de ello.
Tal como me lo han
mencionado, al parecer me
dilato con facilidad.
Sentí las piernas de Toey
alrededor de mi cintura, recostándose lentamente
sobre míy apuntando su
herramienta hacia mi ano.
Un instante después, la cabeza de su polla comenzó a buscar su entrada.
Me estremecí.
Sentí un escalofrío de placer
cuando el miembro de Toey logró encontrar su lugar.
Cerré los ojos por inercia.
Él se tiró sobre mí, quedando
su boca pegada a mi oreja.
-No te resistas, putita -me
dijo. -Sabes que esto es lo que quleres.
-Sí, es lo que quiero - consentí. -Cógeme, maldito.
-¿Te gustó como te lo hice, no? -me preguntó. -Si hubiera sabido que eras tan puta, te hubiera cogido tantas veces, Up.
Me calentaban tanto sus declaraciones, independientemente de si era
verdad o simplemente lo hacía para satisfacer la sensación del momento.
Mi polla erecta se refregaba por la alfombra, acompañando el movimiento
de su penetración. Al tener los ojos cerrados, el sentido del tacto adquiría potencia. Sentía que si continuaba así, iba a acabar pronto.
-Me hubieras dicho que me
tenías ganas -le respondí,
divertido. -Te hubiera
dejado.
-Porque te gusta la polla -me replicó.
-Me encanta la polla, Toey
contesté, decidido.
Pegué un pequeño grito
cuando entró por completo y luego comenzó a retirarla,
pero sin sacarla del todo.
Entraba y la retiraba con
facilidad, así que me dejé
llevar por aquella sensación
de placer.
Finalmente me acostumbré a
la sensación y volví a abrir los ojos. Me sorprendió descubrir que, unos centímetros cerca nuestro, Gulf y Mewestaban viviendo su propio encuentro.
Tengo que reconocer que la imagen que brindaba esa película fue altamente
llamativa.
Era Mew quien le chupaba
la polla a Gulf.
El profesor, de rodillas, estaba dándole una mamada a mi amigo.
Recordé que Prem me había
dicho que tengo un prejuicio
sobre cómo deberían ser los homosexuales y, honestamente, no puedo más
que darle la razón.
El hombre, tan musculoso,
masculino e imponente, estaba proporcionándole placer a mi amigo, que era mayormente paliducho, sin un abdomen destacable y de ninguna manera tenía la esencia de ser el macho dominante.
Gulf reparó en mi mirada y me dedicó una sonrisa cómplice.
-La está humectando para ti - me remarcó.
Sonreí.
Realmente iba a ser la puta de la noche.
Si me lo hubieran preguntado, jamás hubiera imaginado que estaría de acuerdo con semejante idea.
Sin embargo, en ese momento era lo que más deseaba.
-¿Tienes ganas de que Gulf
también te la meta? -me
preguntó Toey.
Cuando me hablaba al oído,
podía sentir el escalofrío que me generaba su voz
susurrante.
Pese a que estábamos teniendo una charla pública, parecía que era una conversación íntima. Sólo mi mejor amigo y yo, hablando seriamente sobre mi deseo de que mi otro amigo me la metiera.
-Sí, quiero que también lo
haga... -suspiré.
-Qué puta eres, Up -
comentó Toey.
Toey lanzó un gemido, señal
de triunfo.
Había acabado dentro de mí.
Salió de mi interior, sin
siquiera dedicarme una
caricia de aprecio. Me causó una especie de gracia interna sentirme como una mujerzuela utilizada.
-Te lo dejé lubricado -le dijo
Toey a Gulf.
-Entonces no debe costar nada -comentó mi otro amigo, sonriendo.
Lo miré por encima del
hombro.
Apreciaba mi trasero como si fuera un tesoro que estuvo
buscando por siglos. Ese
pensamiento me hizo verlo
como un pirata. Un hombre
hambriento de deseo carnal
que yo estaba por satisfacer.
Noté que Toey salía hacia el
patio, cigarrillo en mano y desnudo, dispuesto a ensimismarse. Salió de la
escena, como un actor cuyo
diálogo terminaba y no sentía interés en ver cómo continuaba la obra sin él.
Mew, por otro lado, al verme en aquella posición decidió intervenir. Se ubicó, miembro erecto en mano,
delante de mi cara.
Demoré unos segundos en
comprender lo que iba a pasar a continuación.
Dos hombres estaban por
entrar en mí uno por mi ano y otro por mi boca.
La imagen me provocaba una energía que jamás pensé que sería capaz de sentir. La
sensación de estar volando,
propiamente dicha.
Gulf fue menos paciente que
Toey. Si bien no fue bruto, no
demoró mucho en clavarme
toda su estaca entre mis
nalgas.
-Aaaahhhh -gemí.
Como recompensa, Gulf me dió otra palmada potente en mi nalga derecha.
El profesor me tomó del
cabello con suavidad pero
firmeza, indicándome que él
también iba a aprovecharse de mi situación.
Me metí su polla en la boca
otra vez.
Me dejé llevar por la situación de aquellos dos
machos apropiándose de mí,
haciéndome sentir una puta
con la que podían jugar como
quisieran.
¿Cuántas veces lo habré hecho con una mujer, estando en cualquiera de los dos roles que ahora ocupaban Gulf y Mew?
Jamás, pero jamás, me imaginé lo que se sentiría
estar en esa posición.
Y se sentía tan rico y
gratificante.
Gulf presionaba sus uñas en mi cintura, como si tuviera miedo de que me fuera a escapar.
Luego, se movía hacia fuera y dentro, provocando que
nuestras caderas choquen con cada impacto.
Yo gemía en murmullos,
disfrutando de aquel placer
que me brindaban.
Dios. Quería que no se
terminara más.
-¡Hijos de puta! -exclamó Toey, desde la puerta de casa.
Los tres giramos para verlo,
asombrado por el espectáculo, excitándose nuevamente.
Mew se rió en lo alto, aunque no tenía acceso para girar mi cuello y mirarlo a la cara.
-Ven, Toey -le dijo. -Creo
que tu amigo disfrutaría más
si ustedes dos están haciendo
esto.
Mew era un desgraciado.
Lo peor de todo, era que su
pensamiento fue acertado.
Toey caminó hacia nosotros, confuso. Todavía su pollaa no se había repuesto de la experiencia previa.
No obstante, se arrodilló también sobre la alfombra, al
lado de Mew.
Gulf, ajeno por completo a cualquier situación de a cualquier situación de
compartir, continuaba con su ritmo belico, entrando y saliendo de mí con pequeños
gritos de furia. Parecía que
estaba en su propia guerra.
Sin pedir permiso, me llevé el
pene de Toey a la boca.
Tenía el sabor de su néctar, el
que explotó en mi interior.
Y finalmente ahí pude comprender lo que significaba.
Mis dos mejores amigos de la
infancia me estaban cogiendo
al mismo tiempo.
Y a mí me encantaba.
-Qué linda imagen -dijo Mew, sonriendo. -Los tres
amigos juntos.
-Así debió ser siempre -lo
aprobó Toey.
-Este es un examen en donde realmente aprendieron cosas -
respondió el profesor.
No obstante, el encuadre
mágico no duró mucho.
Gulf, que no dió muestras de interesarse en la triada,
explotó en mi interior
profiriendo un bufido.
Salió de mi interior y se echó en el piso, agitado y transpirado, como si hubiera
caído de un agujero, valga la
redundancia.
-Supongo entonces que toca la prueba final dijo Mew.
Tomando mi cabello
nuevamente, me impulsó para que me diera vuelta y me tumbara de espaldas sin dejar de mirarme con lujuria, se fue hacia mi trasero y abrió mis piernas.
La última pollaa de la noche
estaba por entrar en mi
interior.
Mientras Mew vertía lubricante sobre su miembro, miré a mis dos amigos. Ya recuperados del éxtasis, eran testigos interesados en lo que me iba a suceder a continuación.
En un primer momento, la idea original era que los tres fuéramos las presas del
profesor y, no sé por qué, terminé siendo yo el único que les dio el culo a todos.
Claro que a esas alturas de la noche, no tenía sentido quejarme. La estaba pasando
de maravillas.
-¿Estás listo para sentirte
una putita de verdad? -me
preguntó Suppasit.
-Sí, profesor -le dije,
volviéndome a mirarlo. -
Enséñeme.
-Miren, chicos -les dijo a Toey y a Gulf. -Les muestro como se hace gozar a una puta como el amigo de ustedes.
Entró en mi interior y yo
proclamé un alarido.
No es que me haya dolido ni mucho menos, sino que verdaderamente el hombre
sabia lo que hacía.
Probablemente se debía a toda la experiencia que tenía con los hombres. O quizá el semen de mis dos amigos todavía en mi interior era un lubricante fabuloso, pero yo no sentí ni una pizca de dolor, sino que el placer me invadió hasta llevarme al borde de la locura.
Aprecié los movimientos del
profesor penetrándome. Era
una bestia. Una enorme y
musculosa bestia buscando la forma de complacerse
conmigo.
Noté que Toey le hacía alguna clase de seña a Gulf y le murmuraba algo por lo bajo.
No interpreté a qué se debía,
pero de repente los dos venían hacia mí.
Sus pollas venían hacia mi
boca.
Nuevamente, el profesor
dándome por detrás pasó a un segundo plano.
Mis dos mejores amigos
pusieron sus miembros en mis labios y comencé a lamerlos mientras me movía al ritmo frenético de Mew.
Ellos me observaban, entre
divertidos y lujuriosos.
-Qué puta resultaste -me
volvió a repetir Toey.
Mew lanzó un gemido profundo, deteniendo su mete y saca al instante.
Se desvaneció sobre mí y
finalmente yo me dejé abrazar por aquel cuerpo musculoso que había logrado que tres personas me poseyeran esa noche.
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