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CAPÍTULO 30

30

Tan solo el hecho de respirar hondo se sentía diferente a Seúl. La isla Jeju era un oasis dentro de lo que significaba vivir en Corea del Sur, o eso creía Jungbin, quien inmediatamente se encontró maravillada con la hermosa vista que se presentó ante sus ojos cuando decidió abrir las cortinas de la habitación del hotel que pertenecía al conglomerado que dirigía Namjoon. Tan solo ver desde su ventana el brillante y resplandeciente mar de color turquesa y las arenas blancas le hacían pensar que se encontraba en otro mundo.

Sin embargo, lo mejor no era encontrarse allí, en un paraíso alejado de toda su realidad, sino que encontrarse junto con Kim Namjoon.

La habitación era bastante parecida a la que habían utilizado durante la primera cena a la que él la había invitado, aquella donde la había castigado por haberse puesto celosa de An Jiwoo. Constaba de dos habitaciones, tres baños, una sala, un comedor y una pequeña cocina, casi como si se tratara de una residencia nueva que pudieran utilizar a su antojo. Y por un momento se sintió como si estuviera en un viaje de pareja en un destino romántico.

—Hoy debo resolver un par de cosas antes de la cena de mañana —le explicó Namjoon cuando llegaron a la suite.

Sus cosas ya habían sido llevadas allí por el personal del hotel, por lo que Jungbin inmediatamente pudo abrir su maleta para elegir qué conjuntos utilizaría. Todos habían sido aprobados por Hyorin cuando la había acompañado al centro comercial, cosa que le ayudó a Jungbin para sentirse más segura.

Era viernes por la tarde, el sábado en la noche se realizaría la celebración de Dios sabía qué, pues Jungbin todavía no estaba al tanto de los eventos de la empresa de Namjoon, y luego el domingo quedaría libre para que hicieran lo que quisieran. O eso le había prometido él. Y Jungbin tenía tantas ideas que no podía decidirse por un solo panorama.

—¿Debo quedarme aquí? —Preguntó, con los ojos brillantes.

Namjoon aplanó los labios, pero terminó sonriéndole, y se acercó un par de pasos para acariciarle con cuidado la mejilla.

—Ve a recorrer, pero ten cuidado.

Y así la dejó sola.

Aquella no era la idea que Jungbin se había hecho acerca de pasar un fin de semana con Namjoon en la isla Jeju, pero decidió que no debía desmotivarse. Se dio una ducha corta y se cambió de ropa al conjunto que le pareció más adecuado para salir a explorar: una camiseta de mangas cortas y una falda que le llegaba hasta los talones. Tomó una pequeña mochila y salió en dirección al comedor con la intención de llenar su estómago con algo.

Era cierto, se sentía en otro mundo, sobre todo en aquel hotel con temática polinésica que la hacía creer por instantes que se encontraba en Hawái. Probablemente era el lugar más fino en el que había estado alguna vez y quedó embobada al encontrarse en medio de los cientos de variedades de platillos que ofrecía el tenedor libre del comedor, pues ya era hora de la cena. Jungbin se acercó a observar, pero llegó a sentirse abrumada al no saber qué elegir.

—¿Necesitas un consejo? —Una voz sonó a su espalda y le pareció conocida—. Puedo ayudarte a elegir, si quieres.

Al girarse se encontró con una mata de cabello ondulado que se le hizo conocida. Había visto a ese joven un par de veces antes y la boca se le secó al darse cuenta de quién era. Él le regaló una pequeña sonrisa que no dejó mostrar sus dientes y señaló la barra que exhibía la comida.

—Los mariscos que cocinan aquí son los mejores que he probado en mi vida —dijo el chico, viéndola de reojo—. ¿Te gustan los mariscos, Jeon Jungbin?

Asintió torpemente con la cabeza. Jamás lo había escuchado hablar más de dos palabras seguidas y aquello la dejó descolocada.

—Entonces deberías probar aquel plato —señaló uno que a Jungbin le pareció lo bastante apetitoso—. Pulpo, mejillones, gambas... Es realmente delicioso.

—¡Oye! —Escuchó entonces una tercera voz—. ¡Creí que me esperarías para bajar! Me has dejado solo.

Seokjin se acercó con las cejas fruncidas hacia su hermano menor, sin darse cuenta de que Jungbin estaba parada a su lado.

—No seas maleducado —contraatacó Taehyung—, saluda a Jeon Jungbin.

Entonces el mayor se fijó en la chica que acompañaba a su hermano de cabello ondulado. Por un instante dudó y pensó en alejarse sin decir absolutamente nada, pero terminó por saludarla con un pequeño asentimiento de cabeza. Jungbin tragó saliva, sintiendo de pronto de manera muy brusca el cambio que su profesor había tenido con ella, pues últimamente ya ni siquiera la saludaba.

Taehyung arrugó el entrecejo, pero no dijo nada respecto a la poca educación que su hermano mayor estaba mostrando. En cambio, se giró hacia la chica, que tenía cara de querer salir corriendo y le dijo:

—¿Te gustaría cenar con nosotros?

Jungbin abrió la boca, quizás para decir alguna excusa, pero no logró decir nada.

—Está bien —respondió finalmente.

Eligió el platillo que Taehyung le había recomendado y los siguió hasta una de las tantas mesas del comedor en donde comieron en silencio por un par de minutos. Todo de pronto se había vuelto tan incómodo que lo único que la chica quería era terminar de comer rápido y volver a su habitación. Las ganas de explorar habían desaparecido y sólo quería meterse debajo de las mantas de su cama.

—Creí que ustedes eran amigos —dijo el hermano menor de pronto.

Jungbin levantó la cabeza hacia Seokjin, quien pareció no sentirse aludido con aquella frase. Era cierto, hacía un tiempo se llevaban muy bien e incluso había sido él quién había establecido la conexión entre Jungbin y Namjoon. Sin embargo, luego de ciertos encuentros entre los hermanos Kim, Seokjin se había alejado completamente de Jungbin.

—Pues a Namjoon no le parece bien —se limitó a responder el mayor, sin levantar la vista de su plato.

—No creí que le dieras tanta importancia a lo que dice Namjoon.

Jungbin se sentía un poco fuera de lugar en aquella conversación, aunque se tratara de ella misma. Miró a ambos, Taehyung levantaba ligeramente las cejas, pero Seokjin había aplanado los labios, luciendo enfadado con la situación.

—Sólo no quiero problemas, Tae —respondió.

El menor desvió la mirada hacia Jungbin, quien se había encogido en su lugar para intentar terminar de comer lo más rápido posible.

—¿Y cómo te sientes tú con eso, Jungbin? —Preguntó.

La chica dejó el tenedor a medio camino, quedándose congelada con aquella pregunta, pero no logró responder nada porque Seokjin se adelantó, levantando la voz y llamando la atención de la gente que estaba alrededor.

—¡No vengas a hacer esas mierdas aquí! —Miró a su alrededor y se acomodó el cabello antes de seguir hablando, pero ya en un tono más bajo—. No necesitamos al psiquiatra Kim Taehyung en este momento, haces que todo sea más incómodo.

Jungbin dejó su tener sobre el plato, ya había pedido el apetito al pensar en cómo le hacía sentir que Namjoon no quisiera que ella y Seokjin estuvieran cerca. Era cierto, ella también se había alejado de él. Ambos lo habían hecho. Y ya podía darse cuenta de que le echaba un poco de menos.

—Yo... —Musitó, sin saber si es que era o no lo correcto—. Me gustaría que las cosas volvieran a ser como antes entre nosotros.

—Quizás no sea posible mientras estés con Namjoon —soltó Seokjin.

—Él no tiene por qué enterarse —murmuró Taehyung.

Seokjin ahogó una sonrisa y negó con la cabeza.

—¡Eso no es correcto! ¿Le das ese tipo de consejos a tus pacientes, Taehyung?

El menor se encogió de hombros y respondió:

—Creí que no necesitabas al psiquiatra en este momento.

—Sin embargo —intervino Jungbin, mirando fijamente su plato—, no me gustaría mentirle a Namjoon.

Seokjin levantó ambas cejas al notar el cambio en la chica. No había sido un par de semanas atrás cuando ella aún le llamaba "señor Kim" y en aquel momento lo llamaba por su nombre de pila. Eso podía significar muchísimas cosas, pero se quedó un poco más tranquilo al pensar que Jungbin jamás cometería el error de pasar a llevar su confianza. Ella misma estaba diciéndolo: no quería hacer cosas a escondidas de Namjoon, y eso podía ser porque quería mantener aquella confianza que él había depositado en ella.

Por un segundo se preguntó qué tanta libertad le daba él como para que Jungbin lo llamase por su nombre sin temer a las consecuencias. ¿Sería que por fin había sentado cabeza? Aquello era una de las cosas que quería para su hermano, pues sabía que le hacía falta aquel pilar de apoyo que hacía tiempo había decidido dejar atrás. En parte, era culpa de Seokjin. Y el hecho de que Jungbin estuviera enredada con Namjoon también era culpa suya, se había dejado vencer por las insistencias de su hermano y había establecido el contacto entre ambos, pecando en ser demasiado inocente cuando él simplemente le había dicho que le gustaría "pasar un rato con ella".

Sí, sonaba completamente absurdo, pero Seokjin no podía evitar querer que su hermano tuviera de una vez una relación normal con una mujer.

Así que se había sentido completamente decepcionado cuando notó que la pobre Jeon Jungbin corría el mismo destino que las otras mujeres con las que había andado. Algún tipo de conocimiento tenía acerca del contrato que Namjoon les hacía firmar, pero jamás se había atrevido a preguntar qué tipo de cosas les hacía a las chicas exactamente. Y su hermano tampoco hubiese aceptado decírselo. Había cosas que era mejor no saber, pero si se trataba de Jungbin... no podía evitar que la culpabilidad lo carcomiera.

Había llegado a sentir cierto cariño por aquella muchacha tan esforzada y dedicada, quien siempre lo observaba con ojos brillantes durante las clases. Le caía bien, aunque no estaba cien por ciento seguro de por qué había sentido un pinchazo en el pecho cuando Namjoon le había preguntado por ella. Quizás era más que una simple simpatía la que había sentido por Jungbin, pero, como jamás estuvo seguro, prefirió echarse a un lado para entregarla a las fauces del lobo.

Sin embargo, debía admitir que Jungbin lucía mejor que nunca. El rostro de cansancio había quedado atrás y había comenzado a vestir prendas más caras y de mejor calidad. Hasta podría decir que la veía más feliz y que aquello era netamente obra de Namjoon.

Salió de su ensoñación cuando Jungbin recogió sus cosas y se puso de pie.

—Agradezco mucho su compañía —dijo mirando a ambos.

Seokjin sintió un vacío en su pecho de solo pensar que ella se iría, pero se sintió incapaz de detenerla después de la pequeña charla que habían tenido.

¿Cómo podía sentirse tan confundido?

—¿Ya te vas? —Preguntó sorprendido el menor y ella asintió con la cabeza—. ¿Quieres ir a recorrer con nosotros? Pensábamos ir al centro de la ciudad y luego caminar por la playa, ¿cierto, Jin?

Seokjin tragó saliva al ver cómo aquello logró llamar la atención de la chica y supo que posteriormente tendría consecuencias negativas sobre ella, pero terminó por asentir con la cabeza. Namjoon no se desocuparía en un buen rato, eso estaba claro.

El corazón de la chica saltó emocionado ante aquel panorama propuesto por los hermanos Kim. Sin embargo, el rostro enojado de Namjoon llegó a su mente y no pudo evitar preguntarse a qué hora volvería a la habitación. Quería ir, pero también quería evitar problemas.

Aunque quizás una buena zurra en la isla Jeju no le dejaría malos recuerdos...

—Si te preguntas por Namjoon —dijo Taehyung, como si pudiera leerle la mente— estará bastante ocupado y probablemente vuelva tarde a la habitación.

—Sí —acordó Seokjin, sin saber todavía si era buena idea convencer a Jungbin—, debe estar todavía terminando de organizar todo con el señor An.

Jungbin pestañeó un par de veces y luego frunció el ceño.

—¿El señor An? —Repitió—. ¿El padre de An Jiwoo?

Ambos asintieron en silencio. Jungbin soltó un suspiro y miró a su alrededor, casi como si en aquel instante se fuera a encontrar con la pelirroja. En ese momento, Taehyung le hizo una seña a Seokjin para preguntar qué era lo que ocurría con An Jiwoo, pero el mayor simplemente negó con la cabeza. Quizás le explicaría después.

—¿An Jiwoo también vendrá? —Continuó ella.

—Es difícil de saber —se adelantó Seokjin—. Está invitada, pero es una mujer impredecible, muy volátil e inestable.

—Querrás decir "caprichosa" —intervino Taehyung.

—Es una bruja loca —dijo Jungbin, al mismo tiempo que el menor de los Kim.

Seokjin ahogó una carcajada y asintió con la cabeza.

—Sí, es una bruja loca —acordó con la chica.

—¡Oigan! —Intervino nuevamente el hermano menor—. Eso no es correcto, chicos, no deben utilizar ese término porque contribuye a la estigmatización y... —Dejó la frase a medio terminar cuando vio la manera en la que Jungbin y Seokjin se miraban, casi aguantando la risa—. Está bien, está loca.

Aquella había sido un encuentro que había comenzado siendo incómodo, pero que terminó haciendo que el corazón de Jungbin se sintiera cálido, como si aquellos dos hombres tuviesen la capacidad de hacerla sentir en familia. No sabía cuánto había extrañado aquella sensación hasta que se había cruzado con ambos y había compartido parte de su tiempo.

Volvió a su habitación alrededor de las diez de la noche y Namjoon todavía no había llegado. Se sintió mal cuando se alivió por su ausencia, pues no quería desobedecerlo ni mucho menos mentirle, pero todavía no había descubierto la manera en la que le diría que había estado pasando tiempo con sus hermanos. Con Seokjin, porque él era el problema para Namjoon.

Tuvo el tiempo suficiente para ducharse una vez más y de ponerse el pijama que había comprado especialmente para aquel viaje. Quizás Namjoon insistiría en dormir en habitaciones separadas, pero Jungbin intentaría persuadirlo con aquellas prendas traslúcidas.

Cuando se encontraba buscando algo dentro de la pequeña nevera llena de botellas que el hotel había dado de cortesía, sintió la puerta abrirse. Allí estaba Namjoon, entrando a la habitación con rostro cansado. Jungbin inmediatamente se acercó a él, regalándole una pequeña sonrisa, y estiró la mano para tomar la suya.

—¿Qué tal tu tarde? —Le preguntó con voz suave.

Namjoon le devolvió la sonrisa y se inclinó hacia ella para dejarle un casto beso sobre los labios.

—Larga, he deseado verte durante toda la tarde.

Las mejillas de la chica se encendieron, pero aquello no le impidió agarrarlo de la corbata con su mano libre y tirar suavemente de él.

—Bueno, ahora puedes verme durante toda la noche.

Salió Tae! Finalmente. ¿Qué opinan de él? 
En el próximo capítulo se viene lo chidoooo, estoy deseando darles una buena escena desde hace varios capítulos y ya es el momento.

Recuerda dejar tu voto, significa mucho para mí 🩷

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