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El castaño se mostraba algo impaciente debido a que ya pasaban de las nueve de la noche y eso le preocupaba. NamJoon nunca llegaba tarde...
La cena ya estaba lista, pero decidió solamente servirle a Jimin, ya que él prefería esperar a su novio.
Pero las horas pasaron y la cena se enfrió, y el de tez morena no aparecía por ningún lado.
Revisó su celular para ver si tenía algún mensaje o llamada de él, pero no había ninguno y eso le comenzaba a sembrar cierto temor en su pecho.
—Papi, ¿Puedo ver algo de televisión antes de dormir?—Habló el pelirosa, sacándolo de sus pensamientos.
—Por supuesto...—Autorizó, ya que Jimin era tan bien portado que no podía negarse a lo que pedía.
Jimin prendió la televisión y el siguió sumido en sus pensamientos, mientras tenía el teléfono en mano, por si llegaba alguna llamada.
De un momento a otro, un gritó proveniente de la sala lo sacó de sus pensamientos e inmediatamente se dirigió hasta donde Jimin.
—¡Papi, papi!
—¿Qué sucede, Jimin?—Exclamó preocupado, y extrañado al ver qué Jimin se encontraba bien.
—¿N-no es ese el carro del detective Kim?—Apuntó con lágrimas al televisor, dónde Jin con temor llevó su mirada hacia este.
Su mundo se derrumbó al ver el carro de su novio destrozado en un edificio. También se podía ver perfectamente que una patrulla había impactado en este y que podría haber sido el causante de que el automóvil se hubiera impactado hacia el edificio.
Pero lo peor fueron esas palabras que remarcaba el canal de noticias: "Oficial muere tras persecución"
Sus piernas le fallaron y cayó al suelo al mismo tiempo que intentaba tranquilizar su respiración. Sus ojos picaban y sus labios no dejaban de temblar.
Su NamJoon había muerto...
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Manejaba como si el mañana no existiera. Saltaba semáforos sin importarle si llegaba a obtener una multa o a ocasionar un choque.
Afortunadamente su automóvil era un deportivo y podía soportar aquella velocidad, de lo contrario el automóvil se habría descontrolado y hubiera provocado un aparatoso choque.
Llegó a la escena y sin llegar a estacionarse, bajó. Entonces corrió tan rápido como sus piernas le permitieron.
Periodistas y patrullas aseguraban la zona. Los oficiales no dejaban que los periodistas o las personas locales se aproximaran. Ni siquiera lo dejaron pasar a él cuando dijo que era novio del dueño del automóvil rojo.
Sentía como todo se volvía contra él y como su mundo color rosa estaba comenzando a oscurecerse, al mirar aquel auto destrozado frente a él. Aquel en el que alguna vez había acompañado a su dulce detective.
Se aproximó a un oficial y con lágrimas en sus ojos, preguntó...
—Oficial...Le suplicó que me diga donde está el dueño del automóvil rojo...
El oficial lo miró con una semblante seria, más tuvo compasión de él al ver como lloraba.
—¿El Detective Kim...? La ambulancia ya vino por él hace unas horas, pero según lo que escuché, ya murió...
SeokJin sintió su corazón desfallecer al escuchar esas crueles palabras.
Por un momento pensó en que al llegar a la escena todo habría sido un mal entendido. Que algún ladrón se había escapado en el automóvil de su novio y lo había hecho trizas, pero al parecer no era así...
Sentía su corazón palpitar con fuerza, y su vista comenzaba a tornarse borrosa, hasta el punto en que lo único que pudo ver fue un vacío totalmente negro...
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Al despertar, lo primero en lo que pensó fue en NamJoon.
No le importó haber despertado en una habitación de hospital, ni haber despertado al pelirosa que se encontraba dormido cerca de él.
¿Dónde estaba su Nammie?
—Papí, por favor, no se altere.
—¡¿Dónde está NamJoon?!
—Él...—Desvió su mirada, pensando en una manera de decirle a su mayor que nada había sido un sueño.
—N-no, él no puede estar muerto...
—El jefe de la comisaría vino y dijo que se harían cargo de todo el daño que habían ocasionado, incluido su...muerte...—Hizo una pausa.—Ellos pagarán el funeral...
El mayor sintió su nariz picar y sus ojos llenarse de lágrimas al caer en la realidad. Nada había sido un sueño...
Lloró con profunda tristeza, al mismo tiempo que sentía su corazón quebrarse en mil pedazos.
El destino había sido cruel con ambos, ya que habían deseado estar juntos durante un largo tiempo y justo cuando por fin lo estaban, una tragedia tocó a su puerta...
Y ahora, estaba ahogandose en su tristeza, mientras se reusaba a creer en que su novio había muerto...
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Horas después de llevó acabó el funeral.
Jimin le había pedido que se quedara en cama a descansar, pero él se negó rotundamente, ninguna fuerza en el mundo le impediría asistir a ese funeral y despedirse de su amado.
Al llegar pudo notar como la mayoría de los presentes eran oficiales de policía. Y entre ellos también logró diferenciar a Irene y Ken, que por un momento le desagradó la idea de que ellos estuvieran presentes, pero lo ignoró, ya que lo único que quería, era despedirse como era debido de su dulce detective...
Jimin se quedó de pie, mientras que él avanzaba hasta el ataúd, con sus rosas blancas en manos, las cuales eran de número par, que significaban luto.
Se arrodilló y las dejó con sumo cuidado sobre este, sintiendo las lágrimas bajar por sus mejillas.
—Mi Nammie...Lo prometiste...Prometiste regresar...—Musitó, mientras sus labios temblaban y su nariz escurría.—¿P-por q-que no regresaste? Yo, estaba esperandote, mi amor...
Llevó su mano hasta el ataúd, donde sus manos le permitieron sentir aquella dolorosa madera.
Lloró sin importarle quién se encontraba presente, total, nadie le podría regresar a su Nammie...
Duró unos minutos sumido en su llanto, cuando de pronto alzó su mirada y descubrió que el ataúd estaba cerrado y entonces se alarmó.
—¿Por qué está cerrado?—Preguntó molesto, esperando que alguien le diera una explicación coherente.
Y después de unos segundos, un valiente oficial de acercó hasta él y le contestó...
—El detective Kim quedó destrozado...Y se decidió que era mejor mantener su ataúd cerrado.
—¡¿Quién lo decidió?! ¡Yo soy su novio y su única familia ¡Ustedes no son de él más que unos malditos traicioneros que ni siquiera deberían de estar aquí!—Gritó enfurecido. Sintiendo una inmensa rabia al recordar lo que le había contado su sobrino Jimin.
A NamJoon lo mataron, y fueron los mismos que se encontraban en el funeral.
Unos completos cínicos...
Al poco tiempo el lugar fue vaciandose poco a poco, hasta el punto en que solamente permaneció él y su sobrino Jimin.
Pero por más que Jimin insistiera, Jin no quería separarse de la tumba, se mantendría ahí hasta el día de su muerte...
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Aunque no lo crean lloré con esta parte.😢
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