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Se encontraban a la puerta del departamento de Jin, besándose intensamente, a pesar de que NamJoon ya iba retrasado, pero ninguno de los dos quería separarse.
-¿Volverás para la cena?
-Por supuesto...
NamJoon no soltó en ningún momento la cintura de SeokJin y después continúo besándolo.
-N-nam, tienes que irte...
Su cordura se vio afectada cuando el de tez morena comenzó a descender y sus besos fueron a parar a su blanquecino cuello.
-Mmm...-Gruñó sobre su cuello, provocándole ternura al castaño.
-Ja, ja, Joonie, tienes que irte o te regañará tu jefe...
-Agh...-Bufó, reincorporandose, para después ver de frente a su novio.-Deberas que aveces quiero ir y tirarle mi renuncia a la cara, así como tú.
-Ja, ja, pero yo no se la tiré a la cara...
-Pero si renunciaste...
-Mmm, pues si en verdad te sientes muy incómodo, entonces lo mejor sería renunciar.
El de tez morena se acorrucó en el cuello de su novio, Jin, para después aspirar el delicioso aroma que desprendía.
-Nammie, me das cosquillas...-Rió bajito ante la situación.
-Jinnie...No sé que hacer...
-Bueno, algo es seguro,-Tomó su rostro entre sus manos, obligando a verlo.- cualquier cosa que hagas tendrás mi apoyo...
NamJoon sintió una calidez en su pecho, imposible de describir.
Su novio era una persona tan dulce; que lo apoyaba y no lo juzgaba, no como había hecho Irene. Por eso lo amaba tanto, sí, amor, es lo que sentía por él.
Nuevamente tomó su cintura y lo atrajó hasta él, para dejar un casto beso en sus rechonchos belfos.
-Volveré para la noche...
Esta vez SeokJin se aferró a el en un abrazo.
-Prometelo...
-Lo prometo...
Dejó un último beso en sus labios, para después caminar hacia el elevador, mientras que SeokJin lo seguía con su mirada. Y antes de que NamJoon se introduciera al elevador, ambos conectaron sus miradas por un momento, después NamJoon subió al elevador y Jin quedó solo en el pasillo, con su corazón latiendole al mil por hora.
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Al llegar, fue recibido con un sin fin de miradas curiosas y otras de desagrado, pero no le importó.
Sabía que Irene se había encargado de quemar su imagen y no sólo Irene, sino también su jefe, ya que por petición de Irene, este había asistido a la ceremonia.
Pero no le importaba, porque ahora tenía a un novio hermoso que lo amaba verdaderamente.
Y por él estaba dispuesto a decirle al mundo entero que era homosexual y lo haría con completo orgullo.
Al entrar a su oficina, alguien tocó a su puerta, logrando captar su atención.
-¿Si?
-Detective, hay una pareja que necesita hablar con usted. Tienen al rededor de un hora esperándolo.
-¿Es de algún caso?
-Mmm, no lo creo...Ellos dijeron que son los padres de su prometida.
-Irene no es más mi prometida.-Le corrigió rápidamente, a lo que el hombre se avergonzó y se hizo chiquito ante el tono que había usado el detective. NamJoon lo notó y suspiró, el hombre no tenía ni el mínimo conocimiento, por lo tanto no era su culpa.-Pero, déjalos pasar...
El contrario asintió rápidamente y salió de la oficina.
Por otra parte, NamJoon se mantenía inquieto, estaba a puntó de enfrentar a los padres de Irene, aquellos que habían visto todo lo sucedido y en primera fila. Aquellos que le abrieron las puertas de su casa y le dieron la mano de su hija. Se sentía mal y como un traicionero, pero ya no había marcha atrás, él amaba a SeokJin, no a Irene.
A los segundos, una pareja mayor se adentró a su oficina y justo cuando estaba a punto de hablar, la señora se dirigió a él e impactó su mano en la mejilla del detective. Mas NamJoon no reaccionó, sabía que se lo merecía, eso y más.
-Mujer...-El acompañante la tomó entre sus brazos, impidiendo que volviera a atacar, mientras que la mujer lloraba en los brazos de su esposo.
-Señores Bae...
-Kim...-Habló firmemente el señor, con su esposa entre sus brazos.-¿Por qué lo hiciste?-Preguntó fríamente, pero con cierto dolor en su voz.-No sólo nos lastimaste, lastimaste a mi hija y la avergonzaste entre tanta gente...
NamJoon no podía hacer nada más que tener su cabeza gacha. Sintiéndose avergonzado.
-Y-yo...sé que lo que hice no tiene nombre. Pero les juro que no lo hice con esa intención...No planeé nada de eso, simplemente mi corazón reaccionó al ver a la persona que realmente amaba.
-¡Estás insinuando que no amas a mi hija!-Preguntó molesta la madre, mientras lágrimas dolorosas corrían por sus mejillas.
-A-ah, no insinúo, señora. Yo no amo a Irene. Y sé que ella tampoco me ama.
-¡Cómo puedes decir tal estupidez! ¡Mi hija estaba tan emocionada el día de su boda!
-Lo sé, señora Bae, pero ella misma me dijo que estaba feliz porque usted no continuarían presionandola de que es la única que faltaba de casarse...-Aquello hizo que la señora quedara sin palabras.-Ella no me amaba y siendo sincero, yo tampoco la amaba...
-¡Pero eso no justifica el hecho de que hayas huído con un un hombre!
-Lo sé, se que aún así soy culpable, pero no lo pude evitar... Solamente huí de un matrimonio infeliz...Y admito que fue demasiado inmaduro de mi parte haberme ido sin antes razonar o hablarlo a solas con Irene, es sólo que me ganó la emoción...-Se aproximó unos pasos a los señores, pero aun así mantuvo su distancia.-Prometó que les compensaré todo...
-Mi hija no quiere compensaciones, ella quiere un novio y heterosexual...-Habló la madre, quien indignada salió de la oficina.
El señor vió como su esposa salía de la oficina y entonces supo que era hora de irse.
Avanzó hasta el detective y le ofreció su mano, la cual NamJoon no dudó en estrechar.
-Que sea feliz, Kim...-Y después de esto salió, dejando nuevamente a NamJoon solo.
El detective suspiró, sintiendo como el aire que había retenido en esos minutos, salía.
Todo había salido mejor de lo que había planeado y eso en parte lo tranquilizaba.
Pero aun así, sabía que debía ser responsable y tenía que hacerse cargo del dinero que había sido invertido en la boda y que tenía que dar una compensación a los padres por haber rechazado a su hija, ya que así lo decía la tradición.
Estaba por tomar asiento frente a su escritorio, si no fuera porque alguien llamó a su puerta.
-Adelante...
-Detective Kim, lo buscá el Inspector...
-Agh, y ¿Ahora que querrá?-Gruño, para después acercase hasta la puerta.-Gracias Jackson...
Agradeció a aquel que le había dado el mensaje, para luego caminar en dirección a la oficina de aquel que le amargaba la vida. Pero ahora tenía a SeokJin y su vida ya no era amarga, sino dulce y no permitiría que su jefe inútil le quitará esa felicidad.
Dió unos ligeros toques a la puerta e instantáneamente escuchó un "adelante" del otro lado.
Abrió la puerta y se encontró con el odioso de su jefe recargado en su escritorio, esperándolo con una sonrisa socarrona.
-¿Se le ofrece algo? Inspección.-Preguntó fríamente, ya que no tenía ganas de lidiar con sus chiflasones.
-Oh, sí, sí, me encantaría que me contaras que se siente ser homosexual...-Después de esto, rió escandalosamente, causando desagrado en el detective.
Pero NamJoon no era tonto y no se dejaría humillar tan fácilmente, no después de que su novio le hubiera abierto los ojos en muchos aspectos.
Con Jin se dió cuenta de que no tenía por que dejarse pisotear, era bueno ser amable, pero no era bueno que abusaran de tu amabilidad. Era bueno poner la otra mejilla, pero también era bueno usar los puños de vez en cuando. Era bueno reservarse y respetarse entre pareja, pero también era bueno comerse como animales salvajes de vez en cuando...Eso es lo que había aprendido a lado de su bello novio. Y había llegado el momento de poner en práctica uno de esos consejos.
-Se siente como un jodido paraíso...-Le respondió con una sonrisa ladina, lo cual extraño al Inspector.
-Oh, me imagino que tú eres el pasivo...-Rió burlonamente.
-Entre nosotros no hay un pasivo o un activo, somos...versátiles.
-Agh, Kim, no hables conmigo sobre tus asquerosos actos...-Haciendo una mueca de asco, lo cual fue divertido para NamJoon.
-Usted fue el que pregunto, supuse que quería saberlo...
-Pfff, yo no quiero saber esas anormalidades, solamente quería saber como se siente abandonar a tu prometida en el altar e irte con un hombre...Y todavía besarte con él a la vista de tanta gente, ja, ja...
-Pues...Se siente bien...-Fue aproximándose hacia él, con una semblante fría, pero con tono sarcástico en su voz.-Me siento culpable, mas no me arrepiento...Eso deberías saberlo, ya que hiciste lo mismo, ¿No es así?-
Quedando frente a él, donde se podía diferenciar la estatura, donde NamJoon era más alto y más corpulento por más centímetros.
-N-no sé de qué hablas...
-Tú eres el idiota que le rompió el corazón a mi novio...Que lo enamoró para después abandonarlo en el altar...
Apretó sus puños, lleno de coraje, pero a la vez emoción. Tal vez esta sería la oportunidad que tenía para que lo corrieran.
Alzó su puño y lo impactó en la mejilla del Inspector, el cual se tambaleó y cayó al suelo a pesar de su intento por sostenerse del escritorio. NamJoon rápidamente se dirigió hasta él y lo tomó del cuello de su camisa, para después alzarlo y volver a golpearlo.
-Y todavía te burlas de que lo amo más que a Irene...Deberas que eres un cínico...
Después de ese golpe vinieron más, uno tras otro. A Lee le fue imposible defenderse de tantos y para cuando ya habían irrumpido en la oficina, estaba en el suelo, con los labios rotos y sangre en su rostro.
A NamJoon lo sostenían algunos de sus compañeros, mientras que otros se acercaban a darle los auxilios al Inspector, ya que NamJoon lo había dejado inconciente.
El detective aprovechó que la mayoría prestaba más atención en la salud del Inspector, para irse de ahí.
Rápidamente se dirigió a su antigua oficina, (antigua, por que sabía que después de esto sería despedido definitivamente y con suerte lo meterían a prisión). Tomó sus pertenencias en un abrir y cerrar de ojos, para después correr hacia el estacionamiento, dónde subió a su automóvil y manejó lo más rápido posible.
Manejó unas tres cuadras, cuando por medio del retrovisor vió como lo perseguían varias patrullas, quienes traían las sirenas prendidas y eso significaba que estaban en persecución.
Piso profundamente el acelerador, para después dar vuelta, su plan era ingresar a varias calles para perderlos, después de eso llegaría hasta su novio, ya que todos sabían donde vivía y no podía pasar la noche ahí.
Pero al dar la siguiente vuelta, su automóvil fue impactado justo al costado, ya que era la única manera de detenerlo.
El automóvil fue a parar hacia un edificio, donde quedó destrozado. Y NamJoon, él, estaba vivo, pero algo le decía que no por mucho tiempo y eso es lo que más le llenaba de cólera...Él tenía que volver... Había hecho una promesa...
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