El beso se volvía cada vez más brusco y demandante, Jungkook con una mano libre comenzaba a aventurarse por debajo de la sábana que cubría el cuerpo de Taehyung; tocando sin permiso ni vergüenza alguna todo lo que su gran mano podía palpar. Taehyung trataba de alejarlo pero sus manos fuertemente sometidas sólo podían tratar de quitar el duro agarre que estaba sintiendo en su mandíbula.

— Deja de resistirte o será peor— dijo entre sus labios.

— ¡No, por favor, para! ¡Te lo suplico!— Taehyung lloraba ante el tacto de Jungkook en zonas que anteriormente amó que tocara.

— No llores amor, yo solo quiero amarte para que no olvides mi amor— las manos descendieron hasta su entrada, ahí de manera abrupta entraron sin previa preparación sacando al receptor gritos desesperados.

Aquellas manos que una vez fueron gentiles con Taehyung esta vez se sentían como sus verdugas, aquella boca que con tanto cariño y dulzura lo hacían temblar esta vez lo hacían sentir repulsión de sí mismo. Todo lo que una vez amó de la persona que más creyó que lo quería se estaba convitiendo en su infierno personal, donde algo que el atesoraba como sagrado entre ambos se estaba transformando en un acto obsceno de sexo.

Las lágrimas mezcladas con los gemidos de dolor salían sin control de Taehyung, su mente le reproducía imágenes de los bellos momentos que pasaron ambos en la cama tratando de cubrir aquel duro acto estaban presenciando en primera persona. Las embestidas iban y venían a gran ritmo sin dar tiempo a que se pudiera reponer; hora tras hora Taehyung sentía que su cuerpo era mancillado por la persona que más amó.

Pero lejos de parar Jungkook siguió y siguió hasta sentirse saceado; no se squedó en una sola noche, cada noche sin excepción Taehyung era sometido duramente a sesiones sin control de sexo hasta que caía inconsciente por el temor y la fatiga mental del momento tan traumático que debía vivir a diaro.

Todos los días deseaba morir, anhelaba no volver a despertar a aquellas pesadillas que vivía con el hombre que una vez amó tanto y que ahora odiaba desde lo más profundo de su ser. El más minúsculo de los toques de Jungkook quemaba en lo más profundo se su ser; pero este parecía vivir en una realidad alternativa donde la fantasía de llegar a amarse nuevamente era posible al igual que justificables aquellos actos tan desalmados a los que Taehyung era sometido.