Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15.- "Prueba del Beso"

Omnisciente

El día sábado llegó, la semana de Frank y Ayden se vivió por separado, a excepción de los días en los que Frank lo llevaba a casa.

Ni siquiera Frank se molestaba en negarlo a si mismo, pero ir a la escuela de Ayden le mejoraba mucho el humor, esta semana había reído más de lo que se había enojado.

Hoy era el día de la fiesta de la universidad, Ayden y Kayla habían acordado verse en la casa del primero para que pudieran hablar sobre cualquier cosa antes de ir, para que Kay pudiera arreglarse y arreglar a Ayden, ya que, aunque a Silverman le gustaba verse bonito, por alguna razón, cuando se trataba de fiestas así, él no hallaba qué ponerse.

A Ayden, Frank le avisó que pasaría por él en dos horas, justo a las ocho.
Mientras que a la chica de cabello negro y mechones blancos, su "casi algo" en realidad no le avisó nada, pero le ordenó no atreverse a salir de su casa sin él, no importa cuánto se tarde.

El castaño terminaba una tarea en su escritorio extenso, Kayla se vestía cómodamente en el armario de Ayden, la que parecía una habitación pequeña en realidad.
Salía con varios conjuntos y vestidos, a Ayden le gustaba cómo se veía, pero no todos iban con la ocasión, unos muy elegantes y otros de un estilo que Kayla amaba, el cuál era muy del estilo "callejero".

Incluso Kay decía que quería encontrar algo que combinara lo sexy con lo cómodo.

—¡Estoy harta de no encontrar nada! —se escuchó desde el interior del armario.

—Sal con lo que tengas puesto y te diré qué tal.

La puerta se abrió, dejando ver a la chica que se probaba otro conjunto que combinó con prendas de conjuntos anteriores.

Les habían dicho que la temática de la fiesta era de prendas color neón o lo más brillosas que tuvieran.

Silverman la miró, y nuevamente confirmó que Kayla era una mujer hermosa. Su físico no era delgado, era de una complexión media rozando con robusta, su tono de piel era de un moreno que brillaba ante el sol, y su rostro gritaba belleza pura.
Eso sintió Ayden al verla, siempre había aceptado que Kay era preciosa.

Más allá de salir con timidez, se mostró ante su amigo con seguridad y poses cual modelo.

Portaba un short de cintura alta, color blanco que claramente brillaba en la oscuridad, un top de tirantes de color negro y de zapatos; tacones negros de plataforma completa (y no muy altos), que llevaban lazos cruzados hasta la altura de su pantorrilla.

Era simple, cómodo y sexy.

—Te ves increíble, llévate eso, no olvides los accesorios ¡Y tampoco tu cabello!

—Ahora que lo veo mejor —Kay se acercó al espejo de cuerpo completo del armario nuevamente, levantando una pierna hacia atrás para verse de todos los ángulos—... sí me veo espectacular. A mí me gusta, a ti igual, espero le guste a Thomas y de no ser así... pues ni modo.

El contrario sonrió. —Al menos coincidimos en algo.

—Voy a ponerme los accesorios y a amarrar mi cabello, ¿coleta despeinada o moño?

—Mmh... —golpeó su labio con su lápiz—, coleta despeinada.

—Hecho. Por cierto, ya deberías empezar a pensar en qué te vas a poner, o, ¿tienes alguna idea?

—No lo sé —el castaño escribía algunas cosas en su cuaderno—, aunque hay algo que me gustaría usar.

—Te escucho.

En ese momento, Ayden miró a su amiga otra vez.

—El top de red negro, prácticamente transparente... el que te pusiste hace tiempo, ¿piensas usarlo?

Kayla casi grita de la emoción.

—¡Sí! ¡Sí! Digo, no, no pienso usarlo. ¡Pero úsalo tú!

Después de tantas plegarias, por fin uno de sus dos amigos se animaría a usar un top.
Lo había logrado con Ayden, ahora solo faltaba Jean, aunque él sería más complicado, Jean siempre usaba ropa de tu talla y nunca dejaba ver debajo de esta.

Jean seguramente escondía un gran físico debajo de tanta ropa, pues el deporte es algo que practicaba a menudo.

Lamentablemente, nadie ha podido verlo más que él.

»»----- ★ • ★ -----««

Siendo cerca de la hora en la que Frank iba a pasar por Ayden, Silverman y su amiga ya estaban listos.

Kay con su ropa anterior y sus respectivos accesorios más un maquillaje casi inexistente, si iba a una fiesta, seguramente iba a volver con su maquillaje hecho un desastre, y no quería salir tan demacrada en cualquier foto que pudieran tomar.

Ayden por su parte, lucía con prendas totalmente diferentes. Su estilo era como los jóvenes conocían "vintage". Siempre se sintió cómodo con ese estilo, no obstante, nunca estaba negado a probar nuevos estilos.

Al ser una fiesta con temática neón, Ayden no tuvo remedio más que dejar que Kayla lo ayudara a vestirse.
Se colocó ese top de red negro, lo "cubría" hasta la altura un poco más arriba de su pequeño ombligo, y al ser un top de red, en realidad podía verse todo debajo de este, no cubría nada, simplemente daba esa textura de una tela negra pero muy muy muy fina.

Tenía un solo pantalón de la temática que necesitaba, un pantalón holgado de color negro, tenía franjas y figuritas retro de un verde neón, brillaba bastante en la oscuridad, así que había cumplido con la temática.

Acompañó sus prendas de vestir con un par de tennis blancos que Kayla le ayudó a pintar de otro tipo de verse casi amarillo, porque sí, Kayla tenía pintura y maquillaje neón, esta mujer siempre estaba preparada.

Por si eso no fuera suficiente, Kay se encargó de perfumarlo, secó su cabello húmedo por la ducha y le hizo hermosos rulos que caían a los lados de manera gentil.

Ella se había hecho un lindo delineado de color rosa, junto con otros detalles en sus ojos y cejas, a Ayden le hizo pequeños dibujos en su rostro como un solecito, una flor, entre otros.

Corroboraron que todo brillaba en el armario, entraron con la luz apagada y en efecto se veía bien.
Kay quiso tomar algunas fotos antes de que fueran a la fiesta, y el jardín de esta casa siempre fue su lugar favorito para tomarse fotos.

Finalmente, en media sesión de ambos justo cuando ya se hacía de noche, a Silverman le llegó un mensaje de Frank.

"Ya casi llego"

—¡Corre babosa, vámonos! —automáticamente se levantó del césped.

Kayla corrió junto a él, ambos limpiando cualquier resto de césped de sus prendas.
Subieron por sus cosas a la habitación del castaño, y claro, no podía faltar el comentario de Kay que a veces ponía nervioso a Ayden, aunque este ya haya tenido su primera vez.

—¿Llevas condones?

—¿Ah? No, no.

La chica dudó. —¿Te regalo algunos?

—¡Kayla!

—¡Yo solo decía! —rió—, ¿qué tal si las cosas se ponen interesantes entre tú y Frank? Si fracasas románticamente, al menos te llevarás un lindo recuerdo juvenil para tu futuro.

—Bueno, al menos me voy con la tranquilidad de que tú y Thomas se protegen. A propósito, ¿él no vendrá por ti?

—Le dejé un mensaje diciendo que viniera por mi a tu casa, no sé si lo ha visto, pero seguro no tarda en decirme.

Antes de que Ayden pudiera opinar algo al respecto, observó por su ventana que ya había llegado ese bonito auto clásico.
Se apresuraron a bajar las escaleras, Ayden se aseguró de llevarse una llave para regresar, sus padres quizá lleguen más tarde, pero ellos no solían ir a su habitación o siquiera asegurarse de que él está en casa, y si llegaba más tarde y ellos lo sabían, a Silverman ni siquiera le nacía dar explicaciones.

Salieron de la casa al mismo tiempo, Kayla solo quería estar ahí para verlos marcharse.

Ayden se paró al lado de ese coche, y esperó a que Frank saliera.
Dentro del automóvil, había un pelinegro que entró en pánico.

Para Frank, ver a Ayden vestido así era... uff.

Se veía jodidamente bien.

Luego de darse apoyo moral, salió de aquel coche para saludar a Ayden, de alguna manera, era como si quisiera ser educado con él.

Cuando Frank salió de su auto, a Silverman se le erizó la piel.

Un cuerpo atlético y alto bien arropado con una camisa color gris oscuro, con las mangas enrolladas hasta los codos, y la parte de abajo de esa camisa que taparía su pantalón, fue llevada por debajo de este, haciendo lucir su cinturón y su cierre. El pantalón era sencillo; negro, pero ajustado en las zonas correctas, y de zapatos también era lo básico.

Carajo, Frank se veía tan guapo así, incluso su cabello mediano llegó a peinarlo un poco, llevándolo todo hacia atrás, y esos delgados mechones rebeldes se hacían notar en su frente y parte de sus ojos.

Para Ayden, Frank era la personalización de la frase "Está como quiere".

Kayla veía desde lejos esa tensión entre esos dos, la forma en la que se veían era de completa atracción.

Y es que sí, para Ayden; Frank era tan sexy y guapo.
Para Frank; Ayden era tan sexy y lindo.

—Gracias por venir... te ves bien —sonrió—, aunque, ¿la temática no era neón?

—Ah, cierto, espera —Walker tuvo que regresar a la realidad antes de perderse en el bonito rostro de Ayden, sus símbolos brillantes, su simple cara y su peinado... tan lindo.

Frank se dio la vuelta y sacó algo de una cajita, ni Kay ni Ayden veían de qué se trataba, pero Frank parecía estar haciendo algo en su rostro.

Giró en unos cuantos minutos más, el piercing del labio de Frank era diferente, pues ese tenía un gran brillo blanco ante la oscuridad de la noche y la poca iluminación de los postes de luz cercanos.

—Listo —extendió sus brazos, mostrándose a si mismo—, no quise pintar el que tenía, compré este antes de venir.

—Se nota que te esforzaste —Ayden rió.

—Puse todo mi empeño en la temática —asintió—, también te ves bien, Ayden.

—Gracias —la felicidad en su rostro era incomparable—, ¿te molestaría si esperamos un poco? Thomas no ha llegado por Kayla, no me gustaría dejarla esperando sola.

El mayor observó a la chica que estaba más a la distancia, con un gesto con la cabeza le indicó acercarse, ella no dudó demasiado.

—Puedes decirle a Thomas que no tiene que venir hasta acá, los llevo a los dos.

—Gracias, Frank, pero a él no le gusta que... bueno, no quisiera preocuparlo ni ser un mal tercio con ustedes.

—Con todo respeto, pero él conduce creyendo que fue conductor de carreras en otra vida —bromeó—, no pasa nada, de cualquier manera todos iremos al mismo lugar.

—Ah... ¿puedo hablar contigo? —se dirigió a su amigo, este asintió.

—No me dejan ser chismoso —el susurro de Frank llegó a hacerlos reír un poquito cuando este se alejó.

Cuando estuvieron más apartados de él, Kay sintió que debía hablar más claro.

—Sucede que a Thomas no le gusta que suba a autos de otros chicos, apenas y soporta que suba a la camioneta de Jean. Confío en ti y en Frank, pero él no...

El contrario parpadeó confundido. —Kayla, ¿desde cuándo él decide a qué autos subes o no? Eso no está bien, no puede controlarte así. No creí que permitirías eso.

—Ayd... por favor, no quiero problemas con él, mucho menos ahora que vamos a una fiesta. Hablaré con él sobre eso después.

Negó. —No es correcto, si es así cuando apenas están saliendo, no quiero ni imaginar cómo se comportará si llegan a tener algo serio. Sube con nosotros, no le debes explicaciones.

Por un momento, Kay sintió que debía hacerle caso a Thomas, pero por otro momento, tuvo un panorama más amplio de lo que estaba siendo que Thomas quisiera prohibirle tantas cosas.

Lo pensó mucho en esos momentos, en definitiva esto lo hará enojar, pero seguramente se le quitará a lo largo de la fiesta.

—Pero yo seré la primera en bajar y tú te vas a quedar con Frank en el auto antes de entrar, no quería arruinar su momento juntos.

—No arruinas nada, vámonos, antes de que Frank quiera irse sin nosotros.

—De hecho, ya me fui.

»»----- ★ • ★ -----««

Al momento de llegar a la universidad, Frank dejó su auto en el estacionamiento, Kayla fue la primera en bajar, pues Thomas le había dejado muchas llamadas perdidas.

En el vehículo estacionado, Frank y Ayden se quedaron solos, el ambiente se puso algo diferente, pues con la presencia de Kayla, las charlas no terminaron.

—¿Ella te peinó así?

—Sí, dijo que siempre quiso verme con rulos —Silverman se esperaba una burla.

—Ya veo —asintió—, te ves diferente.

Frank no sabía cómo decir "Te ves increíblemente bonito".

—¿Gracias? —sonrió—, lo tomaré como algo bueno. Tú también te ves diferente con ese estilo.

—Y me veo espectacular, si me lo preguntas. Graba esta apariencia en tu cabeza porque no me volverás a ver así de galán en mucho tiempo.

Era sorprendente que Frank supiera sacarle tantas sonrisas a Ayden, y más sorprendete era que él disfrutaba hacerlo.

—Bueno... hay que entrar, seguro quieres ver a tus amigos.

A Walker le hubiera gustado estar a solas más tiempo. ¿Por qué? No lo sabe, pero disfrutaba de estar con Ayden sin nadie alrededor.

Bajaron del vehículo, caminaron a la par a la entrada de un inmenso gimnasio que actualmente solo se usaba para eventos como este.

Había luces, pero no tantas como antes, pues alcanzaban a iluminar a las personas que sobresalían por sus prendas de color neón.

Llegando a la gran multitud de personas que ya estaban entrando en ambiente, Ayden se dio cuenta de que muchas personas solían saludar a Frank, no pasaban ni 15 segundos cuando alguien se acercaba a él.

Había tantos y llegaban a acercarse tanto a Walker, que poco a poco empezó a perderlo de vista.
En estos momentos, odió su estatura.

Caminó unos pequeños metros desamparado, pero antes de creer que Frank lo había abandonado por completo, alguien sujetó su muñeca.

Miró a esa dirección, y ese piercing brillante le ayudó a reconocer ese rostro que tanto comenzaba hacerlo sentir más feliz cada día.

—No vas a perderte bajo mi responsabilidad, andando —ordenó Walker con esa peculiar simpatía que tenía.

Caminó con el corazón latiendo más rápido, el agarre de Frank a su muñeca era muy notorio, no llegaba a lastimarlo, y aún así lo sujetaba bien.

Salieron de la multitud, Frank siempre supo a dónde se dirigía por su gran altura, llegaron a una mesa con sofás alrededor.
En esta mesa había dos personas que él ya conocía; Bruno y Daniel.
Había otras tres personas ahí, pero no eran de su reconocimiento.

—Llegamos, traje un invitado especial, más les vale no burlarse de él porque acaba de perder como cucaracha en baile de gallinas.

Walker dejó que Ayden saludara a sus amigos, cuando Daniel y Ayden se observaron, solo había confusión en el rostro del mayor. Pues él se quedó con la versión de que su hermano y Ayden no se conocían bien.

Tomó asiento en el espacio libre entre Bruno y Daniel, Frank le indicó esperar, pues le traería algo de beber de la barra que estaba justo al lado de su mesa.

—Así que tú eres la pul... digo, Ayden. ¿Cómo estás?

—Feliz de haber venido, me gustan sus trajes.

A Bruno y Daniel les dio por comprar un conjunto entero de ropa neon en color naranja, pero que Daniel se pusiera el pantalón, y Bruno la chaqueta.

—Los compramos hoy de último momento, ¡Pero fue una gran decisión! —ambos sonrieron—, tú estabas el día del juego de soccer. No sabía que habías ido a ver a Frank.

—Ah... no fui a verlo a él, acompañé a una amiga a ver a su casi algo. No sabía que Frank estaba en el mismo equipo.

—El mundo es un pañuelo, definitivamente, y de casualidad, ¿a quién apoyaron antes que a Frank?

—A Thomas, Thomas... Abbey, me parece.

En ese momento, Bruno puso una cara un tanto inquieta.

—¿En serio? Mmh... ¿y a ella le gusta él?

—Eso parece, ¿por qué?

—Bueno, Thomas no es un mal tipo pero, a veces se obsesiona con...

—En base a mi experiencia, no creo que te gusten las bebidas con más alcohol que sabor. Te traje algo que te gustará y para tu fortuna no te vas a emborrachar... no tanto.

Frank llegó con dos vasos de plástico pintados de figuras de la temática, le entregó uno a Ayden y este agradeció.

—A un lado, yo voy ahí.

Bruno le sacó la lengua a Frank y se hizo a un lado, permitiendo que ahora él se interpusiera entre el castaño y el pelirrojo. Ayden apenas llegaba y ya se estaba riendo de los amigos de Frank.

—¿Cómo sabes que me gustan las bebidas con más sabor que alcohol?

—Porque soy un sabio, yo lo sé todo —echó su espalda hacia atrás, puso un brazo en el respaldo del sofá y con el otro tomó su propio vaso, dirigiendo su cuerpo a Silverman.

—Sí, seguro —bebió burlándose.

Daniel no tardó mucho en llamar la atención de Ayden, preguntándole muchas cosas sobre qué tanto se conocen él y Frank.
Lo que Daniel no mencionaba, era que él se había dado cuenta que Frank había estado pensando mucho en alguien esta semana, y si ese alguien era Ayden, temía que en algún momento su hermano se enterara de que ellos se besaron en una fiesta solo porque... porque Daniel necesitaba descubrir algo.

Sin embargo, el menor lo tranquilizó, pues no veía problema en eso, Ayden no creía que le gustase a Frank como para preocuparse por algo de ese estilo.

Pasaron unos minutos conversando entre todos, claro que Ayden se sentía más cómodo charlando con Walker, y es que, tan solo se necesitaba verlos para pensar que estos dos no iban a ser solo amigos.

—Mmh, ahora que lo pienso, tu piercing no es lo único que brilla —el chico de débiles rulos mantuvo su contacto visual con Frank.

—También mi cerebro.

Sonrió abiertamente. —Bueno, además de eso. Creo que tus ojos son muy brillantes, me gusta el color, pero parece que brillan bastante aquí. Sí, definitivamente me gustan tus ojos.

Ayden nunca supo, pero acaba de poner nervioso a Frank.

Este solo asintió, miró su bebida y bebió mirando a otro sitio.
¿Cómo le explicaba que sus ojos también eran brillantes y también llamativos?

Por desgracia, esa acción provocó que Ayden sintiera que ese cumplido fue en vano.

Un minuto fue suficiente para que de sorpresa; llegara un tipo de la nada, este se acercó a Ayden, y ahí mismo le tendió la mano, pidiéndole bailar una o dos canciones.

Ayden miró a Frank, Bruno miró a Frank, Daniel miró a Frank.
Frank miró al tipo que llegó de sorpresa. Sin saber exactamente porqué de pronto su bebida sabía mal.

En vista de que él no hizo ni dijo nada, Ayden accedió a bailar, a él le gustaba, y no iba a detenerse solo porque Walker empezaba a mostrar inicios de volver a actuar como un idiota.

—Cuando salga de bailar, voy a buscar a Kayla.

Frank asintió sin verle. —Avísame si necesitas irte más tarde, yo te llevo.

Así era como su ambiente se volvía incómodo.

Ayden se fue a bailar con aquel chico, y maldito el momento en el que las canciones cambiaron a ser perfectas para bailar muy pegados y con movimientos muy sensuales.

—Uh... alguien se está poniendo celoso —a Bruno no se le escapaba nada.

—Repite eso y te pongo tu nariz en tus orejas.

—¡Agresivo!

Ese semblante de Frank era obvio; estaba algo molesto.
Se suponía que Ayden venia con él, aunque, no tenía derecho de reclamarle nada, y ni siquiera sabía porqué le molestaba.

Volvió a la barra para tener otra bebida, siempre mirando hacia la multitud de personas, pensando que Ayden estaría cerca, ya que él y el otro chico se habían perdido entre tantas personas.

Regresando a la mesa, ni Frank supo cómo ni cuándo, pero todos los temas de conversación que tenía con Bruno; terminaban en Ayden.

Indiscutiblemente, eso llevó a su mejor amigo a poner atención en como se alegraba de hablar de él, y en como le molestaba la escena que acababa de ocurrir.

De alguna u otra manera, Bruno tenía que hacer la consulta de la pregunta.

—Hermano, ¿te puedo hacer una pregunta?

Asintió.

—Bueno, te he estado viendo, y la forma en la que miras y hablas de ese chico... no es la forma tradicional en la que acostumbras a hablar de algún amigo. Hay algo raro en ti, Frank, algo que nunca había visto.

—Significa que... ¿me voy a morir?

—No, baboso. Tú... ¿estás comenzando a sentir algo por Ayden? Digo, no es malo ni nada, pero me emociona y a la vez me preocupa qué tan sincero estás siendo, así que, por eso quiero saber si sientes algo por aquel chico.

El mayor calló unos instantes, pensó en qué respuesta debía dar.

Porque había una respuesta clara y una que él podía usar a su favor.

»»----- ★ • ★ -----««

Del lado de Silverman, si que llegaba a bailar muy pegado a ese tipo, le daba la espalda y movía su cadera de forma jodidamente buena y lenta.
¿Dónde aprendió a hacer eso? Quién sabe, pero le salía muy bien. La estaba pasando bien, después de todo, él vino a bailar.

Él podría bailar toda la noche porque de verdad le encantaba, entre más canciones pasaban, más chicos querían bailar con Ayden, algunos pidiendo su número, otros pidiendo ser los siguientes con los que él baile.

Y de tantos chicos, ninguno era Frank, pese a eso, a Ayden le gustaba causar ese impacto en los hombres. Saber que a ellos les encantaban sus movimientos.

Contrario a otras fiestas, Ayden evitó que estos chicos lo besaran en cualquier momento que tuvieron oportunidad.

Por supuesto que bailó más de lo que creía, por supuesto que las bebidas comenzaron a llegar a él y empezaron a hacerlo sentir el calor del alcohol y de las personas.

Llegó un momento en el que supo que podía estar cruzando la línea, cuando uno de sus parejas de baile levantó la pierna de Ayden y la puso en su costado, permitiendo que ambos se movieran bailando y simulando una posición sexual.

Ayden se la estaba pasando tan bien, que apenas y pudo salir de la multitud y tratar de calmarse.

Su cabello ya empezaba a alborotarse, se notaba lo cansado que había terminado, no se podía decir que estaba ebrio porque no era así, sin embargo, él aceptaba que los tragos empezaban a hacer efecto.

Salió de tal multitud, y para su suerte, no tardó en encontrar la mesa donde había una morena con maquillaje neón y un short que brillaba mucho.

Llegó a esa mesa, tomó asiento entre ellos luego de saludar y avisar que solo estaría unos momentos.
Un chico le ayudó a sentarse, el espacio en esa mesa era más reducido, apenas y podían pasar bien.

—¿Cómo te la estás pasando? —indagó el menor.

—Mejor que cuando llegamos —suspiró—, Thomas se molestó conmigo, pero pude hacer que se calmara. Está en el baño y yo me quedé con sus amigos que ahora también son los míos.

—¿Sabes? Thomas no me agrada tanto. Parece muy controlador.

—Yo sé... pero no es su culpa, él solo necesita tiempo. En cambio tú, amigo mío, te he estado viendo bailar con todo tipo de universitarios, ¿y Frank?

—Ni siquiera sé dónde está, seguramente solo me invitó por lástima... pero, me gustó estar con él hasta ahora. Kay, ¿tú crees que pueda gustarle algún día?

—¡Por supuesto que sí! No entiendo cómo no estás aprovechando la fiesta para corroborarlo.

Dudó un poco. —¿Y cómo haría eso? Siempre que le doy un cumplido o hago una pregunta así, me ignora.

—No tienes que esperar nada a cambio. Deberías intentar la prueba del beso. Yo la intenté con Thomas y estamos a nada de ser pareja.

—¿La prueba del beso? No, ni loco. Me va a ejecutar en medio de todas estas personas.

Esa dichosa prueba no era complicada y en realidad era muy obvia, solamente consistía en llamar a la persona de la que se tenía interés a un lugar privado, fingir que hablarían de algo, pero solo era cuestión de robarle un pequeño beso en los labios.

La reacción de esa persona definía todo y se tenía que respetar. Independientemente de esta, se debía pedir una disculpa por ese beso robado.
Si la reacción del otro era buena, significaba que podían seguir intentando ser algo.
Si la reacción era mala, entonces se tenía que pedir disculpas una vez más y retirarse pacíficamente, sin quejas ni nada.

Más que nada, la prueba del beso consistía en hacer algo sin esperar nada.

—Ayden, acabas de restregar tu trasero con varios universitarios sin ningún tipo de pena, ¿y te da vergüenza darle un inocente beso sin movimiento a Frank?

—Es diferente, ellos son apuestos, pero Frank es quien me gusta y no quisiera arruinarlo.

—Sigue siendo una buena oportunidad para aclarar las cosas antes de que te hagas ilusiones.

El menor suspiró, de cierta manera tenía un buen punto.
Pero, robar un beso así, sería muy... ¿infantil?
Sí, tal vez, y seguramente no lo haría, él no quería incomodar a Frank ni arruinar todo con él.

Se puso de pie por si mismo, diciendo que volvería más tarde, Ayden quería pasar tiempo con los otros amigos de Frank, era un acuerdo que habían tenido Kay y Ayden antes de llegar, que no estarían juntos, pero sí se asegurarían de que todo estuviera bien.

Caminó por la multitud nuevamente, le daba flojera rodearla, mucha flojera.
Entró y salió, caminó otros metros a la derecha, había encontrado la mesa en la que estuvo hace tiempo. No había nadie.

Buscó en otras mesas, hasta hallar una escondida del resto de la fiesta, donde solo un pequeño destello se hacía notar. Ese vaso que brillaba lo conocía, pues Frank había comentado que ese vaso era el único de color naranja neon.

En cambio, cuando Ayden miró a Frank a esa distancia, notó que este tenía una expresión distinta, se hallaba serio, tensando esa quijada perfecta que tenía y observando a todas las personas.
De un instante a otro, su vista se fue a otro lugar, como si estuviera pensando en otra cosa que lo hizo sonreír.

Ayden caminó hasta él, hasta que vio el descaro en su cara.

Una chica llegó con tal poder y seguridad a hablar con Frank, sonriendole y preguntando si podía sentarse.
Ella era muy linda, y se veía tan interesada en Walker por la forma en la que buscaba que la viera.

En el instante en el que la chica intentó sentarse en el regazo de Frank; Ayden ya veía venir la escena trágica.
Pero no, esa escena nunca llegó, Frank la apartó de ahí con educación, debió haberle dicho algo muy directo, ya que en cuanto Frank abrió la boca, ella prefirió irse.

Para ese momento, Ayden bebió el último sorbo de su vaso de golpe, causándole un mareo repentino.

Sus pies avanzaron hasta aquella mesa sin mucha iluminación, la suficiente para ver el rostro de Frank con claridad.

—Sorpresa, miren quién apareció —soltó Walker sin mucha emoción.

Al diablo el "no quiero arruinarlo". De igual manera algún día tendría qué hacerlo, había retenido mucho tiempo sus ganas de darle aunque sea un besito, y no lo hacía con morbo, sencillamente quería darle un beso al chico que le gustaba para saber si tenía una oportunidad.

—¿Me puedo sentar? —indagó con un tono casi retador.

El contrario asintió, y Ayden, con los nervios en todo su cuerpo; puso ambas manos en las piernas de Frank, en esas grandes piernas, de un jugador de soccer.

—Aquí.

Frank no dejó de mirarlo pese a sentir que iba a estallar.

No dejó de observarlo, Ayden no bajó su semblante, y Frank no dejaba de casi comérselo con la mirada.

Sin decirle nada, sin hacerle ningún gesto; puso sus piernas de una manera en la que su regazo fuera más cómodo para él.

—Adelante.

Eso fue suficiente para que Silverman pasara hasta el frente de Walker, se giró y bajó hasta sentarse en ese lugar, se puso cómodo, subió sus dos piernas en las de Frank para sentarse de manera lateral.

Pasó su brazo por el cuello del mayor, necesitaba sujetarse de algo.

—Eres más cómodo de lo que creí.

—Y tú más sorprendete de lo que pensaba.

Ayden sonrió. —No tienes ni idea de cuántas sorpresas puedo darte. Y hablando de sorpresas...

—Si me dices que tus padres aparecieron en tu casa sin aviso y necesitas volver, no pasa nada, puedo llevarte.

—No me refería a eso.

Frunció el ceño. —¿Entonces? ¿Alguien te dijo al...

Ayden le robó un beso.

Fue corto, fue rápido y solo un pequeño toque, casi al instante se separó.

—Lo siento —por supuesto que se arrepintió al instante.

Intentó levantarse de aquel cómodo lugar, pero sin esperarlo; las manos de Frank aprisionaron dos cosas:

Su cintura.
Su muslo.

Sí, la mano izquierda de Walker tomó firmemente la cintura desnuda de Ayden para que esté no pensara en irse, y su mano derecha se aferró al muslo derecho del menor, rodeándolo hasta más abajo de la ingle.

Los dos se miraron fijamente, no articularon otra palabra, los ojos rojos de Ayden se mantenían firmes en los ojos acaramelados de Frank.

Gracias a ese corto beso, Frank recordó lo que hace minutos había sido su decisión final sobre Ayden.

—No, baboso. Tú... ¿estás comenzando a sentir algo por Ayden? Digo, no es malo ni nada, pero me emociona y a la vez me preocupa qué tan sincero estás siendo, así que, por eso quiero saber si sientes algo por aquel chico.

Frank se tomó un corto tiempo para responder. Porque definitivamente él sabía la respuesta.

Su mente quiso descubrir todas las posibilidades que había al responder, y es que al final, todo era tan claro... que no le quedó más que solo asentir.

—Ayden empezó a gustarme más de lo que creía, y más de lo que te imaginas.

—¿Frank...? —Silverman ya comenzaba a dudar de porqué Walker no le decía nada.

La forma en la que se miraban, la forma en la que sus respiraciones se pedían a gritos.

La distancia entre ambos se empezó a recortar poco a poco, cada vez sintiendo más presente al contrario.

Walker no dijo nada, solamente miró todo el rostro de Ayden antes de cerrar cualquier distancia entre ellos. Sus ojos viajaron por la nariz, los labios, los ojos, cada manchita de su piel o cada pelito de sus cejas y pestañas.
Todo de él era tan bonito.

—No tienes ni idea de lo que acabas de provocar, Ayden.

Y al haber caído en la realidad, Frank cortó toda la pequeña distancia que los separaba.

Se sumieron en un beso real, un beso que fue lento en un inicio, fue débil, pero les hizo explotar mil emociones dentro de ellos.

Sus ojos se cerraron y se dejaron llevar.

Empezaron a mover sus bocas y sus lenguas de manera más intensa. El beso cobraba un poco de velocidad, Ayden se deleitaba con la textura del piercing que portaban los labios de Frank.

Los agarres del pelinegro aumentaron, abrazando a Ayden contra su cuerpo para que no se escapara. El castaño se colgó con ambas manos del cuello del mayor.

Comenzaron a hacerse adictos, a caer tanto en ese beso que todo el mundo había desaparecido para ambos.

No se les podía culpar, era un beso tan rico, tan delicioso.

Ayden se removió un poco en el regazo de Frank cuando él acarició por debajo de su top, pasando sus dedos por aquellas blandas espalda y cintura. La mano de Frank se marcó muy fácil en ellas, así era la piel de Ayden, si alguien ponía su mano en alguna parte de su cuerpo, iba a marcarse dependiendo de la intensidad.

Todo se fue al carajo en el preciso instante en el que Frank mordió suavemente el labio de Ayden.
Y claro, él no iba a dejar que solo Frank se divirtiera haciéndolo tener esos momentos de tensión.

Empezó a mover su cintura, la tela de su pantalón no era tan gruesa, así que Frank incluso podía sentir en dónde empezaba a marcarse la ropa interior de Ayden.

En medio del beso, la intensidad fue tanta y las emociones se expandieron tanto, que casi olvidaban que estaban en público.

Frank bajó de los labios de Ayden hasta su cuello, dejando un rastro de besos exquisitos, su lengua haciendo un excelente trabajo para sacarle suspiros a Ayden que él se encargaba de dejarlos salir en la oreja de Frank.

Volvían a besarse, Frank volvía a devorarle el cuello a Ayden. Y repartieron todo eso por al menos 30 minutos de pura excitación acumulada.

Sus labios estaban tan hinchados, Ayden se había sonrojado como nunca.

Sin esperarlo, Frank se atrevió a darle una pequeña mordida en su cuello.

—Ngh, Frank.

Ese jadeo acabó con Walker. Acabó tanto con él, que se dio cuenta de lo que sucedía.

La escena pasó muy rápido. Frank se despegó de Ayden, lo bajó de su regazo demasiado rápido, depositandolo en el sofá.

Se levantó de este apresurado, y sus piernas lo llevaron lejos de ahí.

Ayden tenía la respiración agitada, su ropa arrugada y su mente sin entender nada.

«Me dejaron vestido y alborotado».

Claro, Ayden no alcanzó a ver que Frank se fue con un sonrojo en su rostro que nadie le creería si lo contara.

Y Ayden... casi enseguida que se le bajó la calentura; empezó a sentirse avergonzado y mal, muy mal.

»»----- ★ • ★ -----««

Frank pensaba que él era la peor persona del mundo ahora.

¿Cómo se le ocurrió ponerse duro por Ayden y en público?

Allá abajo le dolía mucho, y si Ayden terminó alborotado, Frank experimentó lo que era no poder bajarse la calentura ni con hielo.

Pero es que cuando Ayden... y luego cuando... y es que al verlo hacer... wow.

Frank no sabía cómo alguien podía haberle causado tanto en solo una fiesta. Y jodido, estaba realmente jodido.

»»----- ★ Fin del capítulo 15★ -----««

Así como se los cuento así sucedió 🙀

P.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro