Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

05.- "Resaca"

Ayden Silverman

No es el dolor de cabeza ni el sol lo que me despertó, es el constante ruido del timbre de la reja.

Con cansancio y sufrimiento, abrí mis ojos lentamente para ver el reloj del cuarto de mis padres.

Entre en pánico, expandí mis ojos de la sorpresa, y el dolor de cabeza se tuvo que ir repentinamente.

Había dormido en ropa interior ayer, así que subí mis pantalones y me puse la camisa de Jean que utilicé ayer.
Que de algo sirva ser talla más grande que la mía y me cubra del frío.

Salí del dormitorio, bajé las escaleras, pasé por la sala, la puerta, y corrí por todo el jardín delantero hasta las rejas.

Ahí estaba Frank, con los brazos cruzados, apoyando su espalda baja en su auto, y con un rostro molesto que miraba a otra dirección.

Abrí las rejas, ni siquiera se dignó a observarme primeramente, se giró a su auto para tomar algunas cosas.
En señas me preguntó si podía pasar su coche, le dije que sí, claramente. Entró al vehículo y lo dejé pasar, para después cerrar las rejas nuevamente.

Caminé hacia la casa abotonando la parte superior de la camisa, aunque quisiera meterme a la casa huyendo, debía pedirle disculpas por tardarme.

Salió del vehículo y cerró la puerta. A decir verdad se veía igual de apuesto que ayer, por lo que noté, le gustaba la ropa oscura, aunque realmente no se veía como un chico malo, solo como alguien muy serio.

«¿Cómo alguien tan atractivo puede ser tan... apático y enojón?»

—Buen día, lamento haberme tardado, me quedé dormido, no volverá a pasar.

Me miró de arriba a abajo, elevando una ceja. —¿Tienes resaca?

—Sí, pero nada que a lo que no pueda sobrevivir, y en serio, perdón por hacerte esperar.

El mayor asintió un par de veces. —Entiendo. Voy a trabajar.

El pelinegro siguió su camino al interior de la casa.

Al seguirlo, entramos casi al mismo tiempo a la sala principal, donde seguramente los astros se alinearon por un segundo, y a Jean Peterson se le ocurrió bajar las escaleras mientras también abotonaba su camisa.

Frank se quedó parado en medio de la sala, viéndome con intriga e indiferencia.

Automáticamente comencé a entrar en pánico y morder una uña, ¡Esto no debía suceder!

—Buenos días —Jean sonrió cínicamente, terminando de pisar el último escalón.

«¡Ay, este desgraciado!».

Que no engañe su cara bonita, es un ser horrible que no desaprovecha la oportunidad de molestarme.

Frank no dijo nada, dio una amarga risa antes de caminar al jardín trasero.

—¡No es lo que crees! —grité pero él solo me ignoró.

Me giré a ver a Jean, tenía toda su ropa realmente arrugada y su cabello pasó de estar peinado como ayer, a estar hecho un desastre.

—¡Baboso! Mejor vete ahora o tu madre me va a regañar por tenerte aquí tanto tiempo.

—Pero claro, buenos días, Jean, ¿cómo amaneciste? bien gracias, ¿y tú, Ayden?.

Negué sonriendo. —Es en serio. Otro día te haré el desayuno.

Rodó los ojos. —Está bien, ya me voy, gracias por dejar que me quedara.

Caminó a la puerta, pero se detuvo y volvió a girarse para verme.

—¿En serio ni un vaso de agua con una pastilla me ofreces? Me puedo morir.

—¡Jean! —grité.

—Ya entendí, ya me voy —me miró sonriendo pacíficamente—, avísanos cuando estés desocupado para salir al cine con Kayla.

—Pero no dejes que ella elija la película.

—Te prometo que Kayla nunca volverá a tomar las decisiones en un cine.

Luego de volver a despedirse, Jean se fue de la casa. Seguro tenía mucho sueño aún, y probablemente cuando llegue a casa, su madre volverá con ese sermón en el que le repite que si tan solo "sentara cabeza" con alguien, sería más tranquilo.

Señora, su hijo le tiene miedo a dar su primer beso. Y aún así no planea dejar de salir con nosotros.

Miré al jardín trasero, debía correr a explicarle a Frank lo que vie, no sé porqué debería, pero no puedo dejar que esto se quede así. ¿Y si lo malinterpreta todo?

Abrí la puerta trasera, para encontrarme con la sorpresa de que Frank no tardó mucho en estar cortando lo que queda de césped alrededor de la piscina. Tampoco debía impresionarme tanto, después de todo, él solo venía a trabajar.

—Lo que viste allá dentro, no es lo que...

—Niño, no existen tres cosas en este mundo que me importen menos que saber con quién pasas la noche o si era una pijamada. Es tu casa, haz lo que quieras, no me interesa.

Auch.

Él no debía preocuparse por mi, lo sabía, pero esa forma cruda y fría de decir las cosas sin pelos en la lengua era... dolorosa, ¿así es siempre con las personas? O solo yo me gané su odio.

—Lo siento, es que yo...

—Mira —suspiró y volvió a tomar las tijeras con las cuales cortaba el pasto—, si te preocupa que le diga a tus padres, te aconsejo que no sea así. No me pagan para ser el vocero, estoy aquí solo para cortar y regar plantas, preocúpate cuando sea yo el que tiene sexo con alguien bajo tu casa.

No dijo nada más y se dedicó a seguir cortando el césped, me dejó con la palabra en el aire, pero también con una gran rabia, ¿por qué contesta así? No le he hecho nada malo.
O bueno, al menos nada de lo que yo recuerde.

Poco a poco, me parecía más grosero que por tener un perfecto rostro, cuerpo demasiado sexy para su propio bien y esa cabellera negra, ya creía que podía hablarme así.

Estúpido chico sexy.

—De igual manera te lo debo decir porque no confío en ti. ¡Él solo pasó la noche en la casa! Pero no en mi habitación, estábamos ebrios, cada quién durmió en lugares diferentes.

—No me interesa lo qué hagas en tu propia casa, hablo en serio. Yo no planeo ser tu amigo para que me cuentes tus secretos, tampoco tu enemigo para ir con tus padres a decirles todo. Incluso si quieres tener sexo ahora mismo con otra persona en tu sofá, adelante, es el menor de mis problemas.

Acto seguido, procedió a colocarse un par de audífonos que colgaban en su cuello, eran de cable, muy cortos y delgados que parecían un collar.

Con eso me dijo todo, y regresé al interior de mi casa, con mi dignidad hecha mierda.
¿Qué le pasa a este sujeto? Creí que tendríamos una buena relación, al menos de amigos.

Y aún sabiendo eso, no me permití enfadarme tanto como quería. Aún pensaba que, tal vez tuvo un mal día, otra vez.

Le puse una botella grande con agua natural sobre la mesa de barra, sabría que él la necesitaría después. Aproveché para tomar una bebida energética del refrigerador y subir a mi cuarto. Ahora que Jean se fue, Frank me humilló y ya estoy solo, apenas pude pensar en que tengo resaca.

Pero a la vez me cuestioné; si a Frank no le importó que me "acostara" con alguien, tomando en cuenta que fue con un hombre, probablemente Frank no es homofóbico. ¡Eso es fantástico! Al menos ya sé que en ese aspecto no será incómodo o un problema que convivamos.

Entré a mi habitación con un ligero peso quitado de encima aún necesitaba dormir.
Jean había arreglado la cama, menos mal que era un çhico bastante ordenado.

Miré de reojo por la ventana, otra vez tenía la vista perfecta de ayer. Frank tensando sus músculos y haciendo su trabajo. Aún no entiendo cómo es que pasaremos un mes entero sin poder llevarnos bien. Pero no entiendo tampoco porqué es tan cerrado conmigo, quiero ser su amigo, pero no me deja.

Digo, tampoco quería verme muy insistente, sin embargo, me gustaría que pudiéramos conocernos.

Él tenía un aura muy fría y dominante, pero ayer que lo ví con Hunter y en base a lo que él me contó, quizá él solo sea así de cerrado conmigo porque no me conoce, y realmente no sé cómo hacer que me conozca, parece que si a Frank no le caes bien, no puedes hacer nada para cambiarlo.

Suspiré antes de que volteara y se diera cuenta que lo ví. Me lancé a mi cama, no sin antes cambiarme de ropa a algo más cómodo, quería dormir todo el día, aunque sabía que hoy debía ir por Kiwi y Pinky en unas horas.

»»----- ★ • ★ -----««

Amo dormir. Dormir es lo mejor que me ha pasado. Solo cierro mis ojos y descanso, no me preocupo de nada y tengo lindos sueños donde vivo rodeado de comida.

Cuando desperté luego de dos horas bien dormidas, me levanté de mi cama, me di cuenta que no había ruido en el jardín ni en toda la casa.
No creía que Frank se haya ido sin despertarme, o tal vez sí. Pero, tomando en cuenta lo que sucedió ayer, no lo creo.

Miré el reloj redondo colgado en la pared. La hora adecuada para bajar por algo de comer.

Él no podía estar aquí aún, se supone debía irse entre las 10:00 y 10:30 de la mañana, o eso fue lo que dijo cuando en medio de mi siesta escuché que alguien lo llamó por teléfono y eso fue lo que él contestó.

Pero, ¿por qué no me despertó para avisarme que ya se iba?
No era que yo debía saberlo, sino que, tengo entendido que al estar en una casa ajena, hay que avisar las cosas que hacen para no causar malentendidos.

Bajé las escaleras con mi teléfono en la mano.
Estaba muy silencioso aquí, fui a la puerta del jardín trasero, todo estaba mucho más lindo que ayer, este hombre sabe usar sus manos... sí, sus manos deben ser mágicas.

Regresé a la cocina, la botella que le había dejado estaba vacía y limpia junto con los demás platos limpios.
Hay dos posibles respuestas a esto, o Frank quiso ser educado, o es una persona que le gusta el orden y la limpieza.

Agradecí que no tuve que ser yo quien lavase esa botella, miré alrededor de la cocina, había algo inusual: una nota en la mesa de barra, la tomé y la leí, no sé cómo ni con qué, pero pudo hacer una nota.
Quizá tenía algo en su coche, o tal vez buscó entre las cosas de la sala.

"Gracias por la botella de agua. Estoy apunto de irme, te llamé varias veces a tu habitación pero como no contestaste, supuse que estabas dormido, preferí no molestar.

Vendré mañana a cortar las plantas del jardín de enfrente, a la misma hora. Se educado y esta vez abre a tiempo.

Frank."

Ay, tan divino.

Qué considerado fue al dejarme dormir, y qué manera tan formal de decir que soy un idiota que no respeta los horarios. No fue intencional, Dios y yo lo sabemos.

Guardé la nota en el bolsillo de mi pijama, al menos será un recuerdo de la única cosa que me dijo sin parecer muy grosero.

Frank parecía alguien agradable, cuando quiere, o cuando no está nadie con él. De verdad esperaba que tuviéramos una buena convivencia, así él vendría a trabajar con mejor humor, y yo podría verlo ser amable todos los días que esté aquí.

Debía pagarle lo que hizo por mi, no cualquiera hubiera preferido irse y tener la decencia de dejar un aviso, otra persona hubiera hecho una de dos cosas: grita por toda la casa y me despierta, o se va sin avisar y deja confundido a un pobre mortal como yo.

Quizá podría recompensarselo con comida.
Soy un excelente cocinero, y viendo el físico de Frank, debe hacer mucho ejercicio, así que debe de darle hambre seguido.

Ya no dolía tanto mi cabeza, y no me sentía tan débil como en la mañana, podía preparar algo para mí, y mañana le haré un buen desayuno como recompensa por su buen trabajo y su consideración.

No debería estar idealizando mucho a este chico, pero es inevitable, es tan apático que si hace esta mínima acción educada, parece algo muy lindo.

Coloqué mi teléfono cerca de la cocina y llamé a Kayla por videollamada, quería hablar un poco con alguien que no sea Jean, no porque me desagrade, pero él merece ser ignorado por conducir ebrio y tener el cinismo de profanar mi santuario.

Kay contestó justo cuando saqué ingredientes para un platillo.

¡Buen día, alegría!

—Buen día, Kay —asentí, observando a la chica cuyo fondo trataba de su habitación.

Puse un sartén en la cocina, debía hacer algo rápido, delicioso y que no tenga qué usar tantas cosas que después tendré que lavar.

¿Ahí está Jean? Ayer en la noche me dijo que se quedó a dormir en tu casa antes de que el celular le cayera a la cara y mandara letras raras.

—Hace horas que se fue a su casa. Bajó cuando el jardinero llegó a casa, ¡Y ahora él piensa que me acosté con él!

Yo pensaría lo mismo —sonrió—, ¿le dijiste la verdad?

—Intenté, pero en resumidas palabras, dijo que le daba igual.

—Suena lógico. ¿Pasó algo interesante en la fiesta? —la rizada acercó uno de sus libros para colorear.

—Ah, no mucho, me presentó a su amigo de la universidad, jugamos y charlamos durante la fiesta.

Te refieres a hablar, hablar. O hablar... se besaron.

Aplasté mis labios. —No es bueno meterse en la vida privada de las personas.

¡Lo sabía! Te conozco, te descuidan un minuto y ya estás corrompiendo a los demás.

Solté una risa. —Quizá, pero he de aclarar que esta vez fui el utilizado, ese chico quería saber qué me gustaba en verdad. Y oh, sorpresa, creo que ya lo descubrió.

—Interesante... ¿Y crees que Frank se puso celoso o algo?

—¿Del uno al diez? Cero, me dejó muy en claro que no le importa con quién me acueste porque es mi casa, pero el lado positivo es que no es homofóbico, no hizo ningún comentario al respecto. Aunque, no veo porqué se pondría celoso, apenas nos conocimos ayer.

Por lo menos sabemos que tendrías una oportunidad. ¡Tú puedes! Así como has logrado atraer a los hetero-curiosos, puedes conquistar a alguien con quien estarás a solas en estos días.

—No sé, Kay... ya no quiero incomodarlo más, está terminando todas sus tareas más pronto para poder irse.

Bueno, también se entiende. Pensé que para el segundo día, ya le prepararías un postre. Que por cierto, Kyle dice que quiere probar de nuevo ese pastel de coco, te pagará lo que necesites.

—Ah... supongo que puedo hacerlo hoy o mañana, te avisaré más tarde.

Continuamos conversando al mismo tiempo que hacía mi comida, ignoré cualquier conversación sobre hacerle de comer a Frank, prefería guardarmelo un poco, porque si salía mal, no quería verme en la obligación de tener qué contarlo a alguien.

Al pasar de las horas, llegó el momento en el que tenía que ir por Kiwi y Pinky.

Salí de mi casa y caminé calmadamente por toda la calle, me gustaba bastante salir y mover los pies, más si era de día, porque podía ver bien todo el paisaje. Además, me daba miedo estar solo en la calle cuando es noche.

Llegué a casa de Hunter, toqué el timbre respectivamente, pues él me comentó que seguiría aquí y a esta hora debía pasar antes de que saliera de casa.

Esperé un poco fuera, posteriormente, cuando la puerta se abrió, dos pequeños perros salieron a recibirme. Kiwi y Pinky saltaron en mis piernas al instante.
¡Ay, qué tiernos!

—Comienzo a pensar que harán un cambio de dueño —Hunter salió de su casa y me entregó sus correas, además de otras pequeñas cosas que podrían necesitar.

Sonreí. —Me alegra haberles caído bien.

—Espero que no te hostiguen demasiado, a veces son muy apegados con las personas que les caen bien.

—No pasa nada, me gusta que estén cerca, además, son pequeños, así que no llegan a bloquear mi movilidad.

El mayor asintió convencido. —Eso se oye mejor, entonces, pasaré por ellos en la noche, sino te molesta.

—Para nada, mándame un mensaje cuando estés llegando para sacarlos juntos.

No sabía a dónde iría a esta hora, tampoco quería indagar, sencillamente no era de mi total interés.

Me llevé a los chihuahuas a mi casa, Hunter salió de la suya en su auto y se fue sin esperar demasiado.
En el camino de regreso, claro que les pregunté a Kiwi y Pinky cómo iba su día, seguramente hicieron cosas de perritos.

Bueno, ahora pasaríamos tiempo de caridad juntos, y ellos me acompañarían en seguir esa serie que me ha estado causando una variedad de emociones. Siempre he pensado que ver una serie es como estar en una relación, me enojo, me enamoro, me pongo triste, me quedo con dudas de lo que pasará si todo va mal, y por supuesto; no quiero terminarlas.

En fin, estoy en una relación con las series. Una bonita relación.

»»----- ★ • ★ -----««

Tomé a los dos chihuahuas después de que Hunter me llamara. Habían pasado horas, y parece ser que ya viene por ellos.

En cuanto abrí la puerta, me arrepentí de no haberme puesto un suéter o algo, hacía bastante frío aquí fuera y quería cubrir a los perritos.

Fuera de la reja, estaba dicha camioneta que le pertenecía al peliblanco.
El sujeto estaba fuera, cruzado de brazos a la espera de los dos animalitos que tenía en brazos.

—Linda noche, Ayd —sonrió—, gracias por cuidarlos.

Asentí. —Descubrí que les gustan las series de drama, y Pinky se enamoró del protagonista... tal vez yo también, pero ella más.

—Estás corrompiendo a mis cachorros —bromeó cargando a los pequeños canes.

—Ellos son los que accedieron a perder el tiempo viendo un romance y una vida trágica. Pero, están advertidos en que no pueden ver otro capítulo sin mi. Hicimos una promesa.

—No te preocupes, me encargaré de que no te traicionen.

Hubo un mínimo silencio, pensé en que ya debía regresar a casa, cuando Hunter volvió a hablar de una manera más atenta y directa.

—Frank ya me comentó que estaba trabajando temporalmente aquí.

—Oh, qué bien —asentí lentamente—, ¿te dijo algo más?

Si acaso ese sujeto le informó sobre lo que vio esta mañana, me voy a molestar bastante. Podría tolerar que no le agrade, pero no que difunda cosas sobre mi, mucho menos si es que supuestamente no le interesa saber ni difamar sobre mi vida.

—No que yo recuerde. ¿Deberíamos saber algo más?

—No, para nada —hice un ademán con las manos.

De alguna manera, quería conocer un poco más sobre Frank, si él ya le dijo a Hunter que trabajaba aquí, ahora podía hacer algunas preguntas.

No era ningún secreto que estaba interesado en él, y por muy descortés que sea al hablar, ese chico me causaba mucha intriga, por lo que quería descubrir cosas de él, saber si puedo hacer algo para agradarle y ser su amigo.

Tal vez Hunt podría darme respuestas sobre cómo tratarlo mejor.

El gran obstáculo aquí es, que no quería relacionarme mucho con Hunter pues no buscaba tener alguna relación cercana. Había aprendido que alejarme de él había sido una gran decisión en un pasado.

Sin embargo... quería creer que preguntarle sobre Frank le dejaría en claro que ese chico se robó mi atención. Y que lo de él y yo solo sería amistoso si es que se podría llamar así.

—¿Llegaste de trabajar? —volví a abrazarme por el ya no tolerante frío.

—Sí, hoy salí más tarde y por eso tuve que dejarlos más tiempo contigo. No me gusta que estén solos en casa.

A veces se me olvidaba que muchos universitarios deben trabajar, y la mayoría de esos empleos no son tan cómodos o de tan poco tiempo como el que yo tengo.

—¿Quieres cenar algo? Sobró mucha comida que preparé hoy, y no me gustaría que se desperdiciara. Además, es un platillo que te gusta.

—No fue tan difícil que me invitaras a una cena, después de todo —delató una última sonrisa—, sino te molesta, tampoco quisiera dejarlos en el auto tanto tiempo.

—No es una molestia —alcé los hombros—, mi casa es su casa.

Pronto pasamos a la casa, los perritos nos siguieron alegres por todo el jardín delantero hasta que pasamos la puerta. Dejé que Hunter se pusiera cómodo en la cocina al mismo tiempo que sacaba la comida del refrigerador.

Los escuchaba jugar a los tres, se notaba que Hunter los quería mucho. En estos días me daba la duda de cómo es que un tipo con una apariencia tan ruda como la suya, podría haberle puesto nombres tan lindos y graciosos a sus chihuahuas.

En el proceso de calentar la comida, hablé un poco con él sobre su trabajo, sin meterme mucho en su vida privada en realidad.

La conversación iba normal y afortunadamente logré marcar esa línea en nuestra amistad.

Al servir el platillo y darle una mejor presentación, lo llevé a la mesa de barra en la que él estaba sentado.

—Aquí está —ofrecí.

Grey miró el plato e hizo una pequeña "o" con su boca.

—Se ve delicioso, gracias.

«¿Gracias de qué? Dame información... es broma, espero te guste».

—Y... —acaricié a Kiwi al levantarlo en el aire—, ¿a Frank le gusta cuidar jardines? Digo, hace un lindo trabajo, ha dejado los arbustos con formas muy bonitas y arregladas. Y, se ve tranquilo cuando riega las plantas.

Hunter dudó un poco. —No es fanático de la naturaleza en cuanto a plantas respecta, pero, entiendo que sea meticuloso en eso. Estudia arquitectura y alguna otra carrera que tiene algo que ver con eso, normalmente las personas de esa carrera son muy perfeccionistas. Aunque, a veces excede los límites que considero normales dentro de una persona perfeccionista.

Eso explica que se enoja fácilmente cuando me he atrasado en pasarle alguna herramienta.
Tengo que anotar todo esto.

—Se oye interesante —rasqué una parte de mi ceja.

—¿Qué te pasó en el dedo?

Miré mi herida cubierta. —Me corté cuando rompí algo, no pasó nada grave. De hecho, Frank me ayudó en medio de mi crisis. Por su expresión, por un momento creí que iba a hacerme otra herida.

—No me sorprende, Frank es peligrosamente humano.

—Ay ajá —lo miré—, me ha costado cruzar palabras educadas con él, se nota que no le agradé ni un poquito. Y me ayudó porque tenía prisa.

Hunter pasó un bocado luego de masticar.

—Error, jovencito.

Crucé mis brazos, fingiendo no interesarme cuando claramente quiero escuchar una y cada palabra que salga de él que pueda decirme algo importante y beneficioso sobre el pelinegro.

—Sé que no se conocen nada, pero nunca está de más saber un poco sobre las personas que dejas entrar a tu casa —empezó—, no quiero echarle muchas flores, pero conozco a Frank de hace tiempo. Y no te miento cuando te digo que es una persona muy amable y a veces en exceso. En su naturaleza está preocuparse por los demás, aunque no le agraden del todo. Acepto que es difícil comprenderlo, dice ser y actúa como alguien bastante prepotente y soberbio, pero, Frank hace muchas cosas buenas sin esperar mucho a cambio. Es cuestión de que sepas llegar a su lado gracioso y simpático, te sorprendería la cantidad de risas que puede hacer que saques.

Se oye como el amor de mi vida.

—¿Y cómo hago eso? ¿Cómo hiciste que le agradaras?

—Una vez me ayudó a que el motor de mi auto encendiera y en recompensa le compré el almuerzo. Desde ahí somos amigos. Pero no somos tan cercanos como parece, solo sé que cualquiera que lo conozca, no me dejará mentir en que Frank es una buena persona.

—Ya veo...

—Si de algo te sirve, le gusta la música cuando trabaja o está muy ocupado. En especial el rock, quizá ambientando su hora de trabajo con eso, logres que sean amigos, y también podrías investigar sobre bandas o esas cosas.

Me daba un poco de pesar que mi ex novio me estuviera dando consejos sobre cómo hacerme amigo, y como coquetear con Frank (lo último no lo sabe, por supuesto). Por otro lado, seguramente él ya le había comentado a Frank que fuimos algo en preparatoria.

Y según la ley no escrita de amigos; no se puede coquetear o dejarse coquetear con la ex pareja de un amigo.

Entonces, si Frank es tan bueno como él dice, dudo mucho que yo tenga posibilidad de acercarme a él.

Ash.

Casi una hora después, Hunter terminó su cena.
Él mismo insistió en lavar su plato. Cuando salió de la casa, Kiwi y Pinky lo siguieron moviendo sus colitas. Lo acompañé hasta la gran reja, y antes de que se fuera, se giró después de subir a los canes a su auto.

—Gracias por la cena. Y gracias otra vez, por cuidarlos.

—Es lindo para mí cuidar de ellos, espero verlos mañana.

—Seguro que sí, sabes que te avisaré de cualquier cosa que pueda suceder al respecto... Ayden.

—¿Si?

Levantó su mano levemente, y dio un paso al frente a punto de llegar muy cerca de mi, no obstante, casi enseguida se retractó.

—Olvídalo, mejor lo dejo así. Ten linda noche.

—Linda noche para ti también —sonreí aplastando mis labios.

A los segundos, Hunter subió a su vehículo y se fue sin esperar más.

Este trabajo solo duraría unas semanas más tal vez. Por lo tanto, debía ser paciente en que en estos días, Hunter no iba a ponerme en la presión de volver a rechazarlo.

No quería que se repitiera lo de la última vez que nos vimos hace meses. Que se resumía en mi casa sola por una noche, Hunter borracho y un beso sobre mi sofá que casi comprometía mis sentimientos borrados por él.

Hoy podía decir que, ya no sentía nada por Hunter, nada que me preocupara.

»»----- ★Fin del capítulo 5★ -----««

Con qué jarrón se tiene que cortar uno para que Frank llegue a ponerme una curita, exijo respuestas.

P.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro