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𝟎 𝟎 𝟏.

Un bullicio se instaló repentinamente luego del sonido estruendoso de la campana que anunciaba el segundo descanso del día.

Como le era costumbre, se dirigió con tranquilidad hacia las extensas áreas verdes que la institución poseía. Su meta era recostarse bajo la sombra de un árbol y dormir hasta el siguiente bloque, nada exigente. Sin embargo, al aproximarse a ese árbol que tenía la perfecta combinación de sombra y luz, alguien más veloz se lo adueñó. Estaba dispuesto a pelear por su territorio, pero al percatarse de quién era ese usurpador, su ceño se relajó y una juguetona sonrisa se coló en sus labios.

Aquel chico se dejó caer sobre su humanidad como si hubiera estado de pie una eternidad, parecía cansado, incluso apoyó su espalda sobre el firme roble. No era nada más, ni nada menos que Choi San, el chico que alborotaba sus hormonas hasta el delirio desde que lo vio por primera vez cruzando la verja de la institución el año anterior. Sus ojos, por instinto, siempre buscaban esa cabellera de un extravagante color castaño oscuro, que desprendía un aroma a dulce. No es que fuera una especie de acosador al saber su aroma, sólo lo había detectado unas cuantas veces al cruzar por los pasillos.

Ese chico había sido dotado con una altura envidiable. Pero su cuerpo delgado y menudo sólo hacía querer protegerlo, incluso su cara de bebé no le ayudaba mucho. Sus ojos pequeños reflejaban una inocencia e inexperiencia extrema, su nariz era perfecta y esos labios pequeños que se traía eran la cereza del pastel. Cuanto le gustaría profanarlos, chuparlos, morderlos y muchas otras cosas más que involucraban una danza húmeda entre sus lenguas. Todo ello era bañado por una piel blanca y tersa que gritaba ser tocada. Sin embargo, no sólo le interesaba de forma sexual. No, a WooYoung le encantaría poder abrazarlo y poder decirle palabras bonitas al oído sólo para verlo sonrojarse. Poder tomar su mano y salir a pasear a algún lugar, sentarse junto a el bajo ese mismo árbol a escuchar sobre sus preocupaciones y alegrías mientras su aroma lo embriagaba. Se sentía tan cursi de pensar todas esas cosas. Pero era la verdad, él quería el paquete completo.

¿Qué si había intentado conquistarlo?
Lo había intentado. Un día había tomado el valor de ir y pararse frente a el para decirle cuán enamorado estaba de él. Lo había pensado por meses. Sin embargo, uno de sus amigos le aseguró que ese chico, de un curso más bajo, sostenía su heterosexualidad hasta la muerte, que varios chicos le habían intentado pretender, pero todos terminaron con el corazón roto y un mal sabor en la boca por el rechazo. Él mismo había comprobado hace unas semanas que se traía una novia encima. Nunca la había visto hasta el día en que se presentó en frente de la institución, luciendo un uniforme que presumía ser de un destacado colegio. Lo máximo de afecto que vio entre ellos fue un beso en su mejilla por parte de el, esto le provocó desconfianza. ¿En realidad eran novios?, Quizás fingen ser novios sólo para que lo dejen de una vez tranquilo. Aunque también creía posible que su chico fuera así de tímido y reservado en cuanto a afecto.

Era una lástima que ni si quiera al verlo con esa chica, su enamoramiento disminuyera.

WooYoung no se consideraba alguien malo e intimidante, cómo esos típicos chicos populares de películas adolescentes que presumían un físico escultural y muchas veces con tratos malos hacia los demás.

No, pero su físico no le ayudaba demasiado. Las idas desinteresadas al gimnasio habían dado frutos, y es que se cargaba encima un cuerpo definido y marcado que tenía a todo el cuerpo estudiantil suspirando. Y a todo ese cuerpo se le sumaba su rostro y su personalidad juguetona y un tanto sensible. Perfecto, o eso era lo que escuchaba que murmuraban de él en los pasillos. En serio muchos creían que era un personaje de algún libro o película.

Es por esto que su personalidad lo llevó a, estando en su último año escolar, tener amistades en cada rincón del edificio y más allá. Por lo que no era de extrañarse que lo hubieran invitado a una fiesta ese sábado. Pero no era cualquier fiesta. Era la fiesta que se hacía casi al terminar cada semestre. La organizaban los de último año y prometía ser de todo menos una reunión decente y pura. Abundaba el alcohol y el olor a excitación en el aire era casi palpable, además de el de sustancias ilícitas. Todo lo que sucedía en esa fiesta se murmuraba al siguiente semestre, nadie se salvaba de las locuras que ocurrían. A pesar de esto, todos disfrutaban de ir y liberar el estrés contenido durante tan duro semestre, aún si esto significaba terminar almorzando en los baños por la vergüenza de los chismes.

Por su cabeza había pasado la loca idea de encontrarse con San en la fiesta. Pero pronto la desechó, y es que su querido chico no solía frecuentar a fiestas, no parecían ser su estilo. Tuvo la oportunidad de verlo en una de esas fiestas sólo algunas efímeras veces. No lo culpaba, su forma de vestir era casual y casi bordeaba lo anticuado y su personalidad era más de quedarse en casa estudiando o durmiendo, no combinaba con fiestas adolescentes.

En parte le lastimaba el corazón no poder hacer algo para conquistarlo, para que lo aceptara. Estaba en su último año y lo más probable era que no lo volviera a ver nunca más. Un suspiro resignado se escapó de sus labios y se dirigió a sentarse en una banca.

ㅡ¿Por qué no lo invitas a la fiesta y ya?ㅡ Saltó en su lugar al escuchar aquella voz. Se volteó con la mano en el corazón, indignado.ㅡ ¿Te he asustado?, Lo siento...ㅡ La chica frente así soltó una risa apenada.

ㅡ¿Desde cuando me estabas siguiendo, Sowon?ㅡ Ambos se fueron a sentar en una banca a disfrutar el descanso. Él la observó con una ceja alzada.

ㅡDesde que saliste del salón, olvidándote de mi por cierto. ¿Qué clase de amigo eres tú?, Ni si quiera me escuchaste cuando te llamé, medio mundo se rio de mi.ㅡ Un puchero se formó en los finos labios de la chica de cabellos castaños con la mitad del pelo morado junto a el mientras abría un paquete de galletas. Media preparatoria la vio ser ignorada por WooYoung, causando una oleada de risas.

ㅡLo siento, estoy algo distraído.ㅡ Revolvió el cabello de la chica para hacerla reír. Era una de las pocas chicas que no le molestaba que hiciera aquello.

ㅡ¿Es por Sannie?ㅡ La chica lo observó, cómplice, y con una sonrisa burlona en sus labios.ㅡ Deberías invitarlo a la fiesta de fin de semestre y plantarle un beso, no tiene mucha ciencia Youngie.

ㅡSabes que él no va a fiestas, no hay forma de convencerlo, además tiene novia, la vimos hace unas semanas.ㅡ Con desgano se acomodó en la banca para poder dejar su cabeza sobre el regazo de la chica.

ㅡUgh, verdad. Me parece una falta de respeto que salga con EunBi. Tantos años de amistad para poder conquistarla y se trae de novio a San. No es justo, WooYoung. ¿Por qué nos pasa esto?ㅡ Ambos amigos parecían tener muy mala suerte en el amor. WooYoung conocía la historia de su amiga. A la chica le había comenzado a gustar su amiga de infancia, ósea, EunBi, hace aproximadamente dos años. La había alentado tanto a que se confesara, pero por miedo a perder su valiosa amistad no lo hacía. Hasta que al final se echó un novio, un balde de agua fría para Sowon, y de paso, para WooYoung.

Iba a cerrar sus ojos para distraerse un rato de sus líos amorosos, hasta que una idea cruzó por la cabeza de la chica.ㅡ ¡WooYoung!, Tengo una idea que nos beneficiará a ambos, no es momento de dormir WooYoung.ㅡ Movió sus piernas para sacarlo de allí. Al tener su atención dirigió sus delgadas manos a las mejillas del mayor.ㅡ Le hablaré a EunBi sobre la fiesta de fin de semestre de nuestro colegio y le insistiré para que vaya junto a su novio, ¿Vale?

ㅡ¿Y eso en que carajos me beneficiaria?, No quiero verlos besuquearse frente a mi, Sowon.ㅡ Rodó los ojos fastidiado, pero la chica lo tomó del rostro con insistencia.

ㅡCállate, aún no termino. Tu y yo también iremos a esa fiesta, como siempre. Esperaremos hasta que la fiesta esté bien intensa y es ahí donde empieza la oportunidad de nuestras vidas. Yo me llevaré a EunBi bien lejos de San para convencerla de que soy lo mejor para ella. Mientras tu, tienes a tu disposición a tu chico. ¿Me captas? En esa fiesta no hay límites.

ㅡPero...

ㅡNada de pero, WooYoung. Estoy arriesgando mi amistad con EunBi por ambos. Si yo no lo consigo, por lo menos tu lo harás. ¿Estás en esto conmigo?ㅡ Sus manos ahora bajaron a sus hombros y su semblante cambió a uno serio.

ㅡEstoy contigo.ㅡ Lo pensó bastante. Pero ya todo daba lo mismo. Era su último año y pondría todas sus cartas sobre la mesa.

Sowon se lanzó a sus brazos para abrazarlo y revolver su cabello rubio. Al corresponder su abrazo, estrechando el cuerpo más pequeño con sus brazos, pudo darse cuenta del murmullo que generaron un grupito de chicas a la distancia. Sólo atinó a abrazarla aun más y dejar un beso en su frente. Le parecía divertido que aún creyeran que tenía una especie de relación con Sowon, cuando ambos iban en la vereda contraria de la heterosexualidad, tomados de la mano y alzando la bandera multicolor con orgullo.

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Ese mismo jueves por la tarde, Sowon le llamó diciéndole que EunBi había aceptado gustosa y estaba en plan de convencer a su novio cueste lo que cueste de ir a la dichosa fiesta. Ahora sólo quedaba esperar por el sábado con ansias

1700 Palabras.

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