Conducía a través de la ciudad tratando de equilibrar la responsabilidad que el acto requería al respetar las señales de tránsito, contra el hecho de que no podía perder un segundo más de tiempo.
"El pequeño Ramsés se está muriendo".
¡¿Por qué?! ¡¿Cómo?!
Jeongin no entró en detalles durante la llamada, pero fue enfático en pedirle que se dirigiera a la dirección señalada, un hospital veterinario altamente recomendado en Seúl, porque allí se encontraba Hyunjin y porque él no podía pensar por sí mismo.
Tenía una responsabilidad que era cumplir con los deberes de su trabajo como periodista de KBS News, su jefe y colegas contaban con su participación, pero también como alguien que se manejaba en el medio sabía que no era el único de su equipo que asistiría. NO era imprescindible y...¡A la mierda eso! ¡Alguien estaba sufriendo!
Fue sincero respecto al hecho de decirle a su jefe que debía retirarse, alguien que quería mucho estaba muriendo, especificar la especie no era parte del trato así que en teoría no mentía.
—Ya voy... ya voy...—gimió.
La boca del estómago se le anudó cuando divisó el edificio en plena avenida, pero agradeció al cielo que hubiera un estacionamiento disponible al costado, como si el destino quisiera que las cosas resultaran de alguna u otra manera.
Si bien bajó y se acercó a la veterinaria con rapidez, sus pasos se ralentizaron en la entrada cuando Jeongin, que estaba sentado en un asiento de cuero, se paró y se acercó.
Maldijo por dentro, los ojitos de ese hombre estaban húmedos, esto no era bueno.
—¿Pu... puedo saber qué pasó? —logró decir con mucho esfuerzo.
—Si quieres detalles puedo dártelos más tarde pero necesito que... —parpadeó rápido para despejar lágrimas pero fue inútil, el menor gimió antes de continuar— que acompañes a mi amigo, se... se está despidiendo de Ramsés en un cuarto a solas, por favor ve... ve ahora.
"Se está despidiendo".
Un poco desorientado miró a su alrededor como si las cosas se distorsionaran y los movimientos fueran en cámara lenta. Jeongin logró sujetarlo del codo antes que se diera de bruces al suelo, fue su apoyo hasta que estuvo parado fuera de una puerta color crema y en un pasillo donde las personas tenían prohibido transitar, alguien estaba viviendo un duelo y ese alguien mantenía su identidad bajo reserva... pero él sabía que era Hyunjin.
"No puedo... no puedo".
No, él "debía poder" hacer esto, por una maldita vez en la vida su propio sufrimiento tenía que dejarlo al lado y tener en prioridad todos los sentimientos que abarcaban a quien fue un hombre importante en su vida.
"No llores, no llores, no llores".
Después de tragar y soltar el aire un par de veces, corrió la puerta lentamente pero cuando asomó su rostro, llevó la mano a la boca y lloró en silencio para no romper el ambiente delicado allí dentro.
Hyunjin estaba sentado en un sofá individual con Ramsés acurrucado entre sus brazos y contra su pecho. El felino tenía la mirada perdida, la respiración irregular y su cabello había perdido el brillo, incluso quizás podía ver su rostro un poco más delgado y sus bigotes caídos.
En ese momento cuando cerró la puerta corredera tras su espalda, el menor lo observó un breve segundo, lo suficiente para que sus labios se mordieran, lo suficiente para que su barbilla temblara y lo suficiente para que sus ojos fueran dos lagunas llenas de lágrimas dispuestas a nunca acabar. Sus quejidos eran minimizados contra esa lucha de no querer que su adorado gatito escuchara a su padre sufrir.
El adiós era inminente ¡¿Por qué tan de repente?!
—Mira quien llegó bebé, tu otro padre.
Felix mordisqueó sus labios, miró el techo llorando con pequeños quejidos, secó sus lágrimas de forma inútil pero se acercó con calma hasta pararse al lado de él y observar el rostro de aquella bella mascota.
—Hol... hola cariño, te extrañé, lo sabías ¿Verdad? —ni siquiera iba a entenderle, su voz apenas salía de su garganta.
Tenía miedo de tocarlo porque ¿Con qué derecho podía cuando estuvo ausente tantos años? Un mensaje que no había sido dicho pero que el otro entendió. Sostuvo su mano y la dejó sobre la cabeza de Ramsés en el espacio entre sus orejas.
"Perdóname bebé, perdóname" balbuceó Felix pero ¿Qué tan sano era poder contenerse cuando sentía que se estaba rompiendo por dentro?
Ni siquiera prestó atención al como su cuerpo se fue cayendo poco a poco dentro del sofá para terminar abrazado de lado a Hyunjin, ambos observando los ojitos perdidos del pequeño.
—Aquí está Felix, cariño, yo sé que lo am... amas.
¿Por qué otra razón nunca quiso que le quitara esa diadema de pescadito que le regaló hace tantos años atrás para navidad? ¿Por qué otra razón Ramsés parecía tan afectado cada vez que lo veía? Sí, como olvidar cuando lo vio después de muchos años en Alemania o el cambio de carácter cuando Felix regresó a Corea.
El rubio hundió la nariz en el hombro de Hyunjin y lloró bajito junto a él, ambos tocándolo y hacerlo sentir seguro.
Lo queFelix no sabía porque se había perdido todo el fatídico proceso de esta semana, es que el pequeño había empezado con intolerancia a la alimentación. Como "buen padre" que Hyunjin era, lo llevó de inmediato al veterinario pero solo lo diagnosticaron con una indigestión, las indicaciones fueron simples como cualquier animal enfermo, sin embargo cuando Ramsés pareció mejorar, al otro día devolvía su comida.
"Es un proceso normal" le dijeron "Estará bien" le prometieron.
Siendo día viernes, ayer, la situación se puso peor y es que el pequeño parecía desesperado por una miserable gotita de agua, una sola siquiera. Hasta que en la noche su mirada se fue perdiendo, su temperatura corporal fue descendiendo, el color de su lengua y otras mucosas se veían más pálidas.
Tuvo que pasar la noche internado en este lugar, uno de mejor calidad y donde había especialistas en felinos.
Los estudios de imagen daban cuenta de una verdad que nadie iba a poder adivinar salvo por las señales tardías o salvo si tenías la buena suerte de encontrarte con un profesional capacitado, y es que Ramsés estaba viviendo con apenas el 10% de un riñón mientras que el otro parecía "muerto" ¿Era una condición de nacimiento? ¿Había ingerido alguna vez algo que lo llevó a ese estado?
Las preguntas eran muchas y las respuestas pocas pero sí había un consenso ineludible: Ramsés no iba a vivir más tiempo, Hyunjin tenía la opción de decidir que el animal lo hiciera de manera natural en casa o...
—Ya lo van a hacer dormir... —balbuceó con angustia— ¿Qué tan egoísta debo hacer para alargar el daño? Él ha... él ha resistido más de lo normal, pero ya no da más, no puedo retenerlo más... me dijeron que tuvieron que ponerle medicamentos fuertes para el dolor, él está sufriendo.
Felix hundió el rostro contra el cuello de Hyunjin y lloró con los dientes apretados ¡¿Por qué?! ¿Por qué? ¡¿Por qué?! Sus quejidos eran un poco más altos cuando escuchaba la voz entrecortada de ese hombre hablarte con tanto amor a su gatito.
—Perdóname por estar enfocado en mí, perdóname por no darme cuenta que estabas perdiendo peso, perdón por no darte todo lo que te merecías —gimió— perdón por sacarte de Corea en un vuelo que sufriste... te amo, te amo, te amo y lo sabes bebé.
Hace 15 minutos el profesional veterinario le dio tiempo de despedirse, de tocarlo, de grabar en su mente los últimos momentos de su calor y cobijo, pero esto no podía ser eterno y fue por eso que poco a poco abrieron la puerta el profesional y su ayudante, pasos cautelosos, instrumentos de trabajo en mano.
"Vamos a instalarle una vía venosa para administrar unos medicamentos" murmuraba bajito, nunca iba a acostumbrarse a estas despedidas "El primero lo hará dormir, luego recibirá una dosis más alta combinada con otro que finalmente hará que su corazón deje de latir, él no sufrirá, no se dará cuenta... descansará".
El médico veterinario estiró los brazos esperando que le entregaran al animal y cuando eso sucedió, cuando el calor de Ramsés se separó del cuerpo de Hyunjin, este sintió que se ahogaba y todo lo que hizo fue perder la estabilidad de sus tobillos.
Felix, que lloraba tratando de aguantarlo todo, lo abrazó de lado con ambos brazos escuchando sus susurros desesperados. "Perdóname bebé, perdóname bebé, por favor perdóname bebé".
Vieron cuando colocaron la vía pero hubo una pausa.
—Señor Wong puede acercarse a decirle adiós, pero no lo suelte, estoy seguro que Ramsés sabe que están aquí.
Hyunjin le dio una mirada a Felix, una que por sí sola pedía a gritos que no lo soltara porque iba a volverse loco.
Que miserable era el destino, hace un par de horas estaba pensando en lo bien que lucía y cómo estaba entusiasmado por la conferencia de prensa, por la asistencia de "Sexual Writer", pero bastó una llamada para que ese glamour se transformara en una escena difícil.
Tan rápido como para poder digerir que esto era verdad, que la preciosa mascota que tanto Hyunjin amaba iba a partir.
Lo sostuvo entre sus brazos, ambos lo hicieron al mismo tiempo y por un pequeño instante aquellos ojos perdidos de un gatito perdido en el delirio, buscaron y encontraron dos miradas que lo hacían sentir amado.
¡Oh! ¡Los ojos grandes de su padre Hyunjin brillaban y goteaban! ¡Allí también estaban los ojos de su otro papá, el que olía a vainilla y galletas! Cielos ¡Felix estaba aquí! Y fue la misma sensación de amor y protección cuando era un pequeño cachorrito abandonado en el césped a la sombra de un árbol, hambriento, desamparado hasta que escuchó la voz estruendosa de un humano que parecía contento de encontrarlo y la voz tímida de alguien que parecía angustiado.
Esos mismos hombres se convirtieron en su refugio y su tesoro cuando decidieron regalarle una familia, y ahora que se sentía cansado de resistir también estaban aquí, sosteniéndolo en brazos como aquella vez.
Ya todo estaba bien, estaban juntos otra vez.
—Eres hermoso... descansa cariño —Felix inclinó la cabeza y depositó un beso en su cuello por un par de segundos.
Mierda, esto ni siquiera parecía ser real. Era una pesadilla.
Hyunjin fue incapaz de hablar, pero no desprendió su mirada de aquellos ojitos que poco a poco se fueron cerrando cuando el veterinario le puso la primera dosis para que durmiera.
Sabía que no podía abandonarlo, Felix sabía que debía estar para él así que se movió un poco para quedar detrás de Hyunjin de tal manera que podía abrazarlo con fuerza, depositar sus manos sobre su abdomen y hundir su rostro sobre la parte posterior de su cabeza para susurrarle que era un hombre increíble, que Ramsés se iba a ir sabiendo lo afortunado que había sido de tenerlo, también para susurrarle que estaba aquí con él para todo lo que necesitara.
Y aquel momento que hubiesen no querido presenciar, ocurrió.
El médico veterinario les dio una mirada significativa antes de tomar un par de segundos e introducir la dosis requerida para la eutanasia.
No era necesario que lo auscultaran para saber si su corazón había dejado de latir, porque Hyunjin lo supo de inmediato y no le importó que lo escucharan, todo lo que pudo hacer fue caer en el suelo abrazándolo y hundiendo el rostro en su costado, para terminar llorando de manera desgarradora, tan alto y tan lleno de sentimientos que no había cabida a dudas de que no soportaba esto.
"Ramsés ya se ha ido...Démosle un momento" susurraron antes de retirarse.
Temblando como cuando sufría ansiedad, el mayor se sentó a su lado en el suelo pero lo abrazó contra su cuerpo nuevamente para que no sintiera que estaba solo.
Para algunos podía ser una reacción exagerada pero ¿Eran opiniones válidas? ¿Acaso no se podía llorar y gritar de manera enardecida cuando se pierde una mascota?
Felix nunca había tenido una, pero podía ponerse en el lugar de Hyunjin, pues solo quienes habían amado a un animal como un miembro más de la familia eran capaces de "romperse" de esa manera.
Además estaba entendiendo el contexto de la pérdida, Ramsés era de las pocas "cosas" que conectaron el pasado que Hyunjin tuvo que dejar en Corea, Ramsés era su "bebé amado" y quien lo acompañó estos años cuando estuvo en Alemania lejos de todo, lo había escuchado en los momentos buenos y en los momentos malos.
Flash Back
—Cuando estemos desocupados te llevaremos al veterinario, Ramsés, tuviste suerte de encontrarnos —murmuraba el pelirrojo, su dedo índice era suficiente para acariciar su cabecita— eres pequeño y muy hermoso, voy a cuidarte.
Sí, Felix tenía los ojos húmedos, odiaba el maltrato animal ¿Y si no se hubieran ido por ese camino? ¿Y si su vecino no hubiera visto al pequeño "descansando" en el césped del parque? Porque él no, él no hubiera visto absolutamente nada, él solo estaba preocupado de evitar seres humanos observando el suelo. Al estar satisfecho, Ramsés se quedó dormido con la cabeza contra el pecho de su nuevo amo confiándole su seguridad y su vida.
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—¿Hyunjin? —se paró delante suyo y abrió la boca sorprendido, allí había un mantel y encima algunos platillos, pero lo más sorprendente era que dentro de su abrigo se asomaba la pequeña cabeza de un gatito negro cubierta con una gorra de Santa Claus— ¡Ramsés!
—Mis papás enviaron esto como regalo, se enteraron lo que al "padre de un amigo" le ha sucedido, comprendieron la razón por la que no voy a pasar esta noche con ellos así que... —sonrió con la boca torcida— ¿Feliz navidad?
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Podía haberlo admirado más tiempo pero la presión de unas garritas en sus pantorrillas llamó su absoluta atención.
—¡Ramsés!
Gritó por lo alto sin medir el tono de su voz y se agachó al instante para sostenerlo entre sus brazos. Dios ¡Estaba hermoso! su pelaje era aún más negro por lo que lo que más destacaban eran sus ojos. ¿Era posible que sintiera un nudo en su garganta mientras lo abrazaba? el felino no parecía querer desprenderse de su cariño, es más, lamía sus mejillas y le colocaba sus suaves almohadillas en el rostro.
"Te he extrañado mucho, Ramsés, eres hermoso, estás precioso", susurraba.
Se quedó un par de segundos así disfrutando de su suavidad y calor, lo había visto cuando era un pequeñito de 2 meses, lo vio crecer durante otros más pero dejó de saber de su existencia cuando Hyunjin abandonó Corea del Sur.
—Él te ha extrañado también.
Fin Flash Back
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"Las patologías más comunes en los gatos tienen que ver con una falla en los riñones.
Lamentablemente ese pequeño no tenía chance de vida, podíamos recuperar un poco la función renal del que estaba quedando pero no iba a vivir más de 2 meses, prolongar su dolor no era ético pero le dimos la opción a Wong Hyun y él, antes que usted llegara, optó por dejarlo descansar, solo quería acunarlo un poco más... no se preocupe, esta información quedará en estricta confidencialidad, no la compartiremos con los medios".
Felix cerró la puerta tras de sí luego de hablar con el médico veterinario, levantó el rostro hacia una sala de espera en la que los padres de Hyunjin estaban abrazando a su hijo, un hombre que descansaba el rostro en el hombro de su madre con la mirada perdida, la piel pálida y el cabello despeinado.
Parecía que le habían robado la vida y... no, no estaba lejos de eso.
Revisó su teléfono, el mensaje de su mejor amigo era claro, estaba en la casa de su primo preparando el lugar donde Ramsés sería sepultado.
Observó a su alrededor, Jeongin estaba pagando la factura ¿Qué podía hacer él aquí sin interrumpir algo tan delicado? Caminó fuera de la edificación prácticamente arrastrando los pies, apoyó la espalda en el muro más cercano, sostuvo su teléfono y le mandó un mensaje de voz al chat de sus padres contándole lo que había pasado.
La respuesta fue inmediata, la llamada entrante de su madre llegó primero y es que tanto Effy como Jongsuk estaban descansando uno al lado del otro.
—Cariño... —murmuró ella,
—Fue... horrible —gimió, estaba llorando en silencio (o eso trataba) — todo fue tan rápido, me siento tan mal, si... si tan solo me hubiera preocupado en dejar de odiar desde antes, si tan solo hubiera dejado de juzgarlo, tratar de hacer las paces... ¡No puedo creer que esto le suceda a alguien que amaba tanto a su mascota!
—Mi amor —los ojos de Effy estaban llenos de lágrimas mientras negaba— solo observa a tu alrededor, te encuentras en el hospital veterinario, no en una gala ni en el trabajo, elegiste ser su apoyo, él te permitió compartir un momento tan doloroso y privado como este contigo ¿Qué muestra más significativa de que no vale la pena arrepentirse del pasado sino ocuparse del presente?
—Hijo —murmuró su padre, acongojado por sentirlo tan desprotegido— independiente de todo lo sucedido, no puedes negar que Hyunjin estuvo contigo en momentos difíciles, sabes cuales son esos —la maldita llegada de Haengja en aquel entonces, recaídas de la fobia social, el acompañamiento mientras Jongsuk estuvo en el hospital— así que ahora te toca a ti, deja este teléfono y hazle saber que no está solo, como dice tu mamá, no vale la pena arrepentirse del pasado... ya no más.
Murmuró un par de cosas como que los amaba antes de cortar la llamada y entrar a la sala de espera, pero cuando hizo eso vio la triste escena en la que le entregaban el cuerpo del pequeño envuelto totalmente en una manta felpuda, quizás la favorita de Ramsés.
HYunjin aferró lentamente el bultito entre sus brazos y contra su pecho mientras lloraba atormentado sin poder entender el hecho que ese Ramsés estaba sin vida cuando hace un par de días parecía tan lleno de ella.
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Esta era la primera vez que se encontraba en el hogar de la familia Hwang y se sentía mal creyendo que no tenía permitido hacerlo, que había otras personas con mayor derecho ¿Cuál era el suyo cuando estuvo tantos años ausente? La mirada cálida de ambos padres al verlo cruzar la entrada principal, le provocó dolor de estómago.
"No me miren así, yo desprecié a su hijo" se dijo a sí mismo.
Saludó con escueto a su mejor amigo y junto a los demás pasaron al patio donde debía ocurrir lo inevitable, sepultar el cuerpo de su amado gatito, pero Hyunjin rascó sus brazos de arriba hacia abajo, trató de coordinar la respiración sin éxito alguno y negó con la cabeza, era incapaz de hacerlo, incapaz de depositar al pequeño en una fosa de mediana altura, incapaz de ver como la tierra caía encima.
Depositó un beso sobre el bultito y le confió la difícil tarea a su padre, ni siquiera miró a su alrededor, caminó con torpeza donde sabía que estaba la habitación que ocupaba allá dentro.
"Perdóname bebé por no disfrutarte más tiempo" pensó Felix en la última imagen que tuvo del gatito, aquella donde vio a Hyunjin sentado en el suelo fuera de su departamento con él en sus brazos.
Allí estaba su mejor amigo Seungmin con una pala en mano, Jeongin parecía no importarle su presencia, más bien estaba sentado en el suelo llorando, la señora Hwang tenía un ramo de flores en mano pero ¿Quién iba a estar con Hyunjin?
"Yo no tengo derecho pero...".
Pero de todos los presentes era el único que había experimentado la ansiedad en su máxima expresión.
Quizás tenía un letrero en la cabeza que reflejaba sus pensamientos, pero la preciosa señora Hwang lo abrazó de lado y lo miró con confianza.
—Conozco lo suficiente a mi hijo —trató de secar las lágrimas que caían en las mejillas de aquel hombre alto, de cabello rubio y rostro de bebé, se estaba deshaciendo en la angustia— por favor acompáñalo, quédate con él.
Felix no iba a analizar en profundidad sus palabras, pero lo que no estaba teniendo en cuenta es que esos padres sabían todo lo que significó él para su hijo, incluido el interés romántico que ambos formaron.
Fue así que abandonó la escena para adentrarse en la casa y observar en un pasillo, cerca de una cocina, varias imágenes dentro del mismo cuadro, fotos y recortes de Hyunjin como Sexual Writer, noticias del autor del último tiempo, la portada de la revista People, la Comic Con, entre otros.
—Ellos te aman por lo que eres —murmuró.
Subió por la escalera siguiendo las instrucciones que le dieron, pero no fue difícil saber dónde estaba él, pudo encontrarlo al escuchar su llanto ahogado.
Abrió la puerta con cuidado y de la misma manera la cerró tras su espalda, Hyunjin estaba acostado en posición fetal abrazando una almohada, llorando y quejándose con plena libertad en la privacidad de lo que fue su habitación los años antes de vivir de forma independiente.
A Felix lo golpeó la imagen, porque era verse a sí mismo en sus ataques de ansiedad años atrás y no sabía si apostar por las palabras de que "todo sucede por algo" pero, ahora él estaba desde el otro lado en aquel rol de que debía entregar contención.
"Esto no se trata de ti, se trata de él".
Descalzo caminó por el suelo y se acostó a su lado para cubrir su cuerpo con el suyo en un abrazo "cucharita".
Hyunjin explotó aún más aferrando las manos de Felix que descansaban en su abdomen.
—Sé que sientes que te estás hundiendo y que nada de lo que te digan puede sacarte de ese abismo, pero lo mejor que puedes hacer es llorar, seguir llorando hasta secarte, sacar afuera tus sentimientos —porque lo peor para él fue acumular hasta explotar en un intento de suicidio.
Felix lo abrazó más fuerte, enredó las piernas con las suyas y hundió el rostro contra su cabellera negra.
—Me duele el pecho, me duele el cuerpo ¡Yo quiero a mi bebé acá! ¡Necesito que me traigan de vuelta a Ramsés!
¿Qué podía decirle? Tragó su propio llanto y repasó lentamente las manos sobre el abdomen para entregarle calor y una señal que no iba a irse de aquí, que no iba a permitir que se sintiera abandonado y que no sería cuestionado por sufrir la pérdida de un "Ser amado".
Mierda y es que, Hyunjin lo adoptó con tanto amor, lo hizo suyo y le brindó siempre lo mejor creyendo que iba a entregarle todo lo que su dueño anterior le prohibió, pero el destino en un chasquido caprichoso se lo arrebató haciéndolo sentir miserable... y solo.
Para Felix todo fue rápido, pero para él y la gente que estuvo cerca suyo fue una odisea tortuosa de una semana, algo que apenas comenzaba,
No sabía si tenía permitido hacer esto, pero tuvo la necesidad imperiosa así que besó la parte posterior de su cabeza y se quedó así mientras lloraba en silencio. Dejó que su mente fluyera hacia el pasado sintiendo en su pecho la dolorosa realidad de que si pudiera entregaría un poco de su tranquilidad para volver a vivir un día en el pasado, donde todo lo que le importaba era disfrutar su compañía, donde se sentía enamorado y creía que iban a poder concretar algo.
Quizás no se percató de cuánto tiempo se quedó de esa manera, porque de un momento a otro pestañeó aturdido en un ambiente que aún tenía una luz tenue, salvo que ahora ambos estaban tapados con una manta, el rostro de Hyunjin descansaba contra su cuello y sus brazos lo envolvían por la cintura como la única fuente que podía entregarle tranquilidad y calor.
¿Se había quedado dormido? ¿Sería capaz de levantarse de aquí, despedirse de los demás y regresar a la soledad de su departamento?
La respuesta era una rotunda negativa así que dejó los cuestionamientos de lado y se arrastró al mar de un sueño profundo, un sueño que ponía fin a un día terrible pero que permitían al paso de cosas increíbles.
Pues quien con su inocente llegada generó la cercanía de dos extraños, con su repentina partida podía lograr la unión de dos enamorados.
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Alguien, aparte de mí, necesita pañuelos?
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