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28. ¡Tú!


Jueves 11 de abril 2019.

Desde que estaban juntos había una cosa que tenían muy claro y es que, sin importar la imaginación, las posiciones, la agresividad, los juegos e instrumentos en el momento que tenían sexo, nada podía igualar la sensación de tenerse mutuamente cuando hacían el amor.

Felix dio un gemido largo pero suave, un tono que casi rosaba el silencio pero que era la demostración clara de lo mucho que le causaba placer que esas manos abarcaran un gran espacio en su espalda y que la recorrieran en todas las direcciones brindándole, además, calor. Unas manos que terminaron por apoderarse de las nalgas de su trasero y que masajearon lento pero tan firme que de seguro quedarían marcadas pero un gesto que servía para afirmarlo mientras Hyunjin entraba con mesura en su cuerpo.

—Hyun... Hyunjin —balbuceó entre jadeos, los labios del pelirrojo lo besaban con pausa por su mejilla sonrojada y húmeda, los besos iban haciendo camino hasta la curvatura de su cuello y por el borde de la clavícula— ahhhhh...

Ambos estaban en la casa de Hyunjin para tener aún más privacidad y para darle una despedida memorable, la próxima semana la vendería para quedarse únicamente con el departamento ¿Por qué no hacer el amor dentro de sus paredes? ¿Por qué no embriagarse con ese cuerpo con todas sus libertades?

Felix, que estaba acostado sobre su torso y sentado sobre su entrepierna, sostuvo el rostro de este para besarlo y dejar que sus gemidos y jadeos se perdieran en la boca del otro. Su chico lo había preparado, había utilizado lubricante y sus propios dedos para acostumbrarse a la invasión y cuando su cerebro estuvo a punto de desconectarse, Hwang se acostó sobre el sillón tantra antes de empujarlo y penetrarlo expandiéndolo y volviéndose loco ambos por la calidez de un contacto sin barreras.

Confiaban en el otro incluso si tuvo años de trabajo sexual en su cuerpo. Había sido jodidamente precavido en cada encuentro y jamás accedió al sexo sin preservativos con los clientes porque Seungri lo tenía prohibido, además, para acceder a los servicios sexual de "Boleumdal", los clientes tenían que hacerse un control médico como los prostitutos. Si algo había hecho bien ese infeliz fue la prevención de Infecciones.

Pero más allá de la confianza sobre eso, se trataba de entregar su cuerpo sabiendo que el otro lo tocaría con respeto y admiración, que no haría algo a lo que dijera que no y que sabía leerlo. Bien, Sexual Writer había cumplido, había escrito una historia de sexo en cada pliegue de cuerpo.

—Más... rápido —balbuceó en el momento en el que entró.

"Insaciable" susurró en respuesta pero no accedió a ello de forma inmediata, realmente quería disfrutarlo en cada relieve y gota de sudor.

Descendió la mirada al abdomen de ambos y no dudó en quedarse quieto y dedicar a usar su mano sobre el pene del rubio. Sonrió con ternura cuando repasó un pulgar sobre su glande húmedo y este tembló en respuesta, pero le robó un beso cuando empezó a masturbarlo como tanto le gustaba que lo hiciera.

¿Qué era mejor que estimularlo en varios lugares a la vez? mientras hacía eso abandonó sus labios y repasó muy lentamente la punta de su lengua en el costado de su oreja derecha para luego sostener el lóbulo con sus dientes y tirarlo sin apuros.

"Mmmmy...ammm" jadeó en secreto.

Lo llevó al límite, lo estímulo tanto que el muchacho estuvo a punto de explotar en un orgasmo pero no lo hizo. Se detuvo y observó por un par de segundos sus ojitos brillando de lujuria, fue imposible no esbozar una sonrisa bobalicona del más absoluto enamoramiento ¿Qué había hecho de bien para merecerlo?

—Hermoso —acarició el costado izquierdo de su rostro con el dorso de su mano derecha mientras él casi lloriqueaba de impotencia— ¿Qué es lo que necesitas?

Felix gruñó rascando su cabeza y despeinándose aún más.

—Señor Writer no me haga seguir este juego... fólleme ahora.

Y esperó un par de segundos para que el corazón se calmara antes de tomarlo entre sus brazos y empujarlo contra una pared. Casi perdió la cabeza cuando las piernas largas y suaves del rubio descansaron en la base de su espalda justo en cada cadera para empujarlo hacia él e insistirle que lo penetrara.

—Como lo ordenes, Yongbok.

¿Quién era él para no sucumbir ante sus deliciosas peticiones? Sostuvo sus manos por sobre su cabeza y encima de la pared, con las suyas, para hacer solo uso de la fuerza de sus muslos y el resto de su cuerpo para penetrarlo.

Mierda, lo quería, estaba enamorado y de eso no habían dudas. Ese tipo de pensamientos lo embargaban al entrar y salir en él pero también mientras lo besaba en los labios tragándose sus gemidos.

La imagen desde el punto de vista de un espectador podía ser considerada realmente preciosa. Un gran cuerpo de piel morena parado y acorralando a otro pero de piel blanca, movimientos cadenciosos, gemidos suaves versus gemidos más roncos, besos que clamaban saciar un hambre y sentimientos. Sí, eran un nudo precioso lleno de contrastes y complementos.

—P-por fav.. or —antes se hubiera muerto de vergüenza escuchar el sonido de sus cuerpos golpeándose pero ahora solo estaba concentrado en el dolor y el placer que le provocaba ser invadido por detrás.

Su pene estaba siendo friccionado por la presión de ambos cuerpos. Dio un pequeño grito por lo alto cuando le dio una estocada y se mantuvo firme sin salirse, porque la fuerza fue lo suficiente para que se corriera copiosamente.

Retorció pausadamente los dedos de sus pies en la espalda de Hyunjin disfrutando cada segundo de su orgasmo y arrastrándolo lo más posible. Dejó que el castaño escondiera su rostro contra su mejilla y lo siguiera jodiendo por un poco más hasta que, pocos segundos antes de explotar, salió de su cuerpo, sostuvo su propio miembro y se corrió en la apertura de su ano. También quiso extender su placer volviéndolo a penetrar suavemente, quería exprimir todo lo que esto pudiera brindarle.

Dio un gran suspiro contra la piel blanca pero no perdió demasiado tiempo en ello, quiso levantar el rostro y observarlo mientras buscaba el control de su propia respiración. Ojos aletargados, mejillas sonrojadas, labios húmedos, cabello despeinado y húmedo en la raíz, lucía como alguien que había disfrutado de una buena ronda de sexo.

Y para el rubio el espectáculo también era fascinante al punto que encogía su corazón. Un hombre de ojos expresivos brillando de emoción, unos labios sonrojados por los besos entregados, un cabello cubriendo su frente pero mojado en los costados cerca de sus orejas, un torso que subía y bajaba con un corazón aturdido. Hyunjin era precioso y era suyo porque así lo había declarado en su mente.

—Eres exquisito —le robó un beso fugaz al pelirrojo— yo, ahhh... ¿Podría ir a limpiarme al baño?

—Que suerte tienes, ya que te tengo en mis brazos yo te llevo.

—Pero Hyunjni, te vas a tropezar —se mordió el labio, su risita era suave y torpe— ¡Hyunjin!

Gritó cuando lo sostuvo con ambas manos y se lo llevó colgando del hombro mientras decía que haría un sacrificio humano con él.

Que lindo era estar enamorado y permitirse este tipo de juegos.

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Mirando el techo acostados sobre una alfombra felpuda con la ropa interior como única vestimenta y conversando sobre las cosas más simples de la vida ¿Era este el panorama ideal? La verdad, sí.

Habían cenado después de ducharse y ahora que sus estómagos estaban llenos decidieron descansar y hablar como lo haría cualquier pareja convencional, de cómo había estado el día en las clases de la Universidad, cómo estaban sus padres y los lugares que querían visitar cuando llegara el verano en junio.

En aquel instante apareció maullando Ramsés para pasearse entre ellos y refregar su rostro contra la mejilla de Felix.

—Hola hermoso —murmuró, lo sostuvo y lo apoyó en su vientre— siento que cada día crece más.

—Es un muchacho de 7 meses ¿Te acuerdas cuando lo encontramos en el césped todo pequeño y con hambre? —sonrió al ver cuan cariñoso era con Felix— él te ama.

—Es mutuo —le dio un par de besos antes que saltara y caminara hacia otro sector a jugar.

Nunca había sido de mascotas pero ese gato había robado su corazón y de alguna manera se sentía como su otro padre, de vez en cuando se quedaba con él durante el día, jugaban juntos e incluso lo tomaba en brazos para que durmiera la siesta en la cama.

Guiado por un "no sé qué", Hyunjin apoyó su rostro en el pecho de Felix y lo abrazó para cobijarse contra su cuerpo.Los dedos del rubio se inmiscuyeron en su cabello para acariciarlo y hacerlo sentir protegido.

—A veces me gustaría no haber cometido errores, haber tenido una adolescencia normal... no estaría preocupado haciendo cualquier cosa mirando hacia atrás pensando que alguien puede hacerme algo o reconocerme. No sé como puedo gustarte.

—El papel de perra dramática déjamelo a mí —y lo había dicho con tanta ternura que Hyunjin se mordió el labio ¡Este chico era contradictorio!— quiero decir, la inseguridad es más característico para mí, tú puedes gustarme todo lo que yo decida, tú me aceptaste con mis defectos... así son las rel... ehh, bueno, ya sabes.

El menor levantó la cabeza y lo observó durante un par de segundos, ninguno de los dos eran niños pequeños como para no saber lo que querían, pero tal vez sí eran lo suficientemente tímidos para no dar el primer paso.

Esbozó su sonrisa característica, le gustaba cuando Felix se sonrojaba y desviaba la mirada.

—¿Tienes algo que hacer este sábado? Quiero llevarte a una cita.

No hubo respuesta alguna, solo una mirada insegura hasta un par de segundos después.

—No podemos andar de la mano o hacer ese tipo de cosas, esto es Corea.

—Entonces no tienes algo que hacer —negó— quiero llevarte a una parte especial, quiero conversar contigo algo muy importante ¿Es una cita?

Asintió.

—La será.

Dos días después.

Él no iba a trabajar los días sábado a la oficina pero hoy era un día especial, tenían que sacar adelante un proyecto y no le alcanzaba el tiempo durante la semana. Se había disculpado con su hijo, le habían dicho que le pagarían como horas extra y se había jurado a sí mismo que utilizaría parte de este dinero en algo en el que lo dos pudieran disfrutarlo, algo que valiera la pena el que lo dejara solo hoy.

Pero había algo que él no sabía, Felix no pudo pedirle que lo acompañara al centro comercial a aconsejarlo y ayudarlo a escoger un conjunto más formal para la cita con Hyunjin, por esa razón el rubio recurrió a alguien que se estaba robando su corazón de la forma más maternal posible incluso si solo 14 años los separaran.

Effy lo abrazó de lado cuando pisaron el centro comercial sabiendo que, incluso si las crisis ansiosas habían disminuido por los medicamentos, un contacto familiar podía disminuir cualquier agitación o pensamiento llevado por el trastorno de ansiedad social.

—No la hubiera molestado si mi mejor amigo me hubiera contestado la llamada, digo —se sonrojó nervioso— quiero decir, no es como si no pensara en usted o fuera una segunda opción yo... mierda, lo estoy empeorando.

Ella sonrió de costado.

—¿Qué tiene de entretenido salir con la novia de tu padre? yo no lo hubiera hecho así que no te disculpes pero, ya que estoy aquí puedo darte mi apreciación.

Elizabeth Stonem siempre tenía la palabra adecuada para hacerlo sentir como si no hubiese cometido un error y darle la confianza para continuar, cualquier situación embarazosa ella se ponía de su parte para entregarle comodidad.

Abrazados de lado caminaron hacia la primera tienda de ropa, era agradable que supiera que era gay porque podía entender que se estaba preparando para una cita. Después de elegir un par de cosas Felix entró al probador y salió para pararse frente a ella.

—¿No has considerado unirte a la carrera de modelo? —lo miró de arriba hacia abajo, el muchacho sonrió tímido y miró hacia el costado— lo digo enserio, tienes esa belleza que hace sentir a las mujeres muy envidiosas, tu piel es hermosa y tus rasgos son bonitos ¿Qué sucede con las agencias en estos días? ¿Acaso no están reclutando en la calle?

Entró nuevamente al probador luego de darse cuenta que el primer conjunto no era de su total agrado. No sabía si estaba siendo muy pretencioso pero realmente quería verse bien hoy, era la primera vez que iban a una cita como tal además quería ser honesto con él sobre sus emociones.

El segundo conjunto era un pantalón negro, una camisa blanca con diseño de flores negras muy ínfimas que podía hacer juego con una chaqueta de cuero.

—10 de 10, luces perfecto —se deshizo de la ropa y la llevó a la caja para pagar por ellas, pero Hellen estiró su mano entregando su propia tarjeta de crédito— no me mires con esa cara, es un regalo.

—Pero es... es costoso y son ideas mías, no debe hacer esto.

Le hizo un gesto para restarle importancia y después de que la transacción se llevó a cabo, le entregó las bolsas.

Pasaron un poco más mirando por fuera de las tiendas mientras bebían un helado.

—Me gusta verte tranquilo cariño, como si las personas no te afectaran tanto.

—Sigue siendo una lucha señorita Stonem, pero cada día me convenzo que son solo ideas mías, a... a estas alturas de la vida me siento muy bien —miró sus propios zapatos, se habían sentado en unas bancas de piedra cerca de una fuente de agua en el centro comercial— creo que quiero tomar el consejo de mi papá e ir a la universidad pero no sé en lo que soy bueno.

"Solo sé tu mismo, tu papá y yo te apoyaremos".

La miró de reojo antes de sonreír, no quería preguntarle si se estaba proyectando con su padre, no quería presionarla a tomaruna decisión apresurada porque quizás lo hacía de forma inconsciente pero incluso la persona más simple podría interpretar sus palabras como que se veía a su lado por mucho tiempo si es que no por siempre.

¿O solo el amor estaba haciéndolo ver en todas partes? Bien, las cosas estaban tomando un color increíble como para tomar las riendas de su vida y empezar a crecer.

Y desde el otro lado de la ciudad, Hyunjin frunció el ceño a su teléfono cuando su primo le cortó la llamada después de discutir con él. ¿Pero qué mierda había sido eso?

Le había pedido ayuda porque necesitaba un consejo para hoy, era el mejor amigo de Felix, podía aún más sobre su persona que él mismo ¿Qué había de malo? nada pero tal pareciera que Seungmin no pensaba de esa manera porque le había dicho que no podía hablar ahora, que estaba ocupado y que si se acordaba le respondería por mensaje.

Hizo un gesto de asco, su voz había sonado agitada y él sabía muy bien que su primo no hacía ejercicio en absoluto pero cuando quiso guardar el teléfono en el bolsillo derecho de su pantalón este sonó de vuelta con la llamada de su mejor amigo Jeongin.

—¿IN? ¿Sucede algo? 

—Disculpa al idiota de tu primo.

—Pero tú co... y... —ahogó un gemido de sorpresa— ¡Jeongin!

El aludido estaba sonriendo de forma ladeada boca abajo abrazando la almohada de aquella cama mientras "Minnie" le susurraba en la otra oreja obscenidades, tenía ambos brazos rodeando su cintura y las rodillas separando sus piernas para adentrarse una y otra vez en su trasero.

Era el primer encuentro sexual desde hace 1 mes en el que no hubo transacción de dinero.

—No hay vergüenzas entre nosotros amigo mío, Seungmin te respondió como el troglodita que es porque llamaste mientras estamos follando... ¡Auch! —le dio una nalgada antes de morder la curvatura de su cuello y joderlo más duro— ahhh yo, sí, eso... tu primo y tu mejor amigo han estado jodiendo desde hace un tiempo pero eso no es importante yo mmmm.

—¡¿Qué no lo es?! ¡Ni siquiera sabía que a Seungmin le gustaran los hombres! ¡Ustedes se odiaban!—negó con la cabeza antes de soltar las carcajadas que lo caracterizaban — ¡Maaaaaaaafrieeeeeeeend! —siguió riendo por un par de minutos, incluso más cuando escuchó de fondo a su primo quejarse "¡Tus risas me cortan la inspiración, idiota! ¡Cállate!"— bien... se hahaha será mejor que dejemos esta llamada aquí.

—No, tú querías un consejo... ¿Quieres sorprender a Felix? ¿Quieres obsequiarle alguna cosa? piensa en algo que represente muy bien lo que sientes o algo con lo que pueda recordarte muy fácil.

Y después de cortar la llamada miró hacia el frente con las mejillas rojas, había visto a su amigo ser jodido en el prostíbulo pero diferente era que su primo lo hiciera, la situación era un poco perturbadora pero se sentía contento, solo esperaba que no terminaran arrancándose la piel el uno al otro.

Siguiendo el consejo de su mejor amigo, Hyunjin siguió caminando por ese centro comercial con las manos en los bolsillos. Esto no era una propuesta de matrimonio, simplemente quería pedirle que le pusieran un nombre a la relación, que fueran capaces de decir que eran novios ¿De qué podían temer? El señor Lee aprobaba esto desde antes que ambos lo supieran, la señorita Stonem también, solo tenía quetrabajar en la confianza en sí mismo para decirle a sus padres que estaba enamorado de un hombre porque no iba a estar cómodo ocultando algo que lo hacía sentir tan bien.

De pronto cambió su mirada perdida cuando evantó los ojos y vio una joyería. Por instinto entró sin saber qué era lo que quería hasta que se acercó a la mujer tras uno de los mostradores, todo gritaba riqueza ¿Se sentiría cómodo Felix con algún objeto de este valor?

—Buenas tardes ¿Busca algo en específico señor?

—Estoy buscando algo para mi pareja, pero no sé qué exactamente, quiero pedirle que oficialicemos una relación de novios pero...

La muchacha contuvo un suspiro, el hombre frente a ella no tenía la típica belleza coreana pero de alguna manera se le hacía realmente atractiva la manera en la que se expresaba con tanto sentimiento sobre su pareja.

Esa chica era muy afortunada y se lo dijo pero ¿Por qué razón sonrió aún más?

—Hay algo que se está haciendo tendencia en estos días y es regalar cadenas con un dije de oro, tanto para hombres como para mujeres —señaló otra parte de la joyería— ¿Le gustaría acompañarme?

Asintió entusiasmado dando pasos donde la mujer le indicaba, las cadenas con dije eran algo cómodo de poseer, además imaginar el contraste de la piel de Felix con la joya mientras estaba desnudo teniendo sexo, hizo volar su cabeza en todas las direcciones incluso las incorrectas para esta ocasión.

—Tenemos de todos los temas y formas aunque son más costosas por los detalles.

Le mostró los dijes en el panel, los ojos de Hyunjin buscaban algo que lo identificara con el muchacho y cuando observó la temática del último panel, sus ojitos brillaron de emoción.

—No puedo creer que tengan... esto — susurró tocándolos con la punta de los dedos.

La dependienta lo miró extrañada.

—Pues, quizás estamos abiertos a todos los gustos señor aunque personalmente considero que le quita elegancia a una joya.

Él le frunció el ceño indicando dos dijes, seguiría el consejo de su mejor amigo, esto definitivamente era algo significativo.

—Pues yo me llevo estos dos y espero tenga dos cadenas finas de oro para poder colocarlas señorita.

Avergonzada fue hacia otra parte de la joyería para mostrarle las cadenas, nunca iba a entender a las personas ricas y mucho menos a las parejas de estas ¿Qué clase de mujer querría un dije con esa forma?

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Terminó de cepillarse el cabello frente al espejo pero cuando se volteó vio a su padre de brazos cruzados a la altura de las costillas con un rostro de complicidad que le causó gracia. No era un secreto que tendría una cita con Yukhei en un restaurante en las orillas del río Han, entonces ¿Por qué le sonreía así?

Se acercó a él y lo abrazó de lado, era un poco más alto, la verdad es que no se parecían mucho pero sus personalidades eran muy parecidas en algunos aspectos. Suspiró, realmente no sabía qué haría si no lo tuviera a su lado, era su apoyo más grande, era su todo.

—Me gusta verte así ¿Ves que no me equivocaba? —si supiera todo lo que habían hecho y por todo lo que habían pasado quizás su visión de las cosas cambiarían un poco— sé que se te hace tarde ¿Vas a volver a casa o... te quedarás afuera?

Sus mejillas sonrojadas eran reflejo de su vergüenza.

—No lo sé.

—Ambos cuídense ¿Sí? en el aspecto que sea hijo, por favor háganlo... a los jóvenes les gusta divertirse pero no todos tienen buenas intenciones.

Asintió, no irían a ningún club nocturno, no desde que Hyunjin expresó que no quería pisar nada de entretenimiento de ese tipo por mucho tiempo. Quería hacer su vida lo más normal posible, quería sentir que tenía control de sus decisiones y de su cuerpo.

No, no iba a pasar, su cita sería normal.

Se despidió después de tomar las llaves del departamento y después de mirarse por última vez al espejo, el conjunto realmente lo hacía sentirse bonito y como la temperatura estaba mejorando en primavera creía que podía lucirlo aún más.

No dudó en tomar un taxi porque sabía que repitiéndose una y otra vez que nada malo pasaría, que las personas no hacían daño y que podía superar la fobia social, es que cada vez su vida sería una normal como todos los demás. Durante el viaje apoyó el rostro en el vidrio y miró las luces de la ciudad pasando por fuera para deleitarse con el paisaje ¿Quién iba a pensar que terminaría enamorado de aquel vecino con personalidad extrovertida? ¿Quién iba a pensar que esa misma persona era su autor favorito y que cada encuentro entre ambos era mejor que el de los libros?

Se tapó los labios riendo bajito, se sentía bobo y feliz.

—¡Gracias! —murmuró después de pagar lo correspondiente y cerrar la puerta.

Para llegar al restaurante tenía que subir por una escalinata, Hyunjin insistió que podían llegar juntos pero Felix se negó, quería hacer de esta cita lo más real posible y no como si vivieran a unos pasos de distancia.

Sostuvo su teléfono para corroborar si era el mismo que señalaba en la foto y en la dirección del mensaje pero aquella voz provocó que se le resbalara de las manos y que la pantalla se resquebrajara en el centro.

—Hijo, ha... ha sido un tiempo. Se agachó por él y le estiró el teléfono pero como el muchacho no respondía lo depositó en su pantalón.

—¿Qué es... es lo que quieres? —ella no iba a hacerle daño, ella no podría, ella no tenía el poder.

Su aspecto era impecable, lucía fresca, muy hermosa y "bien" con la vida como si no existieran los problemas, pero él no era idiota, ella no lo buscaría porque sí nada más. La odiaba. qué tenía que aparecer después de todos estos meses?!

—Voy a irme de Corea de forma definitiva, hijo... luché incansablemente en silencio para poder pedir tu perdón pero no lo logré, me iré la próxima semana y sé que no debería haberte seguido pero, pero tampoco soy capaz de abandonarte y viendo como eres tan... inocente e ignorante.

—¿Perdón? —sentía que su piel estaba sudando pero no quería verse débil iNo podía darle la ventaja a esa mujer!

—Hasta un par de meses creí que esa mujer era tu novia pero sé que es la novia de tu... padre —incluso si quería disimularlo, el asco en su pronunciación era evidente— sé también que eres homosexual y oye, no tengo problemas respecto a eso —la brisa de primavera bañó sus cabellos suavemente— pero incluso a mí, que no he sido una buena madre, me queda un poco de instinto para apartarte de lo que te hace daño.

—Haengja ni siquiera fuiste mi madre —jadeó— ¿Puedes irte? eres... eres una psicópata, estás enferma...

La máscara de empatía y el papel de buena persona se iba borrando de esa mujer para ser reemplazado por uno de molestia, por las facciones de alguien que quería tomar el control de la situación recurriendo a lo peor.

—¿Qué tan buena persona tienes que ser tú como para ser capaz de meterte con alguien que ejerció la prostitución? —aquella información saliendo de su boca le dieron náuseas y una sensación de pánico.

Ella los estuvo siguiendo iNo había otra forma de que supiera eso! Maldición y ni siquiera podía ocupar su teléfono para llamar a Hyunjin y pedirle que viniera por él, iba a tener que salir solo de esto.

—Necesito que me dejes tranquilo, necesito que te vayas, no necesitas hacerme daño de esa manera —habló bajito— por favor.

—El peligro puede venir de quienes menos lo esperamos ¿De verdad crees que ese tal Hwang Hyunjin ha sido honesto contigo en algún momento? ¿De verdad subestimaste su poder como prostituto? cariño... lamento decirte que quien te puede hacer más daño es él y no yo —le estiró una carpeta de la que sacó unas fotografías que dejó en sus manos— ¿Cómo podrías estar enamorado de alguien que se atrevió a hacer esto?

Y después de mucho rato en el que luchó para abandonar su mirada, descendió los ojos a las fotografías que esa mujer le estaba entregando. Sabía que quería destruirlo, sabía que quería acabar con la poca felicidad que había tenido llevada por esa sensación de insatisfacción con la vida o por haber llegado a su lado convirtiéndola en una mamá a tan corta edad.

Pero incluso "entendiendo" las actitudes de una mujer enferma, no pudo evitar sentir que se le estaba desgarrando el corazón de forma completa con la imagen de "Sam" con los ojos cerrados rodeado por todas esas muchachitas y muchachitos *descripción de las fotos eliminada debido a políticas de wattpad*. Quizás estaban empezando la adolescencia... Pero no sabría decirlo, no cuando sus ojos húmedos le impedían ver las fotos.

—¿Ese es el hombre que tanto amas hijo? Yo no sé cómo quieras llamarlo cariño mío, pero eso que hizo en el club sexual es abuso de menores de edad.

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No puede ser, permiso, me retiro a llorar

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