Los ojos de Zeke vagaron ante la
oscura habitación de el mayor,
claramente jamás había entrado a ella. Quería pensar que había sido un
despistó de el doctor que le haya
levado a la habitación, y supo que era
así cuando el castaño comenzó a
quitarse la camisa.

Su maldita camisa.

Su hombro desnudo, su piel, se
notaba tan suave, Zeke inhaló ese
aroma masculino y maduro sintiendo
un escalofrío por todo su cuerpo.
Pensamientos impuros comenzaron a
invadir su cabeza, escenas eróticas
junto a Eren, definitivamente
eso la estaba poniendo caliente de inmediato.

──¿S-Se va a cambiar? Necesita que
me va-

──No. Quero que te concentres en mi
cuerpo y me digas. ¿Qué sientes al
verme? ──Zeke tragó saliva al ver
como las yemas de sus dedos
comenzaron a deslizarse por su
blanquecino torso── ¿Mmh?

El menor no podía hablar, claramente, tenía a un precioso hombre a pasos de el sin su camisa puesta, preguntándole qué sentía al verlo, obviamente estaba más que nervioso.

Tampoco es como si supiera exactamente qué sentía, le gustaba lo que veía, le gustaba ver a su sexy doctor, pero era dificil decírselo y no quería parecer un pervertido. Por otro lado, Eren pensaba que otra cosa podía hacer, sin llegar a algo extremo, al no poder tocar a su paciente para confirmar lo que tenía en mente. No se le ocurría otra cosa más que desvestirse frente a el.
Bueno... después de todo, trata de hacer su trabajo y por fin resolver las dudas y problemas de Zeke. Se acercó lentamente hacia el sudoroso muchacho.

──¿Ni cuando tu novia te toca tienes
una ereción? ──negó tragando seco ── ¿Me permites hacer una cosa? ──Zeke sólo asintió, ni si quiera le salían las palabras. Eren no quería pasarse de más, pero en esos momentos estaba olvidando un poco su profesionalidad ──Nueve años de diferencia ──se acercó a su oído── Tengo experiencia, ¿qué quieres que te haga?

Una de sus manos se deslizó por el
pecho de Zeke, su abdomen comenzóó
a subir y a bajar con exageración, su
respiración volviéndose entrecortada,
estaba realmente exaltado.

La mano de Eren comenzó a bajar
más y más, esperando encontrarse con alguna sorpresa, si era así, ya había logrado su cometido.

──Responde, ¿qué sientes al verme?
──Me gusta verlo, me gusta y me excita verlo de esta manera ──Zeke perdió la consciencia y ya no le importaba lo que salía de su boca, sólo quería disfrutar del tacto de las manos de la mayor. Eren sonrió para sus adentros y bajó por completo.

Bingo.

Acarició lentamente la zona, sintiendo
como se ponía cada vez más dura.
Definitivamente el tenía razón. Si
Zeke no había logrado tener una
erección con su novia y si con el, su
pensamiento de que a él rubio sólo le
atraian personas más grandes era
cierto.

Sólo apretó su miembro por encima de la tela antes de separarse con una
sonrisa, ya era suficiente.

Pero para Zeke no.

──Puedes irte a casa, ya es tarde iba a
ponerse su camisa pero la menor
reaccionó rápido y se levantó de la
cama, dirigiéndose a el hombre
tomándolo por los brazos para luego
pegarlo en la pared y dejándolo
acorralado ── ¿Qué haces, Zeke?

──No me puede dejar así.

──¿Qué quieres que haga? ──preguntó indiferente tratando de zafarse del agarre de Zeke, pero el tenía más fuerza así que no pudo.

──Yo... quiero que siga haciéndolo ──
Eren jadeó al sentir la respiración
de Zeke chocar con su cuello,
desviando su mirada── por favor...

──Lo siento, Zeke. No tengo encuentro sexuales con mis pacientes, eso sólo fue para demostrarte algo que no quieres aceptar ──el mencionado gruñó, reforzando su agarré── Ve a casa ──lo soltó, para así ahora llevar sus manos a su espalda baja acercandolo más a su cuerpo── Se pondrá peligroso.

Los labios de Zeke fueron a su cuello,
al comienzo sólo los dejó ahí quietos
luego de haber dado un pequeño beso, que ya había dejado a Eren sin
aliento, después fue dejando más besos hasta llegar a su mandíbula.
Deteniéndose unos segundos mirando
los labios contrarios, sensuales, rojizos y voluptuosos. Zeke comenzaba a darse cuenta de la atracción sexual que comenzaba a tener por el hombre frente suyo.

──Puedo... ¿besarlo?

Eren negó con rapidez, eso estaba
mal, el nunca se había metido de esa
forma con un paciente, se consideraba una persona profesional que no legaría a ese punto. Debía contenerse.

Pero Zeke no le hizo caso y la tomó
fime del mentón, haciendo que la mire a los ojos, Eren notó deseo en ellos, tragando saliva y relamiendo sus labios.

Quería pero no quería.

Sin mentir, Zeke era un precioso
muchacho, uno que a cualquier
persona le gustaría tener a su lado,
pero aún así estaba nmal si quiera darse un simple beso para ejarlo satisfecho.

●

──¿Puedes alejarte? Te juro que si m- ──Juntó sus labios, el rubio cerró sus
ojos y el castaño los abrió de golpe, su
primer impulso fue morder su labio
inferior con fuerza para luego
empujarlo.

──¿Que demonios te pasa? Te dije que no ──se cruzó de brazos frunciendo su entrecejo. Y Zeke volvió a la realidad, notando que se había dejado llevar por la calentura del momento y se habia atrevido a besar a su terapeuta.

Luego de eso, no supo que hacer y
como ya se volvía una costumbre, huyó de ahí. Con una ereción y vergüenza invadiendo su cuerpo.

●

──¿¡Cómo dices que dijiste!? ──el chico  comenzó a reír sin parar.

──No te rías. Es vergonzoso, no sé
porque lo hice, el me tocó y yo... no lo
sé, no sé qué fue lo que pasó por mi
cabeza, ¿pensar qué el quería lo
mismo que yo? Sólo trató de confirmar si me gustaban las malditas personas  más mayores que yo y lo malinterpreté, pensando que buscaba algo más. Me recomendaste a el hombre perfecto pero no puedo tener nada con el ──Zeke resopló tomando su bebida.

──Eres una tonto, sé que está bueno
pero tampoco para que lo beses... Oye,
¿Frieda sabe que asistes a sesiones?

──!Por supuesto que no! No sabes lo
vergonzoso que sería que ella supiera
que su novio es una maldito  impotente sexual cuando está con ella. ──el mayor arrugó su entrecejo al igual que su nariz, dándole un sorbo a su botella. Reiner, su mejor amigo a su lado sólo sonrió y siguió mirando los colores anaranjados del cielo.

Estaban en la terraza del departamento de el menor, mirando el atardecer mientras se tomaban unas botellas de cerveza.

──¿Te puede preguntar una cosa? ──
Reiner asintió ──No es como si me
interesara, pero mira si se entera y me meto en problemas, ¿tiene pareja?

──Pff, ¿Eren? Ni si quiera le hables de
relaciones amorosas, para el el amor
no es más que un sentimiento
superficial y vago que el humano
inventó para complicar más el simple
hecho de follar.

──Oh... entonces el sólo se acuesta con hombres y mujeres.

──Sí, ¿No te conté que es bisexual? Bueno, tampoco usa etiquetas así que se acuesta con cualquier persona que se cruza en el camino, menos con sus pacientes ──Zeke ni si quiera supo porque se sonrojó, Reiner comenzó a reír.

──¿De qué te ríes?

──¡De lo bonita que te ves sonrojado! ── hizo amague de querer apretar sus mejillas, pero el rubio fue más rápida y le dio un manotazo a sus dos manos ── En fin, cambiando de tema, si no quieres aceptar la realidad, ya
solucionaras este problema y estarás
follando como conejos con Frieda.

No pudo evitar reir ante aquel
comentario, sintiéndose un poco menos tenso.

Lo que no le contó a Reiner, es que se
está dando cuenta de sus gustos, no le
gustan menores, se ha puesto a pensar demasiado en Frieda, la ama, si, pero tal vez como una buena amiga y no la puede ver más que como sólo eso.