02
Estaba teniendo una leve erección.
Todo bien pero, ¿por qué no cuando
estoy con Frieda? Esto es tan ridículo.
Baje mi mano a mi entrepierna,
dispuesto a pasar un tiempo a solas
conmigo mismo. Aunque sea con mi
impotente pene.
¿Debería seguir yendo a lo de Eren? Si puedo tener leves erecciones, que casi no duran ni dos segundos, sólo que no con mi pareja, no ocurre nada, tal vez sea un problema entre nosotros y no es necesario que vaya. Pero realmente la amo! No quiero que terminemos por mi miembro flácido. ¿De qué manera Eren podría parar esto?
¿Por qué estoy pensando en la doctor
en este momento? ¡Dios! Es que el es
tan atractivo y... algo mayor.
¿Qué estoy pensando?
Bajé la tela con delicadeza hasta
mis rodillas dejando al desnudo mi
pene. Mi mano pasaba por mi
abdomen lentamente hasta llegar al
inferior de éste donde empecé a jugar
con la yema de mis dedos.
Iba a seguir pero escuché el sonido de
mi celular.
Gruñí levantándome del sofá subiendo mi ropa, rezaba para que al menos fuera importante.
Era un mensaje en mi correo.
De el doctor Eren.
"Buenas tardes Zeke.
Sé que no ha pasado una semana como para volver a reunirnos como lo reiterado, pero queria probar algo y hacerte unas preguntas lo antes posible, tal vez podriamos solucionar este problema rápido. Entonces si esta
disponible, podría venir, la estaré
esperando.
Muchas gracias."
¿Probar algo? ¿Qué preguntas me hará ahora?
●
Cuando abrió la puerta me encontré
con una bonita sonrisa en su rostro, me
pidió que pase y vaya directamente al
consultorio cosa que hice inmediatamente.
Me senté al frente del escritorio algo
nervioso, como de costumbre. El no
se sentó.
──Iré directo al grano, ¿tienes fetiches sexuales? ──preguntó.
¿Fetiches? No, creo que no...
──¿Por qué?
──Quizás tengas fetiches, los cuales tu
novia no pueda cumplir. Y eso cause
que no puedas tener una erecció.
──no entiendo. ¿Qué clase de fetiches?
──¿Cuántos años tiene ella?
──Dieciocho.
──¿Tus demás parejas? ¿Han sido mayores que tú?
──Todas.
──Te gustan las personas mayores... tal vez? y como tu novia es menor que tú, no te interesa sexualmente.
──No lo creo... no, no creo que sea ese el problema ──respondí, rascando mi nuca algo incómodo.
El se quedó unos segundos callado
antes de volver hablar algo dudoso.
Realmente no creo que mi problema
sea tan grave, sólo no puedo tener
ninguna erección cuando estoy con
Frieda, nunca me ha provocado una,
pero estoy seguro que ella me gusta, me encanta, la amo y he llegado a sentir algo sexual pero no ha llegado a ser tanto. Y no entiendo porqué es así, sólo con ella.
¿La solución sería que terminemos o
qué? No comprendo.
──Espero que no te incomode lo que te voy a pedir y te tomes esto con
normalidad, recuerda que soy una
persona profesional. Puedes
imaginarte a alguien que tú crees para ti que es la edad perfecta para tener sexo contigo, tal vez... alguien mayor que tú? En una situación
comprometedora, ya sea haciéndote
algo que te gusta, sexual, claro está. Y
dime si te provoca algo ──el se sienta
en el borde de la mesa, al lado mío,
cruzando piernas, está vez llevaba unos pantalones ajustados con una camisa blanca debajo de ésta, se veía realmente sexy así.
──E-Está bien, alguien mayor que yo.
Trate de concentrarme, e imaginarme
lo que me pidió. Era consciente de la
edad de Eren, treinta años, nueve años de diferencia. Dios, creo que esa me parece la edad perfecta... alguien con experiencia, que tenga en claro que hacer, que sepa donde tocar. Estaba seguro que sería increible en la cama.
Mi mente no pudo imaginar a alguien
más que no sea el hombre que tengo a
centimetros de mí.
Bajandose de donde está sentado ahora mismo, poniéndose de rodillas.
Comenzando a acariciar mi miembro
por encima de la tela con una sonrisa
pícara, logrando que se me ponga dura en instantes. Luego baja mi bragueta, oh Dios, su mano aprieta el glande haciéndome jadear.
Baja mi bóxer, agarrando firme mi
miembro en sus manos y sacando la
lengua para luego...
──¡No!
──¿Te encuentras bien? ──sentí sus
manos en mis brazos y la miré con
pavor. ¿Por qué mierda lo imaginé a
el? Me soy asco.
──L-Lo siento... n-no puedo.
──Está bien, no te preocupes. Pero... estaba funcionando.
me tapé y sentí ganas de orinar de la
vergüenza.
¡Casi nunca te pones dura! Justo en el
momento menos oportuno lo haces,
hijo de puta, pudrete.
──Te gustan mayores...
──¿Tienes alguna pregunta que
hacerme antes de irte? ──indagó
apoyada en el marco de la puerta de la entrada de su casa.
──Tal vez tenga algunas... pero me
gustaría preguntarlas en otra sesión, no quiero hacerle perder el tiempo ahora ──dije, haciendo una mueca.
──¿Seguro? ──yo asentí acercándome a el para despedirme ── ¿Beso en la mejilla?
──A-Ah, lo siento ──hice una reverencia ── Puedo hacerle una pregunta ahora, ¿usted tuvo sexo con el muchacho que apareció la otra vez?
──¿Disculpa?
¿QUÉ MIERDA ACABO DE PREGUNTAR?
──¡Lo siento! ¡No quise preguntar eso, lo juro!
──Tranqui-
──¡A-A-Adiós! Perdón ──sin esperar más me fui corriendo de ahí, ¿qué acabo de hacer? ¡Qué vergüenza, joder!
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