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→Sección; T R E I N T A Y D O S

»Que comience el juego«

Explicándole lo de la llamada a Chirai mientras bajábamos rápidamente las escaleras del edificio porque los ascensores dejaron de funcionar por fallas eléctricas no favorable para las circunstancias en la que me encontraba y eso también incluía a mi mejor amiga. Salimos por la puerta del estacionamiento del edificio, agitadas y cansadas nos dimos unos pocos segundos de descanso, recuperando la respiración ella habló.

—No puedo creerlo, tu ex fue asesinado, vienen por ti y sospecho que tienen mucho que ver con las desapariciones, no, esto es una locura, pero uhh, admito que me cago del miedo pero no pienso dejarte Milk, —Inhala fuertemente, y lleva su mano su bolsillo sacando unas llaves.— Son del auto de Broly, vamos.

Con mi perro detrás de nosotras buscamos el vehículo de su novio, y a los pocos segundos lo encontramos y entramos colocándonos los cinturones de seguridad.

Y de pronto, Niño comienza a ladrar, Chirai le regaña, ladra tres veces seguidas, gruñendo y ladrando mucho más escandaloso, encendi el auto y viendo por el espejo retrovisor como mi mejor amiga intenta calmarlo, comienza a manejar y es hasta entonces que escuchamos el acelero de un auto, seguido de otro, y de un tercero. Mi perro ladra como un loco ahora y tengo un mal presentimiento.

—Milk, creo que están aquí.

Apreté mis labios y las manos en el volante, con el frio en el corazón dije seria.—Sujetate.—pisé el acelerador rechinando las ruedas y saliendo del estacionamiento rápidamente sin frenar al doblar escuchándose los pitidos y molestias de otros conductores.

Los tres autos eran bastantes familiares; El negro, supe que era de Raditz, el rojo y gris de Black y Turles. Los vi cuando estaba en la cabaña y esos autos estaban estacionados afuera. Torcí mi labio mordiéndome la mejilla interna, ellos venían, y no les importaba el alboroto que dejaban atrás.

Maldita sea. Hijos de perras.

“Él no viene por mí, son todos ellos que vienen por mí”

Un pequeño golpecito me hizo entrar en la razón, cruzando autos, pasándome de semáforos, y torciendo me di cuenta que solo me querian a mi, ellos no conocían a Chirai, pero si a mi perro. Entonces tomando una decisión precipitada frené de pronto en un puente colgante que daba a la conexión a la ciudad vecina.

Ella me miró como si estuviera loca y sé que sabe mi decisión,—Bajate, llevo el chip, vete con Niño, yo estaré bien...

—Ni lo pienses, no lo haré.

—Bajate Chirai, debes irte, ellos me quieren a mí.

—Tú eres loca o te haces, te lo dije y te lo prometí, jamás te dejaré, en las buenas y en las malas.—Dijo, con tanta seguridad y determinación que oprimió mi corazón.

Escuchamos disturbios, dirigimos la mirada hacia atrás y habían autos torcidos y bloqueando unos a otros, entre esos estaban ellos.

Entonces ví a un sujeto al lado de su motocicleta mirando muy atento hacia los autos, claramente se volvió algo difícil de ignorar y ver el desastres de autos con mucha curiosidad, así que sabiendo la terquedad de mi mejor amiga me bajé del vehículo, ella me vio pero no tuve el tiempo para ver su expresión porque comencé a correr y con la vergüenza y humanidad de lado me monté en la motocicleta.

Recordando unos pocos instante cuando aprendí a manejar una motocicleta y mamá se había puesto histérica y loca porque destroce su moto, pero aprendí a base de caídas y raspones, encendí la motocicleta, subí el pisador y aceleré, escuché luego en la lejanía la voz del dueño de la moto y la voz de mi mejor amiga.

Sin vuelta atrás, aceleré y como supuse, ellos vinieron tras de mí después de dejar un desastre, el viento choca mi rostro, mi corazón latiendo fuertemente sintiendo las palpitaciones en mi garganta, las manos me duelen por apretar muy fuerte, no permitiéndome fallar al manejar, no perder mi equilibrio y mucho menos mi velocidad.

Estaba terminando de cruzar el puente hasta que la ví, al inicio del puente en una esquina estaba ella; Gina, masticando un chicle y levantando su arma, temblé, ¿acelero?¿freno? ¿la atropeyo?, ¿qué hago?, infló su cliché en una burbuja y la reventó al instante que disparó.

Lo que fuese que haya disparado me dio en el hombro, pero no me di la libertad de frenar ni mucho menos rendirme, crucé muy cerca de ella viendo su sonrisa torcida ladeando su mano como una despedida.

Luego de unos minutos, fui sintiéndome débil, la extrañeza me golpeó porque si me disparó debería sentir dolor o humedad de la sangre, pero no sentía nada más que cansancio y muchas ganas de dormir. Una calles despues, muchos autos a mi alrededor me hicieron marear, y me detuve en un semáforo y decidí mirarme el hombro.

Un pequeño dardo, su punta entraba, pero no había ninguna sustancia; lo que había ahí se inyectó en mí y su efecto es retardado, o no había nada, una de dos.

Pero cuando el auto negro estuvo delante de mí, el gris aun lado, el rojo al otro y la moto de cuatro ruedas de Gina detrás de mí, supe que no tenía escapatoria, y que la debilidad se expandía en todo mi ser, nublandome cada vez la mirada y la consciencia.

Cuando Gina caminó a pasos apresurados hacía mí, cai de la moto, no sentía ninguna clase de dolor, solo mucho cansancio, quería dormir, pero no debía, porque sabía que si cerraba los ojos estaría perdida. Y como si la situación no fuera más intimidante, pasó. Ella sujetó mi brazo y se acercó lo suficiente a mi rostro para exhalar un humo que no pude evitar inhalar. ¿Qué mierda era eso? ¿por qué no olía a nada?.

Gina me dio un toque de labios, me estremecí y quise retroceder pero estaba desvaneciéndome, y lo último que vi, fueron a los Hermanos Son rodearme. En ningún lado estaba Goku, tenía una pequeña ilusión de verlo en este enredo confuso.

Desperté de repente poniéndome de pie y ver una enorme mansión frente a mí, al levantarme de imprevisto mis piernas me fallaron y desistí al suelo de rodillas dobladas y sujetar mi cabeza por el punzón que se hizo presenté, sentía mi cuerpo débil y flojo, estaba sobre unos jardines muy bellos, el césped muy bien podado, a mi detrás solo había un camino que estaba segura que daba a la entrada a este gran terreno, a lo lejos vi unos muy altos muros, un laberinto de hojas, esculturas griegas y estanques de aguas, todo en este lugar era muy misterioso y lujoso.

Y es cuando me percato de mi vestimenta, la vergüenza me irradia de pies a cabeza, porto un camisón rosado con una insignia de un sello, código, mi nombre y número "1", suspiro, mis muñecas tienen unos brazaletes de metal un poco pesados, mi cuello esta presionado con algo que no alcanzo a ver pero siento con mis dedos que es un metal, como un collar para un perro.

Mi cabello esta amarrado en una trenza, no me encuentro sucia pero si muy fría, me dispongo de pie, no estando segura de mi seguridad camino hasta la puerta de la mansión, y esta cuando estoy a pocos pasos de distancia se abre por su cuenta.

Encontrándome con un montón de personas bien vestidas, lujosas, tomando unos tragos, escuchando una melodía tranquila, acompañados, riendo delicadamente, pero lo curioso, es que tienen lo mismo que los escritos como en mi ropa; La insignia llameante como un sello, código, sus nombres y respectivos números. ¿De qué se trata esto?, ¿Por qué soy la única que parece estar vestida como una esclava?.

Después, las miradas se posando en mí, y sus murmullos se escuchan como si estuviese juzgandome.

—Hola, hola, —Me tenso, la voz de Gina me hace estremecer y cuando me percato ella esta sentada en el primer escalón de las escaleras principiantes, Raditz sentado a unos cuatro escalones, Turles y Black a las esquinas con expresiones serias. ¿Qué significa todo esto?.

—Te vez muy hermosa, Milk. —Su susurro en mi oído me tomó por sorpresa volteandome para verlo. Son Goku estaba viéndome como si quisiera devorarme, y no de unaanera sexual.

—¿Mataste a Ryan?

—Querida, yo no ensucio mis manos, los del trabajo sucio son Raditz y Gina, yo limpio, ese es mi papel. —Cabellos rubios por completo, ¿se hace teñido?, porque no hay rastros de sus mechas oscuras.

—¿Limpiar? —mentía. Él mismo me confesó que asesinaba.—¿Quién eres tú?

Sujetó mi mentón con tanta fuerza que me hizo soltar un quejido, sus ojos azules vacíos y esa sonrisa torcida escalofriante helaron mi sangre.—Soy Goku.

—No, él jamás haría esto, jamás me involucraría en sus planes psicópatas.—Sujeto mi pelo con tanta fuerza que pensé que me lo arrancaría, emití un quejido de dolor y fruncí mi ceño muy fuerte, mandándole la peor mirada de desprecio que pueda trasmitir.

—Dejala, Kakarotto.—La voz profunda de alguien adulto lo hizo girar la mirada, y aun sujetándome del pelo decidí ver al imponente y glaciar sujeto de ojos amarillos ámbar, acompañado de la señora Gine, quien sonreía con una dulzura que me daba asco.

Las personas hacian lo suyo, ignorandonos, como si fuesemos invisible, como si el chico que amo no me estuviera haciendo daño física y emocionalmente.

—¿Por qué?, ¿acaso el objetivo no era acabar con ella?, deseo hacerlo con mis propias manos, quiero hacerlo.—sus manos descendieron a mi cuello y presionó un poco fuerte, incrementado su fuerza unos segundos mas tarde, sintiendo que mi respiración se atasca.

Levanté mis manos a los suyos, intentando alejarlo, lo miré, este no era él, de ninguna manera era Goku, pero es su cuerpo, es su rostro, son sus manos quienes intentan arrebatarme la vida, pero, no es él, escuché pasos apresurados venir hacía nosotros, él alzó la mirada encontrándose con la mia, rogué que volviera en si, sus ojos azules se contrajeron y se humedecieron, de sus labios salió mi nombre en un susurro aterrador y de temor antes de que alguien lo alejara de mí con un puñetazo en la cara.

—¡No vuelvas a tocarla, loco de mierda!.—Turles quería abalanzarse hacía él pero su atención se fue a mi cuando comencé a toser y volver a respirar entre agitaciones, acarició mi rostro y besó mi frente para envolverme en sus brazos.

Es tan caótico, tan derrumbante, traumático y doloroso. ¿Qué hago? ¿qué hago con estos sentimientos hacia él?, justo ahora, se siente tan asfixiante e intoxicador, capaz de deteorarme con su tacto, y destruirme con su mirada.

....

-3

Cada vez falta poco😥💕

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