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CAP 26

Min Yoon Gi





Quería regresar a arrancarle la cabeza a ése tipejo, estaba tan cabreado que los golpes en ese momento no me dolían en absoluto. Pero había algo en la mirada de jimin que me descolocaba y me hacía sentir blando. Esa mezcla de furia y preocupación que tenía en sus ojos, me descolocaba.
Por otra parte, taehyung no se inmutaba ante la mirada de jimin, ya que parecía estar en su propio mundo, sonreía como si nada hubiese pasado. Le sonreía descaradamente a jimin que me temia que le hubiesen golpeado la cabeza y lo hubiesen dejado tonto.

- Oye Jimin - Habló el chico que estaba sentado a un lado mío - ¿Podemos comprar helado?

Jimin abrió la boca y posó toda su atención en él.

-¿Acabas de pelearte y estás pidiendo helado? - Dijo incrédulo.

- Sí - Respondió éste de inmediato.

- Debes estar loco -soltó una pequeña sonrisa - Está bien, vamos. - Me miró - ¿Vienes?

-Oh no - respondí evitando su mirada, lo menos que quería era comer en estos momentos.

Jimin sin prestarme mucha atención se encogió de hombros y se fué tras su amigo.
Solo cuando el rubio no me miraba me sentí libre de quejarme del dolor.
Comenzaba a dolerme el pecho, las piernas y sobre todo la cara. Toqué con mis dedos la comisura de mis labios para ver si sangraban pero por suerte no lo hacían.

Ahora ¿cómo podría justificar lo que hecho? Y sobre todo ¿porque lo había hecho?

Aunque, no podía negar que entre todo mi coraje, había una pequeña pizca de felicidad.
Jimin era pequeño, así fue como lo vi por primera vez en el apartamento de Jin. Su piel no era más blanca que la mía, sin embargo, a él su carita se le pintaba de rosa todo el tiempo sin que estuviera avergonzado ya fuera por estar viendo el celular o estar durmiendo, el rosa aparecía justo debajo de su nariz, arriba de sus pómulos, en su barbilla y un poco en el casi inexistente puente de su nariz.
Sabía que sólo nos llevábamos un centímetro de diferencia en estatura, pero él me parecía más pequeño.
Además, era un chico poco común; demasiados lindo pero sin entrar al estándar que tenían la sociedad de los gays. Nunca sospeché que lo fuera de hecho.

- Oh mira, tiene sonrisa de estúpido

La sonrisa que no sabía que tenía en los labios desapareció y miré al amigo de Jimin mirarme con diversión y a jimin arrugando la cara.

- Taehyung - Reprimió a su amigo.

El cara de tonto solo rodó los ojos.

- ¿De que te reías? - Preguntó sentándose a lado de mí.

- Estás siendo demasiado confiado. - Le dije algo molesto.

- hyung - Miré a jimin quien extendía un cono de helado para mí, aunque lo había dicho que no quería.

Lo tomé y me quedé mirándolo.

- Gracias por lo de hace rato - Dijo jimin sentándose en el suelo frente a nosotros.

Su rostro estaba rojo, no sabía si por el clima o por vergüenza, seguro se sentía avergonzado por lo que pasamos, seguro le recordaba lo que le había dicho yo.

Sonreí y lamí el helado.

- No importa ya.- Respondí.

- No sabía que tenías sonrisa de encía - se rió Taehyung.

Mi sonrisa se borró y lo miré furioso.

- Taehyung, no creo que éste bien que le hables así, es mayor que nosotros.

Levante una ceja ahora mirándolo divertido, ante su expresión de asombro; pero luego volvió a carcajearse.

- Ya lo sabía.

Apretó los ojos formando una sonrisa cuadrada que parecía forzada ¿Estaba burlándose de mí?

- Mierda -

Taehyung y yo nos giramos a ver a jimin que se apresuraba a quitar los restos de helado que tenía en su pantalón pues el cono se le había caído.
Mientras su amigo estallaba a carcajadas yo pasaba saliva por la garganta pesadamente.
El helado en sus pantalones negros se derretía y comenzaba a dejar un rastro blanco mientras que el resto de helado bajaba hasta tocar el suelo.

Jimin levantó la cara y justo en la comisura derecha de su labio resbalaba un residido de helado.

Tragué con más fuerza mirando sus labios en esa condición; rosados por el frió helado y manchados con el mismo.

Mi pantalón comenzaba a apretarme. - Controlate Min Yoon Gi-

Taehyung se puso a cuclillas a lado de Jimin y con su dedo limpió la mancha de helado de la comisura; yo quería hacerlo. Para después llevárselo a la boca.

- Jimin siempre siendo Jimin. - Comentó riendo.

Le quité los ojos de encima y me levanté rápido de ahí para tratar de recobrar el control.
Debía controlarle y no dejar que estas cosas sucedieran; Jimin no me gustaba, no podía hacerlo por el simple hecho de que eso iba en contra mi creencia, contra mi familia, contra lo que yo era.

Pero, ahora no sabía ni que era, ni que sentía, estaba confuso sobre los que realmente quería.
Jimin, mi compañero de departamento, mi hermano pequeño, y el chico jodidamente lindo y adorable que aunque estuviera de mal humor alegraba mi día dándome una sonrisa de ojos.

Agité mi cabeza ante el desvío repentino de mis pensamientos volviendo a centrarme en la realidad.

- Ahí tienes helado aún - La voz de Tae le ordenaba a jimin donde limpiar.

Mi giré a verlos y ambos estaban ya de pie, sonriendo.

Ciertamente me sentí celoso en ese momento. Jimin sonreía con tanta naturalidad mientras hablaba de temas absurdos y triviales con su amigo, cosa que no pasaba conmigo.

(...)

Jimin entró al departamento cerrando la puerta. Tae, su amigo se había ido hace muy poco y otra vez estábamos nosotros solos.

Caminé a mi habitación pero la voz temblorosa de Jimin me detuvo.

- ¿Hyung?

Me giré a verlo.

El pequeño se moría de nervios, podía notarlo por la forma en que retorcía el dobles de su sueter.

- ¿Sí?

- ¿Podemos hablar?

No, no podíamos. Necesitaba irme ya a mi cuarto y reflexionar sobre lo que me estaba pasando, pensando y sintiendo. Pero le debía explicaciones, por qué él debía estar más confuso que yo.

- Claro - Acepté, después de todo el que se había portado mal desde un principio había sido yo, quién se había molestado, quién lo había tratado mal había sido yo. Y por las disculpas que le pidiera, no queria que mi imagen y la de aquellos hijos de puta fueran la misma. - Dime.

Jimin se sentó frente a mí y la ráfaga de preguntas comenzó.

-¿Porqué actuaste así si piensas igual que ellos? - Quedarme callado fue mi mejor opción. - ¿Porque te metiste en problemas sabiando que ellos eran más?

No lo sabía.

- ¿porque odias tanto a los gays? -

Tenía que responder ya, lo primero que me viniera a la cabeza, sin pensarlo tanto, siendo sincero y siendo yo. Era la única manera en que podría mostrar mi arrepentimiento.

- ¿Ves que algunas mujeres tienen fama de romper familias? - Mirte mis manos sobre mis rodillas y respiré profundo - Pues la mía la rompió un hombre. Sé que está mal odiarlos a todos por esa razón, pero aún sigo pensando en que no puedo tener a uno cerca, simplemente no lo soportaría, no creo que pueda cambiar eso, no me pueden decir que no los odie cuando lo que siento es asco al verlos. Es tanta la repulsión que me enveneno a mí mismo.

- Entonces... - Jimin habló.

Sus ojos estaban cristalizados, y su pequeña nariz más roja de lo normal, hasta se podía ver el escurrimiento nazal empezar a salir de ella.

- Entonces me di cuenta que puede que exista alguien que cambie todo eso; que aunque sepa de sus preferencias sexuales no sienta asco o repulsión si no todo lo contrario. Que me llena de ternura, de confianza y no es por la costumbre de vivir con él, si no por que es él.

Los ojos de jimishe se le llenaron de lágrimas y sus labios regordetos comenzaron a temblar.

- Eres tú Jimin, no podría sentir odio hacia tí, no podría sentir asco, no podría sentir otra cosa más que afecto. Porque aunque seas gay, quiero que estés en mi entorno, quiero que sigas peleando conmigo, quiero que me sigas molestando y llevando la comida a la universidad. Ése día estaba sorprendido e impactado, dije las cosas sin pensar porque por un momento pensé en lo que pasó mi familia, y me lo recordo más el hecho de que lo hayas ocultado y... Me disculpo por eso.

¿Porque sentía que mis palabras no parecían una disculpa si no una confesión?.

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