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CAP 1

MIN YOON GI

Recién me levantaba de la cama. El estómago me pedía a gritos algo de comida. Nam Joon no estaba en su respectiva cama, seguramente había salido a correr o se había ido demasiado temprano a la universidad.
El departamento de Seok Jin estaba en silencio, seguramente tanto Jimin como Jin no se habían levantado.
Caminé por los pasillos del pequeño apartamento hasta llegar a la cocina, abrí la nevera y saqué el jugo de naranja. Tenía que bañarme para ir a la universidad, pero tal vez nisiquiera lo haría porque era tarde.

—¡Hyung!— Gritó Jimin apareciendo por el pasillo.

Estaba recién levantado, su cabello rubio revuelto, y sin nada que le cubriera el torso. ¿Porque el sí podía tener abdominales y yo no?. Rodee los ojos. En ocasiones llegaba a odiar mi flacucho cuerpo.

—¿Despertó Seok Jin? —. Pregunte bebiendo un poco de jugo.

— Ah, él se durmió noche estando en su teléfono móvil —. Respondió el rubio encogiéndose de hombros, pues ambos compartían habitación.

Caminé con libertad por la cocina buscando algo de pan, o algo con que acompañar mi jugo de naranja. Jimin comenzó a cantar y a bailar como todas las mañanas.
El departamento que Seok Jin nos alquilaba, era de él. Y nisiquiera se le podía llamar alquiler porque no nos cobraba casi nada.
Pero siendo jóvenes estudiantes, tampoco es que pudiéramos pagar mucho.
Nam Joon y yo, salimos a buscar oportunidades dentro de la música, pero esto era realmente complicado. Y creo que sin la ayuda  de Jin, ya hubiésemos renunciado a nuestros sueños.
Jimin por su parte, era hijo de una de las amigas de la mamá de Jin. Él era carismático y cálido la mayor parte del tiempo. A sus 17 años el chico había buscando ser independiente y Seok Jin le puso una oportunidad de independizarse en frente.
Prácticamente vivíamos como parásitos. Pagamos demasiado poco, al menos lo suficiente para pagar la luz, el agua e internet.

Seok Jin, era una de las mejores personas que existían en el mundo. Y nosotros tres éramos afortunados de tenerlo como amigo.

Claro, eso jamás saldrá de mis labios en palabras.

Mientras Jimin bailaba, yo lo observaba atento, no podía negar que Chimy bailaba bien. Se movía al compás de la música que cantaba.
Jimin se dió la vuelta y su problema matutino estaba ahí. ¿Era enserio?¿Qué no se daba cuenta que su amigo de ahí abajo necesitaba atención? Qué hombre más descuidado.
Pero no podía negar que se marcaba todo perfectamente sobre su short de licra...

¿Qué demonios estaba pensado? Agite la cabeza negando mis estúpidos pensamiento. ¿Cómo jodidos le estaba viendo el paquete a Jimin?

Me puse rojo por naturaleza. Aunque Jimin no se había dado cuenta, sentía vergüenza conmigo mismo.

Me apresuré a terminar mi jugó y corrí a la habitación que compartía con Nam Joon a cambiarme de ropa.

Al pasar por el pasillo, Seok Jin venia recién levantado, con esa pijama horrenda estampada con alpacas. Lo pasé de largo y antes de que entrara a la habitación gritó.

—¡Voy a hacer el almuerzo. Lo dejaré sobre barra!

En ocasiones me sentía mal, sentía que nos aprovechamos de la generosidad de Jin. Porque aparte de dejarnos vivir con él, nos preparaba el almuerzo para ahorrar lo que pudiéramos gastar. Y así comprar otras clases.

[...]

Entré a la universidad caminando, mientras que el resto de los estudiantes corrían para llegar a tiempos sus clases. ¿Qué? Yo no pensaba correr, sí de por sí, ya había perdido las dos primeras clases, podía perder otra más, pero correr ¿Yo? Nunca.
Mi teléfono vibró en el bolsillo de mi pantalón. Lo saqué y era Chimy.

Oh, sí el responsable de mi irritabilidad.


No quería verlo, aún tenía la imagen de su amiguito remarcandose sobre su short. Eso era embarazoso para mí mismo.


¿Se habrá molestado?
Media hora transcurrió, entre materias aburridas como siempre. Mi celular volvió a vibrar y sabía que era Chimy.


Al verme me rodó los ojos, odiaba que le hiciéramos bromas o chistes sobre su estatura. Aunque en mi caso era ironico, teniendo en cuenta que él y yo mediamos casi lo mismo.
Caminó hacia mí, me dió el almuerzo y sin decir nada, se dió la media vuelta y se fue.

Al ver mi error en el mensaje me apresuré a borrarlo como si mi vida dependiera de ello. ¡Yo no iba a comerle nada! Aunque Jimin ni siquiera sabía lo que en mi mente pasaba, sentía que él lo sabía y podría mal interpretar ése mensaje. Aunque Jimin lo único que tenía ahora era una cabreada por mi culpa.


Intenté bromear.


Pero eso solo hizo que me bloqueara y se molestará aún más.

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