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Capítulo 6

" Pour l'avis le meilleur, consultez sur ce choix vos yeux et votre coeur.  "

"Para una mejor apreciación, consulte sobre esa elección a sus ojos y a su corazón."




Se encontraba nuevamente caminando por las calles de París. Finalmente había aceptado  irse de la mansión Agreste, no porque Adrien la hubiese convencido sino porque en realidad necesitaba pensar las palabras que él le había dicho. Al parecer el muchacho la estaba protegiendo de alguien, pero no estaba segura de quién y eso la ponía nerviosa.

Decidió pasar por un café y sentarse a tomar algo antes de regresar a su trabajo. Fue entonces cuando abrió su notebook y en la bandeja de su correo electrónico encontró un mail. La invitaban al concurso de diseñadores que aparecía en la revista que le mostró Alya y luego de perder una oferta de trabajo, y escuchar las palabras de Nath, sin duda se animaría a participar.

El concurso se componía de diversas rondas en las que los diseñadores debían pasar sus obstáculos y demostrar sus habilidades. Teniendo el mejor jurado, era evidente que a los que puntuaban con menos nota se iban. Sin embargo, le llamó la atención que fuese para la televisión pero eso no la hizo retroceder.

Cerró su notebook y dejó propina sobre la mesa para luego salir corriendo del negocio y perseguir el próximo bus. Si ella construía el destino, entonces sus pies le llevaban a firmar el contrato que le permitiría entrar al concurso. Y así sucedió.


* * *


Adoraba su trabajo y sus compañeros de equipo. Coser, cortar, crear... Dibujar y redibujar, una y otra vez. A veces simplemente deseaba que su horario laboral terminase, como estaba sucediendo. Eran aproximadamente las seis de la tarde y al bajar del bus, se encontró en la parada a Nathanael esperándola con una sonrisa en su rostro. La ayudó a bajar tomándola de la mano como todo caballero haría y luego la recibió con un fuerte abrazo y un beso en la frente.

—¿Cómo te fue hoy? —preguntó pasando su mano por los mechones de cabello de Marinette hasta bajar sus dedos hacia el contorno de su oreja y acariciar sus aros rojos con puntos negros. La joven se apartó con suavidad, escondiéndolos nuevamente detrás de su cabello.

—Muy bien, trabajamos mucho...Como siempre —le sonrió aferrándose a su portafolio—. ¿Qué tal el tuyo?

— Genial —lo escuchó decir soltando una bocanada de aire, admirando el cielo nublado—. Sabes, el seminario de dibujo fue mejor de lo que esperé. El profesor me ayudó un montón y sin duda... Creo que podré mejorar y encontrar más trabajo.

—¿Más trabajo? Pero estás bien de ésta forma, ¿no es así? El dinero te alcanza —preguntó un poco confundida comenzando a caminar hacia su departamento.

—Veinticinco años.

—¿A qué te refieres?

Nathanael se detuvo y la tomó de las manos, frotando la yema de sus dedos sobre algunos de los anillos que llevaba la joven en sus manos. Lo vio inhalar e exhalar.

—Sabes... Sé que estás ocupada con tu trabajo pero... —relamió sus labios y miró por un momento sus zapatos para luego volver su mirada en ella—. Tenemos veinticinco años y soy consciente que ninguno sabrá lo que sucederá en cinco años.

Marinette negó con su cabeza con suavidad.

—No entiendo lo que quieres decir, Nath.

—¿Nunca has pensado... en formar una familia conmigo en el futuro? Me refiero... Pareces cómoda viviendo con Alya pero me pregunto si alguna vez... Pensaste en mí como... Como tu futuro esposo —le confesó. Marinette parpadeó totalmente sorprendida, jugueteó un poco con uno de sus anillos y apartó su mirada, ahora viendo a la gente cruzar la calle. Le había tomado por sorpresa que alguien como Nath, dijera algo como eso de forma tan directa.

Amaba a Nathanael, estaba segura de eso. Pero nunca se había planteado lo que él acababa de decirle. Su mente se había vuelto tan enfocada en su trabajo que se había olvidado por completo que ya no era una niña, y que su novio a pesar de ser comprensivo, también pensaba en otras cosas... En el futuro. Pero odiaría guardarle secretos, es decir... ¿Cómo podría ser Ladybug junto a él? ¿Qué llegaría a suceder si ella desaparecía a mitad de la noche y Nathanael al día siguiente le pedía explicaciones? Alya era bastante distraía y tenía un sueño pesado pero sabía que el pelirrojo era más atento de lo que parecía.

—ahmm... Siendo sincera, yo... Yo nunca había pensado eso —dijo con una risita nerviosa—. Me refiero, aún somos jóvenes y esa idea... estaba lejos de mi... hasta...

—Hasta hoy —intervino Nathanael con una expresión seria.

—Así es.

—Bueno, nuestro aniversario es pasado mañana. Pensaba no decírtelo pero... Tu mente siempre está en otra cosa —se apartó con las manos en sus bolsillos, lucía decepcionado—. Así que ya lo sabes... Y, yo... Debo irme —comentó dándose la vuelta y caminando hacia atrás a la vez que podía mirarla a la cara—. Ya sabes, Nino me invitó a tomar algo y, odio llegar tarde —agregó entre pausas.

—Lo sé, sé cuánto odias llegar tarde —respondió Marinette siendo comprensiva y a la vez dándose cuenta de que los gestos del chico lo delataban por completo—. No estoy tan lejos del departamento así que... Nos vemos.

—Sí, nos vemos —sonrió levemente y se dio vuelta para ahora caminar correctamente a un paso ligero.

Marinette cerró sus ojos por un momento y golpeó de forma suave su cabeza con sus manos. Supo que debió haberle mentido para no lastimarlo, pero no podía mentirle a él y ya bastante tenía con no decirle que era... Ladybug. 



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