Taia y Seiko miraban el teléfono del peligris con sorpresa, ¿tanto había pasado en un mes? Ambas chicas no podían creer tal avance, aunque fuesen todas insinuaciones sexuales, habían avanzado bastante. Haizaki estaba igual o más impresionado que las dos mujeres que se encontraban frente a él, había avanzado muchísimo con la chica de la fiesta y hasta creía que si le pedía para encontrarse, esta le diría que sí. 

Por otra parte, Nijimura se encontraba a punto de perder la cordura, si no fuese por que Reo Mibuchi le aconsejaba. El único que en verdad sabía sobre todo esto, era él, sabía de la versión de Haizaki pero también la de Nijimura, pero le daba bastante pena la situación

  — Ya no se que hacer — dijo rendido el de ojos azules-grisaseos mientras se estiraba en la silla de madera de la cafetería 

— Te lo dije, debes admitir que te gusta y después tienes que decirle, ¿no es obvio?

— No es tan sencillo, Reo

— ¡A la mierda lo sencillo y lo fácil! ¡Por eso no avanzas! — dejo la parte de la paga de la cafetería y se fue sumamente cabreado. 

Pero de alguna u otra forma, sabía que no mentía con lo dicho

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Todo parecía ir tranquilo, sus amigas se habían ido a sus salones y a él le valía ir a estudiar a esta altura del año, los profesores no se explican como pudo subir sus notas este año así que si no molestaba en clase, lo dejaban vagar por la escuela. Paso por el gimnasio correspondiente al club de basquet, al no ver a nadie, pensó que sería mejor practicar un rato.

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Al comenzar con un par de tiros, el armario comenzó a hacer ruidos horribles, por curioso o por destino, se acerco. 

Lo siguiente que hubo fue oscuridad.