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Resaca

Aioria llego al restaurante bar sintiéndose bastante nervioso, se había pasado toda la semana evitando a Death Mask para no tener aquella conversación que el italiano había solicitado, pero lo extrañaba y él había dicho que nunca lo rechazaría así que...

Se sentó en la barra buscando a su compañero con la vista

-¿Qué te sirvo?-le pregunto una chica desconocida, llevaba puesto el delantal de lugar así que era obvio que ella estaba atendiendo

-Whisky en la rocas por favor- pidió y siguió buscando con la vista a su compañero, pero era un poco obvio que no estaba ya que nunca tenia compañía en la barra, cuando la chica llego son su bebida se atrevió a preguntar

-¿Sabes si Angelo vino a trabajar hoy?-

La muchacha lo miro de arriba abajo con desconfianza pero después sonrió-¿Tu eres ese chico con el que sale o no?-

-Si soy yo- dijo más que nada para que no le negaran la información, lo que esa chica creyera de su relación con Angelo le tenía sin cuidado

-Cambio su turno no te lo dijo-

-No el... no menciono nada-

-Me pido que viniera en las noches y el viene en la mañana ahora, dijo que sería solo por un tiempo así que está bien para mí-

-Ya veo-Aioria intento sonreír, por fortuna alguien más se acercó para ser atendido y la chica lo dejo solo

¿Por qué Angelo había cambiado su turno? ¿Quién estaba evitando a quién? ¿Acaso no había dicho que nunca lo rechazaría, porque no estaba donde debía estar?

Continúo dándole vueltas al asunto en su cabeza sin parar de beber.

Pasaba de media noche cuando la chica puso un coctel de color extraño frente a el

-Yo no pedí esto- dijo alzando la vista, ya se sentía bastante tomado y solo estaba esperando que "se le bajara un poco" para emprender su camino de regreso al santuario

-Lo envía el joven de aquella mesa- Aioria volteo y un sujeto desconocido alzo su copa como pidiendo que brindara con él en el aire

-Soy gay pero este es el colmo- dijo rodando los ojos rechazando la bebida ¿Qué mierdas pretendía ese sujeto? ¿Acaso no tenía idea de a quien trataba de seducir? –Imbécil- pensó el leonino intentando ponerse de pie, pero en cuanto toco el suelo todo a su alrededor comenzó a dar vueltas, se sujetó de la barra intentando disimular el mal paso

-Todo está bien- se dijo a sí mismo tratando de tranquilizarse, se había acostumbrado a que Angelo lo cuidara cuando se ponía en ese estado y honestamente se sentía un poco asustado respecto a cómo iba a volver al santuario-Solo tienes que llegar al baño, lavarte la cara y todo estará bien- inhalo profundo e intento parecer sobrio mientras caminaba rumbo al baño, pero todo estaba borroso, choco con varias personas antes de poder localizar el sanitario.

Se mojó la cara con vehemencia y se palmeo el rostro-Vas a estar bien, no pasa nada- le dijo a su reflejo en el espejo-Ahora vas a salir de aquí y vas a volver al santuario- el hecho de que estuviera hablando consigo mismo en voz alta era solo un pequeño reflejo de cuan borracho estaba, trastabillo hasta la salida del lugar.

-¿Ey a dónde vas?-

El mismo chico que le había enviado el trago estaba tras él y caminaba demasiado cerca

-No me jodas-dijo alzando la voz-Que no me obligue a atacarlo por favor- pensó acelerando el paso, las calles estaban vacías y silenciosas a esa hora de la madrugada

-Ven aquí regresemos te invito otro trago-el tipo lo sujeto del brazo y Aioria perdió la paciencia

-Suéltame joder- intento darle un puñetazo pero perdió el equilibrio y trastabillo, el desconocido aprovecho aquello para empujarlo haciéndolo caer al suelo en un callejón –Mierda no me obligues a hacer esto-pensó, en verdad no quería atacar a aquel sujeto pero tampoco iba a permitir aquello

-Lightning Plasma- lanzo el ataque con la menor cantidad de cosmo que pudo cuando el sujeto se le acerco

-¡¡Que mierda que eres tú!!- dijo el desconocido mientras corría para alejarse de el

Suspiro sintiéndose ligeramente aliviado, en realidad no quería dañar al tipo solo alejarlo de él, intento ponerse de pie pero una vez más todo a su alrededor dio vueltas, se deslizo por la pares volviendo a sentarse de la nada escucho que alguien aplaudía a su lado

-Te vez patético-

Era Angelo que se recargo en la pared junto a el

-¿Qué haces aquí?- estaba aliviado de verlo pero no iba a reconocerlo

-Debra, la chica de la barra me llamo, dijo que te veías muy mal cuando saliste del lugar, pero a como yo lo veo lidiaste con ese sujeto bastante bien-

-No pensabas ayudarme-

-Puedes defenderte solo, y no voy a estar para cuidarte siempre que pierdas el juicio, ya no eres un niño

Aioria se sentía humillado, estaba tirado en el suelo casi incapaz de ponerse de pie ¿Y por qué? Por qué no sabía lidiar con los sentimientos que tenía por su compañero

-¿Vas a ayudarme o no?- pregunto dándose por vencido

Angelo suspiro apago su cigarrillo y levanto a Airioa cargándolo en su hombro

-No tienes que hacer esto- se quejó-Solo ayúdame a caminar-

-Si hago eso nunca llegaremos al santuario-

Aioria suspiro resignado hasta su nariz llego el delicioso perfume del italiano y su cuerpo reacciono de inmediato

-Eres un pervertido sabes, no puedo creer que tengas una erección justo ahora-dijo Angelo divertido dándole una ligera palmada en el trasero

-Déjame en paz- se sentía fatal su cuerpo lo estaba traicionando lo que menos quería era que el italiano se diera cuenta de cuanto le gustaba

Llegaron a la casa de Cáncer y para sorpresa de Aioria Angelo siguió de largo

-¿A dónde vamos?-

-De verdad creíste que íbamos a dormir juntos, has estado evitándome desde que te pedí que habláramos, no soy tu juguete Aioria-

El griego apretó la quijada avergonzado su compañero tenía razón, se había comportado como un idiota y debía pagar las consecuencias de ello

Llegaron a la casa de Leo y Angelo lo llevo directo a su habitación, lo deposito con delicadeza en la cama

-Lo siento- se atrevió a decir

-¿Qué sientes exactamente?-

-Yo... no sé cómo lidiar con esto, con lo que siento por ti, por eso me comporto como un imbécil-

-Bueno al menos lo reconoces-

Aioria sonrió de mala gana

-Quédate por favor-suplico- Si no quieres que tengamos sexo no lo tendremos pero no me dejes solo, dijiste que no podías rechazarme, por favor no me dejes-

El italiano suspiro, tenía sentimientos encontrados, por un lado era de cierto modo satisfactorio que Aioria no hubiera buscado a nadie con quien acostarse cuando no lo encontró, quería marcharse, sabía que si se quedaba no podría resistirse pero el león había admitido que sentía algo por él y no quería herirlo dejándolo solo

-De acuerdo- cedió- Hazme espacio-

Se recostaron juntos mirándose a los ojos Aioria le acaricio el rostro con ternura, casi con devoción –Eres muy guapo sabias-

-Eres la única persona que se atrevería a hacer tal afirmación-

-Claro que no-le dio un beso de media luna y se recargo en su pecho, adoraba como olía el italiano, era un olor que de forma extraña le hacía sentir mucha paz, se quedó dormido de inmediato

-¿Qué voy a hacer contigo?- se quejó Angelo dándole un beso en el cabello

Aioria se remolineo en la cama incomodo ¿Por qué estaba vestido? Los sucesos de la noche anterior llegaron poco a poco a su cabeza y abrió los ojos esperando encontrar a su compañero junto a él, pero estaba solo, con toda la ropa puesta y con una resaca mortal

¿Dónde estaba Angelo? ¿Y el desayuno que siempre le preparaba para que se sintiera mejor? Volvió a sentirse abatido, la había cagado, el italiano parecía ir en serio en cuanto a que quería cambiar los términos de su relación, no podía seguir buscándolo estando borracho esperando que su compañero fuera indulgente, tenía que dejar de aprovecharse de lo que sabía que su compañero sentía por el, debía tomar una decisión respecto a lo que quería para ellos, y tenía que hacerlo pronto.

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