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Rechazo

Camus se aliso la camisa nervioso, estaba puntualmente sentado frente a la estación de policía en la que Milo trabajaba, este le había dicho a través de un mensaje que no tardaría en salir

Suspiro sintiéndose estúpido por estar tan nervioso pero no podía evitarlo cuando vio a Milo salir y dirigiéndose hacia él, el corazón le dio un brinco, su pulso se aceleró e incluso su respiración estaba agitada –Mierda está a 5r metros de ti contrólate por favor- se reprendió así mismo poniéndose de pie para alcanzar a su compañero antes de que llegara hasta el

-¿Listo?- le pregunto el griego con una sonrisa radiante ofreciéndole su brazo para que lo tomara

Camus asintió, tenía la boca seca por el deseo contenido y es que Milo lucia tan guapo, llevaba jeans ajustados color azul obscuro y una camiseta negra que se le pegaba al torso, era perfecto y el varonil aroma de su cuerpo hizo que le temblaran las rodillas

-¿No despertaste con resaca o sí?-pregunto el griego mirando el rostro de su compañero

-No, ni siquiera bebí tanto, bueno no comparado con Shura y Afrodita-

-Deberías tener cuidado, ahora que saben que tienes una buena reserva de vinos no los sacaras de tu templo-

-Me hubiera gustado que estuvieras ahí-

-A mí también, pero ya habrá otra ocasión-

Llegaron a la heladería y cada uno hizo su pedido

-Nos quedamos a comerlo aquí o vamos al parque-

-Vamos al parque-

Salieron del local caminando despacio degustando cada uno lo que había pedido

Milo no pudo evitar prestar atención a los lengüetazos que su compañero le daba al frio postre, el color blanco del sabor que había elegido solo ayudaba a estimular sus fantasías

-¿Esta delicioso verdad?- dijo divertido pues su compañero no hablaba solo se dedicaba a comer

El francés se sonrojo ligeramente, hacia tanto que no se comía un helado, era su postre favorito pero lo deprimía comerlo solo y ya que Shaka no era fan de las cosas dulces tenía tiempo que no se comía uno

-Lo está- admitió poniéndose el cabello detrás de la oreja nervioso el griego sonrió

-¿Quieres probar el mío?-

-Si-

El escorpión acerco su helado a la boca de su compañero y justo cuando este estaba por probarlo lo embarro en su boca llenándole también la mejilla

-Milo!! – se quejó Camus divertido, limpiándose la mejilla con la servilleta, había olvidado lo mucho que su compañero disfrutaba hacer aquello, cuando eran niños Aioros no paraba de regañarlos por "desperdiciar" de ese modo la comida

Llegaron al parque y se sentaron a los pies de un enorme árbol disfrutando de la sombra

-¿Cómo te fue con las evaluaciones?-pregunto Milo pues no quería que estuvieran en silencio pero sabía que para el acuariano era difícil empezar la conversación

-Bien, Saori va a contratar a otro profesor, está siendo muy complicado por las diferencias de edades, no puedo unificar del todo la enseñanza-

-Si se separan con que grupo te quedaras-

-No lo sé, depende de lo que ella diga-

-¿Con cuál te gustaría?-

-En ese rango de edad honestamente me da igual, me gustaría enseñar a nivel universitario, pero los niños son entretenidos-

-Supongo que después de cuidar a Isaac y a Hyoga te acostumbraste a convivir con niños-

-Si pero no ya no podría hacerme cargo de un niño de tiempo completo, es más difícil de lo que parece, aquí solo me preocupo por que aprendan, con Isaac y Hyoga debía ver que se alimentaran bien, cuidarlos si se enfermaban, ver que durmieran correctamente, no lo volvería a hacer-

Milo se rio Camus parecía hablar muy enserio respecto a su desagrado por volver a llevar el rol "paterno"

-¿Y tú?- le cuestiono Camus interrumpiendo sus pensamientos

-Yo cuidando niños, estás bromando verdad, apenas estoy aprendiendo a cuidarme a mí mismo, no sería capaz de hacerme cargo de otra persona, eso no es para mí-

Continuaron conversando en torno a diferentes temas, en un espacio en el que se quedaron en silencio Camus aprovecho que su compañero estaba distraído y le embarro descaradamente la mejilla de helado

-Con que esas tenemos- dijo Milo limpiándose con el antebrazo, jalo la pierna de Camus haciendo que este quedara tirado en el pasto se puso sobre el y le embarro en el rostro lo que quedaba de su helado Camus se carcajeaba y retorcía intentando liberarse

-Basta Milo voy a terminar todo pegajoso- se quejaba el acuariano sin parar de reírse y Milo le hizo caso al estúpido impulso que le vino desde el estómago, tomo el rostro de Camus para que se quedara quieto, sus ojos se encontraron y entonces se paralizo, Camus estaba riéndose pero su mirada aún era inexpresiva quería besarlo y a juzgar por la expresión expectante en el rostro de su compañero también lo deseaba, pero no podía hacerlo no sin el expreso consentimiento del acuariano, quería que se lo pidiera, que reconociera en persona que también lo deseaba, quería ver sus ojos brillando por el deseo como sabía que en ese momento estaba brillando los suyos, quería que Camus se entregara a él sin reservas, sin miedos sin mascaras pero sabía que era pedir demasiado así que en lugar de besarlo le lamio el rostro en los lugares donde había embarrado el helado

-Eso es asqueroso Milo- se quejó Camus sin parar de reírse, no le desagradaba en lo absoluto, por el contrario la boca de Milo olía a chocolate y sentir su legua sobre su piel hizo que toco el cuerpo le hormigueara, estaba decepcionado por no haber sido besado y sin embargo no pudo reunir el valor para tomar la iniciática

Después de lamer todo el rostro de su compañero Milo se incorporó y le ofreció a Camus su servilleta para que terminara de limpiarse

-Tu saliva es asquerosa- se quejó el francés aunque en realidad mantenía la sonrisa en su rostro

-No fue para tanto-

Camus entonces recordó algo que solían jugar cuando eran niños se lamio la palma de la mano y la paso por el rostro del escorpión sin parar de reír

Milo abrió los ojos fingiéndose escandalizado-Dime que no hiciste lo que creo-

El francés alzo los hombros fingiendo inocencia y Milo una vez más se fue contra el haciéndolo cosquillas

-Basta Milo por favor- jadeaba Camus remolineándose debajo de su compañero

-Di que eres popo- exigió el griego sin detenerse recordando que esa era la frase de "rendición"

-No voy a decir esa estupidez- Se quejó Camus sin poder parar de reír

-Dilo o no me detendré-

Camus pataleo intentando quitarse al griego de encima pero era inútil, comenzaba a dolerle el estómago-Detente por favor – suplico sintiendo que le faltaba el aliento

-Di que eres popo- volvió a exigir el escorpión

-Soy popo soy popo-casi grito el francés retorciéndose

-Ya lo sabía-Milo lo soltó, Camus reacciono de inmediato e intento írsele encima pero Milo fue más rápido y se echó a correr antes de que el francés se incorporara

-Ven aquí me las pagaras-grito Camus divertido corriendo tras su compañero, para su fortuna siempre había sido más rápido que el griego así que no tardó en darle alcance y logro meterle el pie haciendo que callera de bruces en el suelo, se sentó sobre su espalada y tiro suavemente de su cabello haciendo que levantara la cara

-Quien es popo ahora-le pregunto divertido

-¿Qué rayos están haciendo ustedes dos?-

El acuariano levanto la vista y se encontró con la mirada sorprendida de Aioria, su gesto reflejaba completa estupefacción, miraba a Camus como si a este le hubiera salido otra cabeza.

-Mierda-pensó Camus sintiéndose juzgado estaba consciente de que lo que estaba haciendo no era "digno del caballero de Acuario". La sonrisa desapareció de su rostro y se puso de pie rápidamente sacudiéndose la ropa

Milo noto el drástico cambio de actitud en su compañero pero no entendió a que se debía ¿Era por qué Aioria los había visto?

-Jugamos- contesto restándole importancia mientras se ponía de pie

-Ok- dijo el Leon aun estupefacto Milo le hizo una señal de que se largara y para su fortuna su compañero la entendió bastante bien

-Los dejo que sigan divirtiéndose entonces- se despidió sin poder disimular el tono irónico de su respuesta

En cuanto se marchó Milo regreso toda su atención al acuariano

-¿Camus todo bien?-

-Si Milo todo bien, pero si no te importa me gustaría volver al santuario-

El francés tenía de nuevo ese rostro inexpresivo, nada comparado con la sonrisa que tenía hace unos momentos ¿Qué rayos había pasado? Milo no entendía el porqué de ese cambio de actitud, pero prefirió no empeorar las cosas

-Vamos entonces-

Caminaron de regreso acompañados de un silencio tenso, el griego no sabía que decir y maldecía a Aioria en su interior por haberlos interrumpido, no habían hecho nada malo ¿O sí?

Llegaron al octavo templo s Camus se detuvo

-Sera mejor que no me acompañes esta vez- pidió

-¿Pasa algo? Yo... pensé que la estábamos pasando bien-

-Y así es pero... -¿Cómo decírselo? ¿Cómo trasmitir lo terrible que se sentía cada vez que alguien lo miraba como Aioria lo había hecho? Se abrazó a si mismo reflejando el rechazo que sentía en sus pensamientos

-¿Es por Aioria cierto?-

Camus asintió sorprendido, tan obvio había sido su cambio de actitud

-Pero que tiene de malo, no estábamos haciendo nada-

-No lo entenderías-

-Y menos voy a entender si no me lo explicas-Milo no quería ponerse violento pero estaba perdiendo la paciencia, ¿Por qué le costaba tanto expresarse? No podía simplemente decirle como se sentía, haría las cosas más fáciles para ambos

-Aun no estoy listo- reconoció el francés mirándolo a los ojos-Por eso te pedí que no te dieras por vencido el otro día te acuerdas, yo... espero poder hablarte de todo algún día pero no será hoy-

Milo sintió un nudo en la garganta ¿Por qué Camus no confiaba en el? Era el quien tenía motivos para desconfiar de su compañero y aun así estaba entregándose sin reservas-¿Me dirás cuando estés listo?-

Camus asintió y otra vez Milo no pudo contenerse, abrazo al acuariano con fuerza, había aprendido a leer sus miradas a ver en sus ojos lo que no expresaba con gestos o palabras y tenía tiempo que sus ojos no reflejaban tanto dolor, pero esta vez a diferencia de en el parque Camus no cedió, Milo sentía como lo rechazaba con cada poro de su piel y no disfruto esa sensación así que lo soltó de inmediato

-Nos vemos luego- se despidió

-Nos vemos-

No aparto la mirada de Camus mientras este subía las escaleras, suspiro sintiéndose idiota ¿Por qué no era capaz de hacer más por él? ¿Qué tenía que hacer para que la puerta terminara de abrirse?

Su teléfono timbro y para su sorpresa era Afrodita

-Te veo mañana a las 4 en mi templo, lleva comida china para 3, tengo información que podría interesarte-

¿A qué rayos se refería el pisciano? ¿Tenía información para él? Conocía a su compañero lo suficiente como para saber que si había pedido verlo en persona es porque era importante así que no molesto por pedir que se lo dijera en un mensaje –Te veo a las 4 entonces- fue su respuesta

N/A: Perdón si el capítulo parece muy ñoño pero no tiene una idea de cuánto disfrute escribiéndolo. Espero les haya gustado.

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