Atrevido
Camus salió de la ducha sintiéndose relajado, había visto a Milo dos veces esa semana y las cosas no podrían ir mejor entre ellos, la convivencia cada vez le resultaba más fácil, incluso se había permitido mostrarse un poco cariñoso con él escorpión y este parecía encantado por ello, además las conversaciones insinuantes estaba llevándolos a ambos a su límite. Tomo su celular y no se sorprendió al ver que tenía un mensaje del griego
-¿Qué haces?-
-Acabo de salir de la ducha-
Milo leyó aquella respuesta sonriendo, Camus había anexado una foto bastante sugerente, había retratado el espejo frente a él que al estar lleno de vapor solo dejaba ver su silueta desnuda sin revelar a detalle su anatomía
-¿Te lavaste bien?- pregunto pretendiendo sonar insinuante
-¿Quieres ver más de cerca?-
Camus llevaba planeando aquello algún tiempo, y aunque aún le provocaba sentimientos encontrados no iba a detenerse, había intercambiado varias fotos pero siempre ocultando sus genitales, era hora de por fin mostrarlos y tenía un plan excelente para hacer que Milo quedara aún más prendado de él,
-Sería un honor-
El griego estaba de guardia, pero los sábados en la mañana difícilmente tenía algo que hacer, así que se puso cómodo esperando con que nueva experiencia lo sorprendería el francés.
-¿Con que quieres empezar?-
Junto con esa pregunta Camus envió una fotografía de su torso desnudo, tenía el brazo flexionado agarrándose la nuca estaba de perfil y Milo disfruto de la vista de su abdomen y su bícep bien definido
-Desde ese punto parece que todo quedo muy limpio pero tal vez pudieras mostrarme un poco más-
-Y tal vez tú podrías responder algunas preguntas, tengo curiosidad-
-Dispara-
-De acuerdo, por cada respuesta te enviare una fotografía-
-Me parece bien-
-Sexo oral, ¿Hacerlo o que te lo hagan?-
-Definitivamente hacerlo-
La respuesta de Camus fue otra foto, estaba sentado sobre la cama con las piernas abiertas, la toalla cubría perfectamente lo que había entre ellas, pero eso no le quitaba sensualidad a su postura, su piel aun perlada por la ducha lucia tan tentadora, Milo se mordió el labio y se reclino en la silla
-Estas como quieres-texteo-Mándame más fotos-
-¿Trio?-
-Una vez, con Death Mask y Afrodita-
-Tendrás que contarme detalles sobre eso después-
Camus estaba ahora recostado en la cama, la toalla aun cubría sus caderas pero a Milo le dio igual, eran las piernas del galo lo que más lo volvían loco
-Ya te he dicho cuanto me gustan tus piernas-
-Mentira, en cuanto las tengas frente a ti lo primero que harás será hacerlas a los lados-
Milo sonrió ante lo ingenioso de aquella respuesta
-Puedo ponerlas sobre mis hombros- puntualizo sonriéndole a la pantalla mientras escribía-Adoraría tener tus pies haciéndome cosquillas en las orejas-
-Este enfermo-
-No estoy enfermo, estoy caliente-
Camus sonrió al leer aquello, estaba provocando justo lo que quería, Milo tenía que dejar de pensar que él era puro e inocente tal vez así se atrevería a mas, era verdad que Camus estaba agradecido por el respeto que le había mostrado pero no dejaba de fantasear con la idea de hacerlo perder la paciencia, orillarlo a que lo tomara sin esperar a que el estuviera listo, no sabía con exactitud cuál sería su reacción a eso y aunque podría no ser buena, le gustaba imaginar...
-¿Más que yo?-
En esa foto Camus estaba de pie ya no tenía la toalla amarrada a la cintura, la había colocado sobre lo que obviamente era su erección y por primera vez después de tanta cesura Milo logro distinguir un poco del vello púbico de su compañero
-Muéstrame lo que tienes Camus, quítate la toalla-Milo ya no quería seguir imaginando lo que había tras la tela, quería, necesitaba verlo, se acomodó la erección que empezaba a molestarle por lo ajustado de su pantalón, jamás pensó que Camus tuviera el poder de ponerlo así de duro con unas simples fotografías
-¿Qué me vas a dar a cambio?-
-¿Qué tengo que quieras?-
-Como si no lo supieras-
Milo sonrió, las clásicas respuestas evasivas –Vamos Camus quítate todo, quiero ver lo que me voy a comer- esta vez no escribió, en su lugar envió un audio
-Me fascina tu voz- fue la respuesta del francés que llego junto con una foto de lo que Milo tanto ansiaba ver
Camus estaba desnudo por completo, ninguna tela cubría su cuerpo y Milo encontró deliciosa aquella erección, acaricio la propia sobre la tela de sus jeans
-Que rico se ve eso-escribió a toda prisa-No puedes imaginarte cuanto se me antoja-
-Se dé algo que se te antojara aún más-
-¿A si? ¿Y qué es?-
-Primero dime ¿Cuál es tu posición favorita?-
Milo no pensó mucho su respuesta –De perrito-
-Algo como esto-
Una nueva foto apareció en su pantalla, Milo no tenía idea de cómo Camus lo había hecho pero en la foto se le veía en cuatro patas mostrándole todo su trasero desnudo, expuesto, como si estuviera listo para ser profanado
-Carajo no puedo más- dijo poniéndose de pie dirigiéndose al sanitario incomodo, se bajó los pantalones y comenzó a masturbarse con violencia, cuantas veces había fantaseado con el francés, con su cuerpo, sin tener una imagen clara de cómo era su anatomía ahora que la tenía era inevitable que se imaginara tomándolo con violencia, un audio de Camus llego a su teléfono e hizo malabares para reproducirlo sin dejar de estimularse
-Apuesto a que eso se te antojo más- decía con una voz susurrante y sensual
Milo cerro lo ojos y aumento la velocidad de su muñeca
-Apuesto que estas durísimo-dijo el francés en un nuevo audio
Lo estaba pero no iba a decírselo estaba demasiado preocupado por liberarse, la voz de Camus en su oreja solo lo había excitado aún más
–Yo también lo estoy-
Una foto de Camus rodeando su propia erección llego y aquélla imagen era todo lo que Milo necesitaba para acabar, sus mano termino llena de semen y trago saliva intentando aclarar sus pensamientos
-¿Qué carajos había pasado? ¿Cómo era posible que Camus lo encendiera de esa manera aun en la distancia? Estaba en el trabajo y poco le había importado, aquella interacción no podía remplazar el sexo pero joder que lo había disfrutado tanto como un acoston, se sentía estúpido, como un adolescente caliente e inexperto, sus pensamientos aún estaban nublados por el orgasmo previo y lo que menos quería era ver el teléfono para no volver a encenderse, como pudo se adecento y limpio toda la evidencia de lo que había hecho.
Regreso al escritorio aun sin saber que responder
-Perdón, tenía las manos ocupadas- escribió esperando que Camus entendiera el doble sentido de sus palabras
-Lo imagine, mantendré ocupadas las mías ahora, nos escribimos más tarde-
Milo suspiro reclinándose de nuevo en la silla ¿Qué mierda había sido eso? Jamás pensó que Camus se atrevería a tanto, y ahora él se sentía un poco tímido respecto a lo que estaban haciendo, no es que le molestara o le desagradara, era una experiencia increíble, excitante, divertida y terriblemente adictiva pero... cuanto tiempo podría seguir así, cuanto tiempo Camus iba a seguir ocultándose tras la pantalla, es cierto que cada vez se veían más seguido pero tal vez se había equivocado al separar lo virtual de la vida real por que ahora Camus parecía mucho más cómodo interactuando con él a través de los mensajes y no parecía hacer ningún esfuerzo por hacerlo en persona, el contacto físico que tenían cuando estaban cara cara era prácticamente nulo y ya no le bastaba, sabía que llegaría un momento en el que las insinuaciones ya no serían satisfactorias y si ahora se sentía frustrado por no poder hacer con el Camus de carne y hueso lo que hacía "con el virtual" no imaginaba como seria en un futuro. Tenía que traer al Camus virtual a la vida real. Tenía que unificar aquellas "dos personalidades" y para ello era preciso que entendiera que había llevado a Camus a actuar así en primer lugar
El día transcurrió sin novedades para ambos caballeros pero Milo se había quedado con una sensación extraña después de lo ocurrido. Que tan lejos podían llevar aquel juego, que tan conveniente era para el que siguieran implicándose de esa manera, pensaba que tal vez lo mejor que podía hacer era decirle a Camus que necesitaba más, que lo necesitaba fuera del celular pero sus juegos eran tan excitantes, no quería perderse de ellos tampoco
-¿Y qué haces?- escribió Camus interrumpiendo un segundo su lectura para enviar el mensaje
El teléfono de Milo vibro, era un mensaje de Camus, sonrió de lado al leer el mensaje pensando en hacer rabiar al Acuariano
-Me masturbo con las fotos que me enviaste- texteo divertido, esperando recibir una respuesta violenta de parte de su compañero
El francés sonrió con ironía al leer la respuesta, pero no se dejaría provocar, por el contrario, él había comenzado con aquel juego y era hora de ver hasta donde lo iban a llevar
-Muéstrame- escribió dejando el libro a un lado esperando que aquella conversación se tornara sumamente interesante
El escorpión trago saliva en cuanto leyó aquella respuesta, bloqueo la pantalla del celular y lo dejo sobre la mesa de centro mientras pensaba que debía responder, mostrarse lo que hacían pensando en el otro tal vez era demasiado, era cierto que no era la primera vez que se tocaría pensando en el acuariano pero nunca pensó en que llegaría el día en que se lo mostraría.
Se sentía estúpido Camus estaba a solo unos metros y sin embargo sabía que no sería bien recibido si llevaba toda esa calentura hasta las puertas de la onceava casa
-Mejor deberías bajar a ayudarme- texteo, pero justo cuando estaba por enviarlo borro el mensaje, ¿Valía la pena arriesgar todo lo que ya había "progresado" por no poder contenerse? ¿Cuánto tiempo más iba a tener que seguir aquel juego que era tanto satisfactorio como frustrante? Era una situación tan bizarra, no se habían besado una sola vez y sin embargo ya eran capaces de mostrarle al otro ese tipo de cosas
Aun sin estar seguro de estar haciendo lo correcto de despojo rápidamente de sus ropas dejándose solo el bóxer e hizo tal y lo que le había dicho a Camus que estaba haciendo. Miro las fotos que este le había enviado y su cuerpo reacciono al instante, ingreso a la cámara de su teléfono y gravo un breve video mientras se tocaba, sin siquiera revisarlo lo envió, era la segunda vez en el día que se tocaría pensando en Camus
-Quieres hacerlo un poco más rápido, me encantaría ver cómo te vienes- la voz de Camus en el audio sonaba jadeante y en el video que le envío mostraba como se tocaba también
-Carajo- dijo Milo apretando los dientes, Camus sabía lo que hacía, ¿En qué momento se había vuelto tan descarado?
Como puedo Milo se acomodó para grabar un nuevo video donde se tocaba más rápido, sabía que Camus quería ver como terminaba pero si no se lo mostraba tal vez el francés por fin se decidiría a que se implicaran sexualmente cara a cara.
Le envió el nuevo video sin dejar de tocarse, aquello era tan excitante, ver a Camus tocándose por su causa lo excitaba aún más.
-Milo estoy a punto- ese nuevo audio le puso a Milo los pelos de punta escuchar su nombre en la voz jadeante del francés era más de lo que podía resistir nuevamente termino en sus manos y decidió tomar varias fotografías para enviárselas a su compañero
Camus correspondió mostrándole exactamente la misma imagen su vientre y manos llenas de semen, para sorpresa del griego le entro una llamada del acuariano
-Gracias- le dijo este en cuanto contesto
-¿Por qué?-
-Por jugar conmigo-
-Es un placer- se quedaron en silencio cada uno escuchando la agitada respiración del otro
-¿Sigues despierto?-cuestiono Milo después de un largo rato de silencio pero no recibió respuesta de su compañero. Sonrió al imaginarlo dormido con el teléfono en la mano, colgó la llamada y se dispuso a dormir también.
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