Capítulo 8
—¡No! ¡Estás idiota, descerebrado, mal programado, estúpido, y de todo si piensas que aceptaré!
¿Pero cómo? No puedo creer que casi acepto. Es que esto está mal. De cualquier lado que lo vea (y trato de no verlo por el que me gusta) esto no es correcto. O sea, no te puedes andar por la vida así, cogiendo con tus amigos. No, no puedes. Simplemente ¡no puedes!
Taehyung soltó un suspiro pesado y se dio media vuelta para dejarse tendido sobre el sofá de su sala.
Claro, ignorando la gravedad de sus problemas y asumiendo que los demás tienen que cargar con el peso de ellos... Tal y como lo haría Julio Cesar con Carlagreta.
Estúpido Julio César, estúpido Kim Taehyung.
Tomé aire profundamente cuando él desapareció de mi vista, dejándome ahí, parado en la entrada, como un estúpido saco en el perchero.
Nunca he tenido un perchero.
¿Por qué hago esa comparación?
Como sea, soy un saco maltratado.
Piensa en algo... Piensa bien antes de que todo tu enojo se esfume, te sientas acongojado y termines sintiéndote como niña tonta desilusionada.
Taehyung y yo nunca fuimos el tipo de amigos que discutieran seriamente. Es decir, sí discutimos, y es normal, pero jamás algo fue al extremo de ser serio. ¿Ahora se supone que estamos enojados? ¿No es al revés? Se supone que primero te enojas y luego va el sexo, no el sexo y que luego te enojes por haberlo hecho. Es una lógica confusa.
¿Qué es lo que debería decir exactamente? ¿Qué pasa entre nosotros? ¿De verdad esto me tiene que tener tan angustiado como lo hace? ¡¿Por qué me pasan estas cosas?! ¡No puede ser tan mala mi suerte! Lo normal es reprobar, chocar el carro, olvidar ir por tu hermano menor al colegio, no sé, cosas comunes... ¡No tener sexo con tu mejor amigo!
Siento como si hubiese hecho algo muy malo, tan malo, pero tan malo. Pero no sé por qué es malo, por qué lo hice, por qué si me gustó tanto no puedo sentirme de la misma forma ahora.
—Jungkook...
La voz de Taehyung viajó hasta mis oídos; profunda, seria y simplemente perfecta.
Escuchar mi nombre salir de sus labios jamás me había perturbado tanto. Me perturba porque me gusta cómo se escucha. Me perturba porque no debería gustarme cómo suena mi nombre con la voz de mi mejor amigo. Me perturba porque hace que recuerde lo que hicimos; como cuando lo escuché gimiendo mi nombre.
¡Estúpido Julio César por hacerme sentir esto! ¡Eres un estúpido!
Aunque probablemente esté insultándolo a él porque mi enorme y perjudicial orgullo se niega a aceptar la verdad de que en realidad el único estúpido aquí soy yo por estar tan enredado en pensamientos revoltosos y sintiéndome así... Uh, sí soy un estúpido.
—¡Soy un estúpido!
Después de gritar mi innegable afirmación para que se escuchara por toda la casa, ignoré el llamado de Taehyung, y me di la vuelta para caminar rápidamente hasta la puerta.
Tarde fue cuando me di cuenta de que el seguro multifuncional instalado en su casa era demasiada tecnología para mí. Oh sí, olvidé este seguro; mi peor enemigo, el que nunca me deja salir de la casa de Taehyung, el que nunca he aprendido a abrir. Que idiotez.
Tal vez, si mi amigo no fuera sexomne y no hubiéramos tenido sexo, le hablaría para que gentilmente me abriera la puerta y me despidiera con un cálido apretón de manos y un "hasta luego, bro".
—No eres un estúpido.
La voz de Taehyung a mi espalda interrumpió cualquier intento que yo hubiera tratado de hacer para forzar la puerta y salir huyendo como el cobarde que soy.
—Sí lo soy. Ahora ábreme la puta puerta, quiero irme.
Me extrañó escuchar lo que dijo. Lo común hubiera sido que me contestara con un "sí, lo eres" para que después se riera de mí y hubiera completado su frase con "pero aún así eres mi amigo", y los dos hubiésemos terminado riendo. Como siempre.
Pero últimamente las cosas no son como siempre.
—Jungkook, espera por favor...
Oh no, espera allí, detente Kim, alto por favor, no lo hagas... Ya tienes mi corazón, no quieras quitarme lo poco que me queda de dignidad. Ah, se me olvidaba, se me acabó cuando decidía en si sentirme perra, sucia, o urgida; o no sé si fue cuando decidí que soy gay. Como sea, ya no lo tengo. Olvídalo.
—¿Si te digo que sí estaba dormido te sentirás mejor?
¿Qué?
Me volteé bruscamente para verlo a la cara con el entrecejo fruncido.
—Es que tú te lo sigues tomando como una broma, ¿verdad?
Reverendo idiota, pero ya verá, por algo soy Jeon "las cosas tienen que salir bien o te castro" Jungkook.
Tengo que ser serio, no pensaré más tonterías.
—Yo solo intento hacer las cosas más fáciles para ti —se encogió de hombros suavemente y yo solo esperé a que continuara—. Ya está hecho, tuvimos sexo siendo amigos, no estaba dormido, estás hecho un severo lío de dudas y confusión en este momento por mi culpa; es lo último que queda por hacer.
¿Cómo podría hacer las cosas más fáciles para mí a este punto de la partida?
La ligereza con la que Taehyung toma las cosas jamás me había parecido un problema más serio que cuando se atrasaba con los apuntes de clase o cuando no se aprendía su parte en alguna exposición; jamás hasta ahora. Ahora es cuando siento un poco pesada esa incómoda despreocupación tan liviana que tiene a algo que siento tan angustiante, y él... tan poco importante.
Me duele un poco, no mucho (demasiado).
—Está bien. Es un gesto amable de tu parte. Pero eso no me hace sentir menos mal, ni me hace las cosas más fáciles.
Necesitaba preguntarle algo, y era: ¿por qué había hecho lo que hizo? ¿Por qué fue hasta mi cama e hizo lo que hizo totalmente consciente?
Pero una parte de mí aún no quería saberlo completamente. Aún no.
—¿Por qué? ¿Qué podría lograr eso?
La misma pregunta estoy haciéndome yo.
—No lo sé. Podríamos... —pensé en algo que pudiera solucionar todo esto, pero nada se me venía a la mente— dejarlo pasar, olvidarlo, hacer como si nada hubiese pasado entre nosotros.
Mi respuesta hizo que los brazos de Taehyung se cruzaran frente a mí.
—¿Eso está bien para ti? Ignorar las cosas no es muy tuyo. Estarías saliendo de algo malo para entrar a algo malo de nuevo.
Sí, sí. Tiene razón. Toda la puta razón. Pero es que Julio César siempre tiene la razón, siempre es el apuesto hombre que hace todo bien; y Carlagreta, la inocente (estúpida) ilusa que le sigue y termina cogiendo con él.
Qué humillante que yo sea Carlagreta.
Pero entonces, ¿qué si hacemos eso?
—Taehyung... —dejé de lado todos mis nervios y me atreví a hablarle— ¿Por qué si no estabas dormido fuiste hasta mi cuarto?
Bien, buena esa. Lo logré, se lo pregunté. Ahora sabré la verdad.
Él me miró atentamente. Era una mirada que me decía que la respuesta la tenía yo, como cuando me hablaba a escondidas en los exámenes. Pero la respuesta de esta pregunta no la tengo yo, no esta vez. Lo miré confundido, en espera por sus palabras, pero solo sonrió.
—Oh, Jungkookie... Creí que de verdad eras listo.
—¿Qué quieres decir? ¿Me estás diciendo estúpido? ¿Ves que sí lo soy? No entiendo, ¡contéstame!
—Las cosas son más sencillas de lo que parecen. Y conociéndote no sé cómo dejé que llegaran hasta este punto, reconozco que el estúpido fui yo.
Y eso ¿qué quiere decir? Sigue sin decirme por qué mierda fue a la habitación donde yo estaba y no se siguió masturbando solo, sin mí. Como debía ser.
—Mira Kim Taehyung, si lo de tu enfermedad era una broma o un invento, si todo era un juego, o si estabas experimentando, si todo fue en realidad una apuesta en la que tenías que acostarte con tu mejor amigo casi hermano, o si solo estabas caliente y la cosa follable más cercana a tus dos metros cuadrados a la redonda era yo... ¡Dímelo ya! No me afectará, solo quiero saber la verdad.
Mentira. Me afectará cualquiera de las opciones que le di. Más la de la apuesta, puedo vivir con lo demás. Que no sea la apuesta, que no sea la apuesta...
—Lo de mi enfermedad no fue un invento, la sexomnia fue solamente una ventaja disponible para hacer lo que hace mucho tiempo quería hacer.
Lo que hace mucho tiempo... ¿Qué?
—En serio no quería que las cosas anduvieran así —añade—, pero no encontré otra forma.
—¿Otra forma? ¿Forma de qué? ¡¿De qué estás hablando?! ¡Dímelo todo ya!
—¡Tú odias las cosas complicadas, las historias cliché, el romanticismo, las cursilerías! Te conozco tanto que no podía encontrar la manera de decírtelo sin ser así. Simplemente no sabía cómo decirte que me gustas sin que las cosas se hicieran complicadas, sin que te pareciera una estúpida historia cliché en la que los dos mejores amigos se enamoran. No quería declararme o hacer algo meloso porque sé que no te gusta nada de eso.
¿Le qué? Le gusto, le gusto, le gusto... ¿Le qué?
—Simplemente lo sé y por eso no había podido hacer nada. Hasta ahora —continuó—. Me daba miedo pensar que te asustarías y terminarías alejándote o creyendo que estoy loco, lo que haces cuando las cosas no van como tú quieres. Y no quería eso.
Me quedé petrificado en mi lugar. Todo es como una novela. ¡Esta es una declaración! ¡Oh Dios! Nunca nadie se me había declarado... ¡Y Taehyung lo está haciendo! ¡Qué está pasando!
—¡Esto es una declaración! ¡Alto! No te pongas romántico, no puedes ser romántico conmigo. ¡Por favor no seas romántico conmigo!
Él recargó sus manos en mis hombros y me miró fijamente a los ojos, mi espalda se recargó en la pared y todo mi mundo tembló de nervios.
—¡No estoy siendo romántico! Estoy siendo sincero y tú pareces no entenderlo aún.
—¡Somos amigos! Nuestras madres son como hermanas, ¡¿qué dirán de todo esto?!
—Mi madre fue la que me dijo que te invitara, que ya era hora. ¿Por qué crees que no está en casa?
—¡¿Ella hizo eso?! Oh, ahora me siento tan traicionado...
—¡Jungkook! Olvídate de eso, olvídate de todo. Me gustas. Me gustas desde hace mucho tiempo, ya no quiero ser tu amigo, estoy cansado de eso... Me gustas.
—¡No lo digas más, estás siendo romántico!
Joder, ¿cómo llegamos a esto? ¿Por qué estoy tan emocionado? Debería sentirme profundamente perturbado, pero me siento tan feliz de que su razón no haya sido ninguna de las que creí. Me siento emocionado y asustado.
Cuando mi corazón estaba tan intensamente desbocado, justo cuando mis emociones no podían estar más alteradas, cuando yo ya no podía estar más emocionado de lo que estaba... Las manos de Taehyung tomaron mi rostro obligándome a verlo tan de cerca que creí que ya me había enamorado de él. Jamás había visto algo tan perfecto.
¡Ugh no! Qué asco, esto es tan cliché. ¡Estoy siendo romántico!
Y después, me besó.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro