Cuarta parte
¿Qué es lo que le pasa a Oh SeHun? ¿Cree que puede andarse por ahí, acostándose conmigo, siendo perfecto, declarándose, y ahora besándome sin pretender que me afecte en nada?
Oh Dios, él y yo nunca nos habíamos besado, ni siquiera antes, éste es mi primer beso con un hombre, mi primer beso con SeHun, mi primer beso de verdad, éste es el mejor. Que barbaridad.
No sé exactamente cómo se supone que las cosas marchen después de esto, no sé qué se supone que seremos SeHun y yo después de esto, no sé nada, absolutamente nada, excepto que esto sigue gustándome demasiado, tal como la primera vez.
No estoy seguro de si fue por mis nervios, pero SeHun se separó de mi, cortando el beso, que había sido tranquilo, nada parecido a algo que haya hecho antes, incluso no me parecía que haya venido de SeHun. Pero lo era, era de SeHun, y eso es increíble.
— Todo hubiera sido más sencillo si lo hubieras dicho... — No sé qué decir, ahora mismo estoy sintiendo mucha vergüenza, pero no me siento mal, no se siente como hace un momento cuando estaba tan atrapado en mis ideas. Pero... es que esto es tan nuevo, tan genial. Debo dejar de enredarme tanto en mis pensamientos si quiero seguir sintiéndome de esta manera.
SeHun entre cerró sus ojos y sonrió levemente ante mis palabras.
— Nada es sencillo contigo, Kim. Lo digo con seis años de experiencia respaldándome.
— ¡Pues sí! Pero esto es... — SeHun me interrumpió juntando de nueva cuenta nuestros labios. El nuevo beso era diferente, dejando de lado toda la calma del anterior. Aferré mis manos a su camiseta cuando sentí de imprevisto su lengua tocando mi labio. Giré el rostro cortando el beso que no quería ceder — ¡No me interrumpas cuando hablo!
— Ibas a empezar a gritar... — SeHun recargó las palmas de su mano sobre la pared, dejándome ahora acorralado entre ésta y su cuerpo. — Y te ves mejor calladito.
— Te estás pasando, sé más respetuoso conmigo... — SeHun rió con fuerza en mi cuello, ni siquiera supe en qué momento había metido su rostro ahí, pero las exhalaciones que comenzó a dibujar sobre mi piel me advirtieron de su cercanía.
— Suelo perder el respeto en ciertas ocasiones, en ciertas circunstancias... con ciertas personas. — SeHun besó mi cuello, fundiendo el calor que ahí se encontraba con el suyo mismo.
Intenté con todas mis fuerzas no temblar, no demostrar que cada beso que dejaba sobre mi piel se mantenía ardiendo como si fuese una quemadura. Pero todo se volvió más difícil cuando su lengua intervino, cuando después de dejar sus castos besos los probaba con la cálida punta de su lengua como si desconociera el efecto tan fuerte que en mi causaba.
— ¡No, no, no, no, ahí ya no, SeHun!... — Encogí mis hombros intentando apartar a SeHun de mi cuando sentí sus besos en mi clavícula. Sentí un extraño apretón de placer en mi interior cuando ejerció fuerza en mi contra y me mantuvo quieto contra la pared, ignorando mi queja, continuando con lo suyo. Su cuerpo pegado, oh tan cerca. Que difícil ser yo teniendo a SeHun restregándose contra mí.
— JunMyeon... — SeHun murmuró, creí que todo andaba mal cuando sus manos me sujetaron de la cadera, para que después una de ellas se frotara en contra mía, con una destreza delirante.
Su tacto era tan perceptible aun con la ropa que me cubría de por medio, los movimientos que sus mano daban sobre mí eran tan bruscos y gentiles al mismo tiempo, ¿Cómo puede ser brusco y gentil al mismo tiempo? Eso no es normal, pero me gusta tanto como lo hace.
Gemí, con voz más aguda de la que pretendía, mi interior estaba estremecido por el placer que me invadía, enredé mis brazos en su cuello para ocultar mi rostro; no quería que me viera así ante la luz, porque ahora no es de noche, y no es sexomne (la otra vez tampoco lo era, pero yo creía que sí), ahora está frente a mí, y yo tan expuesto a él.
— ¿Aún quieres que te abra la puerta?...
Pude ver entre mi poca vista proporcionada por mi escondite en su cuello, cómo una sonrisa de burla se pintaba en sus apetecibles labios.
— SeHun... — Intenté quejarme, pero mi voz fue tan débil y poco firme que su nombre salió de mis labios totalmente como un gemido. Uno necesitado. Uno de perra, maldito sea.
Oh, se lo que está haciendo. Sé muy bien de que va el lado juguetón de Oh SeHun. Se está burlando de mí, es lo que le gusta, quiere intimidarme, y aunque lo está logrando, yo también puedo jugar con él. Él ha sido el maestro, y los alumnos suelen superarlos.
— Sólo si es la de tu cuarto...
SeHun soltó una risa ronca.
— Que directo. Debiste empezar por ahí.
SeHun se separó dos pies atrás de mí para mirarme con ojos divertidos. Era extraño... no se siente como si fuera a tener sexo con mi mejor amigo, es tan parecido pero no, es más como si fuese una pequeña travesura entre hermanos, algo mejor. ¿Qué es mejor que el sexo?... tenerlo con Oh SeHun, exacto, lo tienes.
Miré a SeHun reprimiendo tantas cosas, no me siento enojado, pero si un poco frustrado, él me pone así, cómo hace para ponerme caliente, avergonzarme, y molestarme todo al mismo tiempo. "Efecto Oh-para masoquistas de primera-SeHun".
— No sabes como te detesto en éste momento... — Levanté mi mano y dejé un golpe a mano cerrada sobre su mejilla. Cuando reaccioné me di cuenta de que le había dado un puñetazo en la mejilla y que SeHun estaba dramatizando y agonizando a medio morir frente a mí. — Perdón por el golpe, ahora quiero que tengamos sexo.
SeHun dejó su teatro y se fijó en mí nuevamente sin bajar su mano de su mejilla golpeada.
— Eres un insensible, me maltratas y después pretendes abusar de mí. ¿Sabes que tengo derechos humanos prioritarios para homosexuales por ser el activo? Y tú... — Tuve que alzarme sobre las puntas de mis pies para colgarme del cuello de SeHun y cerrarle la boca con la mía. Sus manos fueron a dar inmediatamente sobre mi cadera, agudizando el acercamiento.
Aquella probablemente hubiese sido la frase más inteligentemente dicha sin pausas por Oh SeHun, pero yo la corté metiéndole la lengua en la boca. Soy tan genial.
Intenté con todas mis fuerzas no temblar por la manera en la que me estaba sintiendo, sentir un contacto tan íntimo en un beso con SeHun es una sensación tan devastadoramente angelical, el ritmo de su lengua tratando de dominar la mía, el sabor, la sensación, la sola idea de que sea él...
Cuando nos separamos, los labios de mi amigo jamás se habían visto tan malditamente brillantes y perfectos.
— Por favor, SeHun. Vamos a tu cuarto... — No tuve el tiempo suficiente para seguir rogando cuando ya estábamos subiendo las escaleras de la casa.
— Ya sabes como fue todo fingiendo sexomnia, es tiempo de que ahora lo sepas sin fingir nada. Y así podrás decidir qué te agrada más, que tenga sexomnia o que tuviera otra parasomnia.
— SeHun, no sé que putas es eso, entremos al cuarto... — Recuerdo que leí algo de eso, pero bueno, tampoco es como si con el pene levantado pudiese pensar claramente. Superaré ésto de la sexomnia.
— Que urgido... — SeHun me tenía empotrado contra la puerta de su habitación, y sigo sin saber porqué seguimos hablando y no allí. Intenté abrir la puerta pero SeHun había sujetado mis muñecas.
— ¿Vas a abrir sí o no?...
— Solo si son tus piernas.
— Oh vamos, yo las puedo abrir solo. Tu abre la puta puerta.
Cuando por fin entramos a la habitación, lo último que creí que sentiría eran nervios. Pero me pareció aceptable, el cuarto de SeHun se miraba más oscuro de lo normal, ¿Es que lo planeó? Seguro que así pasa en las novelas.
No estoy seguro de porqué me siento nervioso, pero debe ser porque las manos de SeHun empezaron un recorrido lento y suave desde mi abdomen bajo hasta mi pecho por debajo de mi camiseta, estando detrás de mi, acariciando con su nariz desde mi nuca hasta cerca de mi oreja, con lentitud, con tranquilidad, estando seguro de que esta vez yo no intentaría saltar desde la ventana. O tal vez fue porque recorrer la habitación con la mirada, y detenerme en la cama bien tendida que desprendía intensamente el aura de SeHun, me hizo recordar cuando lo observé masturbándose aquella noche.
— SeHun, yo... — ¿Cómo decir lo que tengo en mente sin sonar tan patético y como chica virginal? —Ésta es, uhm... ya sabes, básicamente es nuestra primera vez oficial, y yo, bueno... no te burles si hago algo mal, o algo así... — Sí. Soné como chica virginal.
SeHun río roncamente contra mi nuca, erizándome la piel del cuerpo entero al sentir su suspiro cálido.
— No harás nada mal mientras abras bien las piernas, JunMyeon.
— Hablo en serio... esto es muy vergonzoso, me gusta, pero sigue siendo vergonzoso para mí. Puedo abrir las piernas, pero sigue siendo vergonzoso para mí. — Oh, eso no sonó como esperaba, parece frase de zorra pretendiendo ser decente, o algo así.
— Está bien, Jun. Me gustas demasiado como para fijarme en tus incapacidades... — Oh Dios, eso es lo más romántico que me ha dicho. Y me gustó. Ew. Pero que perfecto es esto. — Además, aún somos amigos, es decir, me burlaré de ti cuando despertemos mañana...
Era demasiado lindo para durar más de dos segundos. Digo, es SeHun.
— Es broma, tranquilo. Yo te enseñaré. — Todo hubiese estado mal si sus palabras no me hubieran tranquilizado. Confío en él. Sí, después de todo lo hago. Eso hacemos los idiotas.
Eso está bien, no hay persona más ideal de la que esté dispuesto a aprender que SeHun, también me gusta demasiado como para que pudiese ser alguien más.
— No hay teoría, ésta es práctica y es mi fuerte, Kim.
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