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O8.

Taehyung mentiría si dijera que no estaba nervioso por el lugar en donde se quedaría a dormir; el apartamento del profesor Kim Seokjin, quien además y cómo si fuera lo mejor del mundo, no apartaba su mirada de su alumno estrella; Kim Taehyung. Haciendo al mismo joven removerse ansioso dentro del ascensor —en el que!a pesar de no encontrarse solas—, era bastante íntimo para lo que Taehyung y Seokjin provocaban en el otro.

ㅡTe sentirás muy cómodo aquí —bromeó Minho, ganándose un golpe por parte de su hermano Jin.

—El que se sentirá muy cómodo aquí será Hyunjin —jugó Taehyung, haciendo a su vez reír al profesor Seokjin por lo nervioso que se había puesto el mismo Minho.

—El que se lleva se aguanta, hermanito —cantó feliz Jin, y una vez que las puertas del mismo ascensor se abrieron exactamente en el quinto piso.

Saliendo todos y de uno por uno de aquel amplio y un tanto elegante ascensor, Jin notó lo nervioso que se veía el mismo Taehyung, pero no por estar en casa de quien quería conquistar, sino por no ir a dormir donde aquella mujer que le había dado la vida misma.

Introduciendo la contraseña en la puerta del departamento, Jin amablemente le sede el paso a Taehyung quien algo calmado se adentra al mismo.

—Voy por el botiquín. La enfermera dijo que cada seis horas hay que limpiar tus heridas —informó Seokjin, a la misma vez que dejaba a Taehyung tomar asiento en la sala—. Si necesitas algo, pídeselo a Minho. No es bueno que hagas tantos esfuerzos.

—Claro, cuñado. Yo te serviré —comentó de pronto Minho, recibiendo un leve pellizco de Hyunjin—. Oye, no me lastimes. Habló enserio.

—No parece —dice con leve molestia Hyunjin—. Iré a la cocina a preparar algo de cenar para los cuatro. Soy un experto cocinando —Soltando una linda y carismática sonrisa, Hyunjin deja a Minho detrás, no sin antes susurrarle al oído que le ofrezca algo a Taehyung, dejando a su vez y un poco sus bromas de lado.

—¿Quieres algo de tomar? —Sentándose junto a Taehyung, Minho observó y le aseguró al mismo, algo de lo que él no sabía absolutamente nada—. Todo va a estar bien. Tu mamá va a darse cuenta que eres lo mejor de su vida y su actitud para contigo cambiará. Ya lo verás.

—Agradezco tus palabras, en verdad, pero mi madre ha sido así desde que tengo memoria.

—¿Te culpa por algo? —Minho sabe muy poco acerca de la vida de Taehyung, no obstante, la mirada de este le provoca cierto nivel de tristeza, pues se ve en la mirada del mismo pelinegro, que guarda mucho dolor dentro de sí.

—Me culpa de todo.

Con pesar, Taehyung voltea a mirar a Minho y enseguida al esplendoroso atardecer fuera del gran y un tanto elegante departamento de el profesor Seokjin.

—Creo que nunca hemos tenido un momento verdaderamente dulce. Siempre que vuelvo de la escuela, ella está ahí, en la sala, con un nivel más que ridículo de alcohol en la sangre y lista para golpearme.

—¿Y por qué la dejas? —Siendo Minho, un verdadero experto en la psicología, observa a su compañero con una mente prominente, soltar una lágrima amarga.

—Es mi madre...

—Y tú su hijo.

—Deberías de saber, tú mejor que nadie, que ella no va a cambiar si tú no lo haces.

—Lo sé, pero me duele.

—Busca ayuda para ella —dice Minho, mientras se levanta de su lugar junto a Jin y acto seguido camina a la cocina y sin dudar abre uno de los cajones en la parte baja de la barra blanquisca de la misma—. Al ser ella una persona incapaz de cuidarse así misma por su alcoholismo, eres libre de reclamar su tutela e internarla en una clínica en donde la ayuden a superar todo eso que de cierta manera la atormenta.

Ofreciéndole Minho un folleto sobre un centro de ayuda para personas alcohólicas, Taehyung sonrió tristemente.

—Me va a odiar —dijo Taehyung, sin darse cuenta que el profesor Seokjin lo observaba desde el pasillo con el botiquín en manos.

—Ya te odia Taehyung —mencionó cabizbajo Minho.

—Bien, encontré el botiquín —interrumpió Jin, al ver la mirada perdida de Taehyung con las palabras recién dichas por su hermano.

—Piensa en lo que te he dicho —aconsejó Minho, antes de sederle el asiento a su hermano.

—Vamos a la habitación. Tienes que quitarte la playera.

—¿Tan rápido logré mi cometido?

Se burló nostálgico Taehyung, haciendo al mismo Jin sonreír coquetamente, al mismo tiempo en que lo hacía tomarlo del mentón y le susurrarle discretamente:

—No soy tan fácil de conquistar, precioso —Ganándose que el propio joven le devolviera aquella coquetería con una hermosa y totalmente deseable mirada de pasión, aquella misma pasión que el mismo menor sentía por él mayor y que le hacía darle a entender.

—Su entrepierna no piensa lo mismo —murmuro bajo y totalmente sensual Taehyung, mientras le proporcionaba una suave y torturadora caricia a la entrepierna de Seokjin, haciendo al mismo, y muy poco tiempo después, maldecir mentalmente.

Recobrando su postura firme, Jin abrió los ojos de nueva cuenta y sin darle un momento a Taehyung para disfrutar de su cara extasiada por tener al hombre que gustaba demasiado, disfrutando de cada roce proporcionado. 

—Quítate la camisa —Volvió a decir Seokjin, pero está vez un poco más fuerte y claro, haciendo que Taehyung se estremeciera en su lugar, por lo mandon que a veces podía ser el Kim mayor.

—¿Y sino lo hago? —Provocó el Kim menor—. ¿Usted me la quitará?

Minho y Hyunjin estaban totalmente paralizados pero atentos al juego que tanto Seokjin cómo Taehyung mantenían, no sólo con roces y palabras, sino también con miradas voraces.

La tristeza dentro de la mente de Taehyung había abandonado ciertamente al mismo, al menos durante el rato que Seokjin le estaba siguiendo el juego e incitando al mismo a olvidarse de todo por al menos un momento.

—Claro que lo haré —afirmó Jin, antes de siquiera darle tiempo a Taehyung de procesar aquello y sobre todo, el que Seokjin lo tomará entre sus brazos y lo levantará del mismo sillón, acomodándolo entre sus brazos para cargarlo como si de recién casados se tratará, haciendo al corazón de ambos acelerarse de sobre manera, deseando algo más que un simple acoston.

Deseando el tiempo, espacio, cariño, amor y pasión del contrario, por toda una eternidad.

—Estaremos en la habitación...

Agregó Jin con Taehyung entre sus brazos, antes de desaparecer por el pasillo del departamento, hacía la habitación del mismo Seokjin.

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