Moviéndose sensualmente de un lado a otro y al ritmo de la música dentro de la cocina, el hermoso pelinegro que se encuentra felizmente cocinando dentro de esta, rápidamente se ve sorprendido por el coqueto y galante hombre detrás de él, que sin querer ocultarlo está más que encantado con la persona fina del joven frente a él, extendiéndole así, una grata sonrisa que le hace saber, lo precioso y sincero que aquel chico es.

Cubriendo la mayor parte de su cuerpo por una ligera camisa blanca, Taehyung se encamina hasta donde su recién nombrado profesor se encuentra cómodamente sentado, admirándolo de arriba abajo.

—En verdad espero que te guste la fruta variada que pique, y el yoghurt de durazno con el que he bañado la misma —comenta risueño y entusiasta el menor, en el preciso instante en que todo a su alrededor va tomando un color todavía más lindo.

—Me gusta, sí. Muchas gracias —comenta feliz Seokjin, sintiendo un incremento acelerado en los latidos de su corazón—. ¿Desayunaras conmigo? —cuestiona con la ilusión muy dentro de sí el mayor de los dos, sabiendo que está más que enamorado del joven con él, que no hace más que iluminar sus días con hermosas sonrisas cuadradas.

—No es nada —asegura Taehyung al momento en que ve la mano izquierda de Jin tomar el tenedor, para así enseguida tomar un poco de fruta, misma que no llega a su boca pues Taehyung le quita el tenedor con una amplía sonrisa que denota travesura pura y totalmente intencional.

—¿Qué quieres que hagamos el día de hoy, bonito? —inquiere sin dudar Jin, sintiendo un leve conquilleo en el borde de sus dedos, para rápidamente deleitarse con un Taehyung pensativo y tentador que suavemente muerde su labio inferior.

—Quiero hacer muchas cosas sin duda, pero lo primero que quiero hacer en este día es, ayudar a mamá...

Asintiendo con una sonrisa de admiración, Jin se levanta de su asiento en la mesa, y con gran seguridad y amor, toma un folleto de entre un montón de papeles en la mesita de la antesala, no tardando en extenderlo a Taehyung, que con respiraciones controladas sabe lo mucho que Jin se ha esmerado por hacerlo sentir y ser mejor.

—Es un centro especial para personas con problemas de alcoholismo y sus derivados. A simple vista parece un anexo, pero en realidad no es otra que un sanatorio en donde la gente aprende de sus errores y mejora día con día —respirando profundo, Jin acaricia la mano de Taehyung, dándole un poco más apoyo del que él no pidió en palabras—. Las visitas son en un comienzo los Lunes y Viernes.

Conteniendo la respiración, Taehyung sonríe amargo pues lo que más deseo por años al fin está sucediendo, aunque con un factor mucho mejor del que imagino.

—¿Y cuánto hay que pagar?

—Por lo que sé, no tienes nada de que preocuparte, el centro de sanación se encarga de hacer un estudio socioeconómico a fondo, para así establecer un montón a pagar, pero debido a que tu madre solamente te tiene a ti como familiar, y tú eres un estudiante becado, los gastos mínimos se convierten en nada.

—¿Y la atención que recibiría seria la misma a las de las demás personas?

—Sí, sería exactamente la misma.

—¿Y a partir de cuándo podemos ir a checar a bien todo? —interroga Taehyung, dejando de lado su miedo a perder a su madre.

—A partir de ya mismo. Ellos inclusive pueden ir por ella hasta tu casa.

Deslizando sus brazos largos por el cuello del hombre mayor frente a él, Taehyung besa y abraza, a quien por primera vez, le está ayudando desinteresadamente a salir adelante con todo y su madre, siendo consciente de que ellos eran dos y no uno como todos se querían que fuera.

—Gracias... —susurra, dejando salir un par de lágrimas y un sin fin de sentimientos que con aquella preciosa acción, le demostraban lo bueno que era ser positivo y único.

—¿Lo estoy haciendo bien? ¿Profesor? —inquiere de forma coqueta y poco descarada el pelinegro de Tae, mientras y al mismo tiempo inclina incitadoramente su retaguardia a Seokjin, quién rápidamente se muestra sorprendido, pero muy abordó del juego que Taehyung ha empezado a montar con él.

Acortando deliberadamente la distancia entre su persona y la ajena, Seokjin sonríe ampliamente al ver y oír los suaves pero encantadores sonidos que su joven novio suelta muy seductoramente de su boca.

—Ahhh~ —gime Taehyung, apoderándose de forma veloz de la mesa de billar frente a él, a la cual en cuestión de segundos ha aferrado fuertemente sus manos, dejándose llevar y consentir por todo lo que el mayor quiera hacer con él.

—¿Qué quieres pequeño? —Apresando el cuerpo de Taehyung entre sus fornidos brazos, Jin acerca y pega delicadamente sus labios en la oreja izquierda del joven frente a él, que no hace el intento por ocultar que se derrite con cada toque que Jin le proporciona a su dulce cuerpo.

—Quiero una clase intensiva de Sexología —menciona Taehyung, denotando lo libre y pleno que se siente de al fin haber ayudado y liberado a su madre de aquella opresión y molestia que día con día la hacían esclava del alcoholismo.

—Sus deseos son órdenes para mí —asegura el mayor de los Kim, sintiendo todo el calor y vibración de su cuerpo acumularse lentamente dentro de su mente que únicamente quería hacer feliz a Taehyung.

—¿Puedo preguntarte algo? —Deteniendo el andar de sus labios, Taehyung fija sus ojos oscuros en los grises del mayor, sintiendo aún mucha curiosidad por lo que próximamente pasaría en la vida de ambos.

—Pregunta —responde Jin, tomando suavemente la cintura angosta del menor.

—¿Tendremos citas y viajes de novios como todas las demás personas? —Con ojitos tiernos y dulces roces, Jin visualiza lo encantador y diferente que es el estudiante a su merced.

—¿Eso te gustaría? —Siempre queriendo lo mejor, Jin toma y peina de forma calmada un par de cabellos sobre el rostro de Tae, que con apenas rozarle, provoca una y mil sensaciones.

—Quiero una relación diferente. No me gusta mucho salir, pero definitivamente me gustaría hacer un par de viajes contigo, en donde lo único que nos preocupe sea que comer y dónde dormir. Quiero ver una película en la sala de tu casa o la mía y no sentir nada más que paz y amor. Quiero que tengamos algo inovador y especial en distintas formas, que todos los días sea una nueva experiencia y que todas las noches no importe nada más que no sea en que posición recostarnos.

—Quieres algo dentro de lo rutinario, pero no agotable —continúa Jin, recibiendo un gran asentimiento de Jin quién no tarda en darle un pequeño beso a la espalda de su mano—. Creo que puedo entender la fascinación de la sensación y experiencia que buscas, y créeme que es algo que también he deseado por bastante tiempo, aunque no con la intensidad con que la que justo ahora lo hago contigo —pausando, Jin entrelaza su mano con la del menor frente a él, haciéndolo romper cualquier rastro de duda en su siguiente pregunta—. Taehyung... Kim Taehyung, ¿quieres ser mi novio?

Sonriendo con ternura, Taehyung asiente y aprisiona los labios del mayor con él, que apenas y pasan dos segundos y ya está deshaciéndose dulcemente dentro de su boca.

—Esto será maravilloso...